II ASAMBLEA DE EDUCACIÓN PASTORAL

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Trabajo Pre-Asamblea. Comunidades educativas



PRE-ASAMBLEA EDUCACIÓN Y PASTORAL 2021

ÍNDICE

1. PRESENTACIÓN 2. PROYECTO TRANSFORMADOR: CONCEPCIONISTAS 21/24 3. EVALUANDO EL CAMINO RECORRIDO 1. ESCUCHANDO A LOS EDUCADORES • •

Equipo directivo: Evaluamos las líneas de acción del trienio 2018-21 Claustro profesores: Retos y desafíos educativos

2. ESCUCHANDO A LOS ALUMNOS 3. ESCUCHANDO A LAS FAMILIAS 4. DISEÑAR EL TRIENIO 2021-24 4.1.

Horizonte de reflexión

4.2.

Objetivos

4.3.

Iluminación

4.4.

-

El Pacto Educativo Global

-

Laudato Si. Cap. 6: “Educación y espiritualidad ecológica”

Itinerario

5. ACLARANDO TÉRMINOS 6. ANEXOS I.

Dinámica: Círculos de Diálogo

II.

Presentación indagación apreciativa

III.

Pasos metodología apreciativa

IV.

Dinámica FOAR

V.

Cuestionario familias

VI.

Glosario términos

VII.

Documentos

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El Capítulo General celebrado en 2018 abrió un sexenio para toda la Congregación bajo el lema “Con el Espíritu y María construyendo el futuro”. Los centros concepcionistas iniciaron el camino con la I Asamblea de Educación y Pastoral “Construyendo futuro” que marcó las líneas de acción para el trienio 20182021. En este trienio tres claves han marcado el rumbo y nos han posibilitado dar vida al Proyecto

Concepcionista:

IDENTIDAD,

COMUNIÓN Y MISIÓN. Estas claves se han concretado en líneas de acción desde un objetivo común para cada curso escolar. En 2021 celebraremos la II Asamblea de Educación y Pastoral. Es una oportunidad para evaluar el camino recorrido: reconocer los aciertos, las fortalezas y ver qué aspectos debemos mejorar o qué nuevos retos se presentan en nuestra misión. Pero también es el momento de diseñar juntos nuestro futuro. El mañana exige lo mejor de hoy. Comenzaremos a soñar el trienio 2021-2024 para fortalecer la red concepcionista en torno a nuestro Proyecto común. Una red de educación, en la que la persona del alumno sigue siendo el centro, nuestra brújula es “cuidar y humanizar” y María, nuestra identidad, el referente de nuestro proceso educativo. La Asamblea quiere promover un proceso de repensarnos desde las fuentes, aunando tradición y novedad, recuperar las intuiciones de Santa Carmen Sallés para educar evangelizando hoy, Invitamos a la comunidad educativa concepcionista de cada lugar a renovar su compromiso con la educación, a invertir sus mejores energías con creatividad y responsabilidad y sentirse parte activa del futuro que queremos construir juntos. M. Belén Gómez de Castro Superiora Provincial

“Con María, cuidar y humanizar el mundo herido”______________

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PROYECTO TRANSFORMADOR CONCEPCIONISTAS 21/24 El horizonte de nuestros centros concepcionistas en el trienio 2021-24 se enmarca en un nuevo proyecto transformador que busca dinamizar el cambio en cada colegio desde un marco común e integral. El Pacto Educativo Global nos abre a tender puentes y construir redes que crean oportunidades de compartir sueños, recursos y prácticas. Partimos del camino recorrido para diseñar un nuevo trienio con una propuesta de focalización en los desafíos más significativos del Proyecto educativopastoral concepcionista hoy. Recorreremos juntos un itinerario que nos ayudará a transformar nuestros entornos educativos y a liderar nuevos proyectos desde nuestra identidad católica.

ITINERARIO

CAMINO RECORRIDO

DISEÑO TRIENIO 21/24

PROPUESTA ACTUACIÓN

SEGUIMIENTO

EVALUACIÓN

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PILARES DEL PROYECTO TRANSFORMADOR Son cuatro los pilares sobre los que vamos a construir este proyecto: Nuestra identidad y misión que nos abre a los nuevos desafíos en fidelidad a nuestras raíces y carisma. Desde nuestra identidad, la escuela concepcionista crea vínculos, teje relaciones y conecta con la realidad. Afrontamos los nuevos retos desde una comunidad educativa que trabaja en red generando vida y compromiso, abriéndose a nuevas alianzas que son fuente de sinergia en la construcción de un Pacto Educativo Global. Las metodologías activas y transformadoras, junto con los nuevos espacios pedagógicos, favorecen que cada alumno sea el protagonista de su proceso de enseñanza-aprendizaje. Afrontamos el futuro desde un liderazgo pedagógico y participativo. Nuestra cultura organizativa se hace cultura del encuentro a través del diálogo y la participación, sensibles al cuidado de la casa común, diseñando espacios que permitan hacer vida nuestras propuestas pedagógicas y pastorales.

La relación que se establece entre estos elementos genera dinamismos y sinergias que favorecen la vitalidad y transformación del centro y de su entorno.

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EVALUANDO EL CAMINO RECORRIDO

Escuchando a… NUESTROS EDUCADORES EQUIPOS DIRECTIVOS: EVALUAMOS las líneas de acción del trienio 2018-21 y las actividades. CLAUSTROS: ¿Cuáles crees que son los 3 retos principales para el próximo trienio a nivel de Educación y de Pastoral (3 de cada): ü en tu centro ü en la Provincia

RETOS DE FUTURO OBJETIVOS:

1. Proponer retos de futuro para el centro y la Provincia, partiendo de la revisión del trienio anterior. 2. Promover la implicación de todo el claustro a través de una metodología participativa.

DINÁMICA: (para la 1º reunión, pág. 13)

1. Se visualiza el video resumen del trienio 2018/2021. 2. Se entrega una copia de la baraja de cartas “La motivación en el juego” de Muxote Potolo Bat, a cada profesor. 3. Partiendo de la experiencia vivida en el trienio y de las necesidades detectadas, cada profesor debe elegir 10 cartas que sintetizan los retos que propondría para el próximo trienio en su centro. 4. Una vez se han seleccionado las diez cartas, se ordenan del 1 al 10 en orden de prioridad: ¿qué veo más urgente transformar en mi centro? 5. Realizada esta primera parte personal, se reúnen en grupos de 3 personas, se ponen en común las cartas y los porqués de las prioridades. Se comparte en grupo: - ¿qué me llama la atención de lo que han elegido los demás y sus prioridades? - ¿qué es común para todos? Después de esta pequeña reflexión compartida, hacemos una selección de los tres retos que proponemos como grupo para el próximo trienio.

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6. Cogemos las tres cartas que hemos seleccionado como grupo y las presentamos al resto del claustro explicando por qué elegimos estos retos. 7. Al finalizar la participación de los grupos, el equipo directivo recoge las cartas, las agrupa y las resume en los tres retos que serán los que se propongan como centro. 8. Repetir la misma dinámica para los retos de la Provincia.

Escuchando a... NUESTROS ALUMNOS CíRCULOS DE DIÁLOGO OBJETIVOS:

1. Promover el diálogo a diferentes niveles, en línea con el Pacto Educativo Global que propone el diálogo como herramienta para involucrar a los alumnos y hacerlos protagonistas de su crecimiento personal. 2. Favorecer la sensibilización e implicación de los alumnos en el Cuidado de la Casa común, acercándoles a la propuesta del Papa Francisco en Laudato Si.

DINÁMICA: §

A nivel de aula desde 6º a 1º Bach: Sesión de tutoría en torno a problemas relacionados con el cuidado de la Casa común para llegar a soluciones que abran caminos de compromiso personal y grupal.

§

A nivel de centro: Promover el diálogo y el encuentro entre alumnos de diferentes cursos para llegar a conclusiones finales de centro.

§

A nivel de Provincia: Promover un encuentro online con dos representantes de cada colegio para establecer acuerdos provinciales que favorezcan el compromiso y la solidaridad.

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ESQUEMA DE LA TUTORÍA: Se comienza la sesión con un pequeño video explicativo de la Laudato Si. https://www.youtube.com/watch?v=pOoJiYbGwd4&feature=youtu.be

1º Indicamos los desafíos que presenta el documento “LAUDATO SI”, para concienciarnos y promover el compromiso. Falta de cuidado a lo creado Cultura de lo inmediato

Consumo desenfrenado

Agresividad

Superficialidad

Queja

Fake News

Egoísmo

Cultura del like

Sin agradecimiento

Individualismo

Desorden

Incertidumbre

Indiferencia

Cultura anti-vida Utilitarismo

Contaminación digital Cambio climático Cultura del descarte Cultura racional y calculadora

2º A través de una aplicación, post-it, nube de palabras etc., recibir un feedback de los problemas que perciben como más urgentes. 3º Por grupos (4/5 personas), cada integrante escoge 1 desafío y lo pone en común con su grupo de trabajo. Eligen 3 desafíos y sobre ellos trabajan según el siguiente cuadro. (Ficha para fotocopiar: Anexo I)

PIENSO

SIENTO

ACTÚO

COMPARTO

¿Qué pienso de este problema? Creo que…. En nuestra opinión…

¿Cómo me siento con referencia a este tema? Me disgusta, me preocupa, desearía, me apena…

¿Qué podría hacer para mejorar esta situación?

“Creo tendencia” “Infundo certezas” ¿Cómo presentarlo de manera creativa?

1r Desafío 2º Desafío 3r Desafío

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PIENSO.- En este apartado pensaremos sobre las situaciones que en este momento se dan a nuestro alrededor, cuáles de todos los desafíos que nos presenta la Laudato Si son los más frecuentes en nuestro ambiente y cuáles afectan más a nuestro entorno. SIENTO.- ¿Cómo me siento ante estas situaciones cercanas que aparecen en el punto anterior?, ¿Me disgustan, me apenan.. qué me preocupa más de todo lo que está sucediendo, qué provoca en mí…? ACTÚO.- Una vez que ya sé lo que está ocurriendo a mi alrededor y veo lo que está provocando, lo que siento… ¿Qué puedo hacer yo para cambiarlo, para que sea diferente, qué pueden hacer mis compañeros? COMPARTO.- Con todo lo que podemos hacer, ¿cómo creamos tendencia para animar a otros a llevarlas adelante?, ¿Cómo puedo presentarlo para que vean que este cambio puede ser bueno? ¿Cómo ser influencer en estos cambios? Hacer propuestas creativas para difundirlo (videos, cuenta de Instagram, tick tock,…) En cada clase se seleccionan los dos desafíos más destacados o repetidos por: pienso, siento, actúo, comparto. Se pueden completar con las aportaciones de los diferentes grupos.

A NIVEL DE CENTRO: Se buscará una sesión para compartir las aportaciones de los diferentes cursos. Se elegirán dos desafíos de cada apartado para presentarlos en el encuentro online. Cada centro elige dos alumnos representantes que presentarán sus conclusiones. Se enviará en un adjunto, video etc., las conclusiones de cada centro para su posterior publicación.

ENCUENTRO PROVINCIAL DE ALUMNOS ONLINE

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Escuchando a… LAS FAMILIAS OBJETIVOS.1. Favorecer la participación de los padres de familia en el proceso de reflexión de la Asamblea para caminar desde la clave de alianza y pacto. 2. Conocer sus opiniones e inquietudes para trazar un camino de comunión y encuentro. 3. Promover un encuentro online de representantes de AMPAS para compartir conclusiones y propuestas.

DOCUMENTOS.Pacto Educativo Global (se puede entregar por email o en papel) Cuestionario

DESARROLLO DEL TRABAJO.1. Se presentará al AMPA los objetivos generales de la Asamblea, el contenido del Pacto Educativo Global, así como el deseo de promover su participación y compromiso. 2. Se les entregará el cuestionario y el documento para trabajarlo y ponerlo en común en la Junta local. Se llegará a conclusiones. 3. Dos representantes participarán en el encuentro virtual de Juntas con sus aportaciones.

APORTACIONES DE LAS FAMILIAS: Cuestionario para entregar a las AMPAS (Anexo V)

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DISEÑAR EL TRIENIO 2021-2024 HORIZONTE DE REFLEXIÓN

“Con María, cuidar y humanizar el mundo herido” El mañana exige lo mejor del presente. Mirar hacia el futuro para saber qué tenemos que hacer hoy. El horizonte de reflexión que se nos propone para esta Asamblea ilumina el itinerario que queremos recorrer en el próximo trienio. § Sensibles al cuidado de la casa común. § Desde una educación ecológica integral: todo está conectado y en relación. § Uniendo mente, corazón y manos. § Acogiendo a los más débiles. § Formando personas al servicio del bien común.

§ Nuestra identidad. § Un estilo de educar desde el Proyecto de M.Carmen Sallés. § El proyecto más pleno de ser humano. § Inspira el modelo de persona que queremos formar. § Referente en nuestro proceso educativo § Una presencia que nos alienta y estimula. § Un modo de acompañar a nuestros alumnos. § Tejiendo relaciones en una cultura del encuentro. § Educar para cuidar a los demás y a la Creación. § Cuidar la calidad educativa. § Un reto que nos une en comunión en torno a nuestros valores.

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OBJETIVOS “Reframe and reimagine” 1. Responder a los desafíos educativos de hoy desde las claves del Pacto Educativo Global y las líneas de la Congregación. 2. Poner nuestros centros en red, en clave de alianza desde dentro y hacia el entorno. 3. Formar personas integralmente para el servicio y para ser felices, generando así un renovado humanismo que cuida la vida. 4. Impulsar nuestro Proyecto Educativo desde las claves del encuentro, el cuidado de las personas y la relación educativa, conscientes de que una educación fructífera depende de la calidad de la relación que se establece entre el profesor y los alumnos. 5. Incluir la cuestión ambiental y el cuidado de la Casa Común desde una visión relacional con nosotros mismos y con la Creación que promueva acciones concretas. 6. Implicar a toda la comunidad educativa en un proceso de evaluación y diseño del futuro de nuestros centros. 7. Concretar las líneas de acción que nos ayuden a seguir avanzando en calidad pastoral, educativa e innovación desde nuestra identidad concepcionista. (Entendiendo CALIDAD como entrega, trabajo bien hecho, modelo de escuela, capacidad evangelizadora…)

ILUMINACIÓN 1. PACTO EDUCATIVO GLOBAL: Instrumentum Laboris §

EL PROYECTO

Concepcionistas en red por un PACTO EDUCATIVO

§

EL CONTEXTO

Nuestra situación y contexto en la red concepcionista

§

LA VISIÓN

Concepcionistas 2024

§

LA MISIÓN

Con María, cuidar y humanizar el mundo herido

2.

LAUDATO SI: Capítulo VI nº 202- 232. 241-242

3.

EL CAMINO PARA EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN. A cinco años de la Laudato Si (selección textos)

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ITINERARIO

1. Preparación Asamblea (enero-abril 2021) ü Reunión equipo directivo ü Reuniones claustro de profesores ü Trabajo con alumnos ü Trabajo con familias 2. Envío de las aportaciones y conclusiones a la Coordinación Provincial, antes del 30 de abril de 2021 3. II Asamblea de Educación y Pastoral, 2-3-4 de junio de 2021, Guadarrama

1ª REUNIÓN ____________________________________________________________ ESCUCHANDO A NUESTROS EDUCADORES Retos de futuro (pág. 6) Claustro profesores: §

Visionado video resumen trienio 2018/2021

§

Dinámica de trabajo ¿Cuáles crees que son los tres retos principales para el próximo trienio a nivel de educación y pastoral? ü en tu centro ü en la Provincia

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PRESENTACIÓN ASAMBLEA/CAPÍTULO •

Presentación documentos: ü Videos presentación de documentos (ver archivos videos) ü Entrega documentos (anexo VII)

Propuesta de trabajo para la siguiente reunión. Traer leídos los documentos presentados.

2ª REUNIÓN ____________________________________________________________ •

Presentación metodología apreciativa (anexo II)

Pasos de la metodología apreciativa (anexo III)

Trabajar el Pacto Educativo Global, siguiendo los puntos de la metodología apreciativa: ü Descubrimos ü Soñamos

3ª REUNIÓN ____________________________________________________________ •

Parte del claustro trabaja el último punto de la metodología apreciativa: ü Diseñamos

Otra parte del claustro trabaja el capítulo VI del documento Laudato Si con la dinámica FOAR (Anexo IV) Se les entregará el documento adjunto “En camino para el cuidado de la casa común”

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ACLARANDO TÉRMINOS Incluimos una serie de términos que recogen los conceptos que sustentan las propuestas del Pacto Educativo Global. Son términos propios del Papa Francisco, que nos está ofreciendo un pontificado repleto de imágenes simbólicas, de gestos y conceptos propios. Es importante conocer estos términos para establecer un marco de referencia común. El Papa Francisco escribe: «Vivimos un cambio de época: una metamorfosis no solo cultural sino también antropológica que genera nuevos lenguajes y descarta, sin discernimiento, los paradigmas que la historia nos ha dado». Ante esta continua transformación, se nos invita a dialogar sobre el modo en el que estamos construyendo el futuro del planeta y sobre todo a renovar la pasión por la educación, dirigida en particular a las jóvenes generaciones, para formar protagonistas de una «humanidad más fraterna». (ANEXO V)

ANEXOS I.

Dinámica: Círculos de Diálogo

II.

Presentación indagación apreciativa

III.

Pasos metodología apreciativa

IV.

Dinámica FOAR

V.

Cuestionario familias

VI.

Glosario términos

VII.

Documentos

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PIENSO ¿Qué pienso de este problema? Creo que…. En nuestra opinión…

SIENTO

ACTÚO

COMPARTO

¿Cómo me siento con referencia a este tema? Me disgusta, me preocupa, desearía, me apena…

¿Qué podría hacer para mejorar esta situación?

“Creo tendencia” “Infundo certezas” ¿Cómo presentarlo de manera creativa?

1r Desafío

2º Desafío

3r Desafío

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LA INDAGACIÓN APRECIATIVA Una metodología para crear futuro

La indagación apreciativa es un proceso de desarrollo de las instituciones que involucra a las personas de una organización en el intento de descubrir qué es lo que funciona bien para potenciarlo, lograr la renovación y mejorar el desempeño. Esta aproximación es el reverso de la visión más común, que se centra en intentar corregir lo que no funciona. En lugar de obsesionarse en el intento de mejorar las debilidades y encontrar culpables, la indagación apreciativa se centra en cómo crear más ocasiones de desempeño excepcional a partir de las fortalezas presentes. Una visión conjunta de lo que ya se hace bien genera una visión colectiva del potencial futuro de la organización. Esta imagen compartida en positivo guía la mejora y el crecimiento. El término ‘indagación’ hace referencia al arte y la práctica de hacer preguntas que refuercen la capacidad de la organización de sacar el máximo rendimiento de su potencial (las personas y las instituciones siempre se mueven en la dirección que marca el sentido de las preguntas que se plantean). El término ‘apreciativa’ señala que la energía necesaria para un cambio en positivo se crea cuando las instituciones constantemente recuerdan y ponen en valor lo que hacen bien. La convicción de sus creadores es que las metáforas y el lenguaje crean una narración que influye en las estructuras y las organizaciones. Generar un lenguaje de abundancia, de posibilidad, positivo, anima a las personas, se experimenta la fuerza de la sinergia, nos sentimos co-creadores del futuro, de los proyectos. Un lenguaje negativo, que enfatiza las debilidades, resta fuerzas y crea un ambiente de temor y desconfianza ante el futuro. Las principales ventajas de aplicar la indagación apreciativa en las instituciones son: • Abandona el marco de la crítica, queja, desconfianza y competencia. • Alcanza la integración entre diferentes áreas o grupos conflictivos. • Genera visiones compartidas y alinea a las personas tras estas. • Planifica estratégicamente. • Se adapta a la creación y/o desarrollo de proyectos de escala diversa. • Construye una cultura apreciativa y de aprendizaje mutuo. • Estimula la integración, la confianza, la creatividad y la innovación. • Promueve la esperanza, la motivación y el compromiso personal. • Facilita y agiliza el diseño de proyectos que promuevan la acción inmediata.

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El Pacto Educativo Global y la metodología apreciativa Las llamadas del Papa Francisco en el documento de trabajo del Pacto Educativo Global se recogen en la metodología apreciativa, por lo que este modo de trabajar en el proceso de preparación de la Asamblea, pone en práctica las propuestas del Pacto. El proceso ya forma parte de la meta.

caminar en una Iglesia sinodal

La llamada a , que supone el diálogo y la comunión, se recoge en la metodología con la escucha de todas las voces en círculos de diálogo. Se potencia un liderazgo participativo con modos de decisión conjunta.

La centralidad de la persona y de la relación se confirma en la indagación apreciativa con la confianza en las posibilidades de cooperar de la persona. Cada persona e institución tiene un núcleo positivo y sano que se quiere descubrir y hacer florecer. Aquello en lo que nos centramos crece.

nuestra identidad colectiva

El Papa nos recuerda que queremos alcanzar creando sueños futuros para sentirnos co-creadores de esa identidad que no es estática, sino dinámica. El proceso participativo favorece la identidad y pertenencia.

Educar en la pregunta es uno de los ejes vertebradores de las propuestas del Pacto; esta metodología tiene en su planteamiento básico plantear las preguntas adecuadas que nos ayuden a descubrir las buenas prácticas, lo mejor de lo que ya se está realizando.

Educar en las relaciones

es otro de los grandes desafíos, para evitar la desconexión entre el Yo y el Nosotros, el Yo y la Casa Común. La línea apreciativa impulsa el cambio de narrativa de la vida para que sea inspiradora y reavive el sentido, las personas se sientan implicadas y se construyan puentes y vínculos para la relación.

“ver el roble en la bellota”

, ¿cómo nutro esa La inteligencia apreciativa supone bellota?, ¿cómo la inspiro y riego para que salga lo que hay dentro?

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PASOS de la metodología apreciativa Descubrimos:

Se comienza descubriendo las FORTALEZAS, lo que ya tenemos y hacemos bien para promover un lenguaje de la abundancia, entusiasmarnos y motivarnos en este proceso. Responde a la pregunta ¿qué nos da vida?. Se concreta en las fortalezas y las buenas prácticas.

Soñamos qué puede llegar a ser, es nuestro ideal, supone encontrar las áreas de oportunidad. Se visualiza el sueño, el futuro ideal y se busca alguna imagen que lo visualice.

Diseñamos

la declaración de aspiraciones, lo que tratamos de lograr y se concreta en pautas, líneas de actuación, orientaciones basadas en las declaraciones.

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Dinámica …para trabajar con los claustros el PACTO EDUCATIVO GLOBAL desde esta metodología. Previamente tienen que leer el documento de trabajo del Pacto Educativo Global y subrayar lo que les parece importante.

Para DESCUBRIR Trabajo personal: 1. Partimos de una

buena práctica o experiencia educativa impactante y

positiva que hayas tenido en relación con los temas que presenta el Pacto (relación, alianza, servicio, diálogo, familia, casa común etc). Recuerda esa experiencia, piensa qué ocurrió, por qué fue impactante, qué hiciste tú para colaborar. Trabajo personal:

2. Uno de los aspectos fundamentales que propone el Pacto y la Laudato Si son las alianzas y las relaciones. Según tu experiencia ¿qué alianzas

equipos…tenemos ya que pueden servir de base para transmitir y trabajar en hacer realidad el Pacto y Laudato Si?

Trabajo en grupo:

3. Ponemos en común las experiencias en grupos de 3 y se contesta a las siguientes preguntas ¿Cuáles son las

FORTALEZAS que tenemos como

colegio, Institución? Selecciona una de las buenas prácticas que habéis comentado.

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Para SOÑAR Soñar nos lleva más allá de la lógica racional y de los límites, nos da fuerza y energía para avanzar adelante. Cuando compartimos sueños generamos vínculos con los demás. Aprendemos a salir de nuestra caja limitante de creencias, de pensamiento crítico como juicio. Soñar en grande, generando imágenes magnéticas que atraen hacia el futuro que queremos crear. Para avanzar desde dónde estamos, necesitamos esa energía de impulso que nos lleva adelante.

Pasos para crear sueños futuros: VISUALIZACIÓN (Todo el claustro)

Vamos a escuchar esta visualización guiada y a continuación responde a las preguntas: Duermo un sueño profundo y me despierto en el 2024. Estamos viviendo lo ideal. Nuestros centros están viviendo y transmitiendo el Proyecto Educativo Concepcionista en su integridad. La calidad de nuestras relaciones, los alumnos son el centro de las obras, los aprendizajes están al servicio del bien común, todo está conectado… Somos conscientes de que formamos parte de un todo y educamos en una ecología integral, una educación preventiva, innovadora, en la que se integran conocimientos y valores, propuestas pastorales y curriculares… Disfruto de esta visión…. Y yo estoy contribuyendo a que esto ocurra… ¿Qué está ocurriendo nuevo, mejor, diferente? -

¿Qué has soñado? ¿Cuál ha sido tu visión del futuro ideal de tu colegio en el 2024? ¿Qué ocurría nuevo, mejor, diferente? (trabajo personal)

-

En grupos ponemos en común las visiones del futuro ideal, hacia dónde queremos ir: conectamos con esa parte luminosa, generativa. Se elige una forma creativa de presentarlo (optativo)

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-

Cada grupo selecciona LAS ÁREAS DE OPORTUNIDAD PARA AVANZAR: ¿Qué factores son esenciales para lograr ese sueño? Se escriben 5 ó 6 áreas de oportunidad por grupo y se pegan en un panel para seleccionar las más importantes o agrupar las que se repiten.

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Para DISEÑAR Supone generar un puente desde donde estamos hacia dónde queremos ir. El equipo directivo, previamente, ha seleccionado las

áreas de oportunidad y se reparten dos por grupo. Para

cada

área

de

oportunidad

redactamos

una

declaración de aspiraciones: un párrafo o dos que

presenten lo que estamos tratando de lograr con esta área de oportunidad, describiendo los éxitos que se verían si estuviéramos en el futuro. Por tanto, se escribe en presente, como si ya estuviera ocurriendo aquello a lo que aspiramos. Indica el qué y el para qué de lo que estamos tratando de lograr. Posteriormente se concretan en un máximo de

5 líneas de acción, para cada

área.

AREA DE OPORTUNIDAD:

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Desde la metodología apreciativa, ofrecemos la herramienta FOAR para diseñar una planificación estratégica con referencia a las claves Laudato Si y una planificación del cuidado de la Casa Común en nuestros centros. Esta herramienta es apreciativa y positiva, parte de lo que funciona bien y ya tenemos.

F.O.A.R. una forma de crear nuestro futuro lllll

Fortalezas Oportunidades Aspiraciones Resultados

¿Cuáles son nuestros mayores recursos y posibilidades con referencia a este tema?

¿Qué podemos mejorar, innovar desde los planteamientos de Laudato Si?

¿Qué queremos lograr en el futuro respecto a ese tema?

¿Cómo lo mediremos, ¿Cómo sabemos cuándo lo veremos?

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El Papa Francisco invita a toda la sociedad a firmar un Pacto Educativo Global, y ve en la familia al primer e indispensable educador. “La familia necesita ser valorada en el nuevo pacto educativo, puesto que su responsabilidad ya comienza en el vientre materno, en el momento del nacimiento. Pero las madres, los padres -- los abuelos-- y la familia en su conjunto, en su papel educativo primario, necesitan ayuda para comprender, en el nuevo contexto global, la importancia de esta temprana etapa de la vida, y estar preparados para actuar en consecuencia” Nos invita a todos los agentes educativos a promover una educación integral: "Educar no es solamente trasmitir conceptos, sino que es una labor que exige que todos los responsables de la misma --familia, escuela e instituciones sociales, culturales, religiosas-- se impliquen en ella de forma solidaria", ha explicado el Papa, que ha puntualizado que "para educar hay que buscar integrar el lenguaje de la cabeza con el lenguaje del corazón y el lenguaje de las manos" 1. ¿Cuáles son los principales desafíos/retos a los que os enfrentáis como padres/madres en la educación de vuestros hijos? 2. Señala dos aspectos positivos que reciben vuestros hijos en el colegio concepcionista. 3. Dos aspectos que os parece se podrían mejorar. Nos dice el Papa Francisco que la escuela es lugar de relación y vida, no solo lugar de aprendizaje. Nos llama a invertir las mejores energías con creatividad y responsabilidad para educar personas abiertas, responsables, disponibles, capaces de construir un tejido de relaciones con el mundo que favorezcan un nuevo humanismo. M. Carmen Sallés nos recuerda que “para obtener buenos fines son necesarios buenos principios”. Proyectándonos hacia el futuro con esperanza os proponemos una serie de cuestiones: 1. Aporta dos sugerencias para favorecer los vínculos entre la familia y el colegio que nos ayuden a formar personas al servicio de la sociedad y que busquen el bien común. 2. ¿Cómo favorecer el pensamiento crítico en nuestros alumnos en una sociedad donde hay mucha información y poca formación, para poder superar los desafíos del mundo digital? 3. Se nos invita a apostar por otro estilo de vida ¿Crees que es posible arriesgar en familia por esta propuesta? ¿Qué te impulsa y qué te detiene a apostar por esta propuesta?

GRACIAS POR COLABORAR “Con María, cuidar y humanizar el mundo herido”______________

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Instrumentum laboris

Congregaciรณn para la Educaciรณn Catรณlica

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Instrumentum laboris Congregación para la Educación Católica

DE UN VISTAZO

Reconstruir el pacto educativo global EL PROYECTO

Compromiso Transmitir la mística de vivir juntos Iniciar procesos de transformación Constituir una aldea de la educación

El pacto: la apertura al otro como fundamento Buscar compañeros y respetar la diversidad Responder a la emergencia educativa

La fraternidad originaria Recuperar la gramática de la fraternidad Vivir con los demás y al servicio de los demás

EL CONTEXTO

Ruptura de la solidaridad intergeneracional Superar la egolatría que genera fracturas Descubrir la belleza de la vocación humana

Tiempos educativos y tiempos tecnológicos

«E-ducar» la pregunta

Gestionar los desafíos de los mundos digitales Discernir: vivir la complejidad y humanizarla

No perder el sentido de la totalidad Dedicar tiempo a las grandes cuestiones y deseos

Reconstruir la identidad Reconstituir vínculos Desde la memoria y la perspectiva de futuro

Crisis ambiental como crisis relacional Apostar por una educación ecológica integral Tener conciencia de que todo está conectado

LA VISIÓN

Unidad en la diferencia: un nuevo modo de pensar Reconstruir el tejido del encuentro Trabajar por la cultura de la fraternidad

La relación en el centro Educar(nos) juntos Actuar con cabeza, corazón y manos

El mundo puede cambiar Escuchar el grito de los jóvenes Para alimentar la revolución de la ternura

LA MISIÓN

Educación y sociedad Triple coraje: poner en el centro a la persona Afrontar la crisis ambiental y relacional Educar para cuidar a los demás y a la creación

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El mañana exige lo mejor de hoy Ofrecer las mejores energías disponibles Educar para cambiar la planificación a largo plazo

Educar para servir, educar es servir Llevar a cabo el aprendizaje-servicio Formar personas al servicio de la comunidad


Instrumentum laboris

Reconstruir el pacto educativo global (Congregación para la Educación Católica, 2019)

EL PROYECTO Un compromiso común largamente expresado

La «mística» de vivir juntos

Prioridades de la educación

Introducción

Con el Mensaje para el lanzamiento del pacto educativo, del doce de septiembre de 2019, el papa Francisco convocó a los representantes de la Tierra a Roma para firmar un compromiso común, finalizado a construir el pacto educativo global. Esta iniciativa no es una idea nueva ni repentina, sino la traducción concreta de una visión y de un pensamiento expresados con frecuencia en sus discursos. Además, esta propuesta está en línea con su magisterio, que encontramos claramente formulado en la exhortación apostólica Evangelii gaudium y en la encíclica Laudato si', que se inspiran en las orientaciones del Concilio y del posconcilio. En el primer documento, el Papa invitó a toda la Iglesia a tener una actitud «en salida» misionera, como estilo para adoptar en cada actividad que se realice. Esta invitación la dirigió a todo el pueblo de Dios para poner en práctica un anuncio abierto «a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo»: un anuncio que «no puede excluir a nadie» (Evangelii gaudium 23). La Iglesia en salida es una comunidad que toma iniciativa («primerear»), que sabe incidir en todos los procesos de la vida personal y social. Y en esta perspectiva (escribe el Papa después de haber analizado los problemas del mundo y de la cultura actual) «sentimos el desafío de descubrir y transmitir la "mística" de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos, de tomarnos de los brazos, de apoyarnos, de participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, en una caravana solidaria» (Evangelii gaudium 87). En esta invitación a cuidar la fragilidad de las personas y del mundo en el que vivimos (una invitación que no concierne realmente solo a los cristianos, sino a todos los hombres y mujeres de la tierra), la educación y la formación se convierten en prioridades, porque ayudan a ser protagonistas directos y coconstructores del bien común y de la paz. 45


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Iniciar procesos de transformación

Constitución de una aldea de la educación

Un pacto educativo global: una alianza educativa

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En la encíclica Laudato si’, el papa Francisco recuerda que «la educación será ineficaz y sus esfuerzos serán estériles si no procura también difundir un nuevo paradigma acerca del ser humano, la vida, la sociedad y la relación con la naturaleza» (215). Nunca antes (en un contexto desgarrado por los contrastes sociales y carente de una visión común) había sido tan urgente la necesidad de un cambio de marcha que, a través de una educación integral e inclusiva, capaz de una escucha paciente y un diálogo constructivo, haga prevalecer la unidad sobre el conflicto. En este sentido es conveniente, dice el Papa, que se inicien procesos de intercambio y de transformación con todas las iniciativas necesarias para permitir que las generaciones futuras construyan un futuro de esperanza y paz. En base a estos dos importantes documentos, el papa Francisco quiere recordar con el acontecimiento del catorce de mayo de 2020 [retrasado en marzo hasta el quince de octubre], centrado en la necesidad de reconstruir el pacto educativo global, es la idea de que «todo cambio, como el de época que estamos viviendo, pide un camino educativo, la constitución de una aldea de la educación que cree una red de relaciones humanas y abiertas. Dicha aldea debe poner a la persona en el centro, favorecer la creatividad y la responsabilidad para unos proyectos de larga duración y formar personas disponibles para ponerse al servicio de la comunidad. Por tanto, es necesario un concepto de educación que abrace la amplia gama de experiencias de vida y de procesos de aprendizaje y que consienta a los jóvenes desarrollar su personalidad de manera individual y colectiva. La educación no termina en las aulas de las escuelas o de las universidades, sino que se afirma principalmente respetando y reforzando el derecho primario de la familia a educar, y el derecho de las Iglesias y de los entes sociales a sostener y colaborar con las familias en la educación de los hijos» (Discurso a los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede con motivo de las felicitaciones del año nuevo, nueve de enero de 2020).

El pacto: la apertura al otro como fundamento

El Santo Padre propone a través de este mensaje comprometernos en un pacto educativo global. No propone una acción educativa, tampoco invita a desarrollar un programa, sino que se concentra en un pacto o, como él precisa, en una alianza educativa. La elección de las palabras revela mucho el estilo con el cual el Papa nos invita a afrontar esta tarea: para hacer un pacto, de hecho, se necesitan dos o más personas diferentes que decidan comprometerse en una causa común. Existe un pacto cuando, manteniendo las diferencias recíprocas, se decide utilizar las propias fuerzas al servicio del mismo proyecto. Existe un pacto cuando reconocemos al otro, diferente de nosotros, no como una amenaza a nuestra identidad, sino como un compañero de viaje, para «descubrir en él el esplendor de la imagen de Dios» (exhortación apostólica postsinodal Christus vivit 35). El término «alianza», además, en la tradición judeocristiana se refiere al vínculo de amor establecido entre Dios y su pueblo. Amor que en Jesús ha derribado el muro entre los pueblos, restableciendo la paz (cf. Ef 2,14-15).


Buscar compañeros de viaje y respetar la diversidad Responder a la emergencia educativa

La fraternidad como base

Toda la humanidad, unida en el vínculo de la fraternidad

Sobre esta base, el Papa invita a buscar compañeros de viaje en el camino de la educación más que proponer programas para implementar; invita a establecer una alianza entre todos que dé valor a la unicidad de cada uno a través de un compromiso continuo de formación. Respetar la diversidad, podríamos decir, es por tanto la primera condición previa del pacto educativo. Un pacto global para la educación solo puede traducirse, principalmente, en el reconocimiento de la indispensabilidad de cada contribución para afrontar la emergencia educativa que vivimos desde hace algunos decenios, como ya había reconocido el mismo Benedicto XVI en la Carta a la diócesis y a la ciudad de Roma sobre la urgente tarea educativa, del veitiuno de enero de 2008. Sus consideraciones siguen siendo actuales: «Todos nos preocupamos por el bien de las personas que amamos, en particular por nuestros niños, adolescentes y jóvenes. En efecto, sabemos que de ellos depende el futuro de nuestra ciudad. Por tanto, no podemos no dar el máximo por la formación de las nuevas generaciones, por su capacidad de orientarse en la vida y de discernir el bien del mal, y por su salud, no solo física sino también moral. Ahora bien, educar jamás ha sido fácil, y hoy parece cada vez más difícil. Lo saben bien los padres de familia, los profesores, los sacerdotes y todos los que tienen responsabilidades educativas directas. Por eso, se habla de una gran "emergencia educativa", confirmada por los fracasos en los que muy a menudo terminan nuestros esfuerzos por formar personas sólidas, capaces de colaborar con los demás y de dar un sentido a su vida».

La fraternidad originaria

La fraternidad es la categoría cultural que funda y guía paradigmáticamente el pontificado de Francisco. Introducirla en los procesos educativos, como sugiere en su mensaje, significa reconocerla como un dato antropológico de base, a partir del cual injertar todas las «gramáticas» principales y positivas de la relación: el encuentro, la solidaridad, la misericordia, la generosidad, pero también el diálogo, la confrontación y, más en general, las diversas formas de reciprocidad. Originalmente, la vida humana es un hecho recibido que no tiene su origen en nosotros mismos. Al contrario, la vida trasciende a cada hombre y mujer, y por tanto no es algo autoproducido, sino dado por otra cosa. Para los creyentes, como ha subrayado la reciente declaración conjunta (Sobre la fraternidad humana) de Abu Dabi, se trata de un reconocimiento como hijos de un solo Padre y, por tanto, hermanos llamados a la recíproca benevolencia y a la custodia fraterna (cf. Gn 4,9). Sin embargo, como el papa Francisco quiso subrayar desde el inicio de su magisterio, la vocación a la custodia fraterna recíproca «no solo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos» (santa misa del inicio del ministerio petrino, diecinueve de marzo de 2013). Toda la humanidad, al recibir la vida, se descubre unida en el vínculo de la fraternidad, que se manifiesta, por tanto, como el principio que expresa la realidad estructural del ser humano (cf. Laudato si' 220). Podemos elegir a nuestros ami47


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«Fraternidad, fundamento y camino de la paz»

gos o a algunos de nuestros compañeros, pero no podemos elegir a nuestros hermanos o hermanas, porque no somos los autores de su existencia. Por tanto, cuanto más se realiza la fraternidad, no expresa (en primer lugar) un deber moral, sino más bien la identidad objetiva del género humano y de toda la creación. La actual cultura del descarte, en profundidad, proviene precisamente del rechazo de la fraternidad como elemento constitutivo de la humanidad: «Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. Hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos» (Laudato si’ 202). Es precisamente en esta dirección, de hecho, que el papa Francisco preparó también su primer Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz (uno de enero de 2014), no por casualidad con el título «Fraternidad, fundamento y camino de la paz». Hoy día, en la perspectiva de la construcción de una aldea global de la educación, este principio recibe un renovado impulso, convirtiéndose en cierto sentido en el verdadero punto de llegada de todo proceso educativo exitoso. Es precisamente la voluntad de ponerse al servicio de la fraternidad que consagra la plena realización de la humanidad que es común a todos. En efecto, fuimos creados no solo para vivir «con los demás», sino también para vivir «al servicio de los demás», en una reciprocidad salvadora y enriquecedora.

MODALIDAD A

PROPUESTA DE TRABAJO DIRIGIDO EN GRUPO Compartimos en grupo nuestro trabajo personal. Vemos juntos qué sucede: qué dice el texto, qué refleja de la realidad. Nos damos cuenta de lo que pensamos y de lo que necesitamos hacer: qué nos dice el texto, a qué nos invita. Podemos ayudarnos de estas preguntas: – Buscamos y comentamos algunas frases que resuman la exhortación Evangelii gaudium y la encíclica Laudato si' y que tengan que ver con la educación. ¿En qué nos iluminan? – ¿Qué podemos hacer para cuidar la fragilidad de las personas y del mundo? – ¿Cómo ayudar a hacer prevalecer la unidad sobre el conflicto? – ¿A que nos suena lo de pacto educativo o, mejor, alianza educativa? – La fraternidad es la clave: ¿por qué? ¿Qué implica? – ¿Cómo podemos ponernos al servicio de la fraternidad? Concretamos qué podemos hacer (como directivos, como profesores, como alumnos, como familia): «Me comprometo a…»; «Nos comprometemos a…».

Visualización: una escuela en la que crece la fraternidad – Recuerdo cuando yo estuve en la escuela. – Me vienen a la mente algunas vivencias de la primera vez que entré. – También algunos recuerdos de Primaria, y de Secundaria, y de Bachillerato. – Qué es lo que más me gustaba; qué me disgustaba. 48


– Cómo me gustaría que hubieran sido. Entonces veo, como si fuera en un sueño, una escuela que funciona a la perfección: veo cómo actúan los profesores, cómo reaccionan y funcionan los alumnos, cómo se implican los padres. – Es una escuela en la crece y se recrea la fraternidad: veo gestos de encuentro, de solidaridad, de misericordia, de generosidad, de diálogo, de confrontación, diversas formas de reciprocidad, etc. – Salgo de la escuela y veo en la puerta un cartel luminoso que dice: “Vivir al servicio de los demás”. Me doy cuenta de lo que puedo hacer para que eso sea una realidad.

MODALIDAD B

DESIGN FOR CHANGE: PROPUESTA DE TRABAJO EN GRUPO A partir de lo leído, sentido, reflexionado, comprendido, individual y/o comunitariamente, cocrear un proyecto de cambio. Urge llevar a la práctica, dar vida, nueva vida, aquello en lo que creemos. Para ello, os proponemos estas cuatro fases, inspiradas en la metodología de Design for Change:

SIENTE Centrándonos en lo expuesto y sugerido en este primer bloque, en el que se nos habla de pacto, alianza, compromiso común, apertura, fraternidad, para construir juntos una aldea global de educación, para vivir al servicio de los demás: – ¿Qué sentís? ¿Qué os preocupa o apremia en lo personal o en lo comunitario? – Ordenar la información a partir de lo anterior y ahondar en su comprensión. – Sintetizarla y elegir un reto, un desafío personal o comunitario ante lo que se nos dice en este primer bloque.

IMAGINA Ante ese reto/desafío, proponer ideas para abordarlo, solucionarlo, darle vida en las realidades concretas del entorno educativo, social, ambiental. Elegir las mejores y más oportunas, aquellas que os inquieten y sean más nucleares para la mejora y transformación de la educación, más humana y fraterna. Plantear un prototipo. Una solución alcanzable y realizable. Concretar vuestra propuesta de cambio. Trazar un plan de acción.

ACTÚA Organizar el plan: líneas de acción, recursos, estrategias, tiempos, tareas, responsabilidades. Hacer real el reto: construir la idea y aplicarla, llevarla a la práctica, darle vida en ti, en tu escuela, en tu comunidad.

COMPARTE Enviar vuestra historia o proyecto de cambio a otras escuelas o foros de diálogo. Inspirar a otros a través de cómo habéis elegido el reto, cómo lo habéis abordado. Celelebrarlo en tu contexto (colegio, comunidad educativa, etc.). Crear y enviar un pequeño extracto de todo el proyecto en un pequeño vídeo, de tres a cinco minutos, para inspirar a otros. Lo podéis compartir en las redes sociales, con vuestra ciudad o redes de escuelas o enviar a la comisión del Global Compact on Education (www.e-sm. net/203134_082; secretary@oiecinternational.com). 49


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EL CONTEXTO Tendencia al aislamiento

Egolatría del ser humano como especie y como individuo

Egolatría que genera fracturas

Juntos para afrontar la idolatría del yo

Desafíos de los mundos digitales a la tarea educativa 50

Ruptura de la solidaridad intergeneracional

Al presentar el evento del catorce de mayo de 2020 [retrasado posteriormente al quince de octubre] al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el papa Francisco indicó cuál es la herida más grave que el contexto sociocultural actual provoca en el compromiso educativo: «Educar exige entrar en un diálogo leal con los jóvenes. Ante todo, ellos son quienes nos interpelan sobre la urgencia de esa solidaridad intergeneracional, que desgraciadamente ha desaparecido en los últimos años. En efecto, hay una tendencia en muchas partes del mundo a encerrarse en sí mismos, a proteger los derechos y los privilegios adquiridos, a concebir el mundo dentro de un horizonte limitado que trata con indiferencia a los ancianos y, sobre todo, que no ofrece más espacio a la vida naciente. El envejecimiento general de una parte de la población mundial, especialmente en Occidente, es la triste y emblemática representación de todo esto» (Discurso a los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede con motivo de las felicitaciones del año nuevo, nueve de enero de 2020). Las raíces últimas de esta tendencia al aislamiento y al encerrarse se encuentran, según el papa Francisco, en una profunda transformación antropológica, de la cual habló detalladamente en el discurso a los participantes de la asamblea general de los miembros de la Academia Pontificia para la Vida en octubre de 2017. Afirmó: «La criatura humana parece encontrarse hoy en un pasaje especial de su historia [...]. El rasgo emblemático de este pasaje puede reconocerse en síntesis en la rápida difusión de una cultura obsesivamente centrada en la soberanía del hombre (como especie e individuo) con respecto a la realidad. Hay quienes incluso hablan de egolatría, es decir, de una verdadera adoración del ego, en cuyas aras se sacrifica todo, incluyendo los afectos más queridos. Esta perspectiva no es inofensiva: dibuja un sujeto que se mira constantemente en el espejo, hasta que llega a ser incapaz de volver sus ojos a los demás y al mundo». Lógicamente, es este tipo de egolatría la que genera esas fracturas que influyen fuertemente en la acción educativa en todos los niveles. Hablamos aquí de la fractura entre generaciones, de la fractura entre diferentes pueblos y culturas, de la fractura entre parte de la población rica y parte de la población pobre (la primera cada vez más rica y la segunda cada vez más pobre), de la factura entre hombres y mujeres, de la factura entre economía y ética, de la factura entre la humanidad y el planeta Tierra. La educación que necesitamos hoy debe, por tanto, poder afrontar esta nueva «idolatría del yo» y encontrar las palabras adecuadas para devolver a todos la originalidad y la belleza de la vocación humana en relación con el otro y su destino. «Juntos» es la palabra que salva todo y cumple todo.

Tiempos educativos y tiempos tecnológicos

En la encíclica Caritas in veritate, Benedicto XVI evidencia que «la sociedad cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos» (19). Actualmente, una de las declinaciones fundamentales de la glo-


Internet y las redes sociales afectan a las capacidades humanas

Gran potencial y grandes riesgos de internet

Necesidad de discernimiento para humanizar la complejidad

El cómo pero no el por qué: pobreza de interioridad

balización está representada por el desarrollo de las tecnologías y, en particular, con un impacto tal vez más incisivo en el campo pedagógico, aquellas relacionadas con la vida en línea y con las redes sociales. El uso y la gestión de estos mundos digitales plantean enormes desafíos a la tarea educativa. Como se subraya en la Laudato si’, si bien la educación requiere un movimiento constante de crecimiento y, por tanto, de cambio, «la velocidad que las acciones humanas le imponen hoy contrasta con la natural lentitud de la evolución biológica» (18). Las nuevas generaciones, en una forma hasta ahora desconocida, se ven obligadas a vivir con esta contradicción, porque los tiempos de aprendizaje y, más profundamente, los de madurez están muy alejados de los tiempos de internet. Con frecuencia, consecuentemente, esto conlleva un fuerte sentimiento de frustración, de pobreza de estima y de conciencia de sí mismo: ¿por qué, aunque clicando puedo obtener aquello que deseo, no logro, con la misma rapidez, convertirme en una persona adulta, que logre tomar decisiones importantes y de responsabilidad? Internet y las redes sociales están de esta manera alterando radicalmente tanto las relaciones entre los seres humanos como los deseos y la misma formación de la identidad de los individuos, afectando a diferentes capacidades humanas, como la memoria, la creatividad o la capacidad de concentración e introspección. No queremos seguramente negar el hecho de que la web ofrece grandes oportunidades para la construcción del mañana, pero tampoco debemos subestimar su no-neutralidad, y por tanto considerar sus límites intrínsecos y posibilidades: la tecnología «de hecho suele ser incapaz de ver el misterio de las múltiples relaciones que existen entre las cosas, y por eso a veces resuelve un problema creando otros» (Laudato si’ 20). Contextualmente filtrando todo tipo de realidad, el mundo virtual, por un lado, se siente accesible a todos los rincones del planeta, mientras que, por el otro, tiende a contribuir a la «“globalización de la indiferencia”, que poco a poco nos “habitúa” al sufrimiento del otro, cerrándonos en nosotros mismos» (Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, uno de enero de 2014). Ante el gran potencial y los grandes riesgos que hoy en día representa internet, no es suficiente una actitud de denuncia constante ni de total absolución. Es necesario lo que el papa Francisco nunca deja de solicitar: es necesario el discernimiento. Aún más, se necesitan personas para transferir esta actitud a las nuevas generaciones. La educación necesaria hoy es una educación que no solo no tiene miedo de la complejidad de la realidad, sino que se esfuerza por capacitar a todos aquellos a quienes se dirige para que puedan vivir esta complejidad y a «humanizarla», con la conciencia que cualquier instrumento depende siempre de la intencionalidad de quienes lo utilizan.

«E-ducar» la pregunta

La «desintegración psicológica», debida en particular a la mencionada penetración de las nuevas tecnologías, es indicada por el papa en su Mensaje para el lanzamiento del pacto educativo como una de las problemáticas educativas más urgentes. La atención, en particular de los niños y de los jóvenes, hoy está constantemente atraída por estímulos rápidos y múlti51


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Educar las preguntas

Entrar en la propia interioridad y animar la inquietud sobre el sentido

Fragmentación de la identidad y cultura del descarte

Descarte de los ancianos y de los niños

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ples, que hacen difícil aprender a vivir el silencio. El tiempo y el espacio necesarios para que los jóvenes se familiaricen con sus deseos y sus miedos están cada vez más llenos de interacciones continuas y atractivas, que seducen y tienden a colmar cada momento de la jornada. Interacciones, además, que alimentan la racionalidad calculadora, instrumental, tecnicista (la del cómo), y no la racionalidad que responde al sentido profundo de las cosas y de la vida (aquella del por qué). En la gran riqueza de estímulos se experimenta, por así decirlo, una profunda pobreza de interioridad, una creciente dificultad para detenerse, reflexionar, escuchar y escucharse. La diversidad y la velocidad de los estímulos digitales a menudo «suele llevar a perder el sentido de la totalidad, de las relaciones que existen entre las cosas, del horizonte amplio, que se vuelve irrelevante» (Laudato si’ 110). En relación a cuanto fue sugerido por distintos líderes religiosos al papa Francisco, es necesario entonces concentrase hoy en educar las preguntas de los jóvenes, prioritarias al dar respuestas: se trata de dedicar tiempo y espacio al desarrollo de las grandes cuestiones y de los grandes deseos que habitan en el corazón de las nuevas generaciones, que, desde una relación serena con ellos mismos, puedan conducirlos a la búsqueda de lo trascendente. En el Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común se recuerda, sobre este tema, «la importancia de reavivar el sentido religioso y la necesidad de reanimarlo en los corazones de las nuevas generaciones» (página 4). Para el creyente, se trata de despertar en los jóvenes, en los momentos oportunos, el deseo de entrar en la propia interioridad para conocer y amar a Dios; para el no creyente, animar una inquietud estimulante sobre el sentido de las cosas y de la propia existencia.

Reconstruir la identidad

La cuestión de la fragmentación de la identidad o la dificultad de construir una visión unificada del yo es fuertemente subrayada por psicólogos y educadores, que encuentran en particular en las nuevas generaciones una presencia creciente de sufrimiento vinculado justamente a este problema. Las indicaciones dadas por el papa Francisco en la Laudato si’ sobre la cultura del descarte ofrecen un indicio útil para profundizar esta temática; se lee, en efecto, que «a la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas» (22). Entre las personas más afectadas por la cultura del descarte están los ancianos y los niños: en la lógica del consumo, los primeros son descartados porque ya no son más productivos y los segundos porque todavía no son productivos. Sin embargo, una sociedad que deja de lado a los ancianos es una sociedad que se niega de confrontarse con su pasado, con su memoria y sus raíces: «Los viejos son la sabiduría. Y que los viejos aprendan a hablar con los jóvenes y los jóvenes aprendan a hablar con los ancianos. Ellos, los ancianos, tienen la sabiduría de un pueblo» (Discurso a los fieles de Pietralcina, diecisiete de marzo de 2018). Por otra parte, descartar la infancia muestra, en cambio, una pobreza de esperanza, de visión y de futuro, ya que los niños «traen su modo de ver la realidad, con una mirada confiada y pura» (audiencia general del dieciocho de marzo de 2015).


Reconstruir vínculos desde la memoria y con perspectiva

Interdependencia del ser humano y de la naturaleza

Una educación ecológica integral

Ecología integral porque «todo está conectado»

Reciprocidad entre interioridad y exterioridad, identidad y alteridad

Como un presente es pobre sin pasado y sin futuro, así también una identidad personal sin los demás está vacía, porque no tiene memoria ni perspectiva. Por eso, empobrecido de alma y sin esperanza, el hombre contemporáneo enfrenta inseguridad e inestabilidad. Por tanto, es necesario formar personas que sepan reconstruir los vínculos interrumpidos con la memoria y con la esperanza en el futuro, jóvenes que, conociendo sus raíces y abiertos a lo nuevo que llegará, sepan reconstruir una identidad presente más serena.

Crisis ambiental como crisis relacional

La búsqueda de una renovación del compromiso educativo con la interioridad y la identidad, siempre más provocadas por el mundo globalizado y digital, exige que no se rompa el vínculo con el más amplio horizonte social, cultural y ambiental en el que se inserta, porque «el ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social» (Laudato si’ 48). La carencia de cuidado de la interioridad se refleja en la carencia de cuidado de la exterioridad, y viceversa: «El descuido en el empeño de cultivar y mantener una relación adecuada con el prójimo, hacia el cual tengo el deber del cuidado y de la custodia, destruye mi relación interior conmigo mismo, con los demás, con Dios y con la tierra» (Laudato si’ 70). Pero esto sucede «si ya no hablamos el lenguaje de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo» (Laudato si’ 11). De aquí surge naturalmente la necesidad de una educación ecológica integral. El desafío ambiental se refiere esencialmente a un desafío relacional más radical, donde está en juego el futuro de las generaciones y del propio planeta. Considerar la cuestión ambiental como intrínsecamente relacional «nos impide [dice Laudato si’] entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida. Estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos interpenetrados» (139). También aquí, antes de moral, la cuestión es ontológica y antropológica: «No habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano. No hay ecología sin una adecuada antropología» (Laudato si’ 118). Por tanto, la ecología integral a la que se refiere el Papa no debe ser comprendida individualísticamente, como una especie de ecologismo romántico y moral de la belleza desencantada de la naturaleza, sino que brota de la plena conciencia que «todo está conectado», «todo está en relación» como se lo reitera con frecuencia en la Laudato si’ (cf. 70, 92, 117, 120, 138, 142). Por tanto, solo en el horizonte de esta reciprocidad entre interioridad y exterioridad, identidad y alteridad, el yo y la alteridad, es posible redescubrir, como dice el papa Francisco, que «entonces hay mística en una hoja, en un camino, en el rocío, en el rostro del pobre. El ideal no es solo pasar de lo exterior a lo interior para descubrir la acción de Dios en el alma, sino también llegar a encontrarlo en todas las cosas» (Laudato si’ 233) y, de este modo, custodiarlas en un renovado y consciente estilo de vida. 53


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MODALIDAD A

PROPUESTA DE TRABAJO DIRIGIDO EN GRUPO Compartimos en grupo nuestro trabajo personal. Vemos juntos qué sucede: qué dice el texto, qué refleja de la realidad. Nos damos cuenta de lo que pensamos y de lo que necesitamos hacer: qué nos dice el texto, a qué nos invita. Podemos ayudarnos de estas preguntas: – ¿Qué signos de egolatría (idolatría del yo) se manifiestan en nuestro centro, en nuestro grupo, en nuestra familia? – ¿Cómo podemos ayudar a vivir y a humanizar la complejidad actual que altera radicalmente las relaciones entre las personas, sus deseos y su misma identidad? – ¿Cómo y cuándo despertar en los jóvenes el deseo de entrar en la propia interioridad para conocer y amar a Dios (creyentes) y animar una inquietud estimulante sobre el sentido de las cosas y de la propia existencia (no creyentes)? – ¿Cómo formar personas que sepan «reconstruir los vínculos interrumpidos con la memoria y con la esperanza en el futuro, jóvenes que, conociendo sus raíces y abiertos a lo nuevo que llegará, sepan reconstruir una identidad presente más serena»? – «Todo está conectado, todo está en relación»: ¿qué consecuencias tiene considerar la educación ecológica integral como un desafío relacional más radical? Concretamos qué podemos hacer (como directivos, como profesores, como alumnos, como familia): «Me comprometo a…»; «Nos comprometemos a…».

Visualización: una escuela que cuenta con los otros La egolatría actual del ser humano no es inofensiva: «Dibuja un sujeto que se mira constantemente en el espejo, hasta que llega a ser incapaz de volver sus ojos a los demás y al mundo». También son necesarios tiempo y espacio para familiarizarnos con nuestros deseos y nuestros miedos y reconstruir nuestra identidad. ¿Qué pasaría si nos miramos en el espejo de los demás y viéramos sus reflejos en nuestra propia historia? – Recuerdo cuál era mi sueño cuando era niño o joven. Veo cómo sigue presente ahora. Y me alegro de que alguien lo haya hecho realidad. Veo cómo lo ha logrado. Y me alegro de ello. – Recuerdo los miedos que he tenido a lo largo de mi vida y cómo los he ido superando. Algunas personas me han ayudado a superarlos, y se lo agradezco. – Recuerdo cuáles son las personas que me han ayudado a crecer. Veo cómo y cuándo lo han hecho y manifiesto mi agradecimiento. – Me doy cuenta de cuál es mi mayor deseo en la vida y veo cómo lo voy logrando y las personas que me han ayudado a ello. – Recuerdo a personas que están a mi lado o que conozco y que, por la causa que sea, sufren. – Manifiesto internamente mi deseo de reconstituir mis vínculos con nuestra historia pasada, reconocer mis raíces.

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MODALIDAD B

DESIGN FOR CHANGE, PROPUESTA DE TRABAJO EN GRUPO A partir de lo leído, sentido, reflexionado, comprendido, individual y/o comunitariamente, cocrear un proyecto de cambio. Urge llevar a la práctica, dar vida, nueva vida, aquello en lo que creemos. Para ello, os proponemos estas cuatro fases, inspiradas en la metodología de Design for Change:

SIENTE Centrándonos en lo expuesto y sugerido en este segundo bloque, en el que se nos habla de del contexto: ruptura intergeneracional, egolatría, desafío de las TIC en educación, educar desde dentro, reconstruir la identidad, vida interior, no al descarte de los ancianos y niños (ni de nadie), la crisis ambiental y relacional, la ecología integral, todo conectado; etc.: – ¿Qué sentís? ¿Qué os preocupa o apremia en lo personal o en lo comunitario? – Ordenar la información a partir de lo anterior y ahondar en su comprensión. – Sintetizarla y elegir un reto, un desafío personal o comunitario ante lo que se nos dice.

IMAGINA Ante ese reto/desafío, proponer ideas para abordarlo, solucionarlo, darle vida en las realidades concretas del entorno educativo, social, ambiental. Elegir las mejores y más oportunas, aquellas que os inquieten y sean más nucleares para la mejora y transformación de la educación, más humana y fraterna. Plantear un prototipo, una solución alcanzable y realizable. Concretar vuestra propuesta de cambio. Trazar un plan de acción.

ACTÚA Organizar el plan: líneas de acción, recursos, estrategias, tiempos, tareas, responsabilidades. Hacer real el reto: construir la idea y aplicarla, llevarla a la práctica, darle vida en ti, en tu escuela, en tu comunidad.

COMPARTE Enviar vuestra historia o proyecto de cambio a otras escuelas o foros de diálogo. Inspirar a otros a través de cómo habéis elegido el reto, cómo lo habéis abordado y llevado a la práctica. Celebrarlo en tu contexto (colegio, comunidad educativa, etc.) Crear y enviar un pequeño extracto de todo el proyecto en un pequeño vídeo, de tres a cinco minutos, para inspirar a otros. Lo podéis compartir en las redes sociales, con vuestra ciudad o redes de escuelas o enviar a la comisión del Global Compact on Education (www.e-sm. net/203134_082; secretary@oiecinternational.com).

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LA VISIÓN Educar a un nuevo modo de pensar: unidad y diversidad

La diversidad es indispensable para la unidad

La diferencia, bendición para la propia identidad

Diálogo para trabajar por una cultura del encuentro y de la fraternidad

Diálogo interreligioso para servir a la justicia y a la paz

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Unidad en la diferencia: un nuevo modo de pensar

En el origen de las actuales fragmentaciones y oposiciones, que a menudo conducen a diversas formas de conflicto, se encuentra el miedo a la diversidad (cf. también el reciente Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, uno de enero de 2020). Reconstruir el tejido de la unidad y del encuentro, por tanto, solicita al pensamiento que dé un salto hacia adelante y cambie radicalmente su lógica habitual. Si la diversidad y la diferencia se siguen considerando hostiles a la unidad, entonces, la guerra estará siempre en la puerta, lista para manifestarse con toda su carga destructiva. El primer principio indispensable para la construcción de un nuevo humanismo es, por tanto, educar a un nuevo modo de pensar, que sepa mantener juntas la unidad y la diversidad, la igualdad y la libertad, la identidad y la alteridad. Por eso, como escribe la Evangelii gaudium, para que florezca la flor de un nuevo estilo educativo, «es necesario llegar allí donde se gestan los nuevos relatos y paradigmas» (74). En pocas palabras, se trata de comprender que la diversidad no solo no es un obstáculo para la unidad, no solo no la desestabiliza, sino que, al contrario, le es indispensable, es su horizonte de posibilidades: la unidad y la diferencia no se excluyen, sino que se necesitan. De lo contrario, nos encontraríamos ante una unidad asfixiante, que elimina la alteridad, haciendo imposible la existencia del otro, pero también de sí misma; o experimentaríamos un desorden caótico, donde las identidades individuales son recíprocamente indiferentes, haciendo imposible cualquier encuentro. Por tanto, es necesario ejercer ese pensamiento que articula la unidad en la distinción y que considera la diferencia como una bendición para la propia identidad y no como un gran impedimento para la autorrealización. La tarea educativa debe intervenir, antes que nada, a este nivel, porque, como recordó el papa Francisco durante su visita a la Universidad de Roma Tre, «las guerras comienzan dentro de nosotros cuando no sabemos abrirnos a los demás, cuando no logramos hablar con los demás», cuando, en otras palabras, la alteridad se considera un obstáculo para la afirmación de la identidad. En la práctica educativa, el nuevo pensamiento inaugura, en consecuencia, un ejercicio dialógico en todos los ámbitos, que libremente hace partícipe a todo aquel que desee trabajar por una auténtica cultura del encuentro, del enriquecimiento recíproco y de la escucha fraterna: «También en las disputas, que constituyen un aspecto ineludible de la vida, es necesario recordar que somos hermanos y, por eso mismo, educar y educarse en no considerar al prójimo un enemigo o un adversario al que eliminar» (Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, uno de enero de 2014), porque «si cuando el corazón está auténticamente abierto a una comunión universal, nada ni nadie está excluido de esa fraternidad» (Laudato si’ 92). En este sentido, el rol del diálogo entre las religiones es de crucial importancia, ya que «es una condición necesaria para la paz en el mundo y, por tanto, es un deber para los cristianos, así como para otras comunidades religiosas» (Evangelii gaudium 250). Es precisamente en la práctica dialógica que, de hecho, «aprendemos a aceptar a los otros en su modo diferente de


Práctica del diálogo y de la paz en la acción política y económica

El valor de la relación educativa: aprender también de los jóvenes

La relación entre profesor y alumnos educa a ambos

Actuar con cabeza, corazón y manos

ser, de pensar y de expresarse. De esta forma, podremos asumir juntos el deber de servir a la justicia y la paz, que deberá convertirse en un criterio básico de todo intercambio. Un diálogo en el que se busquen la paz social y la justicia es en sí mismo, más allá de lo meramente pragmático, un compromiso ético que crea nuevas condiciones sociales» (Evangelii gaudium 250). A la luz de estas consideraciones, no podemos dejar de señalar que este pensamiento del diálogo y de la paz debe iluminar y guiar siempre más a aquellos que los ciudadanos han elegido para la gestión político-económica de la sociedad civil. Nunca hay una verdadera acción política fuera de un pensamiento y de una práctica del diálogo y de la paz.

La relación en el centro

Entre los valores indispensables para reconstruir un pacto educativo, parece importante detenerse en el valor de la relación educativa. Con las palabras del papa Francisco podemos, de hecho, reiterar que «si bien por un lado no debemos olvidar que los jóvenes esperan la palabra y el ejemplo de los adultos, al mismo tiempo hemos de tener presente que ellos tienen mucho que ofrecer con su entusiasmo, con su compromiso y con su sed de verdad, a través de la que nos recuerdan constantemente que la esperanza no es una utopía y la paz es un bien siempre posible. Lo hemos visto en el modo con el que muchos jóvenes se están comprometiendo para sensibilizar a los líderes políticos sobre la cuestión del cambio climático. El cuidado de nuestra casa común debe ser una preocupación de todos y no el objeto de una contraposición ideológica entre las diferentes visiones de la realidad, ni mucho menos entre las generaciones» (Discurso a los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede con motivo de las felicitaciones del año nuevo, nueve de enero de 2020). Como lo confirma la experiencia escolar, una educación fructífera no depende fundamentalmente ni de la preparación del profesor ni de las competencias de los alumnos; depende más bien de la calidad de la relación que se establece entre ellos. Muchos estudiosos de la educación han subrayado que no es el profesor quien educa al alumno en una transmisión unidireccional, ni tampoco es el alumno quien construye por sí mismo su conocimiento, es más bien la relación entre ellos que educa a ambos en un intercambio dialógico que los presupone y al mismo tiempo los supera. Este es, justamente, el sentido de poner en el centro a la persona que es relación. Esto implica también hacerse cargo concretamente de las situaciones reales en las que se encuentran muchos niños y niñas en el mundo de hoy. De hecho, no podemos ignorar que el discurso sobre la centralidad de la persona en cada proceso educativo corre el riesgo de volverse sumamente abstracto si no estamos dispuestos a abrir los ojos a la situación real de pobreza, sufrimiento, explotación, negación de posibilidades, en la que se encuentra gran parte de la infancia del mundo y, sobre todo, si uno no está dispuesto a hacer algo. Como lo expresa el papa Francisco, es necesario actuar siempre conectados con la cabeza, el corazón y justamente las manos. 57


Instrumentum laboris Congregación para la Educación Católica

No leer los acontecimientos como hechos indiscutibles

«Las cosas sí pueden cambiar»

Escuchar el grito de jóvenes…

…para alimentar la revolución de la ternura

Arriesgarse al encuentro con el otro

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El mundo puede cambiar

Otro principio fundamental que hay que poner nuevamente en el centro de la agenda educativa es aquel por el que se afirma que el mundo puede cambiar. Sin este principio, el deseo humano, especialmente el de los más jóvenes, se ve privado de la esperanza y de la energía necesarias para trascender, para dirigirse hacia el otro. Esta cuestión fue bien identificada en la Caritas in veritate de Benedicto XVI. De hecho, «a veces se perciben actitudes fatalistas ante la globalización, como si las dinámicas que la producen procedieran de fuerzas anónimas e impersonales o de estructuras independientes de la voluntad humana» (Caritas in veritate 42). En realidad, no es así, por ello los acontecimientos culturales, históricos y económicos que se producen a nuestro alrededor, por muy grandes que sean, no deben ser leídos como hechos indiscutibles, determinados por leyes absolutas. Este es el mensaje que el papa Francisco quiso dar a los mismos jóvenes cuando, el trece de enero de 2017, en ocasión de la publicación del Documento preparatorio del Sínodo sobre los Jóvenes, les envió una carta. Uno de los pasajes más conmovedores de esa carta es el siguiente: «En Cracovia, durante la apertura de la última Jornada Mundial de la Juventud, les pregunté varias veces: “Las cosas ¿se pueden cambiar?”. Y ustedes exclamaron juntos a gran voz: “Sí”. Esa es una respuesta que nace de un corazón joven que no soporta la injusticia y no puede doblegarse a la cultura del descarte, ni ceder ante la globalización de la indiferencia. ¡Escuchen ese grito que viene de lo más íntimo!». Hoy, esta última invitación se dirige a todos aquellos que tienen responsabilidades políticas, administrativas, religiosas y educativas: es el momento de escuchar el grito que surge del profundo del corazón de nuestros jóvenes. Es un grito de paz, un grito de justicia, un grito de fraternidad, un grito de indignación, un grito de responsabilidad y de compromiso para cambiar con respecto a todos los frutos perversos generados por la actual cultura del descarte. Y es precisamente en la fuerza de este grito de los jóvenes (que encuentra cada vez más espacio en las numerosas manifestaciones que ellos dan vida) que todos, especialmente los que se dedican a la educación, deben encontrar la fuerza para alimentar esa revolución de la ternura que salvará nuestro mundo demasiado herido. Emerge con toda su fuerza, por tanto, la exigencia de estimular la fascinación por el sano riesgo y de despertar la inquietud por la realidad. Atreverse a tal inquietud es arriesgarse a salir de sí mismo, que implica «correr el riesgo [como leemos en la Evangelii gaudium] del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo» (88). Solo de esta manera el deseo recupera el impulso y se convierte en protagonista de su propia existencia, educándose en estilos de vida conscientes y responsables. Precisamente utilizando bien el propio espacio de libertad se contribuye al crecimiento personal y comunitario: «No hay que pensar que esos esfuerzos no van a cambiar el mundo. Esas acciones derraman un bien en la sociedad que siempre producen frutos más allá de lo que se pueda constatar, porque provocan en el seno de esta tierra un bien que siempre tiende a difundirse, a veces invisiblemente» (Laudato si’ 212).


MODALIDAD A

PROPUESTA DE TRABAJO DIRIGIDO EN GRUPO Compartimos en grupo nuestro trabajo personal. Vemos juntos qué sucede: qué dice el texto, qué refleja de la realidad. Nos damos cuenta de lo que pensamos y de lo que necesitamos hacer: qué nos dice el texto, a qué nos invita. Podemos ayudarnos de estas preguntas: – ¿En qué y cómo podemos «trabajar por una auténtica cultura del encuentro, del enriquecimiento recíproco y de la escucha fraterna»? – ¿Qué profesor recordamos por la calidad de su relación educativa? ¿Cómo y en qué nos influyó? – ¿Cómo «actuar siempre conectados con la cabeza, el corazón y las manos»? – ¿Cómo resuenan entre nosotros los gritos que nos piden cambiar «los frutos perversos generados por la actual cultura del descarte»: «un grito de paz, un grito de justicia, un grito de fraternidad, un grito de indignación, un grito de responsabilidad y de compromiso»? Concretamos qué podemos hacer (como directivos, como profesores, como alumnos, como familia): «Me comprometo a…»; «Nos comprometemos a…».

Visualización: una escuela de encuentro «En la práctica educativa, el nuevo pensamiento inaugura un ejercicio dialógico en todos los ámbitos, que libremente hace partícipe a todo aquel que desee trabajar por una auténtica cultura del encuentro, del enriquecimiento recíproco y de la escucha fraterna». – Me imagino que me encuentro en profundidad con personas distintas a mí y establezco un diálogo con ellas. – Me encuentro con una persona que piensa políticamente de forma distinta a la mía. Sé cómo piensa, sé cómo vive. Lo escucho con atención. Acepto sus contradicciones. Cuestiono lo que me parece conveniente y escucho sus contestaciones. Me habla de la educación. Escucho lo que quiere decir. Nos despedimos y le agradezco el encuentro. – Me encuentro con una persona que tiene una creencia religiosa distinta a la mía. Me cuenta cómo vive, cómo ha llegado hasta ahí. Lo escucho con atención. Pregunto lo que me cuestiona y escucho sus contestaciones. Me habla de la educación. Escucho lo que quiere decir. Nos despedimos y le agradezco el encuentro. – Me encuentro con una persona que tiene una experiencia vital distinta a la mía. Veo cómo vive, qué le ha llevado a ello. Le escucho con atención. Me habla de la educación. Escucho lo que quiere decir y le cuento mi experiencia. Nos despedimos y le agradezco el encuentro. – Noto los sentimientos que he tenido en cada ocasión. Y me doy cuenta de lo que he descubierto.

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Instrumentum laboris Congregación para la Educación Católica

MODALIDAD B

DESIGN FOR CHANGE, PROPUESTA DE TRABAJO EN GRUPO A partir de lo leído, sentido, reflexionado, comprendido, individual y/o comunitariamente, cocrear un proyecto de cambio. Urge llevar a la práctica, dar vida, nueva vida, aquello en lo que creemos. Para ello, os proponemos estas cuatro fases, inspiradas en la metodología de Design for Change:

SIENTE Centrándonos en lo expuesto y sugerido en este tercer bloque, en el que se nos habla de la visión: unidad y diversidad; diálogo para trabajar la cultura de encuentro; diálogo interreligioso para servir a la paz, a la justicia; la escuela es relación; aprendamos también de los niños y jóvenes, educación integral (cabeza, corazón, manos); el mundo puede cambiar; escuchar el grito de los jóvenes (no a la injusticia y al descarte); la revolución de la ternura; etc.: – ¿Qué sentís? ¿Qué os preocupa o apremia en lo personal o en lo comunitario? – Ordenar la información a partir de lo anterior y ahondar en su comprensión. – Sintetizarla y elegir un reto, un desafío personal o comunitario ante lo que se nos dice en este bloque.

IMAGINA Ante ese reto/desafío, proponer ideas para abordarlo, solucionarlo, darle vida en las realidades concretas del entorno educativo, social, ambiental. Elegir las mejores y más oportunas, aquellas que os inquieten y sean más nucleares para la mejora y transformación de la educación, más humana y fraterna. Plantear un prototipo. Una solución alcanzable y realizable. Concretar vuestra propuesta de cambio. Trazar un plan de acción.

ACTÚA Organizar el plan: líneas de acción, recursos, estrategias, tiempos, tareas, responsabilidades. Hacer real el reto: construir la idea y aplicarla, llevarla a la práctica, darle vida en ti, en tu escuela, en tu comunidad.

COMPARTE Enviar vuestra historia o proyecto de cambio a otras escuelas o foros de diálogo. Inspirar a otros a través de cómo habéis elegido el reto, cómo lo habéis abordado y llevado a la práctica. Celebrarlo en tu contexto (colegio, comunidad educativa, etc.). Crear y enviar un pequeño extracto de todo el proyecto en un pequeño vídeo, de tres a cinco minutos, para inspirar a otros. Lo podéis compartir en las redes sociales, con vuestra ciudad o redes de escuelas o enviar a la comisión del Global Compact on Education (www.e-sm. net/203134_082; secretary@oiecinternational.com).

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LA MISIÓN Triple coraje para construir la «aldea de la educación»

Cómo poner en el centro a la persona

Afrontar la crisis ambiental y relacional

Educación para cuidar de los demás y de la creación

Reconstruir relaciones entre las diferentes instituciones y realidades sociales

Educación y sociedad

En su Mensaje para el lanzamiento del pacto educativo, como ya se ha mencionado al principio, el papa Francisco subraya con fuerza la urgencia de construir una «aldea de la educación», en donde comprometernos para crear una red de relaciones humanas y abiertas. Añadió también que tal empresa no será posible sin la activación, por parte de todos, de un triple coraje: en primer lugar, el coraje de poner a la persona en el centro; en segundo lugar, el coraje de invertir las mejores energías con creatividad y responsabilidad; en tercer y último lugar, el coraje de formar personas dispuestas a ponerse al servicio de la comunidad. Especificando el primer punto, es decir, el coraje de poner en el centro a la persona, el papa Francisco se expresa así: «Para esto se requiere firmar un pacto que anime los procesos educativos formales e informales, que no pueden ignorar que todo en el mundo está íntimamente conectado y que se necesita encontrar (a partir de una sana antropología) otros modos de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso. En un itinerario de ecología integral, se debe poner en el centro el valor propio de cada criatura, en relación con las personas y con la realidad que la circunda, y se propone un estilo de vida que rechace la cultura del descarte» (Mensaje para el lanzamiento del pacto educativo). Se comprende bien en este punto el vínculo profundo que existe entre la encíclica Laudato si’ y la iniciativa del pacto educativo. Se trata de tomar conciencia con coraje de que la crisis ambiental y relacional que estamos viviendo puede ser afrontada dedicando atención a la educación de quienes mañana estarán llamados a custodiar la casa común. La educación, «llamada a crear una "ciudadanía ecológica"» (Laudato si' 211), puede convertirse en un instrumento eficaz para construir, en una perspectiva a largo plazo, una sociedad más acogedora y atenta al cuidado de los demás y de la creación. Es decir, el compromiso educativo no solo se dirige a los beneficiarios directos, niños y jóvenes, sino que es un servicio a la sociedad en su conjunto que al educar se renueva. Además, la atención educativa puede representar un importante punto de encuentro para reconstruir una trama de relaciones entre las diferentes instituciones y realidades sociales: para educar a un niño es necesario que dialoguen en función de un objetivo común la familia, la escuela, las religiones, las asociaciones y la sociedad civil en general. Partiendo de la urgencia formativa, por tanto, es posible contrastar la «silenciosa ruptura de los lazos de integración y de comunión social» (Laudato si’ 46). Podríamos decir que la educación puede ser comprendida nuevamente como un camino de formación de las generaciones más jóvenes y, al mismo tiempo, como una posibilidad de revisión y de renovación de toda una sociedad que, en el esfuerzo de transmitir lo mejor de sí misma a los más jóvenes, discierne su propio comportamiento y eventualmente lo mejora. 61


Instrumentum laboris Congregación para la Educación Católica

Ofrecer a la educación las mejores energías disponibles Poner lo mejor al servicio de los jóvenes

Un cambio radical de dirección a través de la educación

Formar personas al servicio de la comunidad

Instrumento y fin de la educación: el servicio a los demás y a la comunidad.

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El mañana exige lo mejor de hoy

Según el papa Francisco, el segundo paso audaz hacia un nuevo pacto formativo consiste en tener la fuerza, como comunidad (eclesial, social, asociativa, política), para ofrecer a la educación las mejores energías disponibles. Es evidente que se trata de una decisión audaz porque cada decisión implica favorecer un aspecto para poner otro en segundo plano. ¿Cuántas realidades en la actualidad ponen lo mejor que tienen al servicio de los jóvenes? Si se piensa en la mayoría de las sociedades actuales, se puede ver claramente cómo las fuerzas más creativas y proactivas se ponen al servicio de la producción y del mercado. Los mejores jóvenes graduados y las mentes más brillantes suelen trabajar en grandes empresas orientadas a las ganancias, no tanto a la búsqueda del bien común. Al mismo tiempo, el consumismo imperante requiere la ausencia, o solo la débil presencia, de personas formadas, con pensamiento crítico y un empuje relacional. La ideología consumista, de hecho, se alimenta del individualismo y de la incompetencia en la autogestión, porque es fuera de la comunidad donde somos más frágiles y es en la incapacidad de la sobriedad donde respondemos con docilidad a los estímulos propagandísticos. Se necesita, entonces, el coraje de hacer un verdadero cambio radical de dirección: la inversión (dada la situación presentada) es urgente, porque solo a través de la educación podemos esperar de manera realista un cambio positivo en la planificación a largo plazo. Lo que será tiene que tener lo mejor de lo que hay ahora. Quien vendrá tiene derecho a tener lo mejor de quien está hoy.

Educar para servir, educar es servir

El tercer acto de coraje requerido por el papa Francisco es formar personas dispuestas a ponerse al servicio de la comunidad. Tal indicación, en verdad, pone en luz justamente un elemento verdaderamente decisivo en cada gesto educativo: ningún educador logra el pleno éxito de su acción educativa si no se compromete a formar y a configurar, en aquellos que le han sido confiados, una plena y verdadera responsabilidad al servicio de los demás, de todos los demás, de toda la comunidad humana, comenzando por los que presentan una mayor situación de fatiga y de desafío. El verdadero servicio de la educación es la educación al servicio. Por otra parte, la investigación educativa también reconoce siempre con mayor claridad la dimensión central del servicio a los demás y a la comunidad como instrumento y como fin de la propia educación; pensemos, por ejemplo, en el gran desarrollo de la didáctica de service learning. Este tipo de investigación está mostrando cómo el servicio puede ser no solo una actividad educativa entre otras (la importancia del voluntariado en la formación de los jóvenes es bien reconocida), sino más radicalmente cómo puede convertirse en el método fundamental a través del cual todos los conocimientos y habilidades pueden ser transmitidos y adquiridos. Podemos señalar este proceso como un desarrollo desde una educación al servicio hacia una educación como servicio, según la cual el prójimo es tanto la vía como la meta del camino de la educación.


Preparar a nuestros hijos para renovar un mundo común a todos

Dejemos, finalmente, una última palabra de reflexión a Hannah Arendt, que supo indicar de manera eficaz y sintética lo que está en juego en cada gesto educativo. Estas son sus palabras iluminadoras: «La educación es el momento que decide si amamos lo suficiente al mundo como para responsabilizarnos de él y salvarlo de la ruina, lo cual es inevitable sin renovación, sin la llegada de nuevos seres, de jóvenes. En la educación se decide también si amamos tanto a nuestros hijos al punto de no excluirlos de nuestro mundo, dejándolos a merced de sí mismos, al punto de no quitarles su oportunidad de emprender algo nuevo, algo impredecible para nosotros, y los preparamos para la tarea de renovar un mundo que será común a todos» (Tra passato e futuro, Garzanti, Turín 1999, 255).

MODALIDAD A

PROPUESTA DE TRABAJO DIRIGIDO EN GRUPO Compartimos en grupo nuestro trabajo personal. Vemos juntos qué sucede: qué dice el texto, qué refleja de la realidad. Nos damos cuenta de lo que pensamos y de lo que necesitamos hacer: qué nos dice el texto, a qué nos invita. Podemos ayudarnos de estas preguntas: – ¿Cómo ejercemos (o podemos ejercer) en nuestra escuela el paso audaz de poner a la persona en el centro y reconstruir una trama de relaciones entre las diferentes instituciones y realidades sociales? – ¿Cómo podemos invertir las mejores energías con creatividad y responsabilidad en una educación que logre «personas formadas, con pensamiento crítico y un empuje relacional»? – ¿Qué hacemos (y qué podemos hacer) en nuestra escuela para formar personas dispuestas a ponerse al servicio de la comunidad? Concretamos qué podemos hacer (como directivos, como profesores, como alumnos, como familia): «Me comprometo a…»; «Nos comprometemos a…».

Visualización: una escuela que es parte de la aldea de la educación «El cambio de época que estamos viviendo pide un camino educativo, la constitución de una aldea de la educación que cree una red de relaciones humanas y abiertas». – Cierro los ojos, respiro profundamente. Soy consciente de mi respiración. – Me dejo llevar porque estoy soñando. Veo el centro educativo en el que estoy (o la familia en la que vivo) y noto que forma parte de la aldea de la educación. – Me imagino una red. Una red que tiene un centro y varios radios que salen de él, cada uno distinto. Uno representa a los educadores, otro a las familias, otro a los alumnos, otro a las autoridades públicas, otro los profesores. La red los une a todos, porque todos están coordinados. – Una red que pone a la persona en el centro de todo. – Una red que favorece la creatividad. Una red que educa en la responsabilidad. – Es una red que ayuda a los jóvenes a desarrollar su personalidad de manera individual y colectiva. – Una red que forma personas dispuestas a ponerse al servicio de la comunidad. – Y me vienen a la cabeza varios ejemplos de fraternidad de quienes forman esa red. Ejemplos de fraternidad con los niños. Ejemplos de fraternidad con los jóvenes. Ejemplos de fraternidad con los adultos. Ejemplos de fraternidad con los ancianos. 63


Instrumentum laboris Congregación para la Educación Católica

Compromiso final Como síntesis de todo el trabajo, concretamos un documento doble: Un documento personal que contenga los puntos con los que cada uno se compromete a actuar de forma concreta para ser [parte del] pacto educativo: – Como profesor. – Como alumno. – Como miembro de la familia. Un documento colectivo que contenga los puntos con los que cada centro educativo o familia o grupo de alumnos se compromete a actuar de forma concreta para ser (parte del) pacto educativo. Firmamos esos documentos y retomaremos lo que en ellos dijimos con revisiones periódicas.

MODALIDAD B

DESIGN FOR CHANGE, PROPUESTA DE TRABAJO EN GRUPO A partir de lo leído, sentido, reflexionado, comprendido, individual y/o comunitariamente, cocrear un proyecto de cambio. Urge llevar a la práctica, dar vida, nueva vida, aquello en lo que creemos. Para ello, os proponemos estas cuatro fases, inspiradas en la metodología de Design for Change:

SIENTE Centrándonos en lo expuesto y sugerido en este tercer bloque, en el que se nos habla de la misión: urgencia de construir una «aldea de la educación»; poner a la persona en el centro; afrontar la crisis ambiental y relacional; educar para cuidar a los demás, a la creación; dialogar juntos con un mismo objetivo: familia, escuela, religiones, asociaciones y sociedad civil; ofrecer a la educación las mejores energías; poner lo mejor al servicio de los niños y jóvenes; un cambio radical de dirección; educar para servir, una educación al servicio de los otros; una educación que ama, salva, sana; construir un mundo mejor; etc.: – ¿Qué sentís? ¿Qué os preocupa o apremia en lo personal o en lo comunitario? – Ordenar la información a partir de lo anterior y ahondar en su comprensión. – Sintetizarla y elegir un reto, un desafío personal o comunitario ante lo que se nos dice en este bloque.

IMAGINA Ante ese reto/desafío, proponer ideas para abordarlo, solucionarlo, darle vida en las realidades concretas del entorno educativo, social, ambiental. Elegir las mejores y más oportunas, aquellas que os inquieten y sean más nucleares para la mejora y transformación de la educación, más humana y fraterna. Plantear un prototipo. Una solución alcanzable y realizable. Concretar vuestra propuesta de cambio. Trazar un plan de acción.

ACTÚA Organizar el plan: líneas de acción, recursos, estrategias, tiempos, tareas, responsabilidades. Hacer real el reto: construir la idea y aplicarla, llevarla a la práctica, darle vida en ti, en tu escuela, en tu comunidad.

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COMPARTE Enviar vuestra historia o proyecto de cambio a otras escuelas o foros de diálogo. Inspirar a otros a través de cómo habéis elegido el reto, cómo lo habéis abordado y llevado a la práctica. Celebrarlo en tu contexto (colegio, comunidad educativa, etc.). Crear y enviar un pequeño extracto de todo el proyecto en un pequeño vídeo, de tres a cinco minutos, para inspirar a otros. Lo podéis compartir en las redes sociales, con vuestra ciudad o redes de escuelas o enviar a la comisión del Global Compact on Education (www.e-sm. net/203134_082; secretary@oiecinternational.com).

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CARTA ENCÍCLICA

LAUDATO SI’ DEL SANTO PADRE

FRANCISCO SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN CAPÍTULO SEXTO

Educación y espiritualidad ecológica 202. Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. Hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos. Esta conciencia básica permitiría el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida. Se destaca así un gran desafío cultural, espiritual y educativo que supondrá largos procesos de regeneración.

I.

Apostar por otro estilo de vida

203. Dado que el mercado tiende a crear un mecanismo consumista compulsivo para colocar sus productos, las personas terminan sumergidas en la vorágine de las compras y los gastos innecesarios. El consumismo obsesivo es el reflejo subjetivo del paradigma tecnoeconómico. Ocurre lo que ya señalaba Romano Guardini: el ser humano «acepta los objetos y las formas de vida, tal como le son impuestos por la planificación y por los productos fabricados en serie y, después de todo, actúa así con el sentimiento de que eso es lo racional y lo acertado»[144]. Tal paradigma hace creer a todos que son libres mientras tengan una supuesta libertad para consumir, cuando quienes en realidad poseen la libertad son los que integran la minoría que detenta el poder económico y financiero. En esta confusión, la humanidad posmoderna no encontró una nueva comprensión de sí misma que pueda orientarla, y esta falta de identidad se vive con angustia. Tenemos demasiados medios para unos escasos y raquíticos fines. 204. La situación actual del mundo «provoca una sensación de inestabilidad e inseguridad que a su vez favorece formas de egoísmo colectivo»[145]. Cuando las personas se vuelven autorreferenciales y se aíslan en su propia conciencia, acrecientan su voracidad. Mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir. En este contexto, no parece posible que alguien acepte que la realidad le marque límites. Tampoco existe en ese horizonte un verdadero bien común. Si tal tipo de sujeto es el que tiende a predominar en una sociedad, las normas sólo serán respetadas en la medida en que no contradigan las propias necesidades. Por eso, no pensemos sólo en la posibilidad de terribles fenómenos climáticos o en grandes desastres naturales, sino también en catástrofes derivadas de crisis sociales, porque la obsesión por un estilo de vida consumista, sobre todo cuando sólo unos pocos puedan sostenerlo, sólo podrá provocar violencia y


destrucción recíproca. 205. Sin embargo, no todo está perdido, porque los seres humanos, capaces de degradarse hasta el extremo, también pueden sobreponerse, volver a optar por el bien y regenerarse, más allá de todos los condicionamientos mentales y sociales que les impongan. Son capaces de mirarse a sí mismos con honestidad, de sacar a la luz su propio hastío y de iniciar caminos nuevos hacia la verdadera libertad. No hay sistemas que anulen por completo la apertura al bien, a la verdad y a la belleza, ni la capacidad de reacción que Dios sigue alentando desde lo profundo de los corazones humanos. A cada persona de este mundo le pido que no olvide esa dignidad suya que nadie tiene derecho a quitarle. 206. Un cambio en los estilos de vida podría llegar a ejercer una sana presión sobre los que tienen poder político, económico y social. Es lo que ocurre cuando los movimientos de consumidores logran que dejen de adquirirse ciertos productos y así se vuelven efectivos para modificar el comportamiento de las empresas, forzándolas a considerar el impacto ambiental y los patrones de producción. Es un hecho que, cuando los hábitos de la sociedad afectan el rédito de las empresas, estas se ven presionadas a producir de otra manera. Ello nos recuerda la responsabilidad social de los consumidores. «Comprar es siempre un acto moral, y no sólo económico»[146]. Por eso, hoy «el tema del deterioro ambiental cuestiona los comportamientos de cada uno de nosotros»[147]. 207. La Carta de la Tierra nos invitaba a todos a dejar atrás una etapa de autodestrucción y a comenzar de nuevo, pero todavía no hemos desarrollado una conciencia universal que lo haga posible. Por eso me atrevo a proponer nuevamente aquel precioso desafío: «Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo […] Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida»[148]. 208. Siempre es posible volver a desarrollar la capacidad de salir de sí hacia el otro. Sin ella no se reconoce a las demás criaturas en su propio valor, no interesa cuidar algo para los demás, no hay capacidad de ponerse límites para evitar el sufrimiento o el deterioro de lo que nos rodea. La actitud básica de autotrascenderse, rompiendo la conciencia aislada y la autorreferencialidad, es la raíz que hace posible todo cuidado de los demás y del medio ambiente, y que hace brotar la reacción moral de considerar el impacto que provoca cada acción y cada decisión personal fuera de uno mismo. Cuando somos capaces de superar el individualismo, realmente se puede desarrollar un estilo de vida alternativo y se vuelve posible un cambio importante en la sociedad.

II.

Educación para la alianza entre la humanidad y el ambiente

209. La conciencia de la gravedad de la crisis cultural y ecológica necesita traducirse en nuevos hábitos. Muchos saben que el progreso actual y la mera sumatoria de objetos o placeres no bastan para darle sentido y gozo al corazón humano, pero no se sienten capaces de renunciar a lo que el mercado les ofrece. En los países que deberían producir los mayores cambios de hábitos de consumo, los jóvenes tienen una nueva sensibilidad ecológica y un espíritu generoso, y algunos de ellos luchan admirablemente por la defensa del ambiente, pero han crecido en un contexto de altísimo consumo y bienestar que vuelve difícil el desarrollo de otros hábitos. Por eso estamos ante un desafío educativo. 210. La educación ambiental ha ido ampliando sus objetivos. Si al comienzo estaba muy


centrada en la información científica y en la concientización y prevención de riesgos ambientales, ahora tiende a incluir una crítica de los «mitos» de la modernidad basados en la razón instrumental (individualismo, progreso indefinido, competencia, consumismo, mercado sin reglas) y también a recuperar los distintos niveles del equilibrio ecológico: el interno con uno mismo, el solidario con los demás, el natural con todos los seres vivos, el espiritual con Dios. La educación ambiental debería disponernos a dar ese salto hacia el Misterio, desde donde una ética ecológica adquiere su sentido más hondo. Por otra parte, hay educadores capaces de replantear los itinerarios pedagógicos de una ética ecológica, de manera que ayuden efectivamente a crecer en la solidaridad, la responsabilidad y el cuidado basado en la compasión. 211. Sin embargo, esta educación, llamada a crear una «ciudadanía ecológica», a veces se limita a informar y no logra desarrollar hábitos. La existencia de leyes y normas no es suficiente a largo plazo para limitar los malos comportamientos, aun cuando exista un control efectivo. Para que la norma jurídica produzca efectos importantes y duraderos, es necesario que la mayor parte de los miembros de la sociedad la haya aceptado a partir de motivaciones adecuadas, y que reaccione desde una transformación personal. Sólo a partir del cultivo de sólidas virtudes es posible la donación de sí en un compromiso ecológico. Si una persona, aunque la propia economía le permita consumir y gastar más, habitualmente se abriga un poco en lugar de encender la calefacción, se supone que ha incorporado convicciones y sentimientos favorables al cuidado del ambiente. Es muy noble asumir el deber de cuidar la creación con pequeñas acciones cotidianas, y es maravilloso que la educación sea capaz de motivarlas hasta conformar un estilo de vida. La educación en la responsabilidad ambiental puede alentar diversos comportamientos que tienen una incidencia directa e importante en el cuidado del ambiente, como evitar el uso de material plástico y de papel, reducir el consumo de agua, separar los residuos, cocinar sólo lo que razonablemente se podrá comer, tratar con cuidado a los demás seres vivos, utilizar transporte público o compartir un mismo vehículo entre varias personas, plantar árboles, apagar las luces innecesarias. Todo esto es parte de una generosa y digna creatividad, que muestra lo mejor del ser humano. El hecho de reutilizar algo en lugar de desecharlo rápidamente, a partir de profundas motivaciones, puede ser un acto de amor que exprese nuestra propia dignidad. 212. No hay que pensar que esos esfuerzos no van a cambiar el mundo. Esas acciones derraman un bien en la sociedad que siempre produce frutos más allá de lo que se pueda constatar, porque provocan en el seno de esta tierra un bien que siempre tiende a difundirse, a veces invisiblemente. Además, el desarrollo de estos comportamientos nos devuelve el sentimiento de la propia dignidad, nos lleva a una mayor profundidad vital, nos permite experimentar que vale la pena pasar por este mundo. 213. Los ámbitos educativos son diversos: la escuela, la familia, los medios de comunicación, la catequesis, etc. Una buena educación escolar en la temprana edad coloca semillas que pueden producir efectos a lo largo de toda una vida. Pero quiero destacar la importancia central de la familia, porque «es el ámbito donde la vida, don de Dios, puede ser acogida y protegida de manera adecuada contra los múltiples ataques a que está expuesta, y puede desarrollarse según las exigencias de un auténtico crecimiento humano. Contra la llamada cultura de la muerte, la familia constituye la sede de la cultura de la vida»[149]. En la familia se cultivan los primeros hábitos de amor y cuidado de la vida, como por ejemplo el uso correcto de las cosas, el orden y la limpieza, el respeto al ecosistema local y la protección de todos los seres creados. La familia es el lugar de la formación integral,


donde se desenvuelven los distintos aspectos, íntimamente relacionados entre sí, de la maduración personal. En la familia se aprende a pedir permiso sin avasallar, a decir « gracias » como expresión de una sentida valoración de las cosas que recibimos, a dominar la agresividad o la voracidad, y a pedir perdón cuando hacemos algún daño. Estos pequeños gestos de sincera cortesía ayudan a construir una cultura de la vida compartida y del respeto a lo que nos rodea. 214. A la política y a las diversas asociaciones les compete un esfuerzo de concientización de la población. También a la Iglesia. Todas las comunidades cristianas tienen un rol importante que cumplir en esta educación. Espero también que en nuestros seminarios y casas religiosas de formación se eduque para una austeridad responsable, para la contemplación agradecida del mundo, para el cuidado de la fragilidad de los pobres y del ambiente. Dado que es mucho lo que está en juego, así como se necesitan instituciones dotadas de poder para sancionar los ataques al medio ambiente, también necesitamos controlarnos y educarnos unos a otros. 215. En este contexto, «no debe descuidarse la relación que hay entre una adecuada educación estética y la preservación de un ambiente sano»[150]. Prestar atención a la belleza y amarla nos ayuda a salir del pragmatismo utilitarista. Cuando alguien no aprende a detenerse para percibir y valorar lo bello, no es extraño que todo se convierta para él en objeto de uso y abuso inescrupuloso. Al mismo tiempo, si se quiere conseguir cambios profundos, hay que tener presente que los paradigmas de pensamiento realmente influyen en los comportamientos. La educación será ineficaz y sus esfuerzos serán estériles si no procura también difundir un nuevo paradigma acerca del ser humano, la vida, la sociedad y la relación con la naturaleza. De otro modo, seguirá avanzando el paradigma consumista que se transmite por los medios de comunicación y a través de los eficaces engranajes del mercado.

III.

Conversión ecológica

216. La gran riqueza de la espiritualidad cristiana, generada por veinte siglos de experiencias personales y comunitarias, ofrece un bello aporte al intento de renovar la humanidad. Quiero proponer a los cristianos algunas líneas de espiritualidad ecológica que nacen de las convicciones de nuestra fe, porque lo que el Evangelio nos enseña tiene consecuencias en nuestra forma de pensar, sentir y vivir. No se trata de hablar tanto de ideas, sino sobre todo de las motivaciones que surgen de la espiritualidad para alimentar una pasión por el cuidado del mundo. Porque no será posible comprometerse en cosas grandes sólo con doctrinas sin una mística que nos anime, sin «unos móviles interiores que impulsan, motivan, alientan y dan sentido a la acción personal y comunitaria»[151]. Tenemos que reconocer que no siempre los cristianos hemos recogido y desarrollado las riquezas que Dios ha dado a la Iglesia, donde la espiritualidad no está desconectada del propio cuerpo ni de la naturaleza o de las realidades de este mundo, sino que se vive con ellas y en ellas, en comunión con todo lo que nos rodea. 217. Si «los desiertos exteriores se multiplican en el mundo porque se han extendido los desiertos interiores»[152], la crisis ecológica es un llamado a una profunda conversión interior. Pero también tenemos que reconocer que algunos cristianos comprometidos y orantes, bajo una excusa de realismo y pragmatismo, suelen burlarse de las preocupaciones por el medio ambiente. Otros son pasivos, no se deciden a cambiar sus hábitos y se vuelven


incoherentes. Les hace falta entonces una conversión ecológica, que implica dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea. Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana. 218. Recordemos el modelo de san Francisco de Asís, para proponer una sana relación con lo creado como una dimensión de la conversión íntegra de la persona. Esto implica también reconocer los propios errores, pecados, vicios o negligencias, y arrepentirse de corazón, cambiar desde adentro. Los Obispos australianos supieron expresar la conversión en términos de reconciliación con la creación: «Para realizar esta reconciliación debemos examinar nuestras vidas y reconocer de qué modo ofendemos a la creación de Dios con nuestras acciones y nuestra incapacidad de actuar. Debemos hacer la experiencia de una conversión, de un cambio del corazón»[153]. 219. Sin embargo, no basta que cada uno sea mejor para resolver una situación tan compleja como la que afronta el mundo actual. Los individuos aislados pueden perder su capacidad y su libertad para superar la lógica de la razón instrumental y terminan a merced de un consumismo sin ética y sin sentido social y ambiental. A problemas sociales se responde con redes comunitarias, no con la mera suma de bienes individuales: «Las exigencias de esta tarea van a ser tan enormes, que no hay forma de satisfacerlas con las posibilidades de la iniciativa individual y de la unión de particulares formados en el individualismo. Se requerirán una reunión de fuerzas y una unidad de realización»[154]. La conversión ecológica que se requiere para crear un dinamismo de cambio duradero es también una conversión comunitaria. 220. Esta conversión supone diversas actitudes que se conjugan para movilizar un cuidado generoso y lleno de ternura. En primer lugar implica gratitud y gratuidad, es decir, un reconocimiento del mundo como un don recibido del amor del Padre, que provoca como consecuencia actitudes gratuitas de renuncia y gestos generosos aunque nadie los vea o los reconozca: «Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha […] y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará» (Mt 6,3-4). También implica la amorosa conciencia de no estar desconectados de las demás criaturas, de formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal. Para el creyente, el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro, reconociendo los lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres. Además, haciendo crecer las capacidades peculiares que Dios le ha dado, la conversión ecológica lleva al creyente a desarrollar su creatividad y su entusiasmo, para resolver los dramas del mundo, ofreciéndose a Dios «como un sacrificio vivo, santo y agradable» (Rm 12,1). No entiende su superioridad como motivo de gloria personal o de dominio irresponsable, sino como una capacidad diferente, que a su vez le impone una grave responsabilidad que brota de su fe. 221. Diversas convicciones de nuestra fe, desarrolladas al comienzo de esta Encíclica, ayudan a enriquecer el sentido de esta conversión, como la conciencia de que cada criatura refleja algo de Dios y tiene un mensaje que enseñarnos, o la seguridad de que Cristo ha asumido en sí este mundo material y ahora, resucitado, habita en lo íntimo de cada ser, rodeándolo con su cariño y penetrándolo con su luz. También el reconocimiento de que Dios ha creado el mundo inscribiendo en él un orden y un dinamismo que el ser humano no tiene derecho a ignorar. Cuando uno lee en el Evangelio que Jesús habla de los pájaros, y dice que « ninguno de ellos está olvidado ante Dios » (Lc 12,6), ¿será capaz de maltratarlos o de


hacerles daño? Invito a todos los cristianos a explicitar esta dimensión de su conversión, permitiendo que la fuerza y la luz de la gracia recibida se explayen también en su relación con las demás criaturas y con el mundo que los rodea, y provoque esa sublime fraternidad con todo lo creado que tan luminosamente vivió san Francisco de Asís.

IV.

Gozo y paz

222. La espiritualidad cristiana propone un modo alternativo de entender la calidad de vida, y alienta un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de gozar profundamente sin obsesionarse por el consumo. Es importante incorporar una vieja enseñanza, presente en diversas tradiciones religiosas, y también en la Biblia. Se trata de la convicción de que « menos es más ». La constante acumulación de posibilidades para consumir distrae el corazón e impide valorar cada cosa y cada momento. En cambio, el hacerse presente serenamente ante cada realidad, por pequeña que sea, nos abre muchas más posibilidades de comprensión y de realización personal. La espiritualidad cristiana propone un crecimiento con sobriedad y una capacidad de gozar con poco. Es un retorno a la simplicidad que nos permite detenernos a valorar lo pequeño, agradecer las posibilidades que ofrece la vida sin apegarnos a lo que tenemos ni entristecernos por lo que no poseemos. Esto supone evitar la dinámica del dominio y de la mera acumulación de placeres. 223. La sobriedad que se vive con libertad y conciencia es liberadora. No es menos vida, no es una baja intensidad sino todo lo contrario. En realidad, quienes disfrutan más y viven mejor cada momento son los que dejan de picotear aquí y allá, buscando siempre lo que no tienen, y experimentan lo que es valorar cada persona y cada cosa, aprenden a tomar contacto y saben gozar con lo más simple. Así son capaces de disminuir las necesidades insatisfechas y reducen el cansancio y la obsesión. Se puede necesitar poco y vivir mucho, sobre todo cuando se es capaz de desarrollar otros placeres y se encuentra satisfacción en los encuentros fraternos, en el servicio, en el despliegue de los carismas, en la música y el arte, en el contacto con la naturaleza, en la oración. La felicidad requiere saber limitar algunas necesidades que nos atontan, quedando así disponibles para las múltiples posibilidades que ofrece la vida. 224. La sobriedad y la humildad no han gozado de una valoración positiva en el último siglo. Pero cuando se debilita de manera generalizada el ejercicio de alguna virtud en la vida personal y social, ello termina provocando múltiples desequilibrios, también ambientales. Por eso, ya no basta hablar sólo de la integridad de los ecosistemas. Hay que atreverse a hablar de la integridad de la vida humana, de la necesidad de alentar y conjugar todos los grandes valores. La desaparición de la humildad, en un ser humano desaforadamente entusiasmado con la posibilidad de dominarlo todo sin límite alguno, sólo puede terminar dañando a la sociedad y al ambiente. No es fácil desarrollar esta sana humildad y una feliz sobriedad si nos volvemos autónomos, si excluimos de nuestra vida a Dios y nuestro yo ocupa su lugar, si creemos que es nuestra propia subjetividad la que determina lo que está bien o lo que está mal. 225. Por otro lado, ninguna persona puede madurar en una feliz sobriedad si no está en paz consigo mismo. Parte de una adecuada comprensión de la espiritualidad consiste en ampliar lo que entendemos por paz, que es mucho más que la ausencia de guerra. La paz interior de las personas tiene mucho que ver con el cuidado de la ecología y con el bien común, porque, auténticamente vivida, se refleja en un estilo de vida equilibrado unido a una


capacidad de admiración que lleva a la profundidad de la vida. La naturaleza está llena de palabras de amor, pero ¿cómo podremos escucharlas en medio del ruido constante, de la distracción permanente y ansiosa, o del culto a la apariencia? Muchas personas experimentan un profundo desequilibrio que las mueve a hacer las cosas a toda velocidad para sentirse ocupadas, en una prisa constante que a su vez las lleva a atropellar todo lo que tienen a su alrededor. Esto tiene un impacto en el modo como se trata al ambiente. Una ecología integral implica dedicar algo de tiempo para recuperar la serena armonía con la creación, para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida y nuestros ideales, para contemplar al Creador, que vive entre nosotros y en lo que nos rodea, cuya presencia «no debe ser fabricada sino descubierta, develada»[155]. 226. Estamos hablando de una actitud del corazón, que vive todo con serena atención, que sabe estar plenamente presente ante alguien sin estar pensando en lo que viene después, que se entrega a cada momento como don divino que debe ser plenamente vivido. Jesús nos enseñaba esta actitud cuando nos invitaba a mirar los lirios del campo y las aves del cielo, o cuando, ante la presencia de un hombre inquieto, « detuvo en él su mirada, y lo amó » (Mc 10,21). Él sí que estaba plenamente presente ante cada ser humano y ante cada criatura, y así nos mostró un camino para superar la ansiedad enfermiza que nos vuelve superficiales, agresivos y consumistas desenfrenados. 227. Una expresión de esta actitud es detenerse a dar gracias a Dios antes y después de las comidas. Propongo a los creyentes que retomen este valioso hábito y lo vivan con profundidad. Ese momento de la bendición, aunque sea muy breve, nos recuerda nuestra dependencia de Dios para la vida, fortalece nuestro sentido de gratitud por los dones de la creación, reconoce a aquellos que con su trabajo proporcionan estos bienes y refuerza la solidaridad con los más necesitados.

V.

Amor civil y político

228. El cuidado de la naturaleza es parte de un estilo de vida que implica capacidad de convivencia y de comunión. Jesús nos recordó que tenemos a Dios como nuestro Padre común y que eso nos hace hermanos. El amor fraterno sólo puede ser gratuito, nunca puede ser un pago por lo que otro realice ni un anticipo por lo que esperamos que haga. Por eso es posible amar a los enemigos. Esta misma gratuidad nos lleva a amar y aceptar el viento, el sol o las nubes, aunque no se sometan a nuestro control. Por eso podemos hablar de una fraternidad universal. 229. Hace falta volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo, que vale la pena ser buenos y honestos. Ya hemos tenido mucho tiempo de degradación moral, burlándonos de la ética, de la bondad, de la fe, de la honestidad, y llegó la hora de advertir que esa alegre superficialidad nos ha servido de poco. Esa destrucción de todo fundamento de la vida social termina enfrentándonos unos con otros para preservar los propios intereses, provoca el surgimiento de nuevas formas de violencia y crueldad e impide el desarrollo de una verdadera cultura del cuidado del ambiente. 230. El ejemplo de santa Teresa de Lisieux nos invita a la práctica del pequeño camino del amor, a no perder la oportunidad de una palabra amable, de una sonrisa, de cualquier pequeño gesto que siembre paz y amistad. Una ecología integral también está hecha de simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento,


del egoísmo. Mientras tanto, el mundo del consumo exacerbado es al mismo tiempo el mundo del maltrato de la vida en todas sus formas. 231. El amor, lleno de pequeños gestos de cuidado mutuo, es también civil y político, y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor. El amor a la sociedad y el compromiso por el bien común son una forma excelente de la caridad, que no sólo afecta a las relaciones entre los individuos, sino a «las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas»[156]. Por eso, la Iglesia propuso al mundo el ideal de una «civilización del amor»[157]. El amor social es la clave de un auténtico desarrollo: «Para plasmar una sociedad más humana, más digna de la persona, es necesario revalorizar el amor en la vida social –a nivel político, económico, cultural–, haciéndolo la norma constante y suprema de la acción»[158]. En este marco, junto con la importancia de los pequeños gestos cotidianos, el amor social nos mueve a pensar en grandes estrategias que detengan eficazmente la degradación ambiental y alienten una cultura del cuidado que impregne toda la sociedad. Cuando alguien reconoce el llamado de Dios a intervenir junto con los demás en estas dinámicas sociales, debe recordar que eso es parte de su espiritualidad, que es ejercicio de la caridad y que de ese modo madura y se santifica. 232. No todos están llamados a trabajar de manera directa en la política, pero en el seno de la sociedad germina una innumerable variedad de asociaciones que intervienen a favor del bien común preservando el ambiente natural y urbano. Por ejemplo, se preocupan por un lugar común (un edificio, una fuente, un monumento abandonado, un paisaje, una plaza), para proteger, sanear, mejorar o embellecer algo que es de todos. A su alrededor se desarrollan o se recuperan vínculos y surge un nuevo tejido social local. Así una comunidad se libera de la indiferencia consumista. Esto incluye el cultivo de una identidad común, de una historia que se conserva y se transmite. De esa manera se cuida el mundo y la calidad de vida de los más pobres, con un sentido solidario que es al mismo tiempo conciencia de habitar una casa común que Dios nos ha prestado. Estas acciones comunitarias, cuando expresan un amor que se entrega, pueden convertirse en intensas experiencias espirituales.

VIII. Reina de todo lo creado 241. María, la madre que cuidó a Jesús, ahora cuida con afecto y dolor materno este mundo herido. Así como lloró con el corazón traspasado la muerte de Jesús, ahora se compadece del sufrimiento de los pobres crucificados y de las criaturas de este mundo arrasadas por el poder humano. Ella vive con Jesús completamente transfigurada, y todas las criaturas cantan su belleza. Es la Mujer « vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza » (Ap 12,1). Elevada al cielo, es Madre y Reina de todo lo creado. En su cuerpo glorificado, junto con Cristo resucitado, parte de la creación alcanzó toda la plenitud de su hermosura. Ella no sólo guarda en su corazón toda la vida de Jesús, que «conservaba» cuidadosamente (cf Lc 2,19.51), sino que también comprende ahora el sentido de todas las cosas. Por eso podemos pedirle que nos ayude a mirar este mundo con ojos más sabios. 242. Junto con ella, en la familia santa de Nazaret, se destaca la figura de san José. Él cuidó y defendió a María y a Jesús con su trabajo y su presencia generosa, y los liberó de la violencia de los injustos llevándolos a Egipto. En el Evangelio aparece como un hombre justo, trabajador, fuerte. Pero de su figura emerge también una gran ternura, que no es propia de los débiles sino de los verdaderamente fuertes, atentos a la realidad para amar y servir


humildemente. Por eso fue declarado custodio de la Iglesia universal. Él también puede enseñarnos a cuidar, puede motivarnos a trabajar con generosidad y ternura para proteger este mundo que Dios nos ha confiado.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el 24 de mayo, Solemnidad de Pentecostés, del año 2015, tercero de mi Pontificado.

[144] Das Ende der Neuzeit, Würzburg 19659, 66-67 (ed. esp.: El ocaso de la Edad Moderna, Madrid 1958, 87). [145] Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1990, 1: AAS 82 (1990), 147. [146] Benedicto XVI, Carta enc. Caritas in veritate (29 junio 2009), 66: AAS 101 (2009), 699. [147] Id., Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2010, 11: AAS 102 (2010), 48. [148] Carta de la Tierra, La Haya (29 junio 2000). [149] Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus (1 mayo 1991), 39: AAS 83 (1991), 842. [150] Id., Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1990, 14: AAS 82 (1990), 155. [151] Exhort. ap. Evangelii gaudium (24 noviembre 2013), 261: AAS 105 (2013), 1124. [152] Benedicto XVI, Homilía en el solemne inicio del ministerio petrino (24 abril 2005): AAS 97 (2005), 710. [153] Conferencia de los Obispos católicos de Australia, A New Earth – The Environmental Challenge (2002). [154] Romano Guardini, Das Ende der Neuzeit, 72 (ed. esp.: El ocaso de la Edad Moderna, 93). [155] Exhort. ap. Evangelii gaudium (24 noviembre 2013), 71: AAS 105 (2013), 1050. [156] Benedicto XVI, Carta enc. Caritas in veritate (29 junio 2009), 2: AAS 101 (2009), 642. [157] Pablo VI, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1977: AAS 68 (1976), 709. [158] Consejo Pontificio Justicia y Paz, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 582.




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