CRISTIANISMO
VIDA
EN PROGRESO
5 consejos para tratar con personas difíciles Ya sean familiares o extraños, hay personas que son más difíciles de manejar que otras. Afortunadamente, la Biblia tiene mucho que decir acerca de cómo tratar con gente difícil.
A
unque la Biblia nunca usa la frase gente difícil, es claro que habla mucho acerca de ellos. Los aspectos más complicados de ese tipo de personas están divididos en dos grupos: Enemigos y necios. Los enemigos son personas que se oponen y son hostiles hacia nosotros. Los necios incluyen a las personas que se oponen y son hostiles hacia Dios, y que pueden ser inmunes a la razón. Ahora, para ser claros, no toda persona que no sea de nuestro agrado o que nos plantee dificultades en nuestro trato con ella se convierte automáticamente en un enemigo o un necio, y sería una idea terrible actuar bajo esa suposición. Pero los enemigos y los necios son personas absolutamente difíciles. Al examinar lo que dice la Biblia acerca de estos dos grupos, podemos extraer algunos principios valiosos acerca de cómo tratar con la gente difícil en general. (Además, nos ayuda a asegurarnos de que nosotros mismos no estemos comportándonos como una persona difícil.)
Es fácil enojarse cuando estamos interactuando con personas que ven el mundo de manera diferente a como nosotros lo vemos, pero esa ira no logra nada. Desde luego, no cultiva “la justicia de Dios” dentro de nosotros, y por lo general enfadarse sólo empeora las cosas: “La blanda respuesta quita la ira”, dice Salomón, “Mas la palabra áspera hace subir el furor” (Proverbios 15:1). Sabiendo eso, Santiago nos dijo que hay que ser “pronto para oír”. Es fácil asumir que sabemos cómo es la otra persona, pero las personas somos criaturas complicadas. Cada persona tiene sus motivaciones, y si nos tomamos el tiempo de escuchar y hacer preguntas en lugar de apresurarnos a sacar conclusiones, por lo menos podríamos empezar a entender por qué una persona está siendo difícil. Este paso requiere que tengamos paciencia y que dejemos de concentrarnos en lo que nos está molestando y pensar en lo que le molesta a la otra persona. Es posible que no estemos de acuerdo con los puntos de vista de la otra persona, pero no es necesario que lo estemos. La comprensión es lo importante de todo esto.
1. Escuchar más; hablar menos.
2. Buscar maneras de ayudar.
Pero primero, analicemos un consejo que el apóstol Santiago nos da: “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:19-20). Aunque es importante tener esto en cuenta durante cualquier interacción social, es especialmente importante cuando nos encontramos con personas difíciles.
VidaEsperanzayVerdad.org
Una vez que tenemos esa comprensión, Salomón nos muestra qué debemos hacer con ella: “Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, y si tuviere sed, dale de beber agua; porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, y el Eterno te lo pagará” (Proverbios 25:21-22). Hay una discusión acerca de lo que significa “ascuas” en este versículo —vergüenza, indignación, juicio, retribución divina— pero el punto principal aquí es que
DISCERNIR
25