Capítulo 3 - La Raíz Humana de la Crisis Ecológica

Colección Elementos Importantes Sobre Laudato Si' Capítulo III “La Raíz Humana de la Crisis Ecológica”

Se hace necesario reconocer la raíz humana de la crisis ecológica en tres líneas de reflexión: el paradigma tecnocrático, el lugar del ser humano y su acción en el mundo.

La tecnología: Creatividad y poder: Somos herederos de dos siglos de muchos avances y reconocemos las bondades de tales avances en los diversos campos de la técnica, puesto que “la tecnología ha remediado innumerables males que dañaban y limitaban al ser humano”, la tecnología es capaz entonces de producir belleza. El conocimiento tecnológico es también poder, la pregunta es ¿en manos de quiénes está y puede llegar a estar tanto poder? Es peligroso que este poder resida en una pequeña parte de la humanidad. Es necesario crecer en los límites de cara a la responsabilidad y los valores de la conciencia, puesto que “la posibilidad de que el hombre utilice mal el poder crece constantemente”.

El ser humano no es plenamente autónomo, su libertad se enferma cuando se entrega a las fuerzas ciegas del inconsciente, de las necesidades inmediatas, del egoísmo y la violencia.

La globalización del paradigma tecnocrático: la problemática es la siguiente: El modo como la humanidad, de hecho, ha asumido la tecnología y su desarrollo junto con un paradigma homogéneo y unidimensional.

El sujeto se ubica ante lo “informe” (los bienes de la tierra, la materia) como algo totalmente disponible para su manipulación. No se desconoce el hecho de que la intervención humana en la naturaleza siempre ha acontecido, pero fue en términos de “acompañar” de plegarse a las posibilidades que ofrece la misma, como tendiendo la mano. Ahora lo que interesa es “extraer” todo lo posible por imposición de la mano humana. Se pasaría así a la idea de un crecimiento infinito o ilimitado que ha entusiasmado a economistas, financistas y tecnólogos a suponer la disponibilidad infinita de los bienes del planeta que lleva a estrujarlo al límite y más allá del límite. Esto demuestra que el ser humano y las cosas han dejado de tenderse amigablemente la mano para pasar a estar enfrentados. En otras palabras, la técnica tiende a que nada quede fuera de su férrea lógica, de hecho, la capacidad de decisión, la libertad más genuina y el espacio para la creatividad alternativa de los individuos se ven reducidos.

El paradigma tecnocrático: es cuando la economía asume todo desarrollo tecnológico en función de los intereses y utilidades, sin prestar atención a eventuales consecuencias negativas para el ser humano. Por eso vale la pena tomar en serio la afirmación de que el mercado por sí mismo no garantiza el desarrollo humano integral y la inclusión social. Esto demuestra el contraste que existe entre el superdesarrollo derrochador y consumista con la persistente miseria deshumanizadora. Y así la vida pasa a ser un abandonarse a las circunstancias condicionadas por la técnica, entendida como el principal recurso para interpretar la existencia, cuando “la realidad es superior a la idea”. #111: Es clave reconocer que la cultura ecológica debería ser una mirada distinta, un pensamiento, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conforme una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático. Hay un sentimiento de desesperanza en un futuro feliz, la humanidad se ha modificado profundamente y la dirige a una sola dirección, se hace difícil detenernos para recuperar la profundidad de la vida. #114: Lo que está ocurriendo nos pone ante la urgencia de avanzar en una valiente revolución cultural.

Crisis y consecuencias del antropocentrismo moderno: Esta corriente coloca la razón técnica sobre la realidad, debilitando el valor que tiene el mundo en sí mismo. Por eso, ha llegado el momento de volver a prestar atención a la realidad con los límites que ella impone. Recordemos que la forma correcta de interpretar el concepto del ser humano como “señor” del universo consiste en entenderlo como administrador responsable. #117: (Elemento de la inclusión) “Cuando no se reconoce en la realidad misma el valor de un pobre, de un embrión humano, de una persona con discapacidad, difícilmente se escucharán los gritos de la misma naturaleza”.

Todo está conectado.

No se puede prescindir de la humanidad, no habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano. No hay ecología sin una adecuada antropología… No podemos pretender sanar nuestra relación con la naturaleza y con el ambiente sin sanar todas las relaciones básicas del ser humano. Hemos de valorar la apertura a un “tú” (un prójimo, la naturaleza) y al “Tú” (Dios), apertura a la dimensión social humana y a la dimensión de lo trascendente.

#120: Dado que todo está relacionado, tampoco es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto.

Es importante reconocer que no debe buscarse que el progreso tecnológico reemplace cada vez más el trabajo humano, con lo cual la humanidad se dañaría a sí misma.

Innovación biológica a partir de la investigación: La experimentación con animales sólo está permitida si se mantiene límites razonables, todo uso y experimentación exigen un respeto religioso de la integridad de la creación. Una intervención legítima es aquella que actúe en la naturaleza “para ayudarle a desarrollarse en su línea, la de la creación, la querida por Dios”.

Puesto que la técnica separada de la ética difícilmente será capaz de auto limitar su poder.

Diaconía de la Prevención, del Cuidado e Intergeneracional Carrera 24 Nº 3 – 60 Teléfono: (2) 5577804 Celular: 322 – 305 96 58 E-mail: laudatosicali@gmail.com www.arquicali.org www.comisionarquidiocesanavjp.org

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La necesidad de preservar el trabajo: Una ecología integral debe integrar el valor del trabajo. Es la intervención humana que procure el desarrollo de lo creado, esa es la mejor forma de cuidarlo. Nos edifica en esto San Benito de Nursia que combina la oración y la lectura con el trabajo manual (ora et labora, rezar y trabajar). Esta manera de vivir el trabajo nos vuelve más cuidadosos y respetuosos del Medio Ambiente, nos impregna una sana sobriedad en nuestra relación con el mundo.

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La cultura del relativismo: es el relativismo práctico, cuando el ser humano se coloca a sí mismo en el centro termina dando absoluta prioridad a sus conveniencias circunstanciales y todo lo demás es relativo (irrelevante es todo lo que no sirve a los propios intereses). Esta cultura relativista impulsa a la cultura del descarte. Esta cultura relativista es la misma lógica que lleva a la explotación sexual de los niños, el abuso de los ancianos que no sirven a los propios intereses, es la lógica del “usa y tira”, es el deseo desordenado de consumir más de lo que realmente se necesita.