Workshop Magazine Conflict Sensitive Journalism, Ciudad de Guatemala, Guatemala

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El REtRovisoR Revista del Taller de la DW Akademie de Periodismo Sensible a los Conflictos y Memoria Hist贸rica en Guatemala

DW Akademie en cooperaci贸n con el Archivo Hist贸rico de la Polic铆a Nacional Ciudad de Guatemala, 18 a 29 de Noviembre 2013


Sr. Director Comisionado José Evaristo Guatepeor En su despacho Asunto: Informe de actividades subversivas reducto de periodistas El agente No. 984 da parte a Usted que en las dos semanas transcurridas, del 18 al 29 de los corrientes, desde las 8.00 horas y hasta la 17.00 horas, cuando me encontraba de turno en la Zona 6 de la ciudad de Guatemala, pude observar a un reducto de 13 sospechosos que se movilizaban en caravanas de tres y cuatro automóviles. Los sujetos, algunos de acento foráneo, mencionaban con frecuencia a un XX de alias “Comandante Zacapa”. Según informantes adscritos al 2° Cuerpo de AHPN, el reducto se almacenaba en una antigua celda de transparentación de versiones. Ahí permanecían hasta pasados los llamados de alimentación. Le informo a Ud. que se los miraba repetir refacciones de forma clandestina y escabullirse durante las jornadas de práctica histórica. Pasados tres días hábiles de sus reuniones, los sospechosos iniciaron el plan de toma del predio automotor con visitas de dudosa procedencia. Los colaboradores de este servidor relatorearon que recibieron instrucción de una tal Rosalina Tuyuc, un sujeto apellidado Meoño –de aspecto insurgente- y que asistieron en comando masivo al Ministerio Público donde fueron atendidos por el cuerpo femenino fiscal conocido como Claudia Paz y Paz. Se presume que el reducto asignado a mi turno continuó labores de inteligencia criminal como parte de un ejercicio de concentración alemana. La información recabada permite suponer que dichos ejercicios son producto de las maniobras de una entidad extrajera que responde al nombre de DW Akademie. Dicho ente destacó en esta capital a tres agentes de formación e incluso a un diseñador de sospechosa juventud, con quien se presume que se entendían en códigos secretos, ya que no domina nuestra lengua. En cinco grupos de tres y dos susodichos hicieron guardia en el AHPN, continuando el proceso de romper filas. Le informo a Ud. que los sospechosos presionaron a sus secuaces, a quienes llamaron fuentes, para obtener documentos y testimonios de calibre desequilibrante. Con dicha información se sospecha que produjeron un documento al que llaman “revista”, de evidente espíritu disgregador de las costumbres. Siguiendo la norma de invisibilización, una cuadrilla de agentes los siguió por la Zona 01, la Zona 02 y la Zona 10 de la Ciudad de Guatemala, en donde fueron vistos tomando registro gráfico de carteles subversivos y apoyando causas contrarias a los acuerdos logrados por los Superiores. Di la orden, con su beneplácito, de ejercer intimidación mediante ejercicios de balística y taladro. Se intentó su desestimiento con agresivas maniobras de karaoke matutino. Sin embargo, los sospechosos continuaron confinados a la celda asignada por nuestros informantes, con el objetivo último de publicar un panfleto difamatorio negativo a los gloriosos años transcurridos desde mi General. Es todo cuanto tengo el honor de informarle a Usted. Le protesto con subordinación y respeto, Agente de infantería civil No. 984 2º. Cuerpo de la Benemérita Policía Antiinsurreccional


Patricia Carías

Mariajosé España

Alejandra Gutiérrez V.

Margarita Isaza Velásquez

Alfonso Fabián Magnotta

Álvaro Montenegro

Gerson Ortiz

Robin Ross Domingo

Sandra Sebastián

Julio Sicán Aquino

Marcelo Soares

Paola Ugaz

Sandra María Vi Sánchez

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CRUCES SIN TUMBAS Desaparecieron 45.000 personas en Guatemala y comenzó la larga lucha de los familiares. Este profundo drama social de las “otras víctimas” es contado aquí a partir de la historia de Rosalina Tuyuc, dirigente de las viudas que siguen buscando a sus compañeros. - - - - - p. 3

LOS HOMBRES VUELVEN A CASA El 2 de junio de 1982, 80 hombres de la aldea de Pambach fueron secuestrados, asesinados y enterrados en un regimiento militar. En 2012, antropólogos forenses comenzaron a exhumarlos. Seis de ellos, de etnia Poqomchí’, ya fueron identificados. Hoy vuelven al pueblo. - - - - - p. 7

EL CRIMEN DE RÍOS MONTT El ex dictador José Efraín Ríos Montt fue declarado culpable el 10 de mayo de 2013 por delitos de genocidio y de lesa humanidad. Diez días más tarde, la Corte Constitucional anuló el juicio. Pero durante las jornadas públicas, Guatemala se transformó en otro país. - - - - - p. 15

TESTIGOS DE PAPEL En el Archivo Histórico de la Policía Nacional (AHPN) de Guatemala, un grupo de profesionales reconstruye un cadáver compuesto por 80 millones de páginas, evidencia de un aparato represivo. Más de cien arqueólogos de documentos luchan contra el tiempo para restablecer la verdad. - - - - - p. 20

EL EVANGELIO SEGÚN FRAY AUGUSTO El 7 de noviembre de 1983, el sacerdote franciscano Augusto Monasterio fue asesinado por fuerzas represivas de Guatemala. Murió como había vivido, en una época en que los sacerdotes que tomaban la “opción por los pobres” estaban en la línea de tiro de las dictaduras latinoamericanas. Hoy, en el AHPN, los investigadores han encontrado documentos que unen las piezas de su martirio. - - - - - p. 25


CruCes sin Tumbas La desaparición de personas durante el conflicto armado en Guatemala generó la larga lucha de los familiares. Este drama social de las “otras víctimas” es contado a partir de la historia de Rosalina Tuyuc, dirigente de las viudas de la comunidad kaqchikel, una de las etnias indígenas más sacudidas por la tragedia.

Museo de los Mártires. A la derecha Juan de Dios Samayoa, desaparecido el 2 marzo de 1984, a la izquierda Moisés Saravia desaparecido el 11 de marzo de 1984. Ambos fueron hallados el 7 septiembre de 2003. Aún quedan miles por encontrar.

Por Mariajosé EsPaña, FabiÁn Magnotta y Álvaro MontEnEgro

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lora. Aunque dice poder controlar sus emociones mejor que antes, Rosalina llora y baja la vista a sus pequeñas manos oscuras, las mismas que en 2004 tocaban la tierra y buscaban con desesperación algún indicio de su padre, don Francisco, y de su esposo, Rolando. “La búsqueda no tiene tiempo y tampoco tiene fin, porque aunque lo encontrara hoy, creo que todavía continuaría sin saber la verdad, sin saber quiénes son los responsables… “. Esta mujer de 57 años es menuda, con pequeños ojos achinados y tez morena. Su espíritu es mucho más grande que su estatura y a pesar de las heridas que aún le duelen, dedica una sonrisa sincera y una mirada profunda a quien se le acerca. Rosalina Tuyuc es viuda y huérfana de padre

desde hace más de 30 años, desde que el Ejército tocó a su puerta y decidió llevarse de primero a su progenitor. “Él no tenía nada que ver en la lucha social que yo inicié porque él simplemente se dedicaba a curar a los enfermos y cantar en la iglesia”. Así era el hombre que le enseñó a Rosalina a acercarse a la iglesia y a organizar a las mujeres en cooperativas en el momento que Comalapa necesitaba reconstruirse tras el terremoto de 1976. *** Empezar la búsqueda entre los muertos es uno de los pasos más difíciles a tomar, “sin excepción, los familiares tienen la esperanza de encontrar a su desaparecido con vida”, dice Fredy Peccerelli, director de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG). Peccerelli explica que la Funda3 El Retrovisor

ción ha trabajado con exhumaciones de víctimas de la guerra interna guatemalteca desde 1997. A partir de entonces han hecho 32 excavaciones en destacamentos militares, donde se guardan 1.345 osamentas, el 21 por ciento de las encontradas. De víctimas de masacres la Fundación ha exhumado 5.200 y de éstas, la mitad han sido identificadas por muestras de ADN que han aportado los familiares. Por eso, la Fundación decidió iniciar la campaña “Mi nombre no es XX”, donde invita a la población para aportar pruebas de ADN. Más de 8.000 personas han proporcionado sus restos de ADN con la esperanza de encontrar a sus familiares desaparecidos. *** Sucedió en 1982, en San Juan Comalapa, Chimaltenango. Don Francisco


Javier Tuyuc, había ido ese día a la iglesia del pueblo. Después de una larga jornada se encontraba comiendo en su casa cuando tocaron a la puerta. Eran unos hombres vestidos de verde camuflado. Dijeron que solo querían hacerle unas preguntas. Pasaron tres días y don Francisco no regresaba, alguien volvió a tocar la puerta y como en la escena pasada, era un hombre vestido de verde. Esta vez, no eran unos soldados, era el jefe del destacamento militar de Comalapa el que quería hablar con la familia. “Le dijo a mi mamá que debería de estar tranquila porque a mi padre ya lo habían matado y que no estaba como los otros que seguían sufriendo en ese lugar”. ¿Cómo creerle a un hombre del cual lo único que se conocía era su forma despiadada de visitar los hogares como portavoz de la muerte? Rosalina le terminó de creer cuando el sacerdote del pueblo visitó el destacamento y reconoció el cuerpo. Inmediatamente fue advertido: “usted no ha visto nada, retírese”. “Como el sacerdote era un estadounidense, dijo que mejor lo diéramos por muerto, que estaba descansando en paz y que no había necesidad de buscar”. Aun sabiendo esta historia,

Foto de Fernando y su hija en la oficina de Nineth.

Rosalina espera poder volver a ver a aquel hombre con el que salía de niña al campo para buscar hongos y sembrar maíz, frijol y habas. *** A 82 kilómetros de donde desaparecieron don Francisco y su yerno Rolando, capturaron en 1984 al sindicalista Fernando García. Su esposa mira hacia arriba y lo recuerda con pantalón de lona azul, camisa blanca con rayas grises, suéter azul y zapatos café. Desapareció el 18 de febrero, lo buscaron en las cárceles, hospitales, estaciones de bomberos, en las comisarías pero no encontraron ninguna señal. Nineth Montenegro no era activista, pero la desaparición de su esposo la obligó a actuar. Como pocas mujeres en la misma situación, convocó a conferencias de prensa, interpuso una decena de recursos de exhibición personal, realizó marchas y en plenos años de conflictos, no dudó en denunciar al Ejército por la desaparición de su compañero de vida. Con otras mujeres fundó el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) para la búsqueda de sus esposos y vio como torturaron y asesinaron a sus compañeros Rosario Godoy y Héctor Gómez Calito. “Tardé doce años en cerrar el duelo, en comprender que tengo una hija, tengo una vida y no le voy a dar gusto a aquellos que quisieron destruirme” dice la ahora diputada, quien cuenta

que su hija, Alejandra, también sufrió el rechazo de quienes creían que ellas eran guerrilleras. “Para Alejandra, Fernando es dolor, la descuidé mucho…” Pasaron los años, aquella bebé que apenas conoció a su papá estaba a punto de graduarse de abogada y Nineth ya estaba rendida, desesperanzada, apaleada por la vida, cuando recibió una llamada. La Procuraduría de los Derechos Humanos le indicaba que habían hallado 80 millones de documentos históricos de la Policía. Fernando García aparecía en al menos unas mil fichas. Esta información abría la herida. Las fichas puntualizaban el día y la hora de la captura y el nombre de los tres responsables. El crucigrama se completaba: el jefe policial les otorgó una medalla de honor al mérito a los que lo capturaron. La fiscalía ordenó la detención de las tres personas. Uno de ellos se fugó a Estados Unidos. El director de la Policía Nacional, Héctor Bol de la Cruz, y el jefe del Quinto Cuerpo, Jorge Alberto Gómez, fueron condenados el 9 de septiembre de 2013 a 40 años de prisión por desaparición forzada. Con los documentos del Archivo Histórico de la Policía Nacional se determinó que Fernando fue capturado en la 10 calle y 7 avenida zona 11 y entregado al comando de inteligencia militar (G2). Bol de la Cruz aceptó que García figuraba en una lista negra y que la detención era parte de su trabajo.

Rosalina Tuyuc habla en las oficinas de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala.

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Rosalina busca, con sus propias manos, los restos de su padre y esposo en una exhumación en Comalapa. Foto: Luis Echeverría

La justicia llegó a Nineth, pero el cuerpo de Fernando aún no ha regresado. Dice que ya no desea continuar en la búsqueda de los altos mandos del Ejército: “se me va la vida… ya se me fue la vida, ahora quiero disfrutar a mi nieta y recordar a Fernando con amor y decirle: misión cumplida” *** “Aun sabiendo esa historia es muy difícil aceptar que él está muerto”, dice Rosalina Tuyuc. Habían pasado años de la desaparición de su padre cuando un ex patrullero de autodefensa civil la llevó al lugar exacto en donde aseguraba que lo habían enterrado. Fue el 12 de agosto de 2003 cuando la FAFG inició el registro de víctimas reportadas como detenidas desaparecidas. La exhumación finalizó el 30 de octubre de 2004. “Hice una promesa de poder darle una digna sepultura pero en ese lugar ya no encontramos nada,” dice Rosalina. Su mirada se pierde y parece transportarse a aquel momento en donde creía ver los restos de su pad-

re. Los forenses volvieron a exhumar en julio del 2005, esta vez excavaron un metro más profundo, después otro metro más y otra vez: nada. *** Edwin Canil, 37 años, es abogado. Nada llamativo si no fuera que en 1982, cuando era un niño de 6 años, le mataron a toda la familia delante de sus ojos. Niño aún, juró estudiar Derecho. Este año, trabajando en el Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH), fue uno de los abogados querellantes contra el ex dictador Efraín Ríos Montt. Cuando vinieron a matar a su familia, Edwin se escondió en un árbol y sobrevivió. Huyó hacia México por la frontera. Por momentos las lágrimas empañan su relato. Explica que hasta 1982 la dictadura asesinó a los líderes sociales y luego fue con las barridas a zonas rurales. -¿Qué buscaban con las desapariciones? -Trataban de evitar mártires... Y el efecto en la comunidad fue el descabezamiento de los movimientos socia5 El Retrovisor

les, se perdieron los rumbos. Canil investigó la masacre de Choatalum, Chimaltenango, y logró la condena a 150 años del ex comisionado Felipe Cusanero. Canil asegura que tras los acuerdos de paz de 1996, tanto a Choatalum como a Nebaj, Quiché, llegaron varias maquinarias del Ejército a cambiar de lugar los cuerpos. “Los sacaron del destacamento. Dos camiones grandes que trabajaban por la noche. El objetivo era borrar pruebas”. Relocalización de cuerpos, 15 años después. El peso demoledor de los desaparecidos. Ni el amor ni el odio conocen el olvido. *** Pero Rosalina no buscaba solamente a su padre: también tenía la esperanza de encontrar algo que diera información sobre Rolando Gómez, su esposo y padre de sus dos hijos. A Rolando lo capturaron en 1985 en la ciudad capital, salió de mañana a su trabajo y después no se supo nada de él. Un año después, policías de la G2 (comando de inteligencia militar), le informaron


El final de una ceremonia maya en Chichicastenango, Quiché. Foto: Erik Törner

que se lo llevaron al destacamento militar de Cobán, Alta Verapaz. Actualmente, la FAFG hace exhumaciones en dicho lugar, ya han encontrado las primeras 532 osamentas y creen que se puede encontrar al menos el doble de restos. “No podría decir con seguridad pero tengo la esperanza que a lo mejor podría ser localizado en ese destacamento militar o en el cementerio de la Verbena donde también exhuman”. En la Verbena la FAFG busca 889 víctimas de la guerra. En este lugar se han encontrado 17 mil osamentas enterradas como “XX”. “A veces uno no los encuentra ni dentro de los vivos, ni dentro de los muertos, el cierre de la herida o del dolor no se puede olvidar”. Aunque sus palabras estallen de desaliento, la vida de esta mujer se define en la lucha y la esperanza. Todavía no encontró a don Francisco ni a Rolando, pero durante su camino le ha dado respaldo a muchas mujeres que sí han logrado reencontrarse con sus desaparecidos. “La lucha es individual, es familiar pero también es colectiva, hay tantos amigos y compañeros dentro de las cooperativas que

fui parte, como el grupo de jóvenes que también varios están desaparecidos, por lo menos ya localizamos a uno de ellos…”. La luz de Rosalina no ha pasado desapercibida y ha logrado marcar el camino de quienes están comprometidos en la búsqueda de los desaparecidos. Uno de ellos es Peccerelli. “Para mí es una mujer impresionante, en muchos momentos ella ha estado diciéndome: ‘hey, no puedes parar, tienes que seguir buscando…’”. El experto forense de casi un metro ochenta de altura tiene en sus manos las excavaciones, dispone de más de cien empleados y del mayor banco nacional de ADN. Pero en las horas nubladas, es Rosalina, cuya estatura no llega al metro y medio, quien lo ha salvado de la tentación del portazo y de la soledad. *** El kamalbe’ (guía espiritual) coloca el plato blanco con dos velas en el piso de la habitación. “Para hablar de los muertos tenemos que pedir permiso. Cuando platico de 6 El Retrovisor

los mártires de la guerra, las candelas lloran, mucho dolor todavía. Tres besos, toquen tres veces la madre tierra”, indica Julio Menchú, guía del equipo de Espiritualidad Maya de Guatemala. Los periodistas también se arrodillan. Se estima que más del 80% de los desaparecidos, son mayas. El calendario tiene 20 días y el 16 es el kamé, la muerte. La puerta, el piso, un libro, todo tiene vida porque salió de la madre tierra; pero el proceso es incompleto sin el duelo. -¿Cabe la palabra alegría en el hallazgo de cuerpos? -Sí, es un dolor con alegría, con paz: te mataron pero sé que estás aquí y te voy a poder visitar… La gente llora, pero la gente se ríe. ¿Y Rosalina? Ella misma excavó con sus manos para encontrar a su familia. Salió triste pero esperanzada: no encontró a los suyos, pero sí a familiares de otra gente. Su mantra es: “¿dónde estás?, te quiero encontrar, te quiero tener”… En muchas casas de desaparecidos colocan pequeñas cruces que aguardan su destino, flores sin tumba. Dolorosamente adornan el plato las lágrimas de cera.


Los Hombres VueLVen a Casa El 2 de junio de 1982, 80 hombres de la aldea de Pambach fueron secuestrados, asesinados y enterrados en un regimiento militar. En 2012, antropĂłlogos forenses comenzaron a exhumarlos. Seis de esos hombres, de etnia Poqomchi‘, ya fueron identificados. Hoy vuelven al pueblo para encontrarse con su gente.



Los hombres de Pambach secuestrados por el Ejército caminaron tres horas hasta Cobán, la capital de Alta Verapaz. Solo uno de ellos sobrevivió para contar el horror.

Por Margarita isaza Velásquez Fotos de sandra sebastián

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ranquila, viejita, que él ya nunca más va a irse de aquí. Secate esa única lágrima que te ha quedado y abrazalo otra vez, como te vi hacerlo cuando llegó. Fabiana, querías tocarlo, verlo, saber si era de verdad. Pero la cajita que te entregaron ya no pesaba, y tu Fernando era un hombre fuertote, que cuando volvía de vender el lazo de maguey en las aldeas de las Verapaces levantaba a los patojos del suelo con una sola manaza. A los siete que ya estaban crecidos y al octavo que guardabas en tu vientre. Ahora que te lo entregaron, sabés que es él, aunque es distinto, es huesito puro que se fue desbaratando porque nadie le rezó ni le llevó flores. Hasta tu casa, la de más arriba, la que le pega el frío de la montaña, llegaron los forenses y las sicólogas. Te

dijeron hace meses que necesitaban la sangre de alguno de tus hijos o tal vez de uno de los 26 nietos que no conoció Fernando. No entendías lo que pasaba, ¿verdad? Ellos te explicaron que habían encontrado, a principios de este año, a los hombres de Pambach en una fosa de la vieja

«Sabés que es él, aunque es distinto, es huesito puro que se fue desbaratando» base militar de Cobán. ¡Vos lo querías vivo! Y te dolió, como cada mes, una punzada en el pecho. El culetazo que te dieron arriba del estómago cuando no quisiste agacharte en la gramilla como las demás señoras. Dijiste que no podías enrocarte, que así no, porque entonces cómo cargabas a la

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beba y al mismo tiempo cuidabas tu preñez de cuatro meses. Ese culetazo que te duele al comenzar cada mes es Fernando que tampoco se te borra. El 2 de junio de 1982, hace 31 años, se los llevaron, a él y a los demás. Fue un miércoles que para vos no ha acabado. ¡De a cuántos culetazos le habrán dado a Fernando los soldados! Tu cuñado Francisco te lo había repetido hasta el cansancio. Que Fernando estaba muerto, que a él y a todos los habían macheteado en la cabeza al poco de haberse ido de la aldea. Él dijo que solo los soldados gritaron. Hasta no ver no creer, mujer bendita. Pero tu cuñado no mentía. No podía mentir con esa marca de machete que le quedó en la cabeza y en el cuello, para pensar en otros días y enderezar muchachos necios. Como era joven y era fuerte, Francisco se fue yendo de maleza en maleza, despacio, gateando, casi muerto. Del frío de la noche lo


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En el antiguo destacamento militar de Cobán, 533 esqueletos humanos han sido desenterrados por la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, FAFG. Hasta ahora, 22 de esos restos han sido identificados.

salvó su propia sangre, tibiecita, que parecía nueva. Después llegó a una ruta y pasó gente buena. La ambulancia lo llevó a Cobán pero seguía mal, mal, no levantaba. Al San Juan de Dios de Guatemala lo cargaron para curarlo. Estuvo solo, no conocía a nadie. Y ese olor a monte no se le iba, tampoco el saz del machete en el aire y el caer, uno por uno, de los muertos. Hoy llegaron también Esteban y su hijo Alberto, tu vecino Santiago, Baldomero y el otro Alberto. A los seis, con tu Fernando, los encontraron en la fosa 17 donde había 63 esqueletos, qué digo, 63 humanos, mayas, hombres, guatemaltecos, todos con las manos amarradas en la espalda, la boca llena de trapos y la cara vendada. Y estos son de los primeros. Removieron la tierra igual que los recuerdos de tu pueblo. La historia de Pambach ya es otra. Pero de los vecinos que

hoy vinieron muchos no saben, no se acuerdan, ni habían nacido, o no andaban cerca. Ahora rezás, Fabiana, hacelo en tu idioma poqomchi’ que Dios entiende. No fuiste vos la que hizo el letrero de “bienbenido” que colgaron junto al cajón de tu muerto. Ni lo podés leer. Bien chulo quedó. Estás cansada, pero no hoy. Las piernas te temblaron en la ermita de la aldea. Hacía calor, los más pequeños lloraban y los perros chillaban cuando cualquiera les pisaba la cola. Había mucha gente. Seis cajas de cartón. Rezaste el Padrenuestro, el Avemaría, y el corazón te saltó cuando nombraron a tu Fernando. Después, después, Luis Barrientos, el forense con cara de niño, cargó la caja hasta la montaña. Allá la abrió y todos querían mirar. Otra vez temblaste. Puro, puro huesito. Ellos lo armaron como un rompecabezas y empezaron a meterlo en el cajón de madera. Quedo casi com-

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pleto, como una calaverita de las que venden, pero no blanca y “nueva”, sino café, color de tierra. Hiciste que le pusieran pantalones de dril y camisa bonita. Se fue estrenando, pero ya se había ido. Katia Orantes, la forense con ojos de ángel, dice que te trae una noticia. ¿Un nombre? ¿Otro velorio? Roberto, que siempre te traduce para que los ladinos entiendan, está en la puerta. –Pasaba a saludarla. Vengo de la casa de Celso y a ellos ya les conté. Identificamos a su hermano Anastasio, y el año entrante se lo vamos a traer para que lo tenga aquí, como a su esposo. Ahí, Fabiana, mirás a Roberto porque él sabe. Te agarra del brazo, baja la voz y le salen palabras en poqomchi’. Cuando termina, no mirás al cielo. Apretás las manos, llevás tus ojos al suelo, y algo decís. Tu traductor no espera: –Ah, bueno, pues ella dice así: “Ya


Fabiana Xuc Moos es maya de idioma poqomchi’. Su pueblo, que habita las regiones de El Quiché y Alta y Baja Verapaz, fue víctima de la política contrainsurgente durante la dictadura de Efraín Ríos Montt.

no nos va a separar nada de él. Le vamos a poner flores cada año”. Y también dice que les había dicho a los sobrinos: “Ya está mi esposo, tal vez mi hermano no se tarda”. –Bueno, con su familia ya estamos –sonríe Katia–. Todavía nos falta mucho por hacer. Ahorita me tengo que ir pero quise pasar a dejarle esa noticia. Te despedís de ella y entrás otra vez a rezar. No has terminado de enterrar a Fernando y el día te regaló otro nombre, otro muerto. Supiste pues lo que siente Matilde Chiquín, la mamá de Santiago. Ella no ha encontrado todavía a dos de sus hijos, a una nuera y a dos nietecitos. Tiene 87 años, veintidós más que vos, y se mira entera. Son fuertes las mujeres de Pambach. Vos no la visitaste esta noche porque no querías dejar solo a tu Fernando. Ay pero Matilde, pobrecita, ha sufrido, ha llorado. Y en la

noche, cuando los señores de lejos se fueron, se quedó con su niño de treinta años y lo bañó en incienso. Limpió el ataúd con las manos y lo recorrió a golpe de besos. Como le quedaba así, apenitas a su altura, acercó los labios al cajón, a donde Santiago tenía la

«Removieron la tierra igual que los recuerdos de tu pueblo. La historia de Pambach ya es otra.» cabeza, el mero cráneo, y siguió para allá, hasta llegar a los pies. Se devolvió, lo hizo dos veces. Era una charla entre ellos. Matilde es tu vecina, también lo es Ciriaca Caal, la esposa de Esteban y la mamá de Alberto. Allá llegó harta gente, era la primera casa en el cami-

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no y había dos muertos: el papá y el hijo mayor. Ese día, el mismo miércoles que para vos no se ha acabado, a tu pueblo lo dejaron sin hombres. Las mujeres se quedaron solas. ¿Quién iba a cuidar la milpa? ¿Quién recogería los tomates ya maduros? ¿Quién les iba a enseñar a los muchachos a ser hombres? Junio era tiempo de siembra, noviembre es de cosecha. Matilde, Ciriaca, vos, todas ustedes, viudas, madres y hermanas, no sé cómo le hicieron, pero cuidaron. En sus faldas mayas protegieron a los patojos y no dejaron que los soldados volvieran. Escaparon al pueblo, al convento de Tactic, y ahí el padre Ricardo las dejó quedarse. A unos grupos en los corredores, a otros ahí en la ermita. No fuera que los malos volvieran por ustedes, a quemarles los ranchos, a llevarse los cerdos. Fabiana Xuc Moos, supe que regresaste a Pambach para que allá naciera el último fruto de tu Fernando Cal Jalal.


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Tuvieron que pasar 31 años para que seis hombres masacrados recuperaran sus identidades y fueran sepultados por sus familias.

Te daba miedo ir al hospital del pueblo porque nunca hablaste el español. Te atendió la comadrona. Hincada, de rodillas, pariste con fuerza al bebito. Volviste al maguey, los hombres crecieron, y otra gente fue llegando, como poblando la tierra. Te quedaste viuda igual que muchas de las demás mujeres, y así estás hoy, en este sábado, 23 de noviembre, que echas flores amarillas, de muerto, sobre el tapete de pino, como el que había cuando te casaste en la aldea. ¿A dónde se los llevan? Los trajeron en cajas de cartón, cada uno con un número, y ahora sus hijos, sus hermanos, cargan los ataúdes al hombro. Con qué amor, con qué calma, ellos los acomodaron en la palangana de la camioneta y fueron rumbo a Santa Cruz de la Paz, a una hora de viaje, al cementerio. Fabiana, te prometieron un entierro y aquí está. Ya vas cansada, es de no pegar el ojo en toda

la noche, de recibir vecinos y atender funcionarios, de estar en la misa y cargar la plaqueta, la lápida de piedra, esa en la que solo entendés el nombre de tu esposo muerto. El sol quema en Santa Cruz. Son las tres de la tarde y hay que esperar al padre que viene de San Cristóbal. Es que no es cualquier cosa, es un entierro de seis muertos. La caravana de camionetas dio una vuelta por Tactic, despacio, para que todos vieran. Ah, son los de Pambach, los que se llevaron los soldados, los que encontraron en Creompaz, ya los identificaron. La bendición primero, luego los rezos, pero por qué todo en español. ¿Y Roberto no traduce? Que estos muertos solo hablaron poqomchi’, igualito que sus mujeres. Los indígenas como vos, muchos se salieron, y esperaron afuera. Pero vos no. Vos te quedaste. El desfile de cajones va al camposanto. ¿Dónde te metiste, Fabiana? Llueve,

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llueve, metete aquí en el plástico, que ya el agua se va a ir. Está listo el panteón para Fernando Cal Jalal, Santiago Jalal Ja, Esteban Tul Tul y su hijo Alberto Caal, Baldomero Chiquín y Alberto Baaz. Es allá atrás, en el límite del cementerio. Más rezos. ¿Almorzaste? Hay saquic, frijoles blancos, con presas de gallinas que trajeron los funcionarios. También hay café negro y gaseosa. Vos querés quedarte a ver cómo arreglan el cemento y el ladrillo para tapar los nichos. Llueve, llueve. Está oscuro, son las cinco, y hace frío, sentís los huesos.


El CrimEn dE

En solo 17 meses, movido por un fanatis grandes poderes nacionales y continenta Ríos Montt desató la represió

Corto y Sangriento

Por robin ross, Pao

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l gobierno de José Efraín Ríos Montt duró del 23 de marzo de 1982 al 9 de agosto de 1983, pero ese tiempo le bastó para desangrar al país. El general quiso acabar de un hachazo con los grupos que se levantaron contra el Estado desde 1960. Por ello, sus primeros cien días en el poder tuvieron un despliegue aterrador. La revista Time publicó en 1982 que Ríos Montt se sentía como “un pastor del rebaño” que quería curar a Guatemala de su “falta de respeto a la autoridad” y su “inmoralidad”. El 10 de mayo de este año, Ríos Montt –de 87 años- fue condenado por genocidio y delitos de lesa humanidad a 80 años de cárcel. Se consideró demostrado que 57 comunidades de la región Ixil (noroeste del país) sufrieron su política de “tierra arrasada” y la muerte de 1.771 personas. Diez días después, la Corte de Constitucionalidad anuló esta condena. Un nuevo juicio se espera para 2015. Decía el escritor Augusto Monterroso: “mientras consume su cuota de vida, ¿cuántas verdades elude el ser humano?”.

El Pueblo Maya Ixil

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l grupo Maya Ixil es una de las 22 etnias que componen Guatemala y se encuentran al norte del departamento de El Quiché, en la región noroccidental del país. San Gaspar Chajul, San Juan Cotzal y Santa María Nebaj, conforman el denominado Triángulo Ixil. El General José Efraín Ríos Montt en la conferencia de prensa de la junta m Durante el periodo colonial los Ixiles son esclavos de los españoles que les roban sus tierras y los obligan a dejar sus creencias y su cultura. Los colonizadores distribuyen a las etnias mayas conforme a las denominadas “Encomiendas”. La llamada independencia del país y las reformas liberales no benefician a los Ixiles. Siguen despojados de las pocas tierras comunales que quedaron. Los aspectos legales, la agudización del racismo y la explotación crecen con la instauración de los latifundios en el área, provocan por lo menos cuatro levantamientos ixiles a lo largo del periodo colonial y liberal. Los pobladores del triángulo Ixil, no tienen fuentes de ingreso. Sin tierra que cultivar y con necesidad de alimentarse un alto porcentaje de familias migra a la Costa Sur de Guatemala para cortar caña de azúcar o café. Con ese trabajo ganan tan poco que todos tienen que ayudar para obtener “mejores ingresos” - abuelos, padres, adolescentes y niños. Después de la revolución de 1944 aparecen una serie de gobiernos militares y surgen movimientos “subversivos” que se oponen a estos regímenes. Todos estos conflictos perjudican a los ixiles. Son aplastados entre la guerrilla y el ejército. En 1982 el General de Brigada José Efraín Ríos Montt, elabora y pone en marcha varios planes de campaña del Ejército contra los ixiles, acusándoles de apoyar a los guerrilleros. Los planes se llaman: “Victoria 82”, “Firmeza 82” y un plan de operación específico para el área Ixil: el “Plan de Operaciones Sofía”. Ese último vincula directamente al alto mando del ejército, de masacres y operaciones de guerra hechas al pueblo ixil, el documento es negado hasta el año 2009 porque es protegido por el secreto de Estado. 15 El Retrovisor


E

ríos montt

smo ideológico-religioso y apoyado por ales, el general guatemalteco José Efraín ón más feroz de Latinoamérica.

ola

Ugaz y sandra Vi

¿Quién es Ríos Montt?

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militar que tomo el poder el 23 de marzo de 1982. Foto: Jean-Marie Simon

¿Hubo Genocidio?

riginario de Huehuetenango, uno de los lugares de Guatemala donde casi toda la población es indígena, José Efraín Ríos Montt es hijo de padres mestizos. A los 18 años ingresa al ejército de Guatemala como cadete militar, con el paso de los años aumenta sus rangos militares hasta llegar a los mas altos. En la “Escuela de las Américas” aprende los métodos de tortura, asesinato y represión junto con otros represores de Latinoamerica que son formados ahí por el ejército estadounidense. Ríos Montt llega al poder tras un golpe de estado el 23 de marzo de 1982. Gobierna 17 meses. En ese corto tiempo le corresponde la máxima cúspide de desaparición forzada de guatemaltecos, según informes de la “Comisión Nacional Para el Esclarecimiento Histórico”. Montt eliminó aldeas y comunidades y provoca que una masiva población civil se desplazara. En 1983 otro grupo militar lo frena derrocandolo de la jefatura de Estado. Ríos Montt, el ya ex general, no aguanta mucho sin querer tener poder. Además tiene astucia y conoce los trucos: Funda un partido político y exitosamente logra obtener un puesto en el Congreso de la República. Un puesto que le permite no tener que responsabilizarse por los crímenes cometidos. Goza de impunidad. Defensores de Derechos Humanos, logran enjuiciarlo por Genocidio y Crímenes contra la Humanidad, junto con Mauricio Rodríguez Sánchez, el ex jefe de Inteligencia Militar. Tres meses después se da inicio al primer juicio contra los dos. Son acusados de masacrar a la población del área Ixil, del departamento del Quiché, Guatemala. Ríos Montt negó haber realizado estas masacres, pero los testimonios de los Ixiles, decían lo contrario y Montt es condenado.

E

l 27 de enero del 2012, el Presidente de Guatemala Otto Pérez Molina definió el genocidio como “un exterminio parcial o total por pertenecer a una raza”; por lo cual argumentó: “aquí lo que hubo fue un conflicto armado interno que la guerrilla llevó al interior del país y quisieron involucrar a los pueblos mayas”. “En ningún momento hubo un exterminio por razón de raza, puede ver los archivos del Ejército y verán que entre el 80 y 70 por ciento del Ejército estaba conformado también por población maya”, explicó el mandatario, quien llamó a “buscar la reconciliación, ya que no debemos olvidar, porque así no se vuelve a repetir pero sí debemos buscar la manera de reconciliarnos todos”, concluyó Pero en la sentencia del Juicio que se realiza en contra del ex militar José Efraín Ríos Montt, el tribunal dicta que sí hubo delitos de Genocidio y Contra Deberes de Lesa Humanidad, se demuestra que se realizan actos de masacrare en masa y asesinatos en serie a miembros del grupo Maya Ixil; además se provoca lesiones graves a la integridad física o mental y se somete intencionalmente al grupo a condiciones que acarrearon su destrucción física, total o parcial. Para el tribunal las evidencias, 57 peritajes y 102 testimonios demuestran la intención de masacrar en masa o asesinar en serie. 16 El Retrovisor


El Juicio que trans

19 de marzo de 2013

03 de abril de 2013

05 de abril de 2013

L

os números no se equivocan: son dos los nombres de los acusados así como dos las imputaciones. José Efraín Ríos Montt, ex Jefe de Estado de facto y José Mauricio Rodríguez Sánchez, Jefe del Departamento de Inteligencia, son los nombres de los acusados. El protocolo judicial determina las escenas a seguir. Los delitos: Genocidio y Crimen contra los Deberes de Lesa Humanidad. Hay un guión con reglas y actores. Se abre el telón y empiezan 53 días de juicio divididos en 27 audiencias. Primer acto. ¿Hubo o no hubo genocidio? ¿Cómo ponerle nombre a lo que no tiene? Difícil tarea determinar cada acto y sus consecuencias a través del tiempo. Los puntos de vista difieren, pero los números hablan. Los muertos, 1,771 personas, representan el 33.61% de la población Maya Ixil en una región específica. Segundo acto. Del 24 de marzo de 1982 al 21 de octubre de 1983 ocurrió el desplazamiento de 29.000 personas pertenecientes a por lo menos 54 comunidades Ixil. Con esto se crearon las condiciones para su destrucción parcial. ”Mujeres de soldados”, les decían en sus comunidades a las mujeres que sufrieron las violaciones y vejámenes de los soldados. Se puede comprender sus silencios, sus miedos y la vergüenza de las más de 41 víctimas de violaciones sexuales a niñas, mujeres y ancianas, y otras tantas incontables victimas que ya no están o no quisieron estar. En el otro lado, en la defensa de los acusados, estratégicamente el tiempo no se cuenta; se descuenta. Ninguna maniobra dilatoria es considerada demasiado burda. Los periodistas, los ciudadanos, las víctimas deben convertirse en abogados para entender por qué se busca poner palos y piedras en las ruedas del juicio. Tercer acto. Se valora por el derecho penal lo que se haya sustentado. La expresión “Lo ratifico” hace propio lo escrito, esos peritajes que declaran lo sucedido.

José Efraín Ríos Montt durante la audiencia del 10 de mayo delitos de genocidio y contra deberes de lesa hu

«...hasta fisicamente fue reivindicatorio sentar a las víctimas frente Ríos Montt...»

Marína de Villagran, Psicóloga

«Nadie niega, sin embargo, que en el país pudo haber ejecuciones extrajudiciales, matanzas, masacres o asesinatos.»

Antonio Arenales Forno, Secretario de la Paz (Foto: Sandra Sebastián/Plaza Pública)


sformó a un país

10 de mayo de 2013

o del 2013 cuando se emitiera la setencia en su contra por los umanidad. Foto: Sandra Sebastián/Plaza Pública

20 de mayo de 2013

Abril de 2013

Las verdades silenciadas a lo largo de las décadas salen a luz a través de la voz de los 102 testigos presenciales, de las acciones sin nombre y terrible naturaleza, de las y los que no querían estar. Las evidencias hablan, más de 760 pruebas documentales, 1 científica y 30 materiales sustentan la historia. En la Defensa: estratégicamente no se califica, se descalifica a las víctimas. “Nunca lo hice. Y de todo lo que han dicho no ha habido ninguna prueba que evidencia mi participación“. José Efraín Ríos Montt. “Tengo necesidad de aclarar que yo no mandé a hacer eso“. José Mauricio Rodríguez Sánchez. Escena final. 10 de mayo del 2013, hay más espera que calma, cada palabra leída busca indicios de la siguiente en la lectura de la parte resolutiva del fallo judicial. “… es responsable como autor del delito de GENOCIDIO… es responsable como autor de los DELITOS CONTRA DEBERES DE HUMANIDAD…”, Ríos Montt es declarado culpable y Rodríguez Sánchez es absuelto, pero la sentencia determina que el genocidio ha existido. Las voces no mintieron. El público muy diverso reacciona con emoción. Algunos vinieron de muy lejos, otros desde el fondo de su esperanza o su desesperación. En la sala hay expertos e inexpertos; familiares y partidarios de los unos y los otros; curiosos. Se aplaude, se canta, se grita, se saluda, de respira Historia. Epílogo. Con fecha 20 de mayo del 2013 la Corte de Constitucionalidad de Guatemala falla a favor de un amparo provisional interpuesto por los abogados de la defensa de José Efraín Ríos Montt, retrayendo el juicio hacia la parte de admisión de pruebas y anulando la fase del debate. El juicio queda anulado. Tendrá que iniciarse un nuevo juicio en enero de 2015. Pero todo lo que se oyó, lo que se presentó, lo que se demostró en la sala quedará retumbando en las paredes y a lo largo de un país que cambió para siempre.

«Ya es tiempo de que caigan las vendas y pienso que este juicio ayudara a que Guatemala conozca su historia.»

«...es crucial para el proceso postconflicto en Guatemala, es un parteaguas el juicio por genocidio...»

Gustavo Meoño, Coordinador del Archivo Histórico de la Policía Nacional

Marco Tulio Álvarez, Politólogo


¿Qué cambió de 1982 a 2013?

L

Durante el juicio a Ríos Montt, lencia que no encuentran justicia. En as respuestas se mueven entre donde Álvarez acudió como perito de el juicio a Ríos Montt, la verdad a peel mucho y la nada. los Ixiles, declaró que “de las 200.000 sar de los pesares, ha relucido“. No es poca cosa que junto víctimas y 45.000 desaparecidos bajo Por su parte, el director del Archia la sentencia de José Efraín la dictadura, 5.000 fueron niños y que vo Histórico de la Policía Nacional y Ríos Montt la magistrada decretó de esos casos han sido resueltos solaex miembro del Ejército Guerrillero también que el 23 de marzo -día en mente 1.000“. de los Pobres, Gustavo Meoño, dijo que Ríos Montt llegó al poder tras un „Uno de los motivos para atacar que “es crucial para el proceso postgolpe de estado- fuera conmemorado menores o niños en parte era para terconflicto en Guatemala. El juicio por como el Día Nacional contra el Geminar con los futuros guerrilleros“, genocidio es un parteaguas porque nocidio. agregó. pone sobre la mesa todos los debates Si bien la condena está en pausa y La psicóloga Marina Villagrán, por que hemos dejado de hacer en nomRíos Montt se encuentra en arresto bre del silencio“. domiciliario, la A pesar del revés pregunta sigue ahí: judicial y las pos¿Qué ha significatergaciones que do para Guatemala con artimañas jurísu juicio y cómo dicas fueron conse han movido las siguiendo los abodiferentes fuerzas gados defensores, favorables o no falo que ya se logró vorables a él? es innegable: ver La historiadora declarar a los homPatricia Gonzábres y mujeres ixilez señaló que el les y contar las majuicio significó tanzas espantosas una oportunidad. que sufrieron. Para ella no es solo El Secretario de la una condena a una Paz adscrito al gopersona sino es un bierno de Otto Péseñalamiento al rez Molina, Antopaís: “En un país nio Arenales Forno con la discriminaMujeres ixiles celebran en las afueras el edificio de la Corte Suprema de Justicia la setencia emitida dice que en Guación y racismo siscontra José Efraín Ríos Montt. Foto: Sandra Sebastián/Plaza Pública temala; “no hubo témico, este juicio su parte, indicó que hasta físicamente genocidio“. pone la piedra angular para construir fue reivindicatorio sentar a las vícti“Durante más de 20 años que fue una visión mas certera de lo que será mas frente a Ríos Montt. escrutada de cerca por la comunidad el futuro de Guatemala, de ahora, “En Alemania cuentan la historia internacional, Guatemala nunca fue en adelante se tendrá que hablar sin de una mujer polaca que perdió a toacusada de genocidio. El tema ni se olvidar que el proceso es de naturados sus hijos por culpa de los Nazis. mencionó en las instancias que velan leza interna y conciliar los procesos Al ser preguntada qué haría con Hipara que los Estados cumplan con de encuentro y desencuentro“, dice tler si lo tuviera enfrente, ella explica sus obligaciones concernientes a DeGonzález. que encendería al lado de su cuerpo rechos Humanos. En esas entidades, El periodista y ex miembro del Ejéruna mecha de dinamita que fuera tan jamás se presentó una denuncia de gecito Guerrillero de los Pobres Marco larga que recorra a todos los países nocidio en contra nuestra“, comentó, Tulio Álvarez opina que el juicio ha que afectó al mismo tiempo que por al tiempo que matizó: “nadie niega, sido “fundamental” para ponerle luz una radio le avisen donde se encuensin embargo, que en el país pudo haa los casos que el Estado quería ocultra la mecha. Antes de que llegue la ber ejecuciones extrajudiciales, matar después de la guerra. mecha hacia él, la señora pediría que tanzas, masacres o asesinatos“. “Ya es tiempo de que caigan las vense apague y se vuelva a encender hasta El nuevo juicio a Ríos Montt está das y pienso que este juicio ayudara a el infinito. programado para enero de 2015. Todo que Guatemala conozca su historia“, Así se sienten las víctimas de la viopuede suceder. Incluso la justicia. comentó. 19 El Retrovisor


TESTIGOS

DE

PAPEL

En julio de 2005, ocho kilómetros de papeles viejos fueron encontrados, entre ratas y cubiertos de excrementos de murciélagos, en las ruinas de una construcción abandonada. Eran los restos mortales de una de las máquinas de represión en los 70s y 80s en Guatemala. Después de un intenso y discreto trabajo de archivística, de digitalización y, sobre todo, de interpretación, el Archivo Histórico de la Policía empieza a hablar. Aporta una voz potente a los procesos judiciales y a la reescritura de la sangrienta historia reciente del país centroamericano.

POR ALEJANDRA GUTIÉRREZ

Y

20 El Retrovisor

MARCELO SOARES


ER001-A: Los documentos hablan

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uarenta y cinco mil personas que podrían contar esta historia no lo harán nunca: desaparecieron, están desaparecidos, son desaparecidos. Son parte de los 300.000 asesinados por el conflicto y la represión que asolaron Guatemala durante más de tres décadas. Sin embargo ya “testifican” 80 millones de hojas de papel que brindan su testimonio con modestia, pero con contundencia. De estos datos ya han

surgido cuatro libros y al menos ocho procesos judiciales llevados por crímenes contra la humanidad. Estos legajos son tratados con los más modernos métodos de análisis por un grupo de técnicos, académicos y activistas de derechos humanos. Su trabajo es ayudar a los documentos a contar las historias que la misma historia ha intentado olvidar. Todos los funcionarios entrevistados que trabajan en el archivo, sin excepción,

hablan de éste como la misión de sus vidas. “Mi record personal sugiere que yo soy el hombre menos indicado para ser el director de un archivo policial, pero fue lo que me tocó”, bromea el coordinador del AHPN, Gustavo Meoño, un ex-militante guerrillero que dirigió la fundación Rigoberta Menchú y que pasó a liderar el proceso de reorganización del archivo policial más grande de América Latina.

ER001-B: El milagro

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eoño considera un milagro que el archivo exista, pero le da una explicación más terrenal. La Policía Nacional, disuelta después de la firma de la paz en 1996, requería de una organización bien controlada para cumplir sus objetivos. “Una burocracia, por necesidad, conserva sus registros porque son útiles para su funcionamiento”, dice Meoño, y hace una analogía de los registros detallados de los movimientos de trenes que cargaban a los detenidos

para los campos de concentración de la Alemania nazi. La Policía Nacional debía cumplir órdenes, seguir lineamientos. La documentación era la forma eficaz de vigilar y registrar todo su movimiento. Los papeles reflejan la lógica burocrática, nombramientos, funcionarios de baja por vacaciones, compra de combustible, partes, novedades, fichas, telegramas; pero reflejan también la lógica de funcionamiento de un Estado a través de su historia.

ER001-C: Se hizo limpieza, quedan las telarañas

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l archivo del que se habla en los más importantes foros de archivística del mundo, ese que ha llevado al banquillo a algunos de los personajes más buscados de la historia reciente de Guatemala, está escondido entre callejones de un barrio obrero de la zona 6 de la capital de Guatemala, lo rodea la escuela de la recién fundada Policía Nacional Civil y un predio que apila cientos de carcasas de coches viejos. Está en un terreno del Ministerio de la Defensa, un predio

del Ministerio de Gobernación, y en la jurisdicción archivística del Ministerio de Cultura. Es un cuerpo funcional financiado y equipado por donaciones de instituciones de más de diez países. El Estado de Guatemala no tiene un presupuesto para su mantenimiento. La cooperación internacional permite que haya un buscador de datos básicos en el sitio de la Universidad de Texas, y un respaldo completo resguardado en Suiza que se actualiza regularmente conforme los técnicos y

profesionales avanzan en la limpieza y digitalización de miles y miles de folios. En paralelo el estadístico Patrick Ball, de Human Rights Data Analysis Group y perito en el juicio por genocidio contra el ex-dictador José Efraín Ríos Montt y el ex-jefe de inteligéncia José Mauricio Rodríguez Sánchez, coordina un trabajo de estimativa del tamaño y contenido de las colecciones del archivo a través de muestras de los documentos.


ER001-D: El descubrimiento casual Un historiador acompañaba a la comisión que verificaba la retirada del armamento. Curioso, vio por una ventana montañas de papeles; le intrigaron los candados en las puertas. Así, entre escombros, tierra y moho, apareció el archivo cuya existencia se venía negando desde que la Comisión de Esclarecimiento Histórico solicitara los documentos de la Policía Nacional. Fiscales, defensores de derechos humanos y familiares de desaparecidos se apostaron ante las puertas de aquel hallazgo. Permanecieron en vela hasta que los sucios papeles tuvieran res-

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n 2005, los vecinos de la zona 6 presentaron una denuncia ante la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), pues temían que el depósito de armas y explosivos, guardados de manera precaria en lo que parecía un terreno abandonado, pusiera sus vidas en riesgo. El predio, acorralado entre chatarra y lleno de laberintos sombríos en sus entrañas, había sido la construcción fallida de un hospital policial, la sede del Cuerpo Dos de la policía y el sitio del que se rumoraba haber sido centro de detenciones y torturas entre los años 70 y 80.

guardo para responder a cientos, miles de preguntas, acumuladas en 36 años de guerra. Hace cinco años, Meoño decía a los periodistas que serían sus hijos o quizás sus nietos quienes concluyeran su tarea. El coordinador ahora calcula unos diez años y la tecnología va avanzando. Los procesos judiciales apenas empiezan, la reconstrucción histórica y los procesos de reconciliación después de 17 años de la firma de la Paz son embrionarios, y el Archivo Histórico se ha constituido en un engranaje que gira tímida y silenciosamente para ayudarlos a avanzar.

ER001-E: El rompecabezas de los recuerdos ncontrar las respuestas entre 8 km lineales de folios parecía imposible. Fue solicitado el apoyo de la archivista Trudy Peterson, que ya había dirigido los trabajos en el archivo de Kremlin, en Rusia. Peterson estaba a punto de jubilarse, pero cuando vio aquello, decidió aplazar el retiro y poner orden al que es quizás el trabajo más grande de su vida. La primera instrucción de Peterson a los activistas que ahora iniciaban su carrera de archivistas fue que había que poner orden. Necesitaban meterse en la cabeza del que creó y ordenó

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los datos. Organizar los documentos requirió entender la estructura, la jerarquía, las diversas instituciones que iban cambiando de nombre al largo de más de un siglo de burocracia. Así como los antropólogos de la Fundación de Antropología Forense (FAFG) buscan el pasado soterrado y recomponen los huesos de las víctimas, así también se ordenan los restos del que fue un cuerpo represivo que actuó de la mano del ejército. Era preciso identificar los órganos vitales, hacer un estudio de la anatomía institucional.

ER001-F: La punta del hilo: los “fondos documentales”

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l equipo del archivo procedió a ordenar los “fondos documentales”, las colecciones de papeles generados por un mismo departamentom para localizar documentos. Aquellos papeles viejos iban perdiendo el moho, se digitalizaban y se les permitía empezar a hablar. Quizás algunos fondos documentales parecen más reveladores que otros, pero nada se puede descartar. Era un

archivo administrativo, y allí queda consignado todo el funcionamiento de la institución. Hay fichas de personajes, que sirven como índice para para localizar los documentos más importantes relacionados. El “Che” Guevara, por ejemplo, tiene dos fichas: una en que se menciona su expulsión de Guatemala y otra en la que se le relaciona con la transferencia de dinero de Cuba a la

insurgencia guatemalteca. “La codificación de los documentos es la parte más importante del trabajo”, dice Carolina López, socióloga y consultora del AHPN. Al igual que una persona, todo documento tiene un nombre, una fecha de nacimiento, una paternidad y unas estadísticas vitales como la extensión. Después de ser bien identificado, después de tomar forma, el documento empieza a hablar.


ER001-G: Un caso construido con celulosa

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dgar Fernando García era estudiante y sindicalista, y el 14 de febrero de 1984 desapareció. Su esposa, Nineth Montenegro, fue de las primeras en elevar la voz por sus seres queridos. De datos sobre la desaparición de García, quedaba el testimonio del compañero con que fue secuestrado y poco más. En el archivo surgió la respuesta ficha a ficha. Papeles de apariencia anodina: dos capturas anónimas, el pedido de una condecoración, un recibo de gasolina, hilaron un caso que llevó

a cuatro personas a prisión. Entre ellos, Héctor Bol de la Cruz, el director de la policía de aquella época. Ahora, Fernando García se ha convertido en el emblema del archivo y de los fiscales. Orlando López, jefe de la fiscalía de Derechos Humanos, fue el encargado de representar al Ministerio Público en el juicio por genocidio contra Ríos Montt, tiene claro que esa charla con los documentos es fundamental para sus averiguaciones y para montar casos que no caigan en tribunales.

ER001-H: “Que se enteraban de todo, se enteraban”

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l archivo es una inconmensurable fuente de información sobre la policía, y sobre la relación de la policía y el ejército. Para Meoño, “es la historia de Guatemala”. El archivo acumula documentos desde la fundación de la policía, en 1871. El equipo, que se formó y especializó en este proceso de ocho años, también tuvo que aprender las sutilezas del código usado por los agentes. Eso les permite definir formas de operar, patrones que luego son imprescindibles para los peritos –especialistas que trabajan dentro del mismo archivo-, investigadores y fiscales. “Conforme los documentos suben de jerarquía, van perdiendo información”, dice un auxiliar fiscal del MP. Lo que empieza como partes policiales sumamente descriptivos, con detalles de nombres y lugares, llega a los altos mandos como el relato de una simple detención de subversivos anónimos. El fiscal considera que la intención no era esconder información de los altos mandos, sino cumplir con reglas de discreción. “Pero de que se enteraban de todo, se enteraban”, afirma.

Fotos: Rodrigo Vilarzú

ER001-I: El intercámbio entre policía, Ejército y el exterior

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edro García Arredondo, jefe del Comando 6 y del Cuerpo de Policía entre 1980 y 1982, está preso. Los investigadores de la muerte de Edgar Saenz Calito incriminaron a García con documentos de la detención, de que Saenz estuvo en un hospital policial y de su cercanía a un centro de torturas. En busca de los culpables, peritos y fiscales hallaron hilos que unen al ejército y a la policía con los crímenes que algunos de sus elementos cometieron. El ejército guatemalteco se niega a entregar sus archivos. Un golpe de suerte reveló uno de los grandes tesoros de la memoria guatemalteca: “El Diario Militar”. El legajo,

sin pistas de origen, registra la captura de 195 “subversivos”, con la confirmación de la muerte de 103 de ellos. Las fichas llegaron a Kate Doyle, del National Security Archive. Doyle dice que más de 2.000 documentos del AHPN confirman los casos del diario militar. En 2011, la FAFG identificó cinco cadáveres en una fosa del antiguo destacamento militar de Comalapa. El Diario les da el código “300” -muertoa todos el 29 de marzo de 1984. “Los documentos sirven para confirmar lo que dicen los testigos y para probar que otros documentos son auténticos. También demostran cuando alguien miente”, dice Orlando López, del MP.


ER001-J: La vida interminable de los documentos

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s probable que aquellos que velaron en el edificio derruido con montañas de papeles adentro nunca imaginaron los derroteros que tomarían los papeles viejos de 2005. La fiscalía sigue hilando testimonios y documentos para llevar a juicio a hechores materiales e intelectuales. Estudiantes realizan tesis e investigaciones. Patrick Ball realiza análisis estadísticos, que en algún momento

deben respaldar hechos, como el que probó en el juicio por genocidio, quizás en este caso en las zonas urbanas de Guatemala, y por otros hechores. Aquellas montañas de papeles viejos, con ratas y murciélagos y el trabajo de los hombres con las batas marrón, siguen creando nuevos documentos, como el documental La Isla, de Uli Stelzner, la ficción El material humano, de Rodrigo Rey Rosa, o El rector,

el coronel y el último decano comunista de Asier Andrés y Pilar Crespo, todos producidos con material del archivo. La pila de fichas, recibos y facturas de apariencia inocente encontró los interlocutores perfectos, los que quieren escuchar. No sólo quieren: necesitan escuchar a este testigo mudo pero necesario para poder reconstruir su historia.

¿Quién es el enemigo?

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arolina López es consultora del AHPN y del Archivo General de Centro América. Asiste a Patrick Ball realizando estudios cuantitativos. Se le preguntó por un concepto que ella investiga. Un concepto difícil de asir pero potente para entender por qué existió un cuerpo policial con estas características: el enemigo interno. ¿Cómo surge esa idea de buscar al enemigo interno entre papeles? La Comisión de Esclarecimiento Histórico menciona brevemente al enemigo interno como aquel que rompe el orden establecido. Pero ningún documento dice con claridad quién lo es. Para eso, es necesario conocer quiénes son las personas que la policía persigue. Siempre me llamó la atención que en esos registros los responsables de las acciones son personas desconocidas. El discurso parece una forma de presentar a la sociedad que ese desconocido es el subversivo.

¿Qué papel tiene la prensa en reforzar al enemigo desconocido? Es muy importante, pues una de sus fuentes es la policía. La policía traslada las novedades y la prensa lo difunde. En los comunicados, es común notar la ausencia de datos de los hechores. En la história de policía hay un patrón lineal de conducta, que cambió matices. Difícilmente hay una orden de detener a “todos los comunistas”, pero queda el registro de las detenciones y cateos. Nos permite buscar el perfil de los presos. Cuando se habla de conflicto interno se tiende a generalizar, pero sí hay matices según quién era el director de la policía y quién era el presidente. ¿Cuáles son los matices que varían? El Diario Militar, de 1983 a 1985, registra una ola de estudiantes vinculados a la universidad. El período de Ríos Montt se caracteriza más por el tema del interior, pero en la ciudad

también hubo persecuciones, seguimientos, capturas. Los perfiles varían. Busco saber si siempre persiguieron a los mismos, por las mismas razones. Las muertes son fáciles de contar, pero ¿qué hay detrás de las muertes? ¿Cambia el enemigo? Creo que siempre es el mismo. La juventud en sí misma es el potencial enemigo, en cualquier época, en cualquier régimen, en cualquier circunstancia. Seguramente los enemigos estarán entre los 18 y 25 años, la mayoría serán hombres, estudiantes universitarios. ¿Cuáles son los paralelismos entre policía y ejército? La policía no se puede entender aparte del Ejército. La policía es más urbana. La función del Ejército y de la policía es defender el status quo. Siempre trabajan para proteger el status de “la sociedad”, para que todo siga igual.

AVISO LEGAL Revista del Taller de DW Akademie -------------------------------

Editores: Roberto Herrscher, Miriam Gehrke, Elena Ern

DW Akademie en coorperación con el Archivo Histórico de la Policía Nacional, Noviembre 2013

Periodistas: Patricia Carías, Mariajosé España, Alejandra Gutiérrez Valdizán, Margarita Isaza Velásquez, Alfonso Fabián Magnotta, Álvaro Montenegro, Gerson Ortiz, Robin Ross Domingo, Sandra Sebastián, Julio Sicán Aquino, Marcelo Soares, Paola Ugaz, Sandra Maria Vi Sánchez

Con apoyo financiero del Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de República Federal de Alemania

Diseño: Mats Schönauer


El EvangElio SEgún Fray auguSto

Padre Augusto Ramirez, párroco de la Iglesia de San Francisco en La Antigua Guatemala

Entre 1982 y 1983 Guatemala atravesaba uno de los momentos más agitados del conflicto armado interno. Los golpes de Estado y los gobiernos de facto estaban a la orden del día, mientras que el ejército se empecinaba en una guerra sin cuartel contra la insurgencia. Cientos de hombres y mujeres fueron ejecutados por las fuerzas armadas del Estado. Miles de civiles cargaban la cruz ajena del enfrentamiento. A continuación, la historia de un hombre de fe que caminaba en medio de las balas. 25 El Retrovisor


Calle donde fue encontrado el cadáver de Fray Augusto.

Por Patricia carías, Gerson ortiz sicán aquino

y Julio

I. Es clavado en la cruz

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l hombre atraviesa corriendo los cuatro carriles de la concurrida Avenida Elena en el centro de Ciudad de Guatemala. Lleva las manos atadas por la espalda y los pies descalzos. Corre despavorido, intentando evitar que lo atropellen. Desde los alrededores, los testigos escuchan sus gritos desesperados: “Ayúdenme, ayúdenme, por favor. Me quieren matar”. A sus espaldas, una patrulla del “BROE” –Brigada de Reación de Operaciones Especiales– aguarda la luz verde del semáforo. Cuando este cambia, la patrulla avanza a gran velocidad tras su objetivo. Los cazadores disparan y la presa corre en zigzag. El hombre alcanza a recorrer 300 metros cuando el vehículo lo atropella. Cae al suelo con las costillas rotas y ocho balas en el cuerpo pero aún respira. Entonces, uno de ellos baja de la patrulla, desenfunda su arma, le apunta a la base del cuello. Y dispara. Los asesinos se convierten en policías de tránsito, colocan la cinta amarilla en el perímetro y aguardan a que la ambulancia del Cuerpo de

Bomberos y un Juez de Paz lleguen al lugar y elaboren un registro sobre las causas de la muerte. Dos horas más tarde, el bombero Rolando Suy elabora el primer registro sobre el asesinato. “Ignorándose quiénes los balearon”, señala. Una hora después, el Juez de Paz Max Leal reitera en su informe la versión del bombero. “Fallecido en circunstancias aún no establecidas”. Es el lunes 7 de noviembre de 1983, Guatemala está bajo la dictadura del General Óscar Humberto Mejía Víctores. Para los guatemaltecos, la escena no es más que la ejecución de un comunista.

voso-tros mis amigos os digo: No temáis a los que matan el cuerpo y después no tienen ya más que hacer. Temed a quien después de haber dado la muerte, tiene poder para echar en el infierno. Sí, a este digo que temáis”. Los recuerdos de aquella misa se guardan ahora en una vieja grabadora de cassette que la familia de Augusto compró para recordar aquel día. Hoy, 46 años después de aquella fecha, esa grabación hace reflexionar a la hermana de Augusto, Graciela Ramírez Monasterio. “Mi hermano estaba leyendo su destino”, dice Graciela.

II. Carga la Cruz

III. Es traicionado por Judas, es arrestado

Corría el 18 de junio de 1967, día en el que Augusto Monasterio se convirtió en un sacerdote franciscano. Con el mejor acento español, la voz del joven de 30 años, resonó en la capilla de la iglesia de San Francisco en Teruel, España, donde leyó un trozo del evangelio que él mismo escogió para su primera misa. “En aquel tiempo dijo Jesús: Ante todo, guardados del fermento de los Fariseos que es la hipocresía. Pues no hay nada oculto que no haya de descubrirse y nada escondido que no haya de llegar a saberse”, leyó el nuevo sacerdote. Y continuó: “Y a

El junio de 1983 en Guatemala fue turbulento. Augusto tenía poco tiempo de haber llegado a ejercer como sacerdote en el país. Un año antes, el General José Efraín Ríos Montt había asumido la presidencia tras dar golpe de estado a su homólogo militar Romeo Lucas García. El gobernante de facto autorizó una amnistía de 30 días que conceptualizó en su discurso del 20 de junio de ese año: “La amnistía quiere decir perdón, la nación en aras de la unidad de la familia, pretende perdonar, quiere perdonar, está extendiendo su mano, la patria su abrazo, su regazo para que vuelvan a ella sus

26 El Retrovisor


Augusto Ramirez era el menor de nueve hermanos, creció en una familia católica.

Augusto Ramirez de seis años de edad junto a su amigo de infancia René Arguello.

hijos, aprovechemos la amnistía que quiere decir perdón”. El 17 de abril de 2013, durante el juicio por genocidio contra el General Ríos Montt, Alfred Kaltschmitt, director ejecutivo de la Fundación de Ayuda al Pueblo Indígena (Fundapi), defendió la amnistía que el entonces presidente promulgó: “La política de Estado había cambiado de una confrontación y guerra, a una de perdón, de amnistía, de reconciliación y reubicación de la población ixil”. Pero para los que estaban en contra de la represión que ejercía el gobierno de Ríos Montt, como Gustavo Meoño, exmilitante del Ejercirto Guerrillero de los Pobres (EGP) y hoy coordinador del Archivo Histórico de la Policía Nacional, la amnistía era solo “una trampa”. La idea de ser perdonado por el Estado se difundió en programas de radio y televisión. Y uno de los que escuchó las palabras de Ríos Montt fue Fidel, un líder guerrillero que militaba en la Antigua Guatemala. El 2 de junio de 1983, entró por la puerta de la iglesia de San Francisco en Antigua Guatemala para confesarse y ser amnistiado. Cuando terminó el mes del perdón estatal que ofreció Ríos Montt, el diario El Imparcial publicó en una de sus portadas: “Sólo 1 mil 857 subversivos se han acogido a la amnistía”. El discurso del general también cambió de tono. “Óiganme bien, guatemaltecos, vamos a combatir la subversión por los medios que quieran, totalmente justos, a la vez con energía y rigor”,

dijo en uno de sus programas radiales a finales de julio de 1983.

Viacrucis de un franciscano 1937 | 5 de Noviembre Nace Augusto Ramírez Monasterio en Ciudad de Guatemala. Es el menor de 9 hermanos y proviene de una familia religiosa.

1967 | 18 de Junio Es ordenado Sacerdote en Teruel, España.

1978 - 1983 Funge como superior y Párroco en la iglesia San Francisco El Grande, Antigua Guatemala.

1983 | 2 de Junio Es secuestrado en el Municipio de Parramos junto a un guerrillero y dos acólitos. Lo torturan en la base militar del Departamento de Chimaltenango.

1983 | 5 de Noviembre Viaja de Antigua Guatemala a la capital para celebrar su cumpleaños número 36 junto a su familia y amigos.

1983 | 6 de Noviembre Sale de la parroquia de San Francisco hacia la ciudad de Guatemala y es secuestrado en el trayecto.

1983 | 7 de Noviembre Su cuerpo aparece entre la Avenida Elena y Puente de El Incienso de Ciudad de Guatemala con nueve impactos de bala y señales de tortura.

2013 | 26 de Abril La Sagrada Congregación para la Causa de los Santos, emite un Decreto de Validez para el proceso de su canonización.

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IV. Es condenado a muerte Fidel se acercó con mucha desconfianza a la ventanilla del confesionario. Quería ser escuchado, pero temía que el sacerdote al otro lado viera su rostro. Había llegado a la iglesia de San Francisco el Grande en Antigua Guatemala buscando algo más que el perdón de sus pecados. Ese 2 de junio de 1983, el guerrillero buscaba alguien en quien confiar. Fidel llegó después de dos intentos fallidos por incluirse en el decreto de Amnistía que ofreció el General Ríos Montt en junio de 1983. “No nos aceptaban. Nadie nos quería oír, todos querían que fuéramos al cementerio”, narra 30 años después de aquel momento. La confesión se consumó, pero lo que Fidel le dijo al sacerdote se quedó ahí en esa especie de cofre impenetrable que la iglesia católica llama: “Secreto de Confesión”. El siguiente paso era llevar a Fidel a la alcaldía del pueblo para que se registrara entre los amnistiados. Sin embargo, el proceso se tornó complicado cuando el alcalde les explicó que Fidel necesitaba ir al municipio de Parramos, Chimaltenango, antes, para obtener su Cédula de Vecindad. Hoy Fidel guarda con recelo lo que confesó al sacerdote y se limita a recordar cómo ese sacerdote joven de cejas pobladas y labios gruesos también le ofreció su amistad. “El padre


me amó sin conocerme, porque él no era uno de nosotros”, dice refiriéndose a que su confesor no era militante de la guerrilla. V. Es ayudado por Simón el Cirineo a llevar la Cruz “Hay Padres que se cuidan la imagen y que no denuncian, puede ser porque tienen miedo, por cobardía”, concluye Sor Clemencia Morales, una de las monjas franciscanas que vivieron la guerra en Guatemala y amiga cercana de Augusto. Esa postura religiosa a la que hace referencia es la que adoptaron muchos curas ante la represión del pueblo indígena en Guatemala. Pocos sacerdotes se oponían al régimen, y uno de ellos era Augusto. La primera oposición abierta la hizo cuando los camiones del Ejército llegaron a La Antigua para reclutar a jóvenes y obligarlos a prestar servicio militar. Augusto se daba a la tarea de bajar a los patojos de los camiones y replicar que estos eran los que proveían para sus familias. Fue hasta 1968, cuando la Iglesia Católica sentó una postura respecto a la represión que vivían los países latinoamericanos. En la Segunda Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín, Colombia, la iglesia utilizó por primera vez el término “pobres y oprimidos” y fue en ese documento en el que se optó preferencialmente por estar del lado de los pobres. Quince años después de esa reunión, la iglesia guatemalteca elaboró su propia postura respecto a la represión. El 7 de junio de 1983, la Conferencia Episcopal publicó la carta pastoral Confirmados en la Fe, en la que condenaba las acciones del régimen y mencionaba términos como “hostigamiento” y “persecución”. La sangre de muchos sacerdotes corrió durante esa época. VI. Es flagelado y coronado de espinas Pocas veces Luis Quino de 11 años de edad y su amigo Antonio Molina de 19 –ambos acólitos del Padre Au-

gusto en La Antigua– se subían a un carro. Por eso, el 2 de junio del 1983 cuando el Padre los invitó a dar una vuelta en un BMW azul, aceptaron de inmediato. Esta vez, un hombre que ellos no conocían acompañaba al Padre. Era Fidel, quien recién se había confesado e iba en busca de su Cédula de Vecindad a la estación de policía de Parramos, en Chimaltenango, después de que el alcalde de Antigua se negara a incluir el nombre de Fidel entre la lista de amnistiados. Al llegar, el Padre les prohibió a sus acólitos bajar del carro y les advirtió sobre no revelar ni sus nombres ni sus direcciones. Él y Fidel entraron en la oficina. Ahí, el encargado de la estación les negó una vez más la cédula. El hombre acusaba a Fidel de ser un líder guerrillero y prófugo del Ejército. De inmediato, los militares que custodiaban la alcaldía los arrestaron a ellos y a los jóvenes que aguardaba en el carro. Los tres estuvieron en aquella oficina toda la tarde, sin saber la suerte de Fidel. Cerca de las ocho de la noche, escucharon su voz: “Mátenme a mí, pero a ellos déjenlos ir”, gritaba el guerrillero desde otro cuarto de la estación. En ese momento, los guardias vendaron los ojos de sus prisioneros y les amarraron las manos por la espalda. “Nos amenazaron y entonces sentí el fusil frío junto a mi cabeza. Comencé a llorar y solo esperaba el final”, recuerda Quino. Luego los subieron en el BMW azul y manejaron bajo la lluvia hacia otro lugar. En ese momento, Quino ya había reconocido que las botas de sus captores eran distintas a las de los policías. Eran militares. Cuando el carro paró, los militares separaron a sus prisioneros. A Quino y Tono los metieron en un hoyo en la tierra, donde había otras personas capturadas. Ahí pasaron la noche, sin saber nada sobre el Padre. Años más tarde, amigos cercanos al Padre –que se encargaron de curar sus heridas– les revelarían que este fue torturado, que los militares le ataron de manos y lo colgaron de una viga, que lo golpearon, lo desnudaron y quemaron sus 28 El Retrovisor

genitales con cigarros. La razón: Se había negado a revelar la confesión de Fidel. A la mañana siguiente, los militares liberaron a los jóvenes del hoyo y los llevaron de regreso al BMW donde el Padre los esperaba sentado en el sillón trasero. A Augusto lo habían obligado a firmar un documento en el que aseguraba no haber sido maltratado. Al salir de la base militar, los soldados los dejaron ir. VII. Es despojado de sus vestiduras La pesadilla que el Padre y los acólitos vivieron aquella noche no terminó al salir de la base militar. El mismo día que regresaron al pueblo, el Padre decidió guardar silencio sobre la tortura de la que había sido víctima. Lo primero que hizo fue deshacer el ruedo de las mangas de su sotana, con tal de que no se vieran los moretones y las quemaduras que le dejaron las cuerdas con las que estuvo colgado toda la noche. Los siguientes cinco meses, el Padre recibió amenazas telefónicas, persecuciones y comenzó a ser espiado mientras oficiaba misa. “El temía más por todos nosotros, los del grupo de jóvenes que por él. Nos hacía terminar temprano los ensayos de música y no nos salía dejar en su pick up amarillo, decía que ya no le daban para la gasolina”, recuerda Sandra de López, secretaria de la parroquia. Ni el boleto de avión que compraron sus familiares con tal de enviarlo a Costa Rica, ni los muchos consejos sobre dejar el país hicieron que Augusto renunciara a su parroquia. “Si Dios quiere, él sabe cómo me va a defender. Yo acepto lo que él me mande”, le expresó un día a Sor Clemencia, una de las monjas que era su mano derecha en el ministerio. VIII. Consuela a las mujeres de Jerusalén La suerte de Fidel no fue mejor que la de Augusto: los militares lo amordazaron, le dieron cientos de latigazos en la espalda y golpearon sus dientes


En 2005, la familia inició el proceso de canonización del Padre. Para ello, la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) exhumó el cuerpo.

Placa conmemorativa colocada en la tumba de Fray Augusto Ramirez en la Iglesia de San Francisco en La Antigua Guatemala.

con las empuñaduras de sus armas hasta que no quedó ningún diente en su boca. Cuando Fidel recobró la conciencia, despertó bañado en sangre y su cuerpo estaba cubierto de hormigas que ya habían comido parte de su piel. La suerte había jugado de su lado, sus torturadores lo dieron por muerto y había sido arrojado a la orilla de la carretera. Ahí un buen samaritano desató sus manos y le brindó su ayuda. IX. Cae por segunda vez Dos semanas pasaron antes de que Fidel pudiese volver a dar un paso. Cuando lo hizo, regresó a la iglesia de San Francisco el Grande a buscar a su amigo, no sabía si había corrido con su misma suerte. Lo encontró caminando por las calles con una cruz en las manos. Estaba celebrando la fiesta del Corpus Chris-

ti. Al ver a Fidel, Augusto cedió su lugar en la procesión donde cargaba la Custodia del Santísimo y se acercó a hablar con su amigo. Esa noche, ambos acordaron tomar distancia. Esa sería la última vez en la que Fidel vería a Augusto con vida. X. Su estirpe es perseguida Ana Morales es una historiadora que durante décadas intenta explicar a través de todo tipo de documentos el asesinato de su tío, el padre Augusto. En noviembre de 2002, Guatemala estaba por cumplir seis años de haber firmado la paz entre el Ejército y la guerrilla y de haber puesto fin a un conflicto armado de 36 años. Una tarde de aquel mes, Ana transitaba por la 5a calle y avenida Reforma de la zona 9 cuando un vehículo blanco se estacionó a su lado y de él se bajaron dos hombres que rompieron la

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ventana del asiento del pasajero de su carro y desde ahí la golpearon. “Seguí revolviendo esa mierda y te va a pasar lo mismo”, le dijo uno de sus agresores mientras le apuntaba con un arma. A partir de ese hecho Ana y su familia fueron intimidadas. Durante meses los siguieron en automóviles con vidrios polarizados y recibieron llamadas anónimas: “Queremos una charla del Padre Augusto”, le decían. La agresión contra Ana tiene muchas explicaciones, una de ellas es que fue la primera persona que solicitó información sobre su tío al Archivo Histórico de la Policía Nacional. Los especialistas han encontrado más de 300 folios sobre el sacerdote, entre los que figuran recortes de periódicos, la denuncia de su desaparición y hasta un comunicado de prensa de la policía. A raíz de las amenzas, la familia terminó firmando un documento donde prometen no proseguir la investigación judicial del asesinato, pero siguen confiando en la justicia divina: han aportado documentos para que el Vaticano prosiga los trámites de su canonización como Mártir de la Iglesia Católica. XI. Es sepultado

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1 -- EL Padre fue liberado en la intersección de la 8va calle y Avenida Elena de la zona 1 del centro de Guatemala. 2 -- Augusto logró cruzar ileso la Avenida Elena. En la esquina siguiente, Alicia, que esperaba el autobús que la llevaría a casa, vio la huida del Padre. 3 -- Lugar donde fue asesinado el Augusto Monasterio, 300 metros después de la intersección de la Avenida Elena.

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Corre el 8 de noviembre de 1983, miles de personas se abarrotan a la entrada de la Iglesia de San Francisco en Antigua Guatemala, todos quieren ser testigos de la ceremonia de


La exhumación determinó que el Padre fue torturado. Se encontraron laceraciones en distintos huesos, costillas y dientes rotos.

despedida de su sacerdote. Entonces, en medio del bullicio, resuena la voz del padre: “Lectura del Santo Evangelio, según San Lucas: …No temáis a los que matan el cuerpo y después no tienen ya más que hacer…”. Esta vez, la voz que se escucha, no es la de Fray Augusto Monasterio. Él yace muerto en el ataúd frente al altar de la iglesia, un día antes recibió nueve disparos. Entre la multitud hay un niño de 11 años, su nombre es Julio, quien escucha atento la lectura del Padre. Se siente asustado y confundido, en el ambiente hay muchas preguntas que no han sido contestadas y el miedo se contagia ¿Quién quería matar a un Padre tan bueno? El niño guarda en su memoria los momentos en los que se sintió más cercano al sacerdote, recuerda sus homilías, su trabajo cercano a los jóvenes, los paseos en los alrededores del pueblo en el pick up amarillo del párroco. ¡Que en paz descanse!, se escucha entre la multitud. Unos sollozan, otros se lamentan, otros llevan flores… Todos quieren despedirse del Padre. Treinta años más tarde, cuando pensó que había olvidado aquella escena, Julio encuentra un documental donde se mencionaba el nombre del aquel cura. Son informes policiales del Archivo Histórico de la Policía Nacional de Guatemala que narran cómo el cuerpo del Padre fue acribillado por supuestos desconocidos. Y se le hace imposible olvidar

Los forenses determinaron que el Padre recibió un tiro de gracia a la altura del cuello. Las fotos del proceso de exhumación son cortesía de FAFG.

la última frase que escuchó en el entierro: “No hay nada oculto que no llegue a saberse.” XII. Es descendido de la cruz Una semana después de que el Padre Augusto fuera asesinado, Alicia llegó, como todos los lunes a casa de Graciela a trabajar en las tareas del hogar. Unos días antes, Alicia había invitado a su patrona a la graduación de bachiller de su hijo y le extrañó no verla ahí. –¿Por qué no fue? –replicó Alicia a Graciela. –Porque el lunes pasado mataron a mi hermano en la Avenida Elena… – contestó sollozando. –… ¿En la Avenida Elena? ¡Yo estuve ahí! –Interrumpió Alicia, quien resultó ser testigo del asesinato– Yo le puedo contar cómo fue. Como en muchas otras ocasiones en la vida del Padre Monasterio, las coincidencias hicieron posible que Graciela y toda su familia supieran de primera mano cómo había ocurrido el asesinato. XIII. Muere en la cruz La última vez en la que el Padre Augusto fue visto por sus familiares fue el lunes 7 de noviembre, cuando regresaba de la casa de una de sus hermanas de camino La Antigua Guatemala. Ese día había sido muy especial, desde el sábado el Padre había estado 30 El Retrovisor

celebrando su fiesta de cumpleaños junto a los jóvenes de la Parroquia, quienes a primera se reunieron en frente al Santísimo para iniciar el día con una hora de oración. El domingo, después de oficiar la misa de las 10 de la mañana, el cura volvió a viajar a la capital. Esta vez, su familia le preparó un almuerzo especial de cumpleaños. Debido a sus compromisos en la iglesia, cerca de las cinco de la tarde, el Padre regresó a La Antigua para oficiar la misa de las seis de la tarde. “Ni se llevó sus regalos”, recuerda su sobrina Ana. El lunes 7, el cura salió de la Antigua Guatemala cerca de las cinco de la mañana. El plan era recoger a un sacerdote estadounidense que debía salir del país ese mismo día y llevarlo al aeropuerto en la capital. Pero el Padre nunca recogió a su colega. Lo que pasó después sigue siendo un misterio. XIV. La Resurrección Un hombre apenas consciente viaja en el interior de una patrulla. Aunque las heridas en su cuerpo, provocadas por la tortura de la noche anterior, no lo dejan razonar se percata de que está rodeado de agentes de la policía y tiene las manos atadas. Está desorientado. Al llegar a la Avenida Elena, se abre la puerta de la patrulla. Uno de sus captores le dice: “Andate, estás libre”.



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