¡Y tú creías que sabías amar!

Page 9

¡Dios mío, como se humillaba la madre para evitar un estallido de violencia! —¡Hola! Me dijo David. Regresé de la otra dimensión y me di cuenta de que estaba con él y que tenía delante una infusión que se había quedado helada. A continuación pasé a relatarle, con todo lujo de detalles, el resultado de mi análisis. Y es que después de tantos años de investigar en vidas ajenas, era capaz de describir con absoluta precisión el carácter de una persona y los pormenores de su vida después de unos minutos de observación. —¡Soy increíble! —pensaba yo, muy orgullosa de mí misma. —¡Yo no siento que tú me quieras!—exclamó de sopetón mi marido, cuando acababa de mostrarle mis dotes de “videncia”. Me quedé estupefacta. —Lo que más te gusta de mí es que siempre te escucho, pero no te interesa mi opinión —continuó—. No te interesan mis cosas. No quiero reprocharte nada pero creo que es importante que sepas como me siento porque tengo la sensación de que crees que conoces mucho a la gente, pero a mí no me conoces. Yo estaba desolada. Como si me hubieran sacado del cuerpo y me hubieran dejado en un lugar que desconocía por completo. Él llevaba mucho tiempo pensando de esta manera y yo no me había dado cuenta. ¿Cómo era posible que hubiera estado tan ciega? Me sentía avergonzada de haber presumido tanto de mi empatía y mi talento para comprender el alma humana, cuando la realidad era que ni siquiera era capaz de ver lo que estaba sintiendo la persona que tenía a mí lado. ¡Y yo creía que sabía amar…! 14


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.