© Publicación digital CELA
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Estamos así en lo nuclear mismo del antropólogo, empeñado en lograr una captación totalista del hombre. Deja con gusto los reduccionismos de visión -el mirar puramente lo social, o lo psicológico, o lo económico- para encontrarse en una “observación participante”, total con el palpitar de la vida. Hombre de los hombres para los hombres, el antropólogo está abocado vitalmente a está cita callada y plena con el “símbolo de la condensación”. SIMBOLISMO, RITUAL Y RELIGIÓN 5