En esta investigación se reconoce que la pobreza es un fenómeno complejo, multifacético y heterogéneo, difícil de definir, de explicar y de medir satisfactoriamente, que resume una situación de privación, exclusión social y vulnerabilidad. Privación, porque los individuos no disponen de ingresos ni de
activos
suficientes
para
satisfacer
sus
necesidades
materiales
elementales de alimentos y vivienda, ni de acceso a los servicios sociales prestados por el Estado; y, desde una perspectiva más amplia, a las oportunidades. Exclusión Social, porque no poseen ni la voz, ni la organización, ni la representación, ni el acceso directo al poder político para cambiar la situación por sí solos; no pueden participar en el ejercicio de sus derechos ciudadanos y viven procesos discriminatorios que erosionan la cohesión social. Vulnerabilidad ante crisis o choques de diferente naturaleza, que incluyen enfermedades, crisis económicas, guerras y violencia, inseguridad personal y desastres naturales. Existe una amplia causalidad entre las tres dimensiones. La pobreza tiene sus raíces en la desigualdad y, para entenderla, es necesario conocer de cerca los procesos de empobrecimiento.
Desde nuestra visión, la pobreza se defina como una condición humana, que resulta de políticas y prácticas de exclusión social que impiden a los seres humanos el goce de una vida digna, caracterizada por la sostenida y crónica privación
de
ingresos,
bienes,
recursos,
patrimonio,
capacidades,
oportunidades, opciones, seguridad y poder; todo ello impide a las personas el pleno goce de sus derechos, tanto económicos, políticos, sociales y culturales. En fin, la pobreza es la negación de los derechos humanos, y se relaciona íntimamente con la desigualdad y la exclusión social.
La definición de pobreza y la identificación de sus principales causas son importantes porque de allí se derivan las estrategias para reducirla o 142