Este libro está basado en Chile es un Archipiélago. El Ritmo del Habitar en la Aguas, tesis para la obtención del grado de Magíster en Historia de la P. U. Católica de Valparaíso.
Los contenidos han sido revisados y actualizados para un público general.
Los dibujos fueron creados digitalmente por el autor y realizados especialmente para esta publicación, con una herramienta de IA. No se han usado imágenes ni estilo como modelos, las ilustraciones se han generado a partir de fragmentos seleccionados del libro.
Av. Errázuriz 2930, Valparaíso info@edicionespucv.cl www.edicionespucv.cl
Dirección Editorial: David Letelier Diseño: Paulina Segura
Obra licenciada bajo Creative Commons
Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/legalcode.es
A mi hija Sofía y a mi hijo Tomás, que la aventura les alcance también en los mares
A Lorena, porque el mar ya la lleva en sus vastedades
Índice
La ciencia y la técnica de la Corona española en el mar 57
Los mares olvidados: La política de la Corona española y su impacto en la navegación comercial 61
4. Los cinco mares de América 67
El Caribe: El origen 67
El Océano Pacífico. La aventura 72
El Océano Atlántico. La luz 76
El Mar Nuevo de Aysén: Un rincón olvidado del planeta 79
El Mar Interior de América: Hallando lo desconocido 86
5. Chile, un archipiélago poético 91
6. Agradecimientos 95
Siempre, ¡oh poderoso!, vives tú y reposas a la sombra De tus montañas, como antaño; con brazos de adolescente estrechas Todavía a tu país encantador, y de tus hijas, ¡oh Padre! De tus islas, las florecientes, ninguna aún se ha perdido.
El Archipiélago. Friedrich Hölderlin.
Trapalanda, Tierra de la Trampa-Engaño, y también Trapananda, Tierra de la Trampa-Cárcel. ¿Son todavía estas tres palabras, trampa, engaño y cárcel, luces potentes que iluminan la realidad de este territorio, y que aún hay que tener en cuenta a la hora de amarlo y convertirlo?
Aysén, Carta del Mar Nuevo. Ignacio Balcells.
Where are your monuments, your battles, martyrs? Where is your tribal memory? Sirs, in that gray vault. The sea. The sea has locked them up. The sea is History.
The Star-Apple Kingdom. Derek Walcott.
Introducción
El poeta Ignacio Balcells expresaba un lamento con una pregunta: ¿Cuándo se dará cuenta Chile de que es un archipiélago?1 La respuesta comúnmente dada a la pregunta ¿qué es exactamente un archipiélago? es simplemente: un conjunto de islas. Sin embargo, al analizar la etimología esencial de la palabra y algunos poemas, se revela otro concepto. Archi significa muchos, innumerables, tal vez infinitos. Piélago expresa océanos y mares, pero también abismos e inmensidades. Por lo tanto, un archipiélago no es un conjunto de islas, sino un conjunto de mares. Y esta diferencia es fundamental. Muchas de nuestras sociedades enfrentan un serio problema al considerar la construcción de su hábitat en un universo conformado por mares y océanos que se convierten en abismos inmensos. Por naturaleza, un abismo carece de fondo, es lo que no se puede ver, lo espantoso e informe, un espacio-tiempo donde residen las peores atrocidades. Las sociedades modernas y también las antiguas tienen y han tenido resistencia hacia lo imprevisible, lo asombroso y lo desconocido.
Pero debemos hacer el intento de considerar al mar, incluso llamado caos por los griegos, como un Lugar. Pero, ¿cuándo se genera un lugar? No pensemos solo en las partes, sino en algo más allá de la mera composición espacial. Un lugar se genera cuando se establecen lazos afectivos. Y ¿cuál es el primer lazo afectivo posible? El encuentro es lo que sucede cuando hay un saludo. Allí donde hay saludo,
hay encuentro y, por lo tanto, hay lugar; un Lugar de Encuentro. Por lo tanto, la esencia del lugar depende de la esencia del encuentro.
Parece ser que, a medida que la técnica solo encuentra un objeto-técnico, es decir, la Tierra [o el mar], como algo explotable, surge el fin de todo lugar. En otras palabras, al encontrar la Tierra como objeto de explotación, la técnica transforma todo encuentro en un solo tipo de encuentro y, así, toda la variedad de lugares en un solo lugar. Para evitar esta «doble mutilación del tiempo», existe un primer paso: «Se da un primer paso cuando el tiempo es aprehendido en su plenitud, entonces el presente ya no es el espectro analógico de una eternidad técnica, sino un verdadero FRUTO» (Amereida vol. II, 1986).
¿Qué es un fruto? Un alimento, proteínas y vitaminas, un producto, una cosa natural. Pero, de manera más simple, ¿qué es un fruto? Una manzana. Aquí es donde debemos llegar: una manzana.
¿Qué hacemos con ella? La comemos. Y en este acto de comer están involucrados el gusto, el olfato, el tacto, la vista, el oído y muchos otros sentidos. Hablemos de los sentidos: comer una buena manzana es una experiencia sensorial, es decir, sensual y erótica. No comemos nada intelectualmente, sino con todas las posibilidades de nuestros cuerpos, mentes y espíritus. De la misma manera, el proceso de aprehensión de la realidad debe ser así. Los niños aprenden sobre la realidad llevándose todo a la boca, porque el sabor es saber, porque literalmente se la comen y así son transformados. Lo que comemos nos
transforma efectivamente a través de un proceso orgánico, y la realidad se constituye de la misma manera. No es cierto que la verdad se descubra a través de un proceso intelectual en el cual separamos objeto y sujeto u observador y observado. Aquello que observamos muchas veces se transforma durante el proceso de la observación. Un tiempo aprehendido como fruto es un tiempo que no se escapa hacia la muerte2; un presente que se asemeja a la eternidad, donde nada tiende hacia la muerte3. Un tiempo en el cual el futuro no se presenta como una amenaza, sino como devenir. Además, un fruto brilla como tal cuando sirve más como regalo que como alimento. Un tiempo regalado, como la semilla que es un signo viviente que guarda y cuida en secreto la maravilla de la creación, porque a través de su maduración y florecimiento, ya no perece. Un tiempo como un hijo, fruto del amor, que encarna el renacimiento, atravesando la muerte para que el ciclo de la vida comience de nuevo. No solo llevamos esta condición inevitable por ser humanos, sino que debemos manifestarla, hacerla presente, convertirla en regalo.
Esta es la esencia del encuentro que se requiere para refundar los mares de América, encontrándolos una vez más, con una nueva visión que los reinvente, convirtiéndolos en regalo y haciéndolos presentes y disponibles al devenir. Incluso podemos pensar o creer que es posible hacer esto cada vez, reiniciando las bases y fundamentos de nuestro conocimiento y, sobre todo, de nuestras leyendas. Permitámonos abandonar todo prejuicio y aquellos supuestos tan antiguos que los consideramos inmodificables partes de nuestro ser. Se trata de crearnos nuestros propios orígenes, para que al concebir a Chile como un archipiélago, sea posible plantearle un nuevo pasado, un devenir y un presente.
La finalidad de este libro es abordar la concepción de Chile como un Archipiélago desde una perspectiva poética, recorriendo un poco la historia. Se trata de lecturas poéticas relacionadas con la historia y la geografía. Así aparece, por ejemplo, una lectura libre del poema Amereida4 y de muchos otros poetas nacionales y extranjeros
cuyas indicaciones están vigentes y nos pueden abrir amplias perspectivas para entender mejor los lugares que habitamos.
A lo largo de estas páginas, nos sumergiremos en la relación íntima entre Chile, América y el mar, explorando su influencia en nuestra identidad colectiva y en nuestro modo de habitar. Nos adentraremos en la concepción del archipiélago y del mar por parte de los antiguos griegos y de nuestros propios pueblos originarios, estableciendo paralelos y contrastes con nuestra propia percepción en Chile. Luego, a través de un viaje por el mar latino y español, desvelaremos cómo estas influencias han dado forma a nuestra relación con el mar y cómo ha moldeado nuestra cultura.
Exploraremos el origen de algunas de las formas de habitar en Chile y América, como por ejemplo el papel fundamental de las Le-
yes de Indias en la configuración de nuestra forma de vida y en la concepción del continente como un ‘territorio’ que ha dejado atrás su vínculo con el mar. Por eso proponemos el concepto de ‘maritorio’. Este análisis nos permitirá comprender la importancia de estas leyes como claves sencillas para vislumbrar la manera en que nos relacionamos con el entorno marítimo.
Asimismo, llevaremos a cabo una comparación entre el tratamiento del mar en el habla poética inglesa y en el habla poética española o castellana. A través de esta exploración examinaremos las diferencias en la concepción y el uso del lenguaje para referirnos al mar en estas dos tradiciones culturales, lo cual arrojará luz sobre la influencia que el lenguaje puede tener en nuestra percepción y relación con el mar.
Finalmente, traeremos poéticamente a presencia al menos cinco de lo mares americanos: el Caribe, como origen; el Atlántico, como luz; el Pacífico, como aventura; el Mar Nuevo de Aysén, como ancla; y el Mar Interior, como lo desconocido. Necesitamos oír a estos mares para comprender la relación de los pueblos americanos con el mar. Esperamos ampliar la comprensión y valoración del mar como elemento fundamental en la historia, la poesía y la lugaridad de Chile. A través de estas reflexiones, hacemos una invitación a embarcarse en un viaje de hallazgo y revalorización de nuestra condición de archipiélago, y a considerar las implicancias que esto tiene en nuestra visión del mundo y en el destino que nos aguarda como habitantes de uno de los lugares más bellos del planeta.
Además acompañamos el texto con ilustraciones especialmente creadas para este libro. Son dibujos a lápiz, en blanco y negro que desarrollamos con herramientas de inteligencia artificial. Cabe destacar que todos los dibujos son originales y para estos sólo hemos utilizado fragmentos del libro como indicaciones semánticas, sin referencias a ninguna obra de ningún artista en particular. Antes de adentrarnos en las cuestiones poéticas valen unos distingos geográficos.
Chile es un archipiélago porque se encuentra rodeado por un conjunto de mares.
En el oeste está el Océano Pacífico, siendo el país que tiene el mayor frente marítimo de todo este océano, con 4.300 km lineales. Existe además lo que se ha llamado el ‘mar presencial’, que involucra a Chile en tres continentes; América, la Polinesia a través de la Isla de Pascua y la Antártica y que prolonga nuestras fronteras más de 4.000 km mar afuera5. Al este se encuentra el Mar Interior de América, que comienza para nosotros en la vasta cordillera de los Andes, con los mismos 4.300 km lineales, 1/5 de la distancia entre los polos. Al sur se encuentra el Mar Nuevo de Aysén, con miles y miles de canales, fiorsos e islas que poseen más de 50.000 km lineales de costa. También en el extremo austral Chile al Atlántico, desde la península de San José en latitud 42 grados hasta Nueva Shetland del Sur.
Notas y referencias
1 Balcells, I. (1988). Aysén: Carta del mar nuevo. Pesquera Friosur.
2 Y luego, volviéndose hacia mi, decía: he aquí algo melancólico y lamentable; pero una calamidad menor no habría bastado para los designios de Dios. Comprende bien esto... el tiempo presente se reduce a un punto matemático, y hasta ese punto matemático perece mil veces antes de que hayamos podido afirmar su nacimiento. En el presente todo es finito, y ese mismo finito es infinito en la velocidad de su huida hacia la muerte. Pero en Dios no hay nada finito; en Dios no hay nada transitorio; en Dios no hay nada que tienda hacia la muerte. De ello se sigue que, para Dios, el presente no existe. Baudelaire, C. (1998). Pequeños poemas en prosa / paraísos artificiales. Cátedra.
3 Lewis, C. S. (1993). Cartas del diablo a su sobrino. Andrés Bello.
4 Varios autores. (1967). Amereida. Editorial Cooperativa Lambda. http:// wiki.ead.pucv.cl/index.php/Catálogo#Amereida
5 Tricontinentalidad de Chile. Tricontinentalidad de Chile. (2022, 25 de diciembre). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: julio 11, 2023.
Archipiélagos en las palabras
En la nota nº 16 de la bitácora de la primera travesía de Amereida1, el inglés Clifton menciona a Christos Barnabas, un hombre moribundo que busca desesperadamente las orillas perdidas para volver a encontrarse a sí mismo. En medio de este desierto vivo de aventura y emigración sin fin, Clifton, a pesar de todo, muestra un temple peculiar, que lo lleva en la lengua que habla, en el inglés de los imperios que encapsula en sus sonidos y significados todas las distancias.
Según uno de los poetas franceses que viajaba en aquella primera travesía, la poesía francesa carece de raíces, a diferencia de la italiana o la inglesa. ¿Qué quiere decir esto? ¿Cuál es ese temple singular que Clifton, un hombre inglés de 70 años, lleva consigo y que lo hace más joven que su propio hijo? ¿Qué significa temple?
En primer lugar, el temple es una idiosincrasia, una cualidad de valentía y coraje arraigada en el corazón. Es una disposición valiente. Pero al mismo tiempo, el que templa es aquel que modera y equilibra, el que calma y contiene. ¿Es posible esta contradicción en los significados? Por ahora, podemos convenir en que al igual que la vida, el lenguaje presenta no solo contradicciones, sino también paradojas. Una paradoja es cuando algo puede ser dos cosas aparentemente contradictorias al mismo tiempo, como cuando lo que consideramos un obstáculo en la vida también enriquece y embellece nuestra existencia. Pero volviendo a nuestra pregunta inicial: ¿Todos los idiomas llevan consigo este temple? ¿Lo habría tenido el turco otomano
cuando dominaba el mundo conocido? ¿Era una característica del latín de Augusto, cuando ordenó la escritura de la Eneida para ensalzar el imperio? ¿Lo llevaba Alejandro Magno en su interminable avance hacia Oriente? Tal vez Amereida se refiera a los idiomas imperiales. Pero, ¿qué significa o qué ocurre cuando se lleva un temple en la lengua? ¿Qué significa que pueda encapsular en sus sonidos y significados todas las distancias? Significa nada menos que el mundo, todo, el universo mismo, se convierte en un hogar habitable, un lugar donde concebir hijos, dominios y artes. Significa que para el hablante del inglés, el mundo entero se vuelve propio.
Aquellos que hayan leído Moby Dick comprenderán esto perfectamente, cuando incluso el mar, considerado inhóspito por exce-
lencia, es concebido como la máxima de las aventuras. Es allí donde florecen los cuentos y emergen nuevos mitos, y donde el miedo a lo desconocido se convierte en la fuerza motriz que impulsa a los seres humanos. El monstruo abominable, lo imposible por excelencia, sí existe, es real. Después de que Ahab persigue la ballena blanca por todo el globo, los mares se vuelven habitables para el resto de los mortales. Moby Dick es un libro, son palabras. ¿Qué significa esto?
Significa que son los poetas quienes nos ayudan a ver lo que nos rodea y lo que debe ser propio. Nuestro propio campo. Nuestra herencia.
¿Sucede lo mismo con el castellano? Nosotros también estuvimos bajo un imperio, que fue incluso más vasto que el inglés. ¿Cuál es la diferencia?
Desde el Griego
En la Ilíada, el mar es descrito como un ser divino al que se le rinden sacrificios y homenajes, y se le considera capaz de decidir el resultado de las batallas. Poseidón, el dios del mar, es representado como un poderoso dios que influye en los eventos de la guerra. En la Odisea, el mar se convierte en el elemento esencial sobre el cual se desarrollan las aventuras y desventuras de los héroes. Odiseo se lamenta por la imposibilidad de rebelarse contra el destino que el mar representa. Los poemas homéricos son valiosas fuentes para comprender la visión griega sobre el mar.
Sin embargo, otro poema importante que conecta el mar griego con el presente es Der Archipelagus 2 del gran poeta alemán Hölderlin. Escrito alrededor de 1800, Hölderlin busca traer a Grecia en su poesía para revelar la identidad y el destino de su propia nación, Alemania. El mar es considerado como el padre y las islas como sus hijas y madres de los héroes. A través del mar, Hölderlin cree que puede traer la esencia griega a Alemania. El mar transmite los dones de los dioses a los seres humanos y unifica lo distante y lo lejano. También desempeña un papel crucial en el comercio y la guerra, influenciando el resultado de los conflictos.
Agradecimientos
Un libro nunca es obra de una sola persona. Y así también nunca es posible agradecer a todos y cada una de las personas involucradas en su ejecución.
En primer lugar agradezco a la comunidad de profesores de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; durante más de treinta años hemos realizado travesías por el continente americano, también navegando los mares de América, siguiendo las indicaciones de la poesía e intentando regalar la obra de nuestros oficios.
Los profesores del Instituto de Historia de esta universidad me recibieron, como poeta y diseñador, para mis primeros estudios de posgrado y estuvieron disponibles para que desarrollara mis ideas aceptando mi falta de rigor disciplinar en la historia. El profesor Raúl Buono-Core dirigió mi proyecto de tesis, hace más de 15 años, otorgándome plena libertad e impulsándome a llevar adelante estas relaciones y experiencias poéticas. Aquella tesis es ahora la base de este libro.
Debo agradecer también a las personas de nuestra editorial, por haber patrocinado este proyecto y hacerse cargo de su publicación.
El Fondo del Libro del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio ha confiado en que estos contenidos son pertinentes y pueden llegar a ser un aporte a públicos diversos.
Finalmente y acaso la más importante. Lorena Arce, además de navegante, en tantas conversaciones y viajes ha modificado muchos
de los preceptos originales de esta tesis, renovando y enriqueciendo los conceptos y sobretodo enseñándome la extraordinaria y viva realidad actual de los pueblos originarios con los mares de América y del mundo.
Edición y colección al cuidado de David Letelier. Este libro fue compuesto con las familias tipográficas PF Regal Text Pro 11 pts. y PT Sans 24 pts. Impreso en papel Bond ahuesado de 90 gr/m2, en un formato de 16,5 x 23,5 cm. Páginas de cortesía en papel Sirio black de 80 gr/m2 Encuadernación en rústica con tapas en papel Acquerello de 300 gr/m2 Fue maquetado en la ciudad de Valparaíso y confiado a Grafhika Impresores, durante abril de 2025.