Laboratorio y enfermedad. CASOS CLÍNICOS
También puede ser necesaria la realización de un drenaje articular (aspiración cerrada con aguja, artroscopia o artrotomía) esencial para disminuir la presión intracapsular que causa necrosis isquémica del cartílago y dolor, y además para eliminar bacterias, toxinas y proteasas (5). ARTRITIS VIRAL El mecanismo del daño puede ser por invasión directa del sinovio (parvovirus B19, rubéola y enterovirus), a través de la formación de complejos inmunes (hepatitis B y C, alfavirus) o virus latentes que producen disregulación inmune. El patrón clínico más frecuente es de poliartritis aguda simétrica, con compromiso de grandes y pequeñas articulaciones con distribución reumatoidea. Suelen acompañarse de un rash eritematoso, fiebre y malestar general. Las artritis virales son autolimitadas, no duran más de 4 a 6 semanas y se resuelven sin dejar secuela articular. Las más frecuentes son por Parvovirus B19, rubéola y asociadas a virus de hepatitis B y C. Hay que considerar siempre que el virus HIV puede asociarse a distintos tipos de artritis y manifestaciones reumatológicas (2). OTRAS OLIGOARTRITIS Descartadas las artropatías microcristalinas y las infecciones, nos deberemos plantear el resto de causas. En este grupo encontramos principalmente enfermedades autoinmunes: del tejido conectivo (lupus eritematoso sistémico LES, artritis reumatoide, enfermedad de Sjögren, polimiositis-dermatomiositis), Vasculitis y espondiloartropatías; también pueden ser debidas a sarcoidosis, artritis crónica juvenil, enfermedad de Lyme o por enfermedad neoplásica. En estos casos, serán los datos proporcionados por la anamnesis y por la exploración física la base para el enfoque diagnóstico inicial. La edad y el sexo de los pacientes ayuda en el proceso diagnóstico. La artritis reumatoide (AR) y las conectivopatías afectan preferentemente a mujeres jóvenes. En personas de edad avanzada la causa más frecuente de oligoartritis es la condrocalcinosis. El patrón de afección articular también es fundamental a la hora de orientar el diagnóstico. En la AR y las conectivopatías como el lupus eritematoso sistémico (LES) suelen afectarse, fundamentalmente al inicio de la enfermedad, las pequeñas articulaciones de las manos y de los pies, generalmente con un patrón simétrico y aditivo. En cambio, en las espondiloartropatías la artritis suele ser asimétrica y afecta con mayor frecuencia a grandes articulaciones de extremidades inferiores. La artritis intermitente, caracterizada por ataques recurrentes de artritis alternados con períodos en los que el paciente permanece asintomático, es típica de las artritis microcristalinas y del reumatismo palindrómico, si bien también puede observarse en la enfermedad de Whipple, artritis enteropáticas, enfermedad de Behçet, policondritis recidivante y en la artropatía asociada a infección por el virus de la hepatitis C. La sarcoidosis puede cursar también con oligoartritis de rodillas y tobillos, que se suele acompañar de eritema nodoso y/o adenopatías hiliares. Una inflamación periarticular de los tobillos, marcada y con eritema, debe sugerir esta causa. Al ser un grupo tan heterogéneo de enfermedades se realizarán las pruebas complementarias según este enfoque diagnóstico inicial (1).
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