no podía salir sin ayuda de otro mayor. Oficios
con que había nuevas maneras de dividir y de
diferentes, el del sabio y el del alumno, ambos
hacer análisis sintáctico. Pero lo más curioso
desarrollados durante los recreos.
de todo es que este espacio no solo me hizo
Tristeza fue la que sentí cuando después de
recordar, sino también pensar y aprender. Re-
haber terminado la primaria, mis padres me
cuerdo cuando me enseñaron fracciones en
cambiaron a un colegio que recién comen-
la primaria, pero no recuerdo haber compren-
zaba. Todos alumnos nuevos que provenían
dido del todo las operaciones. La enseñanza
de distintas escuelas y por distintos motivos,
que recibí para sumar, restar, multiplicar o
clases nuevas sin escritorios (era hasta que
dividir fracciones, en ese entonces, era mecá-
el colegio se “acomodara”), canchita de fút-
nica; “el de arriba con el de abajo, lo que da lo
bol (cuando te encontrabas con un cascote lo
ponés arriba y listo”, o algo así era el truco. Lo
tirabas al terreno baldío de al lado), algunas
importante era que te saliera la cuenta para
materias sin docentes (hasta que el colegio
pasar de grado. Y si, además, lo comprendías,
“consiguiera” uno), y mucha buena voluntad.
golazo de recreo. El asunto es que esta viven-
Lo cierto es que, a pesar de todo, lo terminé
cia me hizo pensar que, en realidad, en aquel
queriendo y agradezco haber pasado por ese
momento pasé de grado sin aprender a ope-
colegio y haber hecho los amigos que hice. El
rar fracciones. Y fue mucho tiempo después
cambio favoreció un cambio en mí.
que, en realidad, comprendí de qué se trataba.
Hoy, a mis treinta y siete años me encuentro
Es así que hoy me hago preguntas acerca
trabajando en una escuela ubicada en la pro-
de los tiempos del aprendizaje, de los tipos
vincia de Buenos Aires. Veintisiete años pasa-
de evaluación y su sentido, del sentido de “pa-
ron desde aquel 5° grado. Entre otras tareas,
sar” a la siguiente instancia, de la función de
colaboro en un espacio de apoyo escolar en
la escuela y del lugar del docente, del saber, de
las áreas de lengua y matemática. Con mucho
la formación y de la información. Y también
entusiasmo se me ocurrió que podría sumar-
acerca de otras tantas cuestiones que com-
me a estos espacios. Cómo no voy a poder
parto con quienes pensamos posibles futu-
ayudar, pensé, si yo ya hice la primaria, ya la
ros, futuros que seguirán dotando de nuevos
aprobé. No sin sorprenderme, me encontré
sentidos a nuestros pasados.
68 I Sarmiento en el Bicentenario de la Declaración de la Independencia