El Ceretón y otros cuentos de Calixto Gutiérrez Aguilar

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Calixto Gutiérrez Aguilar [23]

—No seas pendeja mijita. Todo te da miedo —repuso la doña mientras bebía su café y miraba hacia el camino que une a su casa con la carretera. —Anoche andaban tres hombres que no son de por aquí. Uno me preguntó que si sabía dónde vendían cigarros. Yo le dije que fueran para que Juanita… Me parecieron raros —dijo la hija. —¿Viste? No son vainas mías. Algo malo va a pasar — insistió la vieja.

III —Bueno, yo lo único que supe fue que se metieron tres tipos en su casa, le cayeron a coñazos y se lo llevaron —dijo el señor de la bodega detrás del mostrador. —Parece que hasta desnudo se lo llevaron —opinó un paisano—. ¡No, el hermano le tiró un pantalón para que se lo pusiera —aclaró una señora. —Ese muchacho hace tiempo que andaba buscándose una mala hora —sentenció el señor de la bodega. —Por ahí aparecerá muerto, no les extrañe —afirmó con aire resignado el mismo paisano—. ¡Ya verán! Y cayó la tarde y vino la noche, y en una humilde vivienda llena de gente y de miedo, de lástima y resignación; una mujer lloraba a gritos la pérdida del hijo que ya estaba perdido antes de morir, mientras en otra casa una vecina decía a su hija: —Te lo dije esta mañana: una vaina mala iba a pasar.


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