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Fotografía, profesión y responsabilidad

Actualmente la fotografía está, más bien, considerada una modalidad artística y de esta manera, no se le otorga una consideración profesional con una finalidad determinada en la cadena de producción y comunicación de un producto concreto.

Una cosa está clara: las personas no tienen nada de información sobre ello. Actualmente la fotografía está, más bien, considerada una modalidad artística y de esta manera, no considerada una profesión o “una profesión seria”. Una cosa está clara: las personas no tienen nada de información sobre ello.

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La salida al mundo laboral en muchas ocasiones no es fácil, aunque años atrás había más demanda y tenías muchas más ofertas y posibilidades de encontrar trabajo. A pesar de ello, podríamos decir que prácticamente nadie ha empezado trabajando de aquello que ha estudiado sino que más bien siempre ha habido un primer trabajo fuera de lo que tú quieres hacer. No tomemos esta premisa como algo malo, toda experiencia nos hace aprender y desarrollar nuestra visión de las cosas (sobre todo en otras disciplinas artísticas). En la fotografía parece que la visión del cliente no suele estar demasiado abierta. El siglo en el que vivimos se caracteriza por los grandes avances tecnológicos que se han realizado. Un mundo digitalmente conectado las 24 horas del día ha provocado que las personas pierdan cierta noción de la realidad: nunca será igual una fotografía destinada a un uso laboral como una que se va a publicar en RRSS donde todo el mundo se quiere vender y verse mejor. Y no solo eso, por lo general, la gente suele pensar que el Photoshop puede solucionar cualquier error al realizar la foto cuando el momento de la toma es el más importante. En edición y retoque debería invertirse el mínimo tiempo posible.

Mónica Ruiz

Entonces nos preguntamos: ¿dónde están los límites de la edición? Claro está que es algo complejo de definir, pero en dos cosas seguro que estamos de acuerdo: la primera es que en el cambio de lo analógico a lo digital se han perdido dichos límites y la segunda es que en el arte fotográfico nunca han existido. Si hablamos con fotógrafos que tienen su estudio, están todos de acuerdo en que el nivel de edición de las fotografías depende mucho de la profesionalidad y la ética de cada uno. El proceso fotográfico se debe respetar haciendo así que las fotos no pierdan naturalidad: en reportajes se suelen editar pequeños defectos pero el objetivo es crear un proyecto realista, no obstante, la fotografía de moda, por ejemplo, suele ser fotografía muy retocada y esa naturalidad en muchas ocasiones se pierde.

Y dándole la vuelta al trabajo del fotógrafo ¿qué responsabilidad ambiental tiene este? Parece que el reciclado de la maquinaria es muy eficiente y no causa dudas pero… ¿te has fijado en que el papel fotográfico parece que tiene una capa plastificada encima? ¿Dónde lo tiras? ¿Al contenedor del papel o al del plástico? Aunque no se informan de estas cosas y cada uno tiene que seguir investigando por su cuenta, nosotros te lo contamos: los papeles están hechos con resina de poliestireno, con lo cual, debes tirar el papel sobrante al contenedor de plástico. En lo que a las tintas se refiere, el tema del ecologismo se vuelve complejo ya que estas son muy tóxicas porque el pigmento se mezcla con disolventes tóxicos y muy contaminantes. El único consejo válido por el momento es qué se debe imprimir solo lo necesario, ahorraríamos tinta y también papel. En definitiva, el trabajo del fotógrafo debe de empezar a valorarse y aunque es una dedicación vocacional, uno no se dedica por amor al arte. Debemos concienciar y educar a la gente de nuestro alrededor que aunque una fotografía nos lleve pocos segundos en hacer un click, a cada uno nos ha llevado nuestros años de formación y es un trabajo que requiere una gran especialización conceptual y técnica.

Isabel Lledó Amat | @calamar_i

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