UNÁNIMES 48

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UNÁNIMES

VIDA FRATERNA EN COMUNIDAD, NO. 2 b. CONGREGACIÓN PARA LOS IVC Y SVA

Domingo 22 de noviembre de 2009 Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey de Universo Juan 18, 33b-37 33

Pilato volvió a entrar en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: «¿Eres tú el 34 rey de los judíos?». Jesús le respondió: «¿Dices esto por ti mismo u otros te lo han 35 dicho de mí?». Pilato explicó: «¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho?». 36 Jesús respondió: «Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de 37 aquí». Pilato le dijo: «¿Entonces tú eres rey?». Jesús respondió: «Tú lo dices: yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz».

Domingo 29 de noviembre de 2009 I de Adviento Lucas 21, 25-28.34-36 25

Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. 26Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán. 27Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria. 28Cuando comience a

suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación. 34 Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes 35como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra. 36Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante del Hijo del hombre.

Domingo 6 de diciembre de 2009 II de Adviento Lucas 3, 1-6 1

El año decimoquinto del reinado del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba la Judea, siendo Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Felipe tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, 2bajo el pontificado de Anás y Caifás, Dios dirigió su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. 3Este comenzó entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, 4 como está escrito en el libro del profeta Isaías: «Una voz grita en desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. 5 Los valles serán rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los senderos sinuosos y nivelados los caminos disparejos. 6Entonces, todos los hombres verán la Salvación de Dios».

DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO AÑO 5 - No. 48 / Noviembre de 2009

COMUNIDADES ECLESIALES POR EL REINO DE DIOS

LOS ENCUENTROS INFORMALES En un tiempo en que la soledad se ha apoderado de muchas personas y las relaciones son poco profundas, aunque siempre estemos rodeados de gente, debemos fomentar cada vez más, en nuestras comunidades, el compartir. Compartir es valorar y acoger a los hermanos que Dios nos ha dado como un verdadero regalo; compartir es hacer juntos un camino hacia Dios en medio de luchas y esperanzas; compartir es incluso aprender a llevar la carga de los otros (cf Ga 6,2). Siempre es maravilloso poder avanzar, crecer, disfrutar, convivir con los demás. Es preciso considerar como una gran oportunidad tener un grupo de personas con las que es posible intercambiar reflexiones, sentimientos, afectos, bienes, experiencias de vida, para ayudarnos, enriquecernos y fortalecernos en un proceso espiritual que estamos haciendo juntos. Al compartir tenemos una visión más completa de la realidad, nos sentimos capaces de nuevas empresas, adquirimos elementos y herramientas para actuar. El compartir es una expresión concreta de la caridad que nos debe unir y se vuelve un camino muy directo a la fraternidad, a la alegría y a la construcción de la comunidad. Cada vez que abrimos un poco la ventana de nuestra casa, Dios hace que entre su Espíritu, nos anime y nos renueve. En efecto, al compartir, el Espíritu Santo expresa y da testimonio en nosotros del amor divino como fuerza sanadora y creadora. En una palabra, realiza en nosotros el Reino de Dios. Por eso, el compartir nos va educando para rechazar las tentaciones del egoísmo y de la codicia, que continuamente nos asechan y engendran entre nosotros insensibilidad, competitividad, desconfianza, envidias y búsqueda afanosa de los propios intereses y del propio provecho. No nos hagamos ilusiones; sin un serio camino espiritual que nos lleve a morir a nosotros mismos para darnos permanentemente a los demás, de poco sirven los propósitos de unidad y los instrumentos externos de fraternidad. Estos se convertirían en medios sin alma, en máscaras de comunión, más que en sus modos de expresión y crecimiento. Sólo con esta convicción tienen sentido y producen buenos resultados las “reuniones para compartir” de que hemos hablado y los encuentros informales que, dentro de la metodología de las CER, es posible y recomendable realizar. Los encuentros informales son esos espacios que cada pequeña comunidad va creando para completar su formación, para realizar algún apostolado, para descansar, o simplemente para disfrutar la alegría de estar juntos. Estos encuentros no hay que realizarlos a la fuerza, pero tampoco conviene excluirlos completamente de la vida de una comunidad. Deben darse con espontaneidad entre todos los miembros de una CER, o en un grupo más pequeño de los que puedan participar en alguna actividad, o con los integrantes de Editorial dos o tres comunidades que se invitan, en ciertas ocasiones, para programas comunes. Pág. 1 Es muy conveniente convocar para estos encuentros, sobre todo, durante los períodos de vacaciones en los que no hay reuniones ordinarias. Encuentros de este tipo pueden ser: Reflexión una jornada o vigilia de oración, una reunión en una familia para ver y comentar un video, Pág. 2 una salida al campo, una visita a un museo, una sesión de estudio de un tema que parezca Noti interesante y actual, una particular acción apostólica, un acompañamiento en determinada CER circunstancia a un miembro de la comunidad, ir juntos a un concierto o a una obra de teatro. Pág. 3 La creatividad de cada comunidad puede aprovechar muchas ocasiones para encuentros informales, que vayan ayudando a todos sus miembros a vivir los valores y la Lectura orante alegría del Evangelio en un permanente compartir. Sobra decir que el verdadero compartir de la Palabra tiene siempre su origen y su culminación en la Eucaristía, cuando Cristo realiza a plenitud Pág. 3 los anhelos de unidad fraterna que alberga el corazón humano.

VITRINA

«[La comunidad] tiene como tarea irrenunciable, y como misión, ser y aparecer como una célula de intensa comunión fraterna que sea signo y estímulo para todos los bautizados».

Evangelios Dominicales Pág. 3-4

+ Ricardo Tobón Restrepo Obispo de Sonsón-Rionegro


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