Sentido, coherencia, poética, sensibilidad y equilibrio, definen el sonido del barcelonés Nühn. Sobre una bruma, misteriosa e invernal se suceden los temas de este ‘The Fighter’ -que ha publicado Bad Panda- y en el que nos sumerge en las nebulosas y cósmicas entretelas de un trabajo personalísimo, oustider y bello -con fuerte influjo jamesholdiano- que, sin duda, seducirá a los que buscan sensaciones electrónicas ajenas, a priori, a la pista baile. Fuera de nuestras fronteras ya están flipando con él, no es de extrañar. Texto: FERNANDO FUENTES
Alo Julio, creo que hay cuatro palabras que definen tu sonido: sentido, coherencia, poética y sensibilidad. ¿Cuál más aportarías tú? En principio esas cuatro palabras que dictas son lo que generan mi vida, no sólo en la música, va más allá, y me definen completamente. Yo aportaría una más: equilibrio. Para mí el equilibrio lo es todo, es la base de todo principio y final, incluso principio y fin es algo totalmente equilibrado. En mi música se refleja también. Sobre una especie de bruma sintética permanente, a la islandesa, van cayendo, cuales hojas de árbol en otoño, los temas de este ‘The Fighter’ a través del cual lo llevas todo hasta un punto más allá de Boards of Canada, Múm o incluso de Burial o Kode9. ¿Son estas tus principales referencias sonoras en este momento? Me encanta esta pregunta. He tenido innumerables influencias y a todas les he intentado arrebatar la esencia o al menos un ápice de ella, pero siempre he fracasado en el intento. Debe ser cosa de mi carácter y personalidad que no me ha permitido, en mi opinión, parecerme a nadie en concreto y semejanza absoluta. Pero sí, Burial, Boards y Múm son referencias mías de hace tiempo. Todo lo que sonara con aspecto orgánico me resultaba irresistible: Four Tet, Apparat, Bonobo, Clark… Y la lista sería interminable, Nicolas Jaar, etc.
“A mí la música me arde dentro del estómago...”.
¿Qué tiene, concretamente, Islandia que tanto te apetece en lo sonoro? Son sus raíces, es increíble cómo han adaptado esa folklore vikinga al rock contemporáneo, el pop o la electrónica. Desata en ellos un potencial de talento sostenible y equilibrado ante todo estilo musical, me apasiona mucho, sí. Mucho talento de raíz, luego vendrían los ingleses como referencia de su base artística y legado. Tu sonido es permanentemente brumoso, misterioso, invernal... ¿cómo logras ese efecto que
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consigue que cuando escuchamos tu música parezca que estamos rodeados de nieblas perennes? Debo confesar que durante los meses invernales estoy más inspirado y es la estancia del año donde soy más productivo, quizás por eso. La Navidad me gusta mucho. He visto grandes producciones musicales hechas durante el invierno y todas me han parecido impresionantes, por decir una ‘Winter’ de Aril Brikha. Y estoy convencido que a los islandeses también les pasa.
“Debo confesar que durante los meses invernales estoy más inspirado y es cuando soy más productivo...”. Vamos a curiosear. ¿Con qué maquinas y hardware trabajas en estudio? ¿Y en directo? Pues, no te lo vas a creer, para directo sólo tengo un laptop y una lanzadera de loops, un launchpad. Y en el estudio me basta con un Windows XP y un teclado sencillo, sí es cierto que mi software del 2006 es muy completo y me proporciona ese sonido del piano que abarca todo el disco ‘The Fighter’. Para grabar las voces lo hago con el garage-band del Macbook soltando la voz sobre el teclado en rec. Te preguntarás lo del Macbook y el Windows, pues es que el soft lo instalé cuando sólo tenía el PC viejo y, la marca no te permite hacerlo en otro sistema informático. Soy un desastre para la maquinaria de estudio y directo lo reconozco, pero es cierto también que no soy un materialista y sí con eso sólo tengo bastante, pues ya voy tirando. Para este año saldrá un álbum en una discográfica de UK -Touched Music- y necesitaría a parte de más componentes formando lo que vendría siendo la “Nühn band” mucho más aparataje e instrumento, como sintetizadores, guitarras eléctricas y batería. Todo para poder poner en escena ese disco.
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