En Europa, el 13% de la población adulta padece déficit grave de vitamina D. Osteoporosis, caídas y fracturas, resorción ósea son algunas de las consecuencias asociadas. Sin embargo, el déficit de vitamina D también está vinculado al desarrollo de enfermedades con sus consecuencias asociadas como son el Alzheimer, la depresión, la esclerosis múltiple, cáncer y diabetes, entre otras.
Las personas mayores de 70 años, principalmente institucionalizados, pueden considerarse como grupo de riesgo para padecer déficit de vitamina D. Los controles periódicos en pacientes de riesgo de padecer deficiencia de vitamina D cada día cobra más importancia así como las medidas preventivas.
Artículo del Dr. René de Lamar para Canarias 7 Salud.