Historia de Carme Sallés

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Pequeña histo n, .·deCanne Sallés ·-~' ··



Una niña de Vic Cuando Jaume Collell narr aba en Memories d'un noi de Vic (Memorias de un niño de Vic) sus recuerdos de infancia (1850-1860), no se imaginaba que también podr ían ser las memorias de una niña llamada Carmeta; nacida el 9 de abril de 1848 en la plaza de Santa Clara, en el prim er piso del edificio que hace esquina con la calle Manlleu, donde vivían sus padres con la seño ra Francesca Cirera. También esta ba Petr onil a, niñe ra de Francesc, después de Carm e y de los que fueron llegando: chico-chica-chico-chica ... Es decir: Josep, Teresa, Bon aven tura , Melciora , Lluís... y tres más que murieron cuan do eran pequeños. Entr e todos, nos explican esta pequ eña historia.

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Hablan los mayores

Empiezo yo, que por algo soy el padre. Mi nombre completo es Josep Sallés de la Serra i Vall de Vil_arhom~. Sallés de la Serra es la masía en la que, desde el siglo XIV hasta 1906, ha vivido nuestra familia. Ya sabéis cómo son los pueblos: nos ponemos motes y refranes... De rn.J pueblo se dice: Sallent, xica vila i mala gent (Sallent, pueblo pequeño y mala gente), cosa que no es cierta porque allí han nacido San Antonio Mª Claret , el obispo Torras i Amat y yo mismo, que soy una buena persona, a pesar de lo que dice el refrán familiar: Abans pesta i foc i guerra que enfrontar-se amb un Sallés de la Serra." (Antes peste y fuego y guerra que enfrentarse a un Sallés de la Serra). Mi hermano Joan es el mayor; así que, la tierra y la casa son para él. A mí, me han enseñado el oficio de tejedor; por eso, estoy en Vic, donde hay unos 470 telares; aunque sólo hay dos de pasamanería. Uno es el de la señora Francesca, cuyo taller llevo yo y, por eso, vivimos con ella. Del otro telar, ya os hablará mi mujer. Antes que nada, procuro ser un buen cristiano: soy terciario franciscano, pues tengo mucha estima a San Francisco... Nuestra Carmeta lleva su nombre en segundo lugar, aunque por otros motivos, claro. Y continúo yo, q~e soy la madre, Francesca Barangueras i de Planell. La niña se llama Francesca porque es mi nombre, el de mi padre y el de nuestro hijo mayor. También se llama Rosa, como mi madre, que pertenecía a un linaje que se remonta, al menos, hasta el año 1208: los Planell de Tona. Nos hemos separado de la rama principal porque ni mi bisabuelo ni mi abuelo fueron primogénitos. Pero, yo estoy orgullosa de mi padre, un pasamanero que tiene el taller en la rambla de Sant Domenec. Gracias a eso, conocí a Josep; porque son los únicos fabricantes de cintas de seda para nuestros sombreros o de algodón para las alpargatas. 11

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La niña se parece a Josep: es rubia com o él y tiene los ojos azules. Por culpa de mi salud, no la he podido criar y la hemos llevado a Sant Julia, a casa de los Riba, que está cerca y pode mos verla a menudo. La he confiado a la protección de la virgen del Carmen, porq ue soy terciaria d~l Carmen, como mi padr e y mi abuelo. Mi sueño es tener muchos hijos: los chicos serán sacerdotes y las chicas se casarán para darno~ nietos y nos cuidarán cuan do seam os may ores. La seño ra Francesca dice que no haga proyectos, que la vida ya nos marcará el camino.

La seño ra Francesca soy yo. No sé qué hubi era sido de mí al mori r mi marido, y luego mis dos hijos, sin Josep, tan buen o y traba jado r, y sin su mujer, que es como una hija para mí. Por eso, en mi testa men to les dejo la casa y el taller. Los niño s son los nieto s que nunc a he tenid o. Carm eta es mi ahijada, y me enca nta comprarle una mon a bien gran de el día de Pascua. Creo que no habr á muchas pascuas más... Esto y cansada. Es hora de reun irme con mi mari do y mis hijos. ¡Hola, soy Petronila, la niñera! ¡Si viérais las explicaciones que le da mi niña a su muñeca en la iglesia para que se esté quie ta y escuche porq ue ahí está Jesús... ! Y qué bien se lo ha pasa do cuando la he llevado, ahor a que ya empieza a ser mayor, al día de la candelaria en la Iglesia de Sant Domenec. Visten a una niña de Virgen y lleva dos palomas en una cesta para ofrecérselas al sacerdote. Carm eta lo mira todo con los ojos muy abiertos, como si quisiera grab arlo en la memoria.

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El turno de los pequeños Me llamo Frances~, pa~a serví~ a Dios y a usted Estudio en el Semmano . de. V1c. Somos casi m1.1· pero no todos son semmanstas. Unos doscient ' . segun d a ensenanza, l niños estu d ian ,.os . o que llam a1s bachillerato, porque otros co leg1os que hab' / d 1a antes, ahora estan cerra os por cuestiones políticas que yo no acabo de entender. Mis padres insisten en que 1:11~ quede en el Seminario porque ellos se van a v1v1r a Manresa. Aquí tienen problemas con el negocio y quieren vender la casa ... Dicen que vendrán a verme y que, después, irán viniendo mis hermanos. Pero, no lo sé ... no acabo de ver claro mi camino. Como soy el mayor, mi adre me dice que me tocará ocuparme de mis hermanos, porque soy el heredero. Y, especialmente, de las chicas porque, si no se casan, ¿qué harán? Soy el tercero y me llamo Josep. Me gusta estudiar y los idiomas. Mi madre dice que seré sacerdote. Ya lo veremos. Pero, vosotros esperáis que os diga algo de mi hermana, ¿no? Pues... hace de hermana mayor: a veces, nos entretiene con cuentos; en ocasiones, jugamos o recitamos el catecismo, que se tiene que saber de memoria porque puede venir María de la Doctrina a visitar a mi madre y, de paso, nos hace preguntas para ver si nos lo sabemos. Carme se ocupa de que en la mesa nos sirvamos por orden: primero los chicos, después las chicas... ¡como tiene que ser! Aunque, ella, a veces, dice que no se debe tratar a las chicas de una forma tan diferente a los chicos. ¡Y de eso nada!


Teresa y yo, que me llamo Melciora, os escribimos ¡untas. Teresa no estádmuy bi_en de s~l ud y yo estoy · erfectamente de to o, gracias a 0 10s. Pero, claro, ~ntonces me sale la vitalidad por tod os los por os y dicen que soy un terr em oto . No sot ras dos som os complementarias. ¿Teresa no tien e gan as de escribiros... ? Lo hago yo. ¿H ay que ayu dar a Ca rm eta ? Entonces, soy yo a la que no le ape tec e... Claro, que mi hermana mayor se em peñ a y me hac e ten er las aanas que no tenía. Y, si pro tes to, me lleva fre nte a la Virgen de la sala y allí me dice una s cosas... ¡uf! Que tengo ganas de ser bue na, bue na, bue na ... Hasta me apetece mo rirm e par a ir al cielo por que debe ser maravilloso est ar par a sie mp re con la Virgen . Aunque dice que no, que ant es ten em os que hacer muchas cosas; por eso, el Señ or nos ha traído aquí. Las monjas del colegio dicen lo mis mo. De sde que estamos en Manresa, vam os al col egio al que había ido mi ma dre . Se llam a Ensenyanc;a (Enseñanza), deb e ser por que nos ens eña n mucho. También nos hab lan de la Virgen , que se ha apa re- ~ cido a una niña en Lo urd es y, por eso , Ca rm e quie- ~ ~ ~ ~ ~ ~ re hacer la comunión de azul y blanco ~~ ;~b --&~•.,;: . También , . _ , ........ celebraremos la fiesta de Ma ría Niña. ¿O s digo un • .& secreto? Hace poco, fuimos a Mo nts err at y, allí, '~ not é algo especial en Ca rm eta; y aún lo not o más • cuando reza a los pies de la cama. Me dijo que será n'. onj a. Pero, no se lo digáis a nad ie por que luego ./ dicen que no sé gua rda r secretos... l ., : ~·~\"""

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, imp resio Yo soy Bon aven tura . Lo que mas me . . ne na de Car me es el aspe cto que t1e , com o s1 cam inas e en pres enci a de Dios. Y eso que hac~ poco me riñó. Yo esta ba ayud ando a Lluís con e ·, Latí n y tuve una tentac10n: segu, n c o'mo se pronun cias e una pala bra, pare cía otra que ~o s: deb e decir. Ella me oyó y... creo que no olV 1 ?ªr: fáci lme nte su serm ón. Tam bién me impres1 0no un día que vino a visitarnos a casa un seño r que, segú n dice n, es muy cult o y sabe muc has cosas. Deb e ser así, pero de religión no sabe nad a p_o~que dijo cosa s qu·e no son verd ad. Car me le ~viso, pero , com o el seño r insistía, ella se puso sen a Y le dijo que así no se salv aría y que ella pref ería perder la vida ante s que neg ar una sola de las verdad es que ense ña la Iglesia. Mi mad re esta ba en una situ ació n muy com prom etid a, pero ví que, cuan do se mar chó la visita, le dio un beso a Car met a.

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¡~e toca a mí! ¡Soy Lluís! Os explicaré qué me pas~. Est aba en el taller por que las máquinas me fascman, y me acerqué tant o que la correa que u~e dos · poleas me atra pó y me volteó. ¡Qu é miedo pasé! Todos se pen sab an que me mataba. Pero no me hice nada, sólo una magulladura en el brazo. Y, entonces, llegó Carro.eta angustiada Y preguntó qué había pasado. Dijo que esta ba ~eza~do en la iglesia y que, de repente, sinti ó mter_iormente la necesidad de rezar por mí. Yo no digo nada, per o esto ocurrio un 11 de noviem bre Y a mí no se me olvida. Cad a año en esta fu~ a, voy a comulga ' ias. A r y a dar las grac Carme no ~~ gusta que lo cue nte y se pone roja ; pero sucedio así. ¡Palabra!


Y, ahora, una presencia inesperada

L historia no ha conservado mi nombre, pero ªnocí a Carme Sallés en Manresa. Era una chica co . . alegre, de facc10nes muy agra d a bl es, piadosa, uy inteligente y una conversadora excelente. 1e nota que me enamoré? Hablé con mis padres 1., según se acostumbraba a hacer en aquella ~poca, fueron a hablar con _los de ella. ¡Estuve nerviosísimo hasta que volvieron! Pero, cuando me dijeron que sí, que los señores Sallés estaban de acuerdo ... no lo sé explicar: ¡todo me parecía diferente! Empecé a frecuentar su casa y a tratar a Carme. A veces, salíamos a pasear con Petronila detrás, porque en aquellos tiempos no se podía imaginar que una pareja paseara sola. A veces, la encontraba un poco cohibida pero pensaba que, cuando fuéramos marido y mujer, se le pasaría y no habría secretos entre los dos. Pero, a medida que se acercaba la fecha de la boda, la veía cada vez más triste. Hasta que me lo contó todo. Ella me quería, pero amaba más, mucho más a Dios y se quería dedicar a Él y a los que Él le confiara. ¡Lo decía ~ con un sentimiento! Sus padres la habían obligado a casarse y ella había intentado obedecer pero creía que, si no era fiel a Dios, nosotros n~l'-',si:::::.,;:;;_ seríamos felices. ¿ Qué debía hacer yo? ¡La amaba! ¡Cómo la amaba! Pero no quería forzarla. Acepté la ruptura del compromiso y esperé. Deseaba que fuera una ilusión, que se arrepintiera ... ¡No sé qué esperaba! De todas formas, eso no ocurrió y yo salí de esta historia en silencio.

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Al cabo de unos cuantos mese~, me escribió aquella carta. 11 Contin_ú ? conve~c1da de que tengo vocación. Estas rehg10sas reahzan una labor extraordinaria, acogiendo a estas chicas marginadas a las que Ja sociedad utiliza y rechaza al mismo tiem11 po... A pesar de eso... (Yo ya me temía que aquello no la convencería, pero, al menos, se le iban 11 aclarando las ideas.) Me gustaría evitar que se produjeran situa_ciones como é~tas. ¿No dicen que es mejor prevemr que curar? Pienso que se puede educar el corazón de las niñas con una buena formación religiosa desde pequeñas, y se les puede proporcionar una cultura suficiente que las capacite para ejercer una profesión. ¡Aunque hay tan pocas que la sociedad admita como decorosas para . .... una muJer

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De Barcelona a Barcelona, pasando por Vic

Cuando llegó Carmeta Sallés, toda angustiada: Mosén Aliberch, mis padres me han prohibido confesarme con usted porque dicen que me ha metido en la cabeza eso de la vocación ... creía que nunca cederían, porque tenían fama de ser obstinados en sus ideas. Y, además, ¡el noviazgo tan avanzado! Pero, finalmente, lo ha conseguido. Los dos teníamos claro que Dios, no yo, le había puesto esta inquietud en el corazón, pero no veíamos claro dónde exactamente ... Un jesuita le propuso que probara en las Adoratrices y, con ellas, se fue a Barcelona; es decir, al pueblo de Gracia. 11

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Me pedía ayuda, y se la dí. Le busqué a unas religiosas dedicadas a la enseñanza. Las Hermanas Dominicas la admitieron y se fue a Vic para ingresar en el noviciado. Estuvo apenas tres meses, porque el padre Coll, su fundador, descubrió enseguida su valía y la envió, aún siendo novicia, al colegio de Tortella, que tenía algunos problemas. Los solucionó tan bien que un dominico, el padre Enrie, le decía al señor Sallés: "Su hija es un tesoro ... " Volvió a Vic para profesar y, rápidamente, la mandaron a Sant Andreu del Palomar para encargarse de uña pequeña escuela que habían creado para que los hijos de las mujeres que trabajaban en las fábricas no corrieran solos por las calles. iba siguiendo lo que hacía y la veía muy fehz. Naturalmente, pasaba sus peripecias y me l~s escribía. "Ya sabes que me destinaron al colegio de Barcelona. Ahora ya soy directora. Estoy contenta. Las niñas aprenden mucho y, por las tardes, me ayudan en las clases que damos a las obreras... " "Estoy triste. Hemos tenido que suspender las clases de las trabajadoras para acoger a señoras residentes. Entiendo que el colegio no se podía sostener económicamente, pero ... " "Mosén Sebastián me ha nombrado priora ... "



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Fue una etapa muy intensa en su vida. Recuerdo que trasladó el colegio a la calle Mercaders para tener más espacio; de esta forma, sin desatender a las señoras, recibía a más niñas. Con los padres de las niñas, formó la Junta de la Escuela Nocturna, que apor taba los fondos necesarios para reiniciar las clases de las obreras. ¡Llegó a tener trescientas! El colegio estaba lleno de vida , las enseñanzas se ampliaban ... hasta la priora general, la madre Rosa Santaeugenia, decía que aquella casa era para ella "una torre de esparcimiento y alegría". Y el director general, el padre Casamitjana, aunque los dominicos tenían una casa en Barcelona, al enfermar prefirió ir allí y morir atendido por la hermana Carme. También murió la hermana Santaeugenia. Todo cambió. Es muy difícil explicároslo todo en unas pocas líneas. Os lo resumiré diciendo que a algunas personas no les gustaban las ideas tan avanzadas de la herm ana Carme. Pensad que, en aquella época, se daba muy poca importancia a la cultura de la mujer. Cua ndo alguien se avanza a su tiempo, es natural que haya personas que no lo entiendan. A ella, le decían que llenaba de vanidad la cabeza de las niñas. Todo el mun do quería opinar. Uno s a favor, como el doctor Cortés, que decía: "Me dejaría cort ar un dedo, el mejor de mi mano, para pare cerm e a esta herm ana Carme". Y otros, en contra, como un padr e dominico que decía que no era buen a religiosa. ¡Pobre Carme! Me escribía: "Tengo el corazón destrozado". Pero su corazón esta ba decidido a hacer siempre la voluntad de Dios y nada más que eso. Rezó muc ho y llegó a la conclusión de que las hermanas debí an seguir su camino. Si ella lo veía de otra man era, tend ría que hacerlo en otro sitio.


Fundadora

Estimado arzobispo y amigo, señor ~an uel Gómez Salazar... Era una carta de m1 buen amigo Celestino de Pazos, decano de Zamora. Decía que, cuando era canónigo en Vic, había conocido a una religiosa excepcion al que se proponía fundar una nueva congrega ción y me preguntaba si estaría dispuesto a recibirla , con tres compañe ras, en mi diócesis de Burgos. Antes que nada, me informé bien y no ví ningún inconveniente· al contrario nos hacían mucha falta cole' ' gios como los que me proponía Celestino . Así que les dije que podían venir e, incluso, les preparé una casa. O, eso creía yo. Se trataba de un piso que tenía la diócesis en la calle Santande r número 12. Pero, resulta que no estaba amueblado y, cuando llegaron las pobres, se encontrar on un poco de paja para dormir y un cajón que utilizaron como mesa. Me parece que la portera les dejó unas sillas. Cuando me enteré, empecé a enviarles ayuda: parte de la comida que me servían , algo de dinero para lo más urgente... ¡Y la primera cosa que compraro n fue una imagen de la Inmacula da! Parece que es lo más importan te para ellas, que quieren vivir imitándol a. Me gustan estas religiosas... 11

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Y el colegio ... He enviado a mis sobrinas para que la gente vea que me gusta su estilo. Parece que una de las primeras lecciones que imparten es que es muy importan te que estén bien instruidas, pero es más importan te aún que sean buenas, que no tendrán una educació n completa si estas funcione s no están bien equilibra das. Mujeres santas y sabias, no estaría mal. .. He aprobado el instituto y las constituc iones, en las que la hermana Carme dice a sus hermana s que no pueden tener alumnas de pago si no tienen también gratuitas. Han montado una escuela de adultas en la que ya hay ochenta chicas. A los de la prensa también les han caído muy bien. En el diario La Verdad he leído que los exámenes han sido públicos y ¡que las niñas se divertían! ¿Quién ha visto unos exámene s divertido s? Pues ellas lo consigue n.

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Los colegios de Carme Sallés

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alegres y animosas que E mp ezaron a llegar chicas d C . ·sconcepc10ni quen'an ser como la ma re armen: d' . t En menos de un año y me 10, ya eran vemtio~ y el número con~i~~ab a e~ aumen to. A' cho ~1 que, se lo pensó bien, escnb10 al obispo de Seg~v~a, que la conocía de la época en la que er;;i canog1go en Barcelona y Vic, y consiguió abrir allí un segundo colegio. Empezó a preparar a las jóvenes para que fueran maestras o estudiaran la carrera de piano; lo que importaba era que se pudie_ran abrir camino en la vida dignamente. El obispo, monseñor Pozuelo, pasó rápidament e a la diócesis de Córdoba, y llamó a la madre Carmen para que hiciera un colegio en su pueblo: Pozoblanco. Era ya el quinto, porque antes había inaugurado otros en El Escorial y Madrid. No paraba nunca. En Almadén, fundó un colegio para las hijas de los mineros; en Santa Cruz de Mudela, para las hijas de los ferroviarios; y amplió el de El Escorial para las huérfanas de los carabineros... Se decía que, para ser la predilecta de la madre Carmen, había que ser huérfana, de carácter difícil o de escasa inteligencia ... era a las que más quería. Ella, sencillamente, decía que quería llegar a todas las clases sociales. Lo mismo convertía en colegio un palacio en ruinas ·que le cedía un obispo de Navarra que aceptaba que hiciera uno nuevo en la Mancha un señor cascarrabias que, hasta que la conoció, se dedicaba . a atacar a los sacerdotes y las monjas en las Cortes españolas. Y, en la inauguración, este señor llevaba el cirio que acompaña al Santísimo, camino de la nueva capilla que había construido. Carme se le acercó y, muy bajito, para que no la pudiera escuchar nadie más, le susurró: Ahora, ya no se puede meter con nosotros en las Cortes... 11

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Lo de Almadén fue muy curioso. Fue de visita y le explicaron que no llovía, que los huertos se secaban ... y le dio pena. Puso a las niñas en fila y salieron por el pueblo rezando: Dadnos agua, rey del Cielo... Algún bromista se rió, pero empezó a llover y llover; aquello era un diluvio. Las hermanas decían: Madre, que nos mojamos... y la madre Carme seguía: Pero, ¿no queríamos agua? Nadie reía. En 1907, se puso enferma. Nunca había tenido muy buena salud y, con aquel ritmo... Los médicos dijeron que era grave y las monjas lloraban porque se moría. Ella se lo explicó muy claro: Aún no me moriré. El Señor me ha prometido tres cosas que todavía no he conseguido; así que ... Continuó viviendo y fundando escuelas. Y consiguió sus tres promesas. La primera, que el papa San Pío X le concediera, en 1908, la primera aprobación de la Congregación. La segunda, tener una casa propia en Madrid, también en 1908. Y la tercera, que el obispo le dejara hacer un noviciado en Madrid. En 1910, puso los primeros hábitos. Y las monjas temblaban, con razón: ya había conseguido lo que esperaba. 11

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Quería más cosas. Estaba preparando una fu_n~ dación en Brasil y otra en Italia. Les decia. "Cuando hay que hacer alguna cosa, siempre ªPª,~ rece Dios. Si no tengo tiempo, hacedlo vos.~tras.e Volvió a ponerse enferma, pero el médico dtJO qu no era grave. Carme sabía que sí, que ah?ra ya se iba y se despidió de todas. Les daba conseJOS, c~mo una madre cuando deja a sus hijos: "Desde el cielo, continuaré estando cerca de vosotras... " Como había anunciado, se murió el 25 de julio de 1911. El Papa Juan Pablo II la beatificó el 15 de marzo de 1998. Otros continuaron haciendo aquello que ella no tuvo tiempo de hacer. Si algún día tenéis la oportunidad de dar la vuelta al mundo, quizá os llegue una voz japonesa que os diga: "Watashi wa Carme Sallés o shite imasu" , o coreana: "Numum Carme Sallés rul anda" ... En los Estados Unidos -y en las Filipinas, si no sabéis tagalo- oiréis: "/ know Carme Sallés!" Cuando lleguéis a América Central y del Sur, será más fácil: "Yo conozco a Carme Sallés "; a no ser que os encontréis con un indígena piaroa que, después de saludaros tímidamente: "Adibá ... " añadirá: "Yo "conociendo" Carme Sallés ". Más al Sur, en Brasil, os dirán: "Conher;o Carme Sallés!". Y la sonrisa blanca de una cara morena os saludará en la república africana del Congo: "Je connais Carme Sallés" o en la Guinea Ecuatorial, igual que en la mayoría de los colegios españoles será: "Yo conozco a Carme Sallés ". Finalmente, en su tierra natal, os dirán: "Jo canee na Carme Sallés ". Y todos sabrán que hablan de una chica de Vic que se preocupó por los niños y niñas de todo el mundo.

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