Acciones mutuas entre los objetos
F'
F
El patinador aplica una fuerza F sobre la baranda, y la baranda ejerce una fuerza F', igual y opuesta a F, sobre el patinador.
Al analizar situaciones en que intervienen sistemas de fuerzas no equilibrados se tiende a concentrarse en una sola de esas fuerzas, como la que tira de un objeto o la que lo empuja. Newton profundizó el análisis y comprendió que la fuerza no se encuentra aislada, sino formando parte de una acción mutua o interacción. Cuando un objeto experimenta la acción de una fuerza, siempre existe otro objeto que ejerce esa fuerza y que, a su vez, recibe una fuerza como reacción. Si alguien está aprendiendo a patinar y quiere alejarse de la pared que bordea la pista, se apoya sobre esa pared y da un empujón, ejerciendo una fuerza sobre ella. Simultáneamente, el patinador recibe una fuerza ejercida por la pared y consigue su objetivo: alejarse de ella. Ese par de interacción se compone de dos fuerzas de la misma intensidad y de sentidos opuestos.
Tercera ley de Newton: el principio de interacción Este gran descubrimiento de Newton constituye la clave para comprender la mayoría de los fenómenos en que intervienen dos o más cuerpos. Según la tercera ley de Newton: Si un cuerpo ejerce una fuerza sobre otro, el segundo ejerce sobre el primero una fuerza de la misma intensidad y dirección, pero de sentido opuesto. Generalmente una fuerza es llamada acción y la otra, reacción. Por eso, este enunciado es conocido también como principio de acción y reacción. En realidad, no importa cuál de las fuerzas es la acción y cuál la reacción. Lo que se debe tener en cuenta es que ambas son parte de una interacción, y que una no existe sin la otra. En toda interacción, las fuerzas actúan por pares. Por ejemplo, un nadador interactúa con el agua de tal modo que él empuja el agua hacia atrás y el agua lo empuja hacia adelante. Si el nadador deja de bracear, ya no ejerce fuerza hacia atrás sobre el agua; en ese mismo momento, desaparece la fuerza que el agua ejercía, hacia adelante, sobre el nadador. Sin la fuerza de acción no puede haber fuerza de reacción, y sin esta no se produce desplazamiento hacia adelante. Si se aplica la tercera ley de Newton, se pueden explicar situaciones como las que se presentan a continuación.
Cuando se inicia la carrera, el atleta ejerce una fuerza sobre el taco, y el taco, sobre el atleta.
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El perro camina sobre la pelota, que gira en sentido opuesto al del desplazamiento del perro, que, en vez de avanzar, retrocede.
La mano de la nadadora desplaza el agua hacia atrás. Ella recibe, por reacción, la fuerza que la impulsa hacia adelante.