Hacia la autonomía de las provincias
Durante la primera mitad de la década de 1810, en los territorios que hoy forman la Argentina se fueron organizando las primeras provincias. Como pueden ver en el mapa de abajo, en 1815 las provincias ya eran ocho. Un año después, cuando declararon su independencia de España, las Provincias Unidas del Río de la Plata habían pasado a ser doce: Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Salta, Mendoza, Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, San Juan, San Luis y Córdoba (miren el mapa de la página 149). Luego de la independencia, los jefes provinciales no lograron ponerse de acuerdo para establecer un gobierno central, cuya autoridad alcanzara a todas las provincias. Si bien a mediados de la década de 1820 se logró la unidad nacional, esta experiencia fue muy breve. Por eso, a lo largo de muchos años las provincias fueron autónomas, es decir, se gobernaron por sí mismas. Durante ese período, cada provincia se dedicó a organizarse internamente: por ejemplo, dictaron sus propias constituciones y establecieron mecanismos para elegir a sus gobernantes.
Banderas de las provincias de Entre Ríos y Santa Fe.
Actividades 1. Trabajamos con mapas. Observen los mapas de la página 14 y el de esta página, y realicen las actividades. a. Respondan. ¿Qué países actuales abarcaba el Virreinato de Nueva España? ¿Y el del Perú? Pueden ayudarse con el planisferio de las páginas 12 y 13. b. Escriban los nombres de las provincias argentinas actuales que no existían en 1815. ¿Quiénes dominaban esos territorios? 2. Expliquen por escrito qué ocurrió con algunas zonas que integraban el Virreinato del Río de la Plata luego de la Revolución de Mayo. Las provincias en 1815.
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