CAPÍTULO V
Beth se había encerrado en su habitación, había escuchado las voces amortiguadas detrás de la puerta pero aun así solo quería un momento a solas, mentira, la realidad es que por una extraña razón no le molestaba tener a York o a Yago cerca, Will era al que no quería ver. Se recostó en la cama y abrazó su almohada, algo familiar como remedio para los días que había vivido, un nudo se formó en su garganta, el sentimiento de resistencia y de miedo aun la perseguía. Hubiera cambiado su suerte sin pensarlo si alguien le ofreciera volver a ser gris y normal, volver a tener su vida. Se quedó dormida, sin sueños o pesadillas, simplemente se rindió al cansancio.
39