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» Por Paulina Ríos Olivera / e-oaxaca l milenario Río Atoyac, otrora espacio para la recreación de las familias oaxaqueñas, se ha convertido en una bomba de tiempo para centenares de viviendas asentadas en sus riberas, principalmente a lo largo del Valle Central, ante el cambio climático que vierte lluvias torrenciales. La zona de mayor peligro, de acuerdo con los expertos, incluye a los municipios de Santa Cruz Xoxocotlán, San Bartolo Coyotepec y Zimatlán de Álvarez, ya que los desbordamientos imprevistos ponen en peligro a miles de familias y sus pertenencias, como ha ocurrido con las precipitaciones pluviales sin precedente de las últimas semanas. En tiempo de secas, el descuido en que se encuentra el Atoyac, con agua que corre directa y destruye, pero no recarga los mandos freáticos, alimenta también la escasez del vital líquido, seguida de contaminación con los efectos nocivos para la salud de los habitantes. Diversas son las causas que han contribuido a que el Atoyac se vuelva contra la sociedad. Depósito indiscriminado de basura, tierra y escombro, así como quema de carrizales en sus márgenes, pero sobre todo la apatía, omisión y corrupción de las autoridades de los tres niveles de gobierno que han permitido la comercialización de arena sin la aplicación de una norma reguladora. Las consecuencias de la explotación irracional de la arena se apreciaron durante la primera semana de septiembre, cuando el río se desbordó a la altura del nuevo puente de la ex Garita, provocando inundaciones en los fraccionamientos ubicados en la parte baja, como Santa Elena, además de la Colonia Indeco, en Xoxocotlán, y a todo lo largo del afluente hasta San Bartolo Coyotepec.

Una muestra del peligro

“El Río Atoyac nos acaba de enseñar y de dar una pequeña muestra de lo que puede hacer, por lo que es tiempo de hacer algo y dar una solución a largo plazo”, alerta Margarito Ortiz Guzmán, responsable del Departamento del Laboratorio de Construcción, del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR) en Oaxaca. Tras varios recorridos por las márgenes del río el sábado 4 de septiembre¸ el ingeniero civil egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN), con 18 años en el encargo del CIIDIR, sostiene que la situación del Atoyac es crítica, aún cuando la corriente disminuya, porque “con

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El Atoyac,

una trampa para los h otra crecida la población peligra mucho más”. Señala que muchas son las causas por las que el río se desborda, especialmente por culpa de la gente. “En tiempos de estiaje, queman el carrizo que crece adentro de sus márgenes, sin que midan las consecuencias, ya sea por ignorancia o porque de plano no las quieren ver”. En entrevista con a-oaxaca indica que cuando el carrizo retoña ya no nace como debe, sino con las ramas muy débiles y delgadas, lo que perjudica porque ya no se adhiere al terreno. Experto en el tema, Ortiz Guzmán explica que la función de los carrizales es introducir sus raíces en el terreno y servir como alfombra para que el agua no se lleve el suelo”.

bién la situación hidráulica, porque “el agua profundiza más y el nivel freático baja igualmente, por lo que el nivel de los pozos se vuelve más profundo en una cadena de nunca acabar”. Insiste en que “el mayor peligro del Río Atoyac es hoy la forma en que se le está tratando”. Refiere que los areneros y los tiradores de escombro “inconsciente o conscientemente depositan el cascajo de las obras con plástico, concreto y mucha porquería, sin seleccionarlo, lo que provoca que la boquilla del río se reduzca y al paso del caudal la velocidad del agua aumenta”. Y así, al tener más fuerza y rapidez, el afluente arrastra todo a su paso y pone en peligro a la población.

El Investigador del CIIDIR aclara, sin embargo, que “la mayor devastación que sufre el principal afluente del Valle Central oaxaqueño es por parte de los ‘areneros’ que han socavado su lecho para comercializar la arena con beneficios únicamente para ellos y ninguno para el río”. Argumenta: “Los areneros mueven la parte de los taludes y van aflojando la tierra, quitan la arena y restituyen con escombro; aparentemente creen que lo hacen bien, pero está mal porque cambian la estructura. “El suelo que está en forma natural adquiere una compactación diferente con el escombro, y desaparece la cohesión que mantiene con el lecho”.

Margarito Ortiz Guzmán precisa que la parte más afectada del Atoyac empieza desde el puente de la ex Garita, en el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, porque al desbordarse afecta irremediablemente las márgenes izquierda y derecha, donde hay centenares de viviendas. Alerta que los daños se extenderán a toda la parte baja, donde se ubican los fraccionamientos Riberas del Atoyac, Arboledas Xoxo y demás de la empresa Geo, así como a amplias zonas de las colonias Alemán y Reforma Agraria, y parte de los municipios de San Bartolo Coyotepec, San Juan Bautista la Raya y Villa de Zaachila, entre otros.

El ingeniero Margarito Ortiz puntualiza que la extracción de arena del Atoyac perjudica tam-

El especialista del CIIDIR, con maestría en materiales de construcción, afirma que para

Septiembre / 2010

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Peligro en la ex Garita

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