






















Uruguay, tierra de inmigrantes desde tiempos inmemoriales. Un paisito, chiquito, chato, encerrado entre 2 gigantes. ¿Que puede tener para ofrecerle al que viene? ¿Por qué hay gente que deja todo, su familia, sus amigos, sus raíces, su casa, y hasta el confort de muchos países, para venirse a un paisito en el que todo lleva tiempo, es caro y está lejos de casa?
Cuando migramos, lo hacemos porque en nuestro nuevo destino hay algo que en donde estamos no lo tenemos. Puede ser un trabajo, un amor, una experiencia de vida distinta a la actual, o lo más apreciado por muchos: paz, estabilidad y tranquilidad
Un paisito conocido por sus glorias futbolísticas y sus hazañas de hace casi un siglo, y más recientemente, por el faso. Sin embargo, en este ensayo veremos cómo los propios inmigrantes que han llegado en los últimos años, nos cuentan que es mucho más que eso, y que tiene muchísimas cosas no tangibles que para ellos valen más que el oro.
Lo interesante de todo esto, es que nosotros no nos damos cuenta de todas estas cosas, y muchas veces, afortunadamente, las damos por sentadas. Cosas como el acceso a la educación y a la salud, vivir en un país libre de guerras, acceso a la electricidad y al agua potable, tener estabilidad política, el respeto por los derechos humanos, y podría seguir nombrando.
Una de las cosas que busco en esta etapa del trabajo es mostrar de alguna manera todo esto, para que empecemos a valorar y querer un poquito más a nuestro paisito, siempre manteniendo la humildad que tanto nos caracteriza.
Lamentablemente, como en todo proceso migratorio, algunos han reportado haber tenido problemas. Ya sea con trámites burocráticos, el idioma, diferencias culturales y gastronómicas, dificultades para hacer amigos y hasta algún comentario o actitud xenófoba. El proceso de la migración, cualquiera sea la razón por la cual estamos migrando, suele ser estresante, tedioso y hasta angustiante en algunos casos. Si a eso le sumamos los problemas mencionados anteriormente, haremos que su carga emocional sea aún mayor. Aun así, muchos logran salir adelante, y prefieren quedarse aquí y no volverse a su país de origen.
Agradezco a todas las personas que abrieron sus corazones, y sonrisa mediante, compartieron detalles muy importantes sobre sus vidas. Tambien agradezco a la escuela de fotografia Aquelarre, especialmente a su directora Annabella Balduvino, por haber fomentado y apoyado este proyecto. A continuación podremos apreciar algunos testimonios y fotografías de inmigrantes que han decidido venir a vivir al paisito.
“La guerra no la extraño para nada. Extraño aquellos momentos en que, curiosamente, porque pese a que estuvimos en guerra, conviviendo con ella, teníamos nuestros momentos de ser niñas, de ir hasta arriba corriendo a buscar agua para el consumo, de bañarnos todos en el río, de juntar leña para cocinar, ese momento de juntarnos todas las niñas para sacar la fuba que servía para hacer la cena, que era prácticamente la única comida que teníamos en el dia. Nuestros padres estaban todo el dia en la plantación, no teníamos alimentos, y nuestro único plato de comida era el funge, que es como una polenta con tuco.”
“No tengo mucho que extrañar. Tengo que agradecer, porque más allá de la situación de la guerra, la situación de violencia y eso, todo esto ha sido fundamental en mi vida, porque para tener un desafío lejos de tu país, tienes que tener una experiencia que te permita desarrollar tu vida en el lugar en el que elijas vivir. Y mi experiencia ha sido la de crear una coraza y evadir de alguna forma el sufrimiento lejos de casa, porque créame que si yo no hubiera tenido esa experiencia de lucha, de caer, levantarme tampoco hubiera aguantado estar mucho tiempo acá porque no me fue muy fácil la vida en sí.”

“Muchas veces la gente me pregunta como sorprendida si me gusta aquí. Sería super interesante para mi saber por qué la gente de Uruguay se sorprende de que a mi me guste estar aquí, porque hay cosas bastante bonitas en Uruguay, y no las valoran.”
“Desde mi punto de vista, están muy abiertos, son super amables los uruguayos, te ayudan, pero al mismo tiempo es más difícil acercarse en un nivel más profundo. Eso es lo que yo siento. No es un país malo para emigrar, es super bonito, de brazos abiertos, pero yo busco relaciones un poco más íntimas, y es un poco más difícil que lo que yo pensaba.”

“Estoy aquí sola, y es como comenzar de cero a conocer personas y hacer amistades, y algunas veces me siento un poco sola.”
“El estilo aquí es bastante europeo. Yo tenía una idea totalmente diferente de este lugar. En general se piensa que sudamérica es un lugar con vacas, naturaleza y nada más. Aquí es como estar en una ciudad europea, con muchas posibilidades, y también me parece tranquila y segura, y me gusta.”
“Para mí, que soy una chica que está sola, me es difícil pensar en ir a Brasil o Colombia. Aquí la vida es más tranquila, y a esta ciudad la recomendaría para los extranjeros que vienen.”

“Soy una persona que no me identifico mucho con mi país de origen. Viví toda mi vida en Croacia, pero si me preguntas si me siento tan croata…Puede ser que me haya sentido cuando estuvimos en la final de la copa del mundo, que me sentía muy orgulloso de eso, y también en otras ocasiones puntuales. Tengo una costumbre que es, podemos 100% croata, que estoy buscando la manera de adaptarla aca, pero no tanto, porque como mi compañera, estoy buscando comprender mejor la ciudad en donde estoy, y también aprovechar este año de voluntariado para trabajar, conocer a la gente, pero también adaptarme a un modo de vida diferente.”
“A mi también me gusta esa sensación de compartir el mate. De compartir algo, así como estamos ahora, en un parque, y compartir no solamente palabras y emociones, pero compartir también algo que une a la gente, que es algo que en mi país no existe. Bueno, existe la cerveza, pero no es lo mismo.”

“Yo me fui porque no me siento muy alineada con mi país. Ni con la política ni con el estilo de vida. Y cuando tengo que volver, me siento incómoda. No sé, no me gusta ver como viven allá. Realmente no extraño mucho más que la comida y mi familia y amigos.”
“La vida es un poco más sencilla. Por lo menos con la gente con la que me junto. Nadie anda presumiendo la vida, o tratando de presumir el dinero, tipo mira mi auto, o no se que, que es muy así en Estados Unidos. Tu éxito está basado en tu plata y en lo que puedes comprar. Pero acá no es tan así. Creo que importa más cómo sos como persona, si estas feliz en la vida, y si tenes buenas relaciones. Es una visión más holística, que me gusta.”

“Vine aquí por una mujer. Ya había venido varias veces antes para visitarla, y en un momento me planteé ¿por qué no? Lamentablemente, las cosas no funcionaron entre nosotros, pero yo preferí quedarme aquí y no volver. Aquí me gusta mucho.”
“La verdad es que no extraño mucho las cosas de Nueva York. Extraño algunas cosas, como la diversidad cultural y la variedad de comidas, pero no extraño el ritmo de vida. Aquí gane tranquilidad.”

“Todo el mundo acá teje redes. Desde que nacen, tienen su familia, luego la escuela, la facultad y todo eso, y la vasta mayoría de los extranjeros, me parece que llegan y no tienen una red, y eso hace que todo sea más difícil.”
“Los uruguayos son bastante clasistas. Entonces, si alguien es de un país de habla inglesa, del color que sea, generalmente tienden a pensar que es gente de cierto nivel social, y recibimos un muy buen trato. Yo he hablado con gente negra de Estados Unidos sobre eso, y me dicen que en Uruguay los tratan divino.”
“Generalmente, la gente es muy amable, pero también debo decir que, ya que al ser extranjera me interesa mucho el tema, yo que charlo mucho con los choferes de los taxis y Uber, que son de Cuba o de Venezuela y eso, y me llama la atención de lo bien que hablan acerca de la aceptación que han tenido por parte de los uruguayos”

“Cargadas conmigo venían dos maletas repletas de sueños, de anhelos, del poder y querer salir adelante.”
“La cocina, el paladar, y el gusto de los uruguayos, siento que es re basico.”
“Por un momento me he detenido a pensar acerca de mi futuro en Uruguay. Si, me encanta. Es un país que me re encanta. Un país de oportunidades, en donde no discriminan a nadie. Entonces, digo yo, que voy a ir a hacer a otro lugar? De verdad.”

“Yo siempre fui extranjera. De verdad. Yo nací en Portugal, soy hija de angoleños, y viví toda mi vida en Brasil. Por más que yo viví toda mi vida en Brasil, yo siempre fui criada por la cultura angoleña. Yo soy mas angoleña que brasilera.”
“Cuando vinimos por primera vez, había como un aire de mucha tranquilidad, que yo no sentía hacía mucho tiempo. Esa aire de un lugar tranquilo, y de mirar el cielo y que sea celeste, y no que sea gris.”
“Yo tengo dificultad, y esto también lo escucho de otros extranjeros, para crear vínculos. Si yo conozco a 10, de esos 10, capaz que con 1 puedo conseguir, en mucho tiempo, tener una amistad.”

“Soy madre de dos hijos. Madre soltera. El padre de mis hijos es de raíces uruguayas. Por eso termine acá. Conocí a Uruguay cuando vine a visitar a su familia, y la verdad es que me sentí más libre. Y más libre de ser yo misma que en mi país.”
“Por suerte ahora tengo un grupo de amigos peruanos con los que siempre nos juntamos y hacemos cosas, y ta, tratamos de ser buenos representantes de nuestro país, y siempre hacemos comidas, y cada vez más gente va conociendo y va probando. Somos los Peruguayos.”
“Tengo mi alacena llena de especias peruanas y pisco. Una inka cola acá es carísima pero tengo una botellita chiquita guardada para casos de emergencia.”

“Lo que veo parecido a la cultura japonesa, de alguna forma, es principalmente el respeto. Eso es lo primordial. Y una contra que veo, que la vi también con los chicos que trabajo, tanto japonesa y de los chicos de acá, y hablando con mi novia, es que al uruguayo le falta a veces decir las cosas. Expresarlas, ser frontal, y no guardarselas. A mi me gusta siempre decir las cosas de frente, porque creo que el respeto pasa por ahí también ¿no? A mi me gusta decir las cosas de frente, y a los chicos les digo que larguen, que digan lo que sienten.”
“Y en el trabajo me pasa una cosa. Por ahí a veces se me puede saltar la chaveta o no se que, porque no se, por ahí lo que tengo muy de japonés yo (nikkei de segunda generacion, o nissei), es que puedo estar doce o trece horas laburando como si nada. Y también haber venido acá me ayudó a ver un poco más de bajar las revoluciones, y de no estar todo el día pendiente del trabajo. Es como que me inculcaron mucho el trabajo en mi familia también”

“Los prejuicios primero prevalecen, y el primer prejuicio siempre fue, al principio, de que las personas que están fuera de mi país son mejores que yo. Y yo cuando intente trabajar, tenía ese prejuicio en un principio, que me frenaba mucho. Y luego me di cuenta que, cuando vino gente a trabajar en mi proyecto, de todo el mundo, me di cuenta de que todos somos iguales. Y que incluso algunas cualidades tienen ellos, y otras las tengo yo. Entonces, me di cuenta de que no es así. Todos tenemos los mismos problemas, esos mismos sueños de querer salir adelante no solamente a nivel laboral sino a nivel familiar, y de sueños de vida.”
“Cuando uno emigra a otro país, los primeros tres o cuatro años son cuando uno más extraña al país. Incluso puedes sufrir el síndrome del caracol, que es cuando uno quiere quedarse en su casa y no salir para nada, y no integrarse con nada. Eso pasa en los primeros años. Pero después de cuatro o cinco años, eso ya desaparece. Y ahí ya no formas parte de tu propio país. Entonces ocurre una transformación, dentro de uno mismo. Cuando uno vuelve al país, ocurren dos cosas. La Bolivia que tengo en mi mente es la del 2009. Entonces, cuando yo vuelvo a Bolivia, es como Volver al Futuro. Hay cosas que ya no están, los amigos ya están casados, tienen hijos. La vida cambió totalmente y el país ya no es lo mismo. Tu ya no te sientes ni de aqui ni de allá.”

“Nosotros siempre utilizamos nuestra comida y nuestra cultura como forma de integrarnos a la sociedad y hacer amistades. Ya sea en los cumpleaños, la comida que llevaban mis hijos a la escuela, en nuestras celebraciones. Al principio era un poco complicado, porque no conseguimos los ingredientes, especialmente la harina de maíz, pero ahora es un poco más sencillo.”
“Vinimos aquí cuando el tequilazo. Las cosas se pusieron muy difíciles allá en México. Primero vinieron mis suegros. Mi esposo es peruano, de ascendencia europea, pero no quisimos ir a Perú porque en ese momento estaba Sendero Luminoso, entonces preferimos venir para Uruguay.”

“En India cocinaba pero muy poquito. Siempre tuve un paladar abierto a probar comidas diferentes. Me gustaba probar la comida de diferentes restaurantes, y en casa también le decía a mi mama que me preparara algunas comidas distintas que veía en algunos lugares, o que traían algunos amigos de la escuela. Siempre tuve paladar, pero no tuve oportunidad ni tiempo para cocinar y aprender a experimentar en la cocina. Hacia lo clásico y normal, probando a hacer algo distinto. Aprendí a cocinar comida india acá en Uruguay. Hacia para mi, para amigos, y despues empece a venderla también.”
“Los uruguayos siempre fueron muy amables, y en lo que vi una diferencia es en que los uruguayos son bien tranquilos en su vida, y saben equilibrar la balanza entre el trabajo y la vida personal. Eso me encantó, y aprendí eso, que es algo a lo que en India no estamos acostumbrados. Obviamente que tenemos nuestros momentos de disfrute, pero la balanza no es muy buena. No tenemos un buen equilibrio en India.”

“Para nosotros, una de las cosas más importantes es conservar la religión para mantener la cultura, porque estamos tan lejos de nuestro país, y es algo que no quiero perder. Es nuestra identidad, lo que representamos y como somos.”
“El gobierno no nos da la ciudadanía. O sea, podemos ser ciudadanos pero no obtenemos la nacionalidad, y nos convertimos en gente sin una nacionalidad. Perdemos nuestras tradiciones indias, y ni siquiera somos uruguayos. No podemos viajar con la cédula dentro de América del sur. Tenemos que sacar visas. Luego de hacer todos los trámites obtenemos la residencia legal, pero no tenemos los mismos derechos que ustedes. No podemos votar, no podemos hacer nada. Hace 10 años que estamos acá.”

“En algún momento, comienzas a extrañar a tu familia. Cuatro años sin ver a la familia, parientes, y amigos, es mucho tiempo. Las familias asiáticas somos muy unidas en ese sentido. Todos los meses visitamos a nuestros parientes, a nuestros tíos, nuestros abuelos, y se disfruta. Pero ahora no lo podemos hacer. Lo único que nos motiva a seguir es la comunidad india. Los amigos se vuelven nuestros padres, nuestra parentela, son todo. He hecho algunos amigos uruguayos. Como te dije anteriormente, tengo un grupo de amigos uruguayos con los que jugamos al fútbol en el Nautilus, o fútbol sala. Hice amigos en la oficina. Ese fue el primer lugar en donde hice amigos.”
“Uno se siente orgulloso de tener la oportunidad de jugar al cricket representando a un país, y de jugar a nivel internacional, que es muchísimo. Es muy raro el tener este tipo de oportunidades. Cuando yo llegue, escuche acerca de esta posibilidad, y dije que si, que iria a jugar, sin importar lo que pase.”

“Para no molestar a mi entorno, deje de hacer comidas que tienen olor fuerte, combinaciones un poco polémicas, y llegaron a decir que mi ropa luciría mejor como para cortina, como para manteles. O sea, vos ves como estoy vestida ahora. Era medio chocante, y pensé que todo mi entorno o la comunidad en donde yo vivía podría sentirse un poco molesta, entonces fui guardando todo eso, y llegue a tener vergüenza de mis cosas, porque al sentir que incomodaba, molestaba, y parecía que no tenía nada bueno para aportar, me empezó a dar vergüenza el exhibir y vivir mi cultura, pero obviamente es algo que pude superar y ahora lo expreso en mi vestimenta, en mi comida, y en todo.”
“Me gustaría que la sociedad aprendiera a respetar un poco más las cosas que no conoce, y a respetar el espacio del otro. Lo desconocido a veces genera tres cosas: miedo, desconfianza, y prejuicio. Conociendo, podemos superar todos esos detalles.”

“Mira, yo quiero seguir emigrando. No por querer salir propiamente de Uruguay, sino porque vine para acá como mi primera experiencia migratoria, y me pareció fantástica. Fue realmente difícil. Todavía es difícil. Te lleva al límite y te lleva a aprender mucho de ti mismo, a retarte, a conocer a otra gente, y a aprender mucho. Si me gustaría seguir migrando, por la experiencia de migrar nomas. Tengo pensado ir a Brasil, después a algún sitio de Europa, pero no se si pasará pronto. Por el momento en Uruguay tengo 2 proyectos, y bueno, esto hace que me quede por ahora. Y dependiendo de cómo marche. Si crece y está aquí, entonces ya tengo algo acá, una raíz, y puedo volver siempre, y si no se da, simplemente me voy.”
“En la mayoría del tiempo de mi vida, trato de relacionarme con uruguayos, o con extranjeros de otras partes. Personalmente no busco tanto relacionarme con venezolanos porque, si bien está bien y me siento cómodo, yo estoy en otro país, yo estoy en otra parte. Yo quiero aprender de gente de esta cultura, o de gente que está pasando por lo mismo que yo y es de una cultura diferente. Eso siempre es interesante.”

“Veo que es un país demasiado bueno. Tiene muchas oportunidades para todo el mundo. Y aquí, el extranjero, el inmigrante, tiene muchas comodidades que en otros países no tiene. Eso me llamó mucho la atención.”
“Me llama la atención que, por ejemplo, el propio Uruguayo dice que son personas muy grises, que son personas muy neutrales, que no están ni bien ni mal, pero la percepción que tenemos los extranjeros, es que son personas muy alegres y muy bien educadas. Lo que he notado en el tiempo que llevo aquí en este país, es que tienen una educación muy buena, por más que ustedes digan que falta aquello o lo otro. A los ojos de un extranjero, la educación aquí es muy buena, es un país muy limpio, muy pulcro, en donde la gente puede estar tranquila. Hay delincuencia como en todos lados, pero la tranquilidad que te otorga el estar en Uruguay, de verdad no tiene precio.”

“Lo del mate ha sido algo muy llamativo. Ver a toda esa gente que va a cualquier lado con el mate. Nada de ir sin el mate. Es algo que les caracteriza mucho. Lo probé, y me gusta lo de compartir el mate. Es como algo que junta, que une.”
“Acabo de empezar un taller de murga, y a mi me está encantando. Me encanta el ambiente que hay en el grupo de murga. Solo fui dos veces, pero me gusta mucho, y es acá en el Cerro, entonces es una manera para conocer más al Cerro.”

“Hay mucha gente de mi país que muere en las carreteras, que muere cruzando el agua, porque se tienen que venir caminando porque no tienen otra cosa. Entonces, es desesperante cuando tu ves a un emigrante, que ha dejado su casa, su familia, sus cosas botadas. Antes uno, cuando salía, salía porque quería conocer otro país, porque éramos bien recibidos en todas partes. Ahorita los venezolanos están saliendo por necesidad, que no es lo mismo, y tratando de buscar la seguridad para sus familias se quedan en las carreteras. La gente sale del país y no sabe si lo va a volver a ver, si se va a morir, si se va a poder comunicar. Por ejemplo, hoy revisando mi teléfono, a ver quienes me habían escrito. Y le digo a Carlos que no han escrito el día de hoy, y me respondió que tenga paciencia, que a lo mejor es que no hay electricidad. No importa que tu ganes mucho. El problema es que no hay agua, no hay electricidad, no hay comida, no hay seguridad.”
“Si yo voy a emigrar a Uruguay, yo no puedo pretender que el uruguayo acepte mi idiosincrasia. Soy yo el que tengo que aprender la idiosincrasia del país, la forma de ser sobre el país, y aprender sobre el país. Últimamente ha empezado a venir mucha gente joven, y muchos profesionales. Hay muchos que han aceptado esta condición.”

“Mi modo de pensar es que, si yo vivo en un país, yo me olvido de la valija que tengo de mi país de origen. Yo vine a Uruguay y vine a ser uruguayo. O sea, no vine acá a hacer feijoada. Ta, quiero ser uruguayo. No quiero ser un brasilero que vive en Uruguay. Para comer feijoada voy a Brasil en vacaciones.”
“El vínculo con las personas siempre fue muy abierto. Creo que, el ser muy sincero con la gente, hace que la gente sea muy sincera contigo. Por lo menos es la perspectiva que yo tengo de aca de Uruguay. O sea, la gente es más difícil de conquistar, pero después que la conquistaste, el vínculo es mucho más fuerte.”

“Sería bueno flexibilizar un poco el tema de las reválidas de estudio. Yo vengo de tener tres títulos en Venezuela. Acá solamente puedo revalidar uno, el de contador, porque es el único que puedo revalidar, pero los trámites de la universidad me han costado la vida. Tengo tres años y cuatro meses acá, y no he podido comenzar a estudiar, porque cada vez que llevo un papel me lo rechazan, porque le falta un sello, porque el sello no es así, porque está muy azul, y en mi universidad en Venezuela, tampoco están muy dispuestos a darme el sello del pantone que quieren aquí en Uruguay. Es complicado. Esas pequeñas formalidades, y ese pequeño protocolo, se podría relajar un poco para darnos oportunidades a los extranjeros, estudiados o graduados profesionales, de poder ejercer acá nuestras carreras.”
“La gente en Montevideo es muy cálida, muy noble, muy amable… bueno, ni tan cálida. Noble y amable sí, pero siempre con cierta distancia, cierto respeto. Y eso es algo que también he aprendido a manejar acá, de la cultura, como quien dice. Porque es parte de lo que es Uruguay.”

“Yo me siento acá mucho más libre, y mucho más protegida, porque en mi país. Con la dictadura y con las cosas que pasaron, nunca me sentí ni libre ni protegida, y aca si”.
“El idioma todavía me complica. Incluso cuando voy al supermercado, y la gente me siente el acento, a veces me discriminan. No es muy frecuente, pero pasa. Como que no me entienden, o empiezan a hablar en portugues conmigo, y yo no hablo portugues. También el tema de los precios. Yo, cuando voy con mi hija, le pido a ella que pregunte el precio, porque si yo pregunto el precio, se multiplica por tres o por cuatro el precio del producto. Cuando ella pregunta, sale 50. Cuando yo pregunto, sale 150.”

“Voy a ser muy honesto. Capaz que yo fui afortunado, o bueno, quizás en mi pueblo fue un poco exclusivo y no digo que eso esté bueno, pero algo que respeto y me gusta mucho de acá es que veo que es una comunidad mucho más integrada. Siento que alla tenes un barrio que capaz que es mayormente negro y otro barrio que capaz es mayormente blanco. Siento como que allá estamos muy segregados, y eso no está bien.”
“Allá somos hasta un poco paranoicos a veces, porque estamos permanentemente chequeando si no estamos ofendiendo, si no estamos jodiendo, si no estamos jorobando. Y cuesta vivir así a veces. Viví tu vida, boludo. Aca no es así. Yo me siento un poco en el medio. Los yanquis son medio obsesivos con la corrección política y todo el tema.”

“La verdad es que el trámite de la residencia no me pareció difícil. Eso también es un beneficio de estar en Uruguay. El proceso de conseguir la residencia es medianamente fácil, y si bien hay que hacer varios trámites y traer papeles, en comparación con Estados Unidos es un toque.”
“Yo tengo varios problemas de salud, y saber que, en el peor de los casos, si tengo una emergencia, acá me van a cuidar. Por lo menos voy a tener una cama en donde dormir en un hospital, y doctores para cuidarme.”

“Nosotros dos, y esto lo digo con un poco de vergüenza, pero también reconociendo la situación que tenemos, tenemos muchos privilegios en un montón de aspectos, y eso hace que nuestra situación de inmigracion sea completamente distinta de la de una persona que de repente llega acá y no tiene recursos económicos, no tiene medios de vida, o por ahí no tiene el mismo grado de educación que tenemos nosotros, y bueno, eso cambia muchisimo la experiencia de inmigracion que puedas tener.”
“Uruguay es como estar en Europa sin los problemas de Europa.”
“La uruguayez es lo mejor que tiene Uruguay.”
“Yo creo que lo único que necesitan los uruguayos es mejorar un poco su autoestima. Si me preguntas qué cosas cambiaría, cambiaría eso nada más.”

“Cuando llegué, me pareció increíble la cultura de Uruguay, porque es todo al revés. Japón es un país extremo. No nos gusta el contacto físico. Allá siempre hablan y saludan a distancia. Nada de dar la mano, ni abrazos, ni besitos. Nada que ver.”
“Su casa (la de su señora) era un restaurante en Japón. También ella es la dueña de esta cafetería. Ella fue la que lo abrió. Sabe todo. Yo soy su ayudante. Ella es la jefa. Dueña y jefa.”
“Mi casa es como Japón. Nosotros hablamos en japones. Ellos (refiriéndose a los hijos) miran anime. Ella cocina comida japonesa. Es como estar en Japón. Mis hijos lo toman como algo natural.”

“Uno de mis proyectos siempre fue tener un negocio, restaurante o cafetería. Y ahí empezamos a evaluar a ver si no lo hacíamos aquí en Uruguay. Vimos el potencial del mercado. Si tu te pones a pensar en hace cinco o siete años atrás, no había tanta diversidad de gastronomía, entonces vimos mucho potencial para hacerlo aquí. Entonces viajamos a República Checa a visitar a nuestras familias, porque sabiamos que cuando comenzaramos con el emprendimiento, no ibamos a poder volver por mucho tiempo.”
“Nosotros, cuando elegimos Uruguay, nos pusimos a estudiar un poco, para ver cómo era y eso. Y Uruguay, en el área, no es tan América Latina. Uruguay, dentro de todo, es más Europeo. A veces no parece, porque hay diferencias, pero es más europeo. Uruguay nos gusta mucho porque hay muchos inmigrantes. Al nosotros ser extranjeros, atraemos más amigos extranjeros. Tenemos amigos mexicanos, venezolanos, de Estados Unidos, cubanos, prácticamente de todo el mundo.”

“Yo no tengo un país. Todo el mundo es un país para mí. Los países son ciudades. A veces visito una ciudad, a veces otra ciudad. Para mí es así.”
“Alrededor de mi país, en medio oriente, en todos los países de allá, siempre hay problemas, conflictos, guerras de religión, de razas, y no me gusta eso. No quiero vivir en un lugar en donde siempre haya guerras. Yo voy a vivir 80 años. No quiero perder todo mi tiempo en problemas. Por eso es que vine acá.”

“No te voy a mentir. La cultura es muy diferente. Estamos hablando de cuando nosotros nos fuimos de Nigeria. Ahora las cosas ya cambiaron un poquito. Cuando llegamos al aeropuerto, al viejo aeropuerto de Carrasco, vimos a una mujer que estaba fumando. Eso era muy raro para nosotros, porque nunca habíamos visto eso en Nigeria. Que una mujer fumara un cigarrillo.”
“Una de las cosas que extraño es el respeto, y en todas sus formas. En África, valoramos mucho el respeto hacia la gente mayor. Es algo que si o si, mientras vas creciendo como niño, lo vas a aprender. Donde habla la gente mayor, si no te invitan a hablar, no podes hablar. No es que no puedes hablar, pero por no faltar el respeto a ellos, no puedes.”
