Uomo d'onore

Page 1



Uomo d’onore

Hugo A Vásquez E

Basado en El príncipe malvado de Hanz Christian Andersen


Basado en EL PRÍNCIPE MALVADO de Hanz Christian Andersen. Adaptado por Hugo A. Vásquez E para Fondo de Cultura Económica 2010.

Reservados todos los derechos.© Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo público. ISBN: 978-84-253-9163-7 Impreso en Colombia Por Ta ta ta Impresores. Agosto 19 de 2010. ©


e ic

d Ín

e

f a r íg

Ep

7 9

io c i In 21

s

e n r e

Vi 30

e l a in

F

o

t n a S


Uomo d’onore

6


e f ra

E

g í p il.

Abr

ves

to. San etrar si en

Jue de p más y il ma

y ifíc ino s d padr nario gnore á , i i m un ngu ar uro Il s 46 19 ay lug nte de ás sa York. re osc rio y h e m a b te No la m rino Nuev hom mis e mo e pad t e a n s u e d e s q el í, u nto n e lín od l es vélic es as ma ue e stas ara e n e a q e p i u i qu ollin por rror ribo que a est r e esc de z t m e o u i t o P ier nto as ue iqu n h ás cub or, ta ientr ida, p ni s con u es m a r ter nto m mi v ua y mete ada r n c me o po pas no se llini o e u m z d e u e. o t es t nd n P lun , cua o Do muer o v a m i l v co ue bre uro q seg e

d , 18



Uomo d’onore

9

Inicio D

on Puzzollini llegó a Nueva York en 1907. Con 12 años, Mario Piero Antonio Puzzollini era el pequeño más afortunado de la Sicilia, iba a conocer América, la tierra de la libertad, solo dos días después de que su madre y sus hermanas mayores fueran asesinadas en su pequeño rancho con olor a olio e formaggio. En aquel entonces era un muchacho siciliano analfabeta que empezó a mostrar un carácter terrible desde el mismo momento en que pisó la isla de Ellis.


Uomo d’onore

10

Mario creció en las calles neoyorquinas alimentado por matronas italianas y por familias pobres irlandesas, escocesas y españolas. Su vida fue la de un ladroncillo cualquiera hasta que cayó enfermo de fiebre tifoidea y la iglesia de La Nostra Signora dei Santi lo recibió en su orfanato. Allí aprovechándose de la natural simpatía que despertaba en las señoras y la confianza que le tenía el padre Michele comenzó una carrera delictiva que empezaba con pequeños robos a la caja de las limosnas y que continuaba con estafas al panettiere de la esquina.


Uomo d’onore

11


Uomo d’onore

12


Uomo d’onore

13

Su temperamento fuerte y agresivo empezó a mostrarse a los 17 años cuando decidió ir a las afueras de Nueva York con unos amigos del orfanato, salieron temprano cuando aun no salía el sol. Mario, Fredo y Testanera, - conocido así por su pelo tremendamente oscuro - fueron a un territorio abandonado cerca a los rieles del ferrocarril donde podían pescar y tomarse unos tragos cuando fueron descubiertos por unos irlandeses borrachos que quisieron robarles. Pero Mario los cogió a golpes con su vara de pescar y con ayuda de Testanera los golpeó hasta casi dejarlos muertos y les robó todo el dinero que llevaban después de una noche de atracos y timos. Mario llegó a los 18 años siendo todo un uomo y además con una pequeña fortuna que empezó a invertir a la italiana: uvas, quesos, tomates, harina y aceite de oliva importado para vender entre los nostálgicos vecinos.


Uomo d’onore

14

Pronto llegó a la prohibición y la crisis del 29 pero Mario supo sobrellevarlas, su temperamento a pesar de agresivo y fuerte era además calculador y ordenado con el dinero, así cuando las familias empezaron a vender sus negocios en quiebra, Mario los compró y montó pequeñas destilerías clandestinas que le generaban una renta tan generosa que le permitieron conocer y cortejar a Gigliola, la hija de un verdulero que había vendido a Mario su negocio. Gigliola era la mujer más encantadora de la Pequeña Italia, callada, trabajadora y con un cuerpo que las


Uomo d’onore

15

divas de la naciente industria del cine hollywoodense envidiarían, y desde el momento en que Mario la vio cayó enamorado de ella. El cortejo fue largo y complejo, a la manera italiana: Mario debía convencer al padre de Gigliola de que era el hombre para ella, debía respetar las tradiciones y ofrecer al padre la satisfacción de que podía sostenerla. Mario cumplía los requisitos y cuando se supo que ahora era el dueño de varios locales incluido el de Flavio Marcini, el padre de Gigliola, este no dudo en desposarla con este portento siciliano de apenas 19 años que ya se mostraba como un prospecto de señor italiano.


Uomo d’onore

16

Pero no todo era dulzura, Mario tenia ahora varias destilerías de las cuales ocuparse sin levantar sospechas de la ley y además tenía un nuevo problema, Don Vicenza, gánster de ascendencia italiana lo quería conocer y al parecer no con buenas intenciones pero a la primera conversación entre los dos hombres Mario mostró que era mucho más rudo que Don Vicenza y prácticamente lo invito a aliarse a él. Don Vicenza le enseñó todo del lavoro desde cuales rutas debía escoger para transportar el licor, pasando por los policías a los que debía subornare para que no se interpusieran, hasta cómo deshacerse de un enemigo, cosa que lamento cuando se hundió en el Hudson. Mario ya no sería más el simple ladronzuelo y contrabandista que era, ahora era el líder de una banda de “comerciantes” de prestigio en su barrio. La vida le cambió radicalmente, se convirtió en un líder natural, las señoras lo apreciaban, los hombres lo respetaban y sus nemeci le temían. Su fama crecía por su carácter amoroso con sus hijos y con las personas pobres, tan comunes en la Pequeña Italia y por los métodos que usaba para desaparecer a sus enemigos sin que nadie sospechara nada. Ahora era Don Mario Puzzollini, líder de la recién nacida famiglia del sur de Manhattan que se convertiría en una de las más grandes de Nueva York.


Uomo d’onore

17


Uomo d’onore

18


Uomo d’onore

19 Se fue a vivir a Long Island, a una casa tan grande que intimidaba a Gigliola que no se acostumbraba a los lujos y que como buena italiana solo pensaba en criar a sus pequeños, Carlo (Charlie como le decían todos) y Nicola (Nick, el menor de la casa y el mas americano, hablaba poco italiano y era menos amante de la tradición italiana). Sin embargo su familia no conocía los negocios de Don Puzzollini por lo que su centro de operaciones siguió estando en la Pequeña Italia. La vida no pudo ser mejor para Don Puzzollini, la bonanza de la guerra lo estaba haciendo aun más rico y poderoso, sus negocios crecían y aunque la prohibición había pasado y el licor se conseguía en todas partes, supo abrir sus horizontes hacia negocios como las drogas traídas del pacifico y la recientes relaciones entre Cuba y las famiglie de Nueva York. Sin embargo lo que no sabía Don Puzzollini era que su negocio era seguido de cerca por la policía, el FBI y el periódico The New Manhattan Herald y que pronto sentiría la presión de ser acorralado.


Uomo d’onore

20


Uomo d’onore

s e n r e i V nto a S nes Vier

to.

San

re, he de o d pa lpa atra o incu para 19 , á t 6 l s nte aie ue 194 llin cia q por ta las c a o z n r m le a Puz vide ía i nza a Don o la e s un d ente s come luzs e d e do liuni , hoy s, la g n qu e to zzol o o ió tod talian roces ce qu on Pu Nick i a p s. D ie y es s h los y la ora s ropa Charl umor e s h e l s s e , r l r una ijos ay ejo , el en sus m sus h o está nf erm r f alo n can stá co posa n muy e hele p reojo, s c a e i ni u e uentr re M ira de están os c d per se en el pa me m s me a de i n e que só co zzollin ombr y form este a r u h u c P s pta oh os ex Don ue su que n bí ace eríam . r a q e t b to oy ad , de sien raland , nunc editor FBI. r e aco escap de mi os del n que argo” n ma e c n o t e s “ ar e dej il.

Abr de

21


Uomo d’onore

22

D

on Puzzollini salió con Nick y Charlie temprano ese día, Testanera su consigliere los esperaba en la puerta del carro con su mejor traje italiano. Era un día importante, el Viernes Santo era la procesión mayor y Don Puzzollini no faltaba nunca, mamma Gigliola se había quedado porque se sentía débil y había mandado sus excusas al padre Michele que la conocía desde su matrimonio y era un importante concejero de la familia.


Uomo d’onore

23

Cuando llegaron al barrio Vecchio donde estaba la iglesia de La Nostra Signora dei Santi, Don Puzzollini se acercó con sus hijos donde el anciano padre y presentaron las excusas de la mamma, y se ubicaron en el atrio de la iglesia de donde saldría la procesión que recorrería toda la manzana. Sin embargo Biglieti un hombre de los que en la organización se conocen como soldati se acerco al don y mientras le ofrecía una naranja, le contó que había un periodista rondando y haciendo preguntas sobre él y sus negocios y que además había dicho cosas indebidas sobre él y su familia.


Uomo d’onore

24


Uomo d’onore

25

Don Puzzollini pensó un rato las cosas y decidió esperar al fin de la procesión para hacerse cargo del periodista, que había insultado su onore y el de su familia. La procesión transcurrió tranquila, Don Puzzollini con su andar pausado acompañado por sus hijos y dos soldati iba en una solemnidad que parecía más cercana a la tristeza que al duelo por el signore sulla croce pero que igual llenaba de respeto a todos los vecinos. Mientras esto ocurría, en la esquina de Marcini’s, una verdulería local, el periodista era interceptado por dos hombres italianos altos y robustos que lo llevaron a una pequeña pieza detrás de Marcini’s y le hicieron confesar a golpes que era lo que buscaba, Mientras su sangre brotaba el periodista buscaba la forma de escapar de ese lugar, hasta que vio una de las ventanas abiertas y decidió tirarse por ella. No era muy alta por lo que con las pocas fuerzas que le quedaban corrió o lo intentó, por el barrio Vecchio hasta llegar al atrio de la iglesia donde en ese momento se congregaba la gente.



Cuando la gente lo vio se armo un alboroto tan grande que varios hombres fueron por la policía mientras el padre corría a socorrer al herido. Lo entro a la iglesia, pero en ese momento noto que varios hombres encabezados por Don Puzzollini entraban tras él, varios iban armados así que el padre les grito que salieran de la iglesia con sus armas. No importaba que tan alto gritaba los hombres seguían avanzando y ya estaban a pocos metros. El padre Michele le suplicó que salieran pero este de la manera más clamada y cínica le dijo que era un asusto pendiente y que no debía darle espera.



Uomo d’onore

29

Don Puzzollini le pidió al sacerdote que no interviniera pero este se negó rotundamente, alegó que esa era la casa de Dios y que cualquier atropello a un ser humano en esa casa era una ofensa a Dios, sin embargo el don le seguía exigiendo la entrega del periodista y estaba empezando a perder la cabeza. Cada segundo que pasaba se veía en la cara de Don Puzzollini la cólera que le producía la intromisión del sacerdote. -Appiccano fuoco sulla Chiesa – Grito Don Puzzollini y agregó solemnemente: - Si su santidad quería ser mártir le vamos a dar la oportunidad. Don Puzzollini excitado por el fuego y mientras la gente corría llena de temor empezó a gritar: - Sono piú possente che Dio – Y mientas gritaba no se dio cuenta de que varias patrullas de la policía lo rodeaban y que agentes del FBI lo esposaban, solo podía pensar en la cantidad de poder que tenia y el control que tenia sobre todos y todo.


Uomo d’onore

30

Finale

E

l padrino de la Famiglia Puzzollini, Don Mario Piero Antonio Puzzollini, murió recluido y sin honor en una prisión de máxima seguridad de un paro respiratorio, sus restos fueron echados en una fosa común del cementerio de Stanten Island. Nadie antes de él había sido tan malvado, nadie antes de él se había enfrentado de frente a Dios y la Iglesia, los demás mafiosos consideraron que su locura era el producto de la ambición y que Dios lo había castigado con una muerte deshonrosa por no respetar su casa.


Uomo d’onore

31



Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.