“Dichoso el hombre a quien el Señor no le imputa delito y en cuyo espíritu no hay engaño” – Sal 32, 2 por Blanca Primm
A
medida en que pasa el tiempo y nuestra sociedad “progresa” nuestro entorno se ve influenciado grandemente por los medios de comunicación. Basta con encender la televisión para poder ver programas para todos los gustos, pero son pocos los programas cargados de valores y virtudes, y sobre todo verdad. Lo mismo se puede decir de las redes sociales y la música que escuchamos. ¿De qué entonces estamos nutriendo nuestra mente y nuestra alma? Es muy fácil creer historias y maneras de comportamientos de los personajes de estas series que vemos y que se nos ofrecen como modelos a seguir en nuestra vida porque aparentan ser “normales” o “porque todo el mundo lo hace”. Esa es la respuesta que muchas veces escuchamos en nuestro interior para justificar nuestras conductas inapropiadas y, por qué no decirlo, nos llevan a caer en pecado alejándonos de Dios. Claro que la palabra “pecado” o la noción de “pecado” es algo de lo cual no se habla más en nuestras conversaciones porque parece que se ha normalizado en esta sociedad que pretende vivir sin tomar en cuenta a Dios y su acción salvadora en nuestra vida. Es importante recordar que Jesús vino a reconciliarnos con Dios a quien dimos la espalda y ese pecado tiene consecuencias en nuestra vida y en la sociedad. Pero a veces es difícil comprender esta realidad. Nuestras acciones diarias, las decisiones que tomamos ¿las hacemos en busca del bien común? o solo de un bien basado en el desorden de nuestras pasiones, del poseer poder, del tener y poseer placer, y sin tomar en cuenta el bien de otras personas (nuestra familia, nuestro prójimo, empleados, comunidad, etc.). Creo que es importante que nos demos un tiempo en medio de nuestra rutina para reflexionar sobe cómo vivimos nuestra vida. ¿Dejamos que la Palabra de Dios nos transforme? Cada uno de nosotros necesitamos de Dios y de su guía para alcanzar la verdadera felicidad y hacer felices a quienes viven en nuestro alrededor. Llamemos al Espíritu Santo para que nos de sabiduría en nuestro actuar y no nos dejemos llevar por lo más fácil y lo más egoísta. Pregun-
témonos cada día ¿Qué quieres Señor que haga hoy? Y pidámosle “Ayúdame para hacer tu voluntad”. En este tiempo de Cuaresma aprovechemos para entrar en nosotros mismos de una manera más profunda y hagamos un quiebre que nos permita transformarnos y convertirnos más a Jesús. Tratemos de conocer más a Jesús para que empecemos a pensar como Él, a sentir como Él, a actuar como Él. Un medio importante para conocerlo es leer las Sagradas Escrituras. Quizás esta Cuaresma puede ser el comienzo de una aventura en tu vida de dejarte transformar por Su Palabra y fortalecer tu relación con Dios. Sin miedo, date la oportunidad de leer la Biblia. Te comparto el siguiente pasaje del libro del Eclesiástico (Sirácida) que forma parte de los libros sapienciales de la Biblia, es decir relativos a la sabiduría, y que iluminarán tus decisiones diarias. Reflexionemos juntos en la Palabra de Dios y qué nos quiere decir especialmente a cada uno de nosotros: Eclesiástico 41, 19-28 La Vergüenza “Así pues, respeten mis juicios: No es bueno avergonzarse por cualquier cosa, ni todo pudor es igualmente aprobado. Avergüéncense: En ante padre y madre, de la fornicación; ante un hombre grande o poderoso, de la mentira; ante un juez o magistrado, del delito; ante la asamblea y el pueblo, de la impiedad; ante un compañero y amigo, de la injusticia; y, en cualquier lugar en que habites, del robo; de faltar a la verdad de Dios y a la alianza; de poner los codos sobre la mesa de comer; de despreciar el intercambio de presentes; ante los que te saludan, de no responder; de mirar a una mujer prostituta; de volver la cara a un pariente; de apropiarte de una herencia o donación; de mirar a una mujer casada; de familiaridades con su criada -no te acerques a su cama-; antes los amigos, de palabras injuriosas -después de haber dado, no lo eches en cara-. ■
Apostolado Hispano Católico Blanca Primm, directora Rocio Melendez, asistente administrativa 805 S. Northshore Dr., Knoxville 37919 T 865-637-4769, F 865-584-7538 E-mail: lacosecha@dioknox.org www.dioknox.org, FB: lacosechaDOK
Conociendo a nuestros nuevos Sacerdotes: Padre Neil Blatchford por Padre Neil Blatchford
N
eil Blatchford nació en Delaware, pero se mudó a Chattanooga a la temprana edad de tres años. Se crió en Ooltewah Tennessee hasta los dieciocho años. Su parroquia de origen mientras vivía en Chattanooga y donde recibió su primera comunión fue la parroquia de San Esteban, junto a la autopista Lee. Al provenir de una gran familia de diez personas, nunca hubo un momento aburrido. Fueron ocho niños y dos niñas en extremos opuestos, una siendo la segunda mayor y la otra la menor. Luego se completó el resto con los chicos. Padre Neil es el cuarto mayor, tres antes y seis después. Recibió educación en casa hasta graduarse en 2009 para iniciar la universidad. El deporte que practicaba y todavía practica es el fútbol. Le encantaba estar al aire libre en Boy Scouts y aventuras, como hacer caminatas, andar en bicicleta, escalar rocas, hacer rafting y acampar. Todas eran las actividades y pasatiempos que disfrutaba y sigue disfrutando hoy. Él fue un monaguillo desde el momento de recibió la comunión. Disfrutaba tanto servir, que en cada oportunidad dada ayudaba en la parroquia sirviendo en funerales, bodas, exposición del Santísimo, y otros eventos. Un dato interesante sobre el P. Neil es que su hermano mayor, el P. Colin Blatchford también es sacerdote de la Diócesis de Knoxville. No hace falta decir que el P. Neil es cercano a todos sus hermanos y su familia significa mucho para él. Después de irse de Chattanooga en 2009, asistió a la universidad en Murfreesboro en Middle Tennessee State University (MTSU). Sin saber en qué quería especializarse, dejó la universidad y comenzó a trabajar para Loomis en Chattanooga, donde permaneció durante un año, regresando a sus amigos y a lo que le era familiar. Después de eso, trabajó para la empresa de mudanzas Atlis en South Carolina, mudándose más cerca de su familia que vivía en Rock Hill. Permaneció allí un año más antes de decidir entrar al seminario de la Diócesis de Knoxville. La razón para ele-
CORTESÍA DE LA OFICINA DE VOCACIONES
Aprovechando la Cuaresma para conocer más a Jesús
gir la Diócesis de Knoxville fue porque allí aprendió su fe. Además, no hay nada más hermoso que el este de Tennessee y las montañas (Smoky Mountains) a la vuelta de la esquina. Y esto sin mencionar que su hermano ya era sacerdote ahí. Al unirse a la Diócesis en 2015, se fue a vivir a la catedral durante un año antes de ir al seminario. Esto fue muy beneficioso para él y la diócesis para reencontrarse y para saber que ésta era verdaderamente su vocación. Después de este año de reflexión y trabajo fue a Indianápolis al seminario menor. Asistió al seminario Simon Brute y fue estudiante de Marian University. Después de tres años en Simon Brute, fue al seminario mayor de Saint Meinrad para terminar sus últimos cuatro años de estudios antes de convertirse en sacerdote. Saint Meinrad tuvo un gran impacto en su vida espiritual y humana. Tiene en gran estima a Saint Meinrad y se encariñó mucho con la escuela. La escuela la consideraba y todavía la considera un hogar lejos del hogar al profundizar su fe y al ayudarle a hacer muchas amistades en el camino. P. Neil Blatchford fue ordenado sacerdote el 10 de junio de 2023, junto con el P. Andrew Crabtree y el P. Joey Austin. Ahora es Vicario Parroquial en la iglesia Santa María en Oak Ridge junto con el P. Ray Powell como su párroco. Saint Mary's Oak Ridge se ha convertido en su hogar y él realmente se siente bendecido de ser parte de la parroquia y de que los fieles lo reciban como su familia. ■
Librería Católica Favor de ver la pág. A17 con información sobre la tienda de libros y artículos religiosos The Paraclete que cuenta con materiales en español incluyendo una gran selección de CDs de audios que contienen temas muy interesantes. ■
Procedimiento de la Diócesis de Knoxville para reportar casos de abuso sexual Cualquier persona que tenga conocimiento real o que tenga una causa razonable para sospechar de un incidente de abuso sexual debe reportarlo a las autoridades civiles apropiadas, y al Centro McNabb, nuevo coordinador de asistencia para víctimas de acoso sexual de la diócesis de Knoxville, al número de teléfono para denuncias (865) 321-9080. ■