Audiencia publica final Christine

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SOY CHRISTINE EDWARD, VECINA DE LA GRANJA Y MIEMBRO DE LA MESA DE AGUA Y AMBIENTE LA GRANJA PRIMERO QUIERO OBJETAR EL LUGAR ELEGIDO PARA ESTA AUDIENCIA. LA OBRA SE HACE EN ASCOCHINGA. EL IMPACTO MÁS SERIO E INMEDIATO ESTARÁ AHÍ SOBRE ESE PUEBLO. LA FIRMA H. CATALÁN DE LA RIOJA ESTÁ TRABAJANDO EN LA ZONA HACE MAS DE DOS SEMANAS. HAN PUESTO MOJONES EN EL SITIO ELEGIDO PARA EL DIQUE, PEDIDO LA LÍNEA ELÉCTRICA Y ALOJAMIENTO PARA UN AÑO. Cualquier persona con sentido común al leer el EIA sobre la construcción de un dique sobre el Rio Carapé estaría sorprendida por su pobreza. Es difícil creer que tal trabajo salió de nuestra respetada Universidad Nacional de Córdoba. Seguramente los docentes universitarios que son parte del equipo que formuló el estudio no aprobarían semejante “estudio” viniendo de sus propios alumnos con la falta de datos, las mediciones inadecuadas o faltantes, mapas improvisados /equivocados, la omisión de datos necesarios los cuales son fácilmente accesibles en la bibliografía universitaria y en los archivos del mismo Ministerio que los emplea . Hay hasta párrafos pegados dos veces (81-82); datos repetidos (lista ONGs - paginas 7778); datos contrarios (no se sabe cuál es la mutual de la Fuerza Aérea - paginas78 y 82); datos incorrectos (la ruta nacional 156 cambió de nombre el siglo pasado) y errores de ortografía (apellidos página 83). Va disminuyendo la confianza del lector. Pero lo más grave es el evidente desconocimiento mostrado en sus hojas - POR FALTA DE ESTUDIO - del lugar de emplazamiento del dique y de las personas que van a llevar el mayor impacto negativo por su construcción. No estamos hablando de la construcción de un quiosco en la plaza frente de este auditorio, sino de un embalse que contendría más que mil millones de litros de agua en tiempos de crecida justo arriba de un pequeño pueblo y sus pobladas escuelas dentro de su flamante edificio a 1 kilómetro en línea recta de esa


riesgosa obra. Luego, la provincia proyecta otro dique vecino sobre el Rio San Miguel y también arriba de Ascochinga (los dos ríos se unen y corren como el Rio Ascochinga por el pueblo). Yo, miembro de la Mesa de Agua y Ambiente La Granja, grupo que fue uno de los propulsores de la declaración de la Reserva Natural de la Defensa Ascochinga, un grupo de ciudadanos comunes y pensantes, gente cálida con sentido común, - he vivido el proceso de este estudio – 27 paginas (215 - 241) son trabajos nuestros pegados sin permiso y 17 páginas más cuentan/ilustran/registran momentos que vivimos con autores de este EIA (77-86 y 242-250). Sabemos los pocos días de su formulación (13 de abril a 12 de mayo 2016 con la anterior formulación de un estudio de pre-factibilidad que no está publicado), su elaboración apresurada, las informalidades (avisaron media hora antes de su llegada a La Granja) y las improvisaciones (el mapa de la reserva de “elaboración propia” totalmente equivocado en página 76). No podemos hablar de la parte técnica aunque no es difícil detectar lo faltante. Pero si de lo social. Somos una parte de la comunidad afectada – el municipio de La Granja, el pueblo Ascochinga en particular – y el equipo técnico de la universidad - en su apuro y en su paso de un día (20 de abril, 2016) por la localidad - nos eligieron equivocadamente para representar su acercamiento al pueblo – fuimos sin saber y sin querer elegidos como los representantes de la participación ciudadana requerida por el estudio. Dijeron que iban a volver. Dijimos que Ascochinga los esperaba. Pero nunca volvieron para completar su estudio. Se quedaron con las palabras nuestras tratadas sin metodología ninguna, (aparentemente el equipo no incluye un sociólogo con conocimiento de este proceso analítico en particular), sin profundizar, ocupando improlijamente 3 hojas del estudio (78 - 81) – deliberadamente sin interpretación o análisis por los universitarios (“De allí que {las percepciones y sentir sobre el proyecto} no han sido reinterpretadas a los fines de elaborar el presente informe” - pagina


78). Igualmente, el informe de la visita de los técnicos de la universidad a este mismo auditorio (27 de abril, 2016,) es un rejunte de comentarios con nombre/sin nombre, con apellido/sin apellido, con apellidos mal escritos y pesa incómodamente en las últimas páginas de Capítulo 5 del Estudio de Impacto Ambiental. Parece que estos detalles son pequeños e insignificantes, pero nuestra equivocación fue confiar en la universidad, confiar en su independencia, en sus poderes de investigación y análisis, ofrecerles nuestros aportes así ellos podían ver la posición nuestra en esta difícil situación y sacar alguna conclusión – negativa o positiva pero basada honestamente en un estudio serio y profundo. Las instituciones de la Reserva no fueron formalmente contempladas, tampoco las autoridades locales y menos los habitantes de Ascochinga. Hubo una flagrante falta de respecto en el procedimiento y el resultado está a la vista – un estudio de impacto ambiental que confunde la inteligencia de todos nosotros, que crea más dudas que certidumbres y sobre lo cual se construye un dique - ¿con semejante improlijidad?  Sostengo que el uso de nuestra voz como única voz social de base de la zona del dique invalida las conclusiones de este estudio.  Sostengo que el uso sin nuestro permiso de nuestro material y como única muestra del HISTORIAL DE ACCIONES E INFORMES DE ONGs SOBRE EL SITIO Y LA PRESA es mínimamente un abuso de nuestra buena fe.  Sostengo que - si el estudio da un impacto positivo en la “percepción social cuenca alta” basando la conclusión en nuestras manifestaciones y sin evidenciar comunicación con otros actores sociales de base - la conclusión es claramente una mentira por parte de los universitarios. La buena práctica de la democracia incluye relaciones interinstitucionales transparentes y fluidas. En este sentido durante el procedimiento que nos ha traído acá a esta Audiencia


Publica sobre el EIA, - las autoridades provinciales han mostrado graves falencias. No notificaron debidamente a las instituciones nacionales y locales pertinentes sus intenciones. Las anunciaron en zonas políticamente amables pero nunca por vías formales lo cual está reflejado en el EIA (página 82 – “Se improvisó….ningún proyecto en su jurisdicción”). Tenemos que dar gracias cuando nuestras autoridades siguen sus propias leyes. Estamos acá hoy por la ley. Pero también hay que seguir el espíritu de la ley. Se cumplió la formalidad del Estudio de Impacto Ambiental pero en solo 29 días y sin la voluntad de hacer un verdadero estudio como se exigiría académicamente. El producto es un trabajo mediocre e incompleto. Es importante remarcar que este año se formó el Comité de Cuenca del Norte (Cordobés). Entre esas cuencas están las de Rio Jesús María y El Carnero – dos cuencas que contienen las 5 localidades del municipio de la Granja. Ni las autoridades ni los actores sociales de nuestra zona han sido incluidos en este Comité aunque el bosque que tanto nos costó conservar, protege puntualmente el sistema hídrico de la cuenca de Jesús María Hoy esta audiencia es – contrariamente - sobre el Estudio de Impacto Ambiental y no sobre la obra. ¿Cuántos de ustedes acá han leído sus 278 hojas en preparación para este evento? ¿O simplemente están acá para decir sí o no a la obra? Una entrevista radial el viernes pasado que incluyó dos imprecisiones notables, demostró que hasta nuestros anfitriones no han hecho sus deberes. ¿Cómo vamos a confiar en una obra de semejante envergadura si observamos solo mediocridad, desconocimiento e improvisaciones? Invalido este Estudio de Impacto Ambiental por las siguientes razones en particular: 1) La medición de un impacto positivo en la “percepción social cuenca alta” es insostenible sin evidenciar comunicación con la


comunidad directamente afectada. Exijo la participación verdadera de los pobladores en la contemplación de cualquier proyecto que cambiaría su calidad de vida – en esta instancia, la participación de los habitantes de Ascochinga. 2) El Estudio del Impacto Ambiental sobre la construcción de un dique sobre el Rio Carapé, no se justifica en ninguna manera teniendo en cuenta la construcción de otro dique sobre el Rio San Miguel. Este segundo dique está también en zona de la Reserva Natural de la Defensa Ascochinga y a una distancia de tan solo 700 metros del primero. Por lo tanto, exijo un Estudio de Impacto Ambiental que abarque el impacto de los dos diques juntos y que este estudio sea una parte de un estudio integral que contemple los impactos sobre la cuenca entera de un total de cuatro diques serranos planeados en la misma zona. 3) Curiosamente y sin explicación, el estudio escasamente investiga el impacto del desvío de la ruta 66 aunque involucrará una obra masiva de ingeniería, afectando un sistema hidráulico que alimenta el pueblo de Ascochinga en tiempos de sequía y necesitando el desmonte de bosque nativo en las laderas. Por la poca importancia que este estudio da a semejante impacto, exijo un Estudio de Impacto Ambiental aparte sobre esta obra vial pedido por los comitentes pertinentes. 4) El estudio tampoco da debida importancia al impacto sobre la seguridad y salud de los pobladores de Ascochinga: a) dos diques estarán arriba de este pueblo cuando actualmente el mundo cuestiona la seguridad de diques en estos tiempos de eventos extremos y aún más cuando existe la posibilidad de un mantenimiento inadecuado (vimos las consecuencias el año pasado en Rio Ceballos); b) los alumnos de las escuelas de Ascochinga en su edificio a lado de la ruta (no pavimentada) 66 sufrirán mínimamente un año el paso de maquinaria pesada por frente de su institución con todos los riesgos de salud y


seguridad que esto implica. También, sufrirán los sacudones de las explosiones “compatibles” a la obra y la posibilidad de un deterioro en la estructura de su colegio. ; c) la posibilidad que el espejo de agua previsto para ocho hectáreas, se estancaría y presentaría una amenaza sanitaria en la zona. Exijo la invalidez de un estudio que ignora la gravísima amenaza que la obra significará contra la salud, seguridad y bienestar de los pobladores de Ascochinga y en especial de los niños y jóvenes de sus escuelas que estarán a menos de 2 kilómetros abajo de dos diques y sobre un camino transitado por vehículos de alto porte para la construcción. 5) El estudio tampoco contempla el impacto sobre un monumento histórico – “La Pequeña”, una casa construida por Julio A. Roca en 1880 y ligada a la historia de futbol en este país. Esta casa se encuentra a solo 500 metros en línea recta de la obra. Este ejemplo de nuestro patrimonio cultural no figura en el estudio y sufrirá los sacudones de las implosiones, y un impacto sobre su provisión de agua, entre otros. Exijo que la exclusión de este impacto puntual también invalide el Estudio de Impacto Ambiental. 6) Antes y durante la elaboración del Estudio de Impacto Ambiental, el proyecto en sí fue cambiando y los mismos técnicos universitarios reconocieron en las páginas del estudio (paginas 81 -“Se acordó una próxima reunión para cuando se tuvieran mayores precisiones del proyecto” y 80 - (“en modificaciones al proyecto……fue posterior a este encuentro”) y a los vecinos mismos que no tenían precisiones técnicas firmes de la obra. Exijo la invalidez del Estudio de Impacto Ambiental que fue hecho sobre proyectos diferentes/modificados y no debidamente sobre uno solo. 7) Finalmente, el estudio de pre-factibilidad sobre la obra en Río Carapé no está disponible. Exijo la disponibilidad de este estudio y sus resultados.


Comprendo la situación de la gente de Jesús María y de los pequeños pueblos afectados en el este. Lamento que no seamos parte de las organizaciones que pretenden producir un Master Plan para las cuencas donde nosotros también vivimos. Por ser excluidos, es difícil aceptar obras que amenazarían nuestra calidad de vida y hasta nuestra seguridad y salud. Hemos sufrido también las catástrofes de inundaciones e incendios. En 2013 fuimos atacados ferozmente por un incendio provocado por el Rally Zonal de Jesús María que fue permitido durante una aguda sequía y quemó una escuela entera en La Pampa y ardió días en la zona de La Granja. Somos todos damnificados por un estado negligente que ya ha mostrado su inhabilidad de producir obras de calidad y ni hablar de mantenerlas. La pobreza de este Estudio de Impacto Ambiental sobre la obra del dique sobre el Rio Carapé y el pertinente procedimiento es evidencia de esa negligencia. No acepto una obra basada en un documento fallido ni la falta de evidencia de que esta obra y las obras siguientes serían la solución para la cuenca baja. Debe garantizarse también la seguridad y bienestar de los pueblos arriba. Por todo lo expuesto, exijo que se desestime el EIA de la obra del dique sobre el río Carapé. PRESENTO LAS SIGUIENTES COPIAS RELEVANTES A MI PRESENTACION Y EL TRANSCRIPTO DE MI PRESENTACION: i.

ii.

Transcripto presentado en la Audiencia Pública, Jesús María, lunes 13 de junio, sobre el Estudio de Impacto Ambiental sobre el proyecto dique Río Carapé. Transcripto de una correspondencia por mail/correo electrónico entre mí y Cristina del Campo del equipo UNC. En ningún momento di mi permiso para la publicación de los trabajos de La Mesa de Agua y Ambiente, La Granja.


iii.

iv.

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Artículos periodísticos sobre el Master Plan del Comité de Cuenca del Norte publicado el 13 de abril 2016. El Comité no incluye representantes de la cuenca media/alta de los ríos Carnero y Jesús María. Artículos, preguntas y detalles sobre el incendio de setiembre 2013 que se desató durante el Rally Zonal de Jesús María. La Mesa de Agua y Ambiente, La Granja hizo una denuncia penal “para que se investiguen causas, accionar y responsables del inicio del fuego”.


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