9 No habrá ni rendimientos récord ni cifras inéditas de volumen cosechado para exportar. Pero la presente campaña de invierno en lo que a trigo se refiere está dejando a los agricultores contentos, más teniendo en cuenta lo que aconteció el año pasado. Entonces, cuando se estaban por levantar las casi 553 mil hectáreas del cereal, llegó la lluvia en abundancia afectando la calidad del producto y generando perjuicios económicos importantes para los productores. En cambio la presente zafra, con más de la mitad de la superficie ya trillada –que al decir de los expertos estará más cerca de las 400 mil hectáreas que de las 350 mil- “la calidad del grano es buena, el porcentaje de humedad es muy bajo y los rendimiento están sorprendido: son mejores de lo esperado, con un promedio que puede situarse por encima de los 3.400 kilos por hectárea”, dijo el director del Programa de Cultivos de Secano de INIA, Ing. Agr. Juan Díaz, quien dijo saber de rendimientos que llegaron, en algunos casos, hasta los seis mil kilos por hectárea.
“Tenemos muy buenos rendimientos, superiores a lo esperado. Producto de la ausencia de lluvias, se están levantando trigos con bajo contenido de humedad, lo que permite su almacenaje rápido sin problema. El temor está en el contenido en grano de proteína, que se ha diluido un poco, y por eso podemos estar por debajo del nivel requerido. De cualquier forma, no vamos a tener los problemas de brotado del año pasado, ni de peso hectolítrico bajo. Estamos frente a una cosecha interesante”, analizó el técnico del INIA. En similares términos se refirió el Ing. Agr. Gonzalo Souto, de la Oficina de programación y políticas agropecuarias del MGAP, que dijo al diario El Observador que lo único malo para el trigo “fue el conflicto de los camioneros con las empresas, que demoró algo el normal funcionamiento de las cosechas. Los trigos han tenido muy buenos pesos hectolítricos, el llenado del grano fue muy bueno en condiciones de tiempo óptimas y los promedios son de buenos a muy buenos, más de 3.400 kilos por hectárea”.
“Los rendimientos en el trigo están mejor de lo esperado hace un mes y medio, porque el llenado de grano fue muy bueno y van de 3.500 a 4.000 kilos por hectárea”, aseguró Carlos Foderé, director de Fadisol a El País. “Habrá que ver qué pasa con el grano que se cosechará al final, para ver si el déficit hícrico que estamos viviendo no afecta la calidad del producto”, advirtió Díaz. Lo cierto es que se espera que la producción final supere el 1,2 millones de toneladas, lo que permitiría colmar la necesidad de la demanda interna –unas 400 mil toneladas- y dedicar el resto a la exportación, fundamentalmente hacia Brasil, que se ha tornado en un ávido cliente del producto. Aunque no se descartaría que aparezcan otros interesados en el horizonte, teniendo en cuena las dificultades que se están dando en el mundo con la producción del cereal y que se reflejaron en el mercado a futuro de Chicago, donde el futuro del grano llegó a superar los U$S 300 por