EL UNIVERSAL

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VIERNES 11 DE MAYO DEL 2012 EDITORIAL

POLÍTICA

A votar el 20 de mayo

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ueva vez los dominicanos tienen una cita con la democracia. Es una nueva oportunidad de acudir a las urnas para decidir quién será el próximo presidente de la República. El domingo 20 de mayo es la fecha escogida. Es el día de la verdadera encuesta, el día en que se expresará la voluntad popular. Es lo que se supone debe ser, es de lo que se habla y se promueve en estos días. Es la esencia del libre albedrío político y el mandato legal establecido en la Constitución y las leyes. Todo el que tenga la edad requerida y cumpla los requisitos establecidos por la ley, está en el deber y puede ejercer su derecho a votar por el candidato de su preferencia. Fuera de lo que ocurre a lo interno de los partidos políticos, donde sus dirigentes se pelean entre sí por los puestos de dirección y algunos hasta olvidan la ética y la prudencia, cada ciudadano tiene una responsabilidad, un deber consigo mismo, con su familia y con el país. Cada ciudadano es parte importante del pueblo soberano que elige a sus gobernantes para que dirijan y administren sus recursos. Este proceso electoral, igual a otros, ha estado matizado por las acusaciones y contraacusaciones de siempre, y han llovido las promesas de castillos en el aire y nubes de algodón. Nada nuevo. Aunque tampoco es nuevo, sí preocupa la pasión desenfrenada de algunos fanáticos que ignoran todo respeto y moderación, porque actúan de espaldas a la libertad y la democracia que promueven. Son precisamente esos actos los que empañan cualquier expresión democrática y crean incertidumbres innecesarias. Ya solo faltan algunos días para que termine la campaña y es justo que todo militante o simpatizante partidario, sea cual sea, coadyuve a lograr un final feliz. Es fácil, sencillo; solo es asunto de sensatez y un poco

de respeto al derecho ajeno. La responsabilidad de coadyuvar a preservar el orden y el respeto no solo es de los electores, sino también de los candidatos y sus colaboradores, y también de las autoridades, pero muy especialmente de la Junta Central Electoral, entidad que tiene en sus manos el control del proceso. Es triste pero real, que por más que se pretenda establecer controles lamentablemente hay compradores y vendedores de conciencia que “ignoran” la importancia y el poder de un voto. Relegan la prerrogativa constitucional de elegir a un acto de venta por un precio de vaca muerta. Son actuaciones propias de un sistema político y social creado adrede, precisamente para estos momentos en los que el voto que podría definir un triunfo presidencial se compre con un pote de ron, un par de hojas de zinc, el costo de una receta o un par de raciones alimenticias. Esa es la realidad que genera las deficiencias en la educación, el desempleo, la corrupción y la inseguridad, parte de los elementos que caracterizan al modelo de desarrollo imperante, cuya base fundamental es hacer al rico más rico y al pobre más pobre. De todos modos, es preciso ejercer del derecho al voto este próximo 20 de mayo. Hay que cumplir esa responsabilidad ciudadana, al menos para estar dentro del orden institucional y además, para sentir la satisfacción del deber cumplido. Recuerde que el próximo presidente de la República, para que pueda ostentar el poder con legitimidad, debe ser escogido por la expresa voluntad de la mayoría y gústele a usted o no le guste, esa voluntad hay que respetarla. Esta afirmación categórica encuentra su mayor sustento - y aquí es donde la Junta Central Electoral debe prestar más atención - en una frase célebre del padre de la dominicanidad, Juan Pablo Duarte: “Toda autoridad no constituida con arreglo a la ley es ilegítima, y por tanto, no tiene derecho alguno a gobernar ni se está en la obligación de obedecerla”.

Transfuguismo oportunista

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Fernando Rodríguez C.

l transfuguismo partidario es un fenómeno que siempre ha existido en la política vernácula, pero nunca, como ahora, se había practicado con tanta profusión y celebración de quienes acogen en sus agrupaciones políticas a los desertores de las entidades contrarias como héroes dignos de grandes recibimientos sin importar sus condiciones morales o antecedentes penales. Esto se explica por la inversión de valores que predomina en nuestra sociedad ya que lejos de ver a los tránsfugas como traidores, se les rinden pleitesías propias de quienes han realizado una noble y loable hazaña. En esto, caen tanto el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) como el de la Liberación Dominicana (PLD). No pasa un día sin que los medios de comunicación reseñen la juramentación o integración de reformistas a la campaña de Danilo Medina o del ex presidente Hipólito Mejía o de perredeistas en el PLD o peledeistas en el PRD porque saben que ambos constituyen una opción de poder y por eso saltan de un lado a otros como saltimbanquis. La motivación principal de los tránsfugas es el oportunismo aunque, en ocasiones, influye el maltrato de sus compañeros de partido como sucedió con Rafael Calderón que se fue del PRD al PLD, y el de Víctor Gómez Casasnova quien pasó de la secretaría general del Partido Reformista al PRD. Ambos salieron premiados con una senaduría y una diputación, respectivamente. Un caso notorio fue el del General retirado Zorrilla Ozuna, ex Jefe del Ejército en el gobierno de Hipólito, quien se convirtió en un fogoso activista de la reelección, a tal punto que fue filmado por los periodistas regalando sobres con dinero en la campaña reeleccionista. Luego fundó su propio partido desde

cuyas tribunas lanzó improperios y descalificaciones contra el Gobierno peledeista, a cuyo candidato hoy apoya sin sonrojo. También llamó la atención del electorado, por el show mediático que se montó, el salto que dieron el convicto Luis Ynchausti y la polémica Taína Gautreau, viejos dirigentes del PLD quienes fueron ignorados por el candidato presidencial del partido morado y su equipo, desestimando las ofertas de estos para integrarse a la campaña política de su partido y, despechados, pasaron a apoyar a Hipólito Mejía. En ambos casos, los desertores entienden que la agrupación a la que se acercan, a última hora, constituye una opción de poder y eso es lo que importa, porque si fuera, como alegó Taína Gautreau, que se marchó del PLD por razones morales, no se hubiera integrado al otro gran partido del sistema cuyo gobierno no fue, precisamente, un ejemplo de moralidad ni de buenas políticas económicas. A propósito de moralidad, es difícil entender el recurrente discurso del candidato Hipólito Mejía contra la corrupción y sus intenciones de combatirla cuando recibe como héroes a personas como Luis Ynchausti y a José Enrique Sued, el primero condenado por corrupción y el segundo sometido a la justicia por el mismo motivo en la ciudad de Santiago. Pero además, anda orondo haciendo campaña junto al cuestionable senador y ex presidente de la Liga Municipal Dominicana, Amable Aristy Castro, varios de los sindicalistas condenados por el desfalco del plan Renove y uno de sus intocables ideólogos, y, como siempre, en su avanzada, el intrépido hombre fuerte de la “Pepe Card”, de tan triste recordación para el pueblo dominicano. ________________ El autor es periodista

LITERATURA Cara de luna Brenda Aracena

brenda.aracena@hotmail.com

De noche te asomas por mi ventana y me haces recordar aventuras pasadas, iluminas mi alcoba por largas horas, y te alejas al mirar que por tu presencia mi alma llora. Tu rostro resplandece y me irradia gran fulgor, y tus rayos de luz me hacen añorar un gran amor; cada noche me visitas muy fugaz, yo quisiera que vinieras y no te vayas jamás.

El amor entró una noche por mi ventana lleno de inquietud, y volvió a irse de prisa porque te lo llevaste tú, cuanto dolió esa despedida, y aún duele más cada noche tu regreso porque nunca traes contigo el amor que tanto anhelo. La autora es comunicadora social


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