Háblanos de Taco, tu chiguagua. ¡Ay, mi Taco! Es lo máximo. Lo tengo desde hace seis años, me lo compré en Concepción (cuando estaba en la Universidad). Para mí, él es mi hijo, mi amigo, mi compañero, mi mamá, mi papá, es todo, ¿cachai? Jajajá. Yo sé que tengo una relación totalmente disfuncional con el perro, lo tengo clarísimo. Tengo claro que no es una persona, pero para mí lo es. Quizá se va a morir antes que yo y voy a sufrir mucho, mucho. Él ha estado en etapas súper importantes de mi vida, ¿cachai? Es como un compañerito. Es un personaje total: Yo le hablo, le compro su ropita y todo. Está tan humanizado, que lo único que le falta es hablar. Yo le entiendo todo, todo. Le veo la cara y sé lo que quiere. Tiene sus códigos para decirme lo que quiere. Tenemos una conexión tremenda, tremenda.
¿Y cómo es tu relación con ido acostumbrando y lo encuentra hasta bien, ¿cael chocolate? Soy adicta desde chica: En el colegio me compraba luca en chocolates y para mí las clases eran comer chocolate. No podía pasar un día en que yo no comiera chocolates, porque me dolía la cabeza, ese nivel. O sea, adicta, adicta. Pero bueno, por lo menos soy adicta al chocolate y no a otras cosas… Todo bien.
¿A qué se debe el nivel de cercanía con tus fans? Cuando entré al programa (“Calle 7”), me hice un compromiso a mí misma. Por ejemplo: La niña que está ahora (Muriel Martin) no se mete nunca a Twitter y digo “chuta, qué raro” si esa es la pega. Mi pololo me criticaba harto y me decía “ya po, suelta el teléfono”, pero ya se ha
chai? Las redes sociales me trataron muy bien, siempre. Yo sentía que el sello de mi dual era la cercanía con la gente. Eso me hizo exitosa en lo que hice. No es como cuando pusieron a la Catita Vallejos, porque ella es muy querida y ya partía con una base, no como yo, que nadie me conocía y tenía 30 seguidores en Twitter, ese nivel.El tratar de indagar lo que quieren está impreso en mi código genético por la sicología. Es una generación totalmente diferente a la mía, entonces no sabía lo que querían ver y escuchar. Ahí nace la necesidad de conectarme más con ellos y saber cuál es el mundo de ellos.
Nuestro contacto no era sólo lo que duraba el programa, sino que ellos sabían que podían contar conmigo. Antes contestaba todos los días y a cada rato, pero ahora para no llenar tanto el inicio de Twitter de mis demás seguidores, respondo más moderadamente.
¿Estás a favor de algún movimiento? Con el movimiento estudiantil no me voy a meter mucho, encuentro que hay muchas posturas y es como súper personal. Obviamente siento que debiera existir una igualdad, pero también por otro lado, el mundo está así. Por ahí tengo mis contradicciones. Pero no estoy ni ahí con la política y esas cosas. No me gusta la política ni tampoco hablar de temas sin saber. Para tener mi