El sílex o pedernal fue uno de los principales recursos empleados por los antiguos mayas para la elaboración de sus herramientas, aunque el aprovechamiento de este recurso se vio limitado por su distribución intermitente en el territorio de las tierras bajas mayas y el alto grado de variabilidad espacial en su calidad (Rovner 1983). Así mientras que la región norte de la Península de Yucatán se caracteriza por carecer de esta materia prima, el área adyacente al sitio beliceño de Colhá posee abundantes yacimientos de sílex de alta calidad. En el resto del territorio de las tierras bajas mayas, tal y como lo afirmó Rovner (1983), los depósitos de sílex se sitúan de manera intermitente y presentan una calidad variable en cuanto al tamaño del nódulo, su textura y la presencia y ausencia de inclusiones y cavidades.