Los sistemas de movilidad se encuentran rodeados por una serie de elementos urbanos que cada día cobran un mayor valor en la conformación del espacio público, un territorio común que se nutre cada día con los imaginarios y deseos de quienes lo transitan. En su extenso panorama, el espacio público propone elementos de servicios como los paraderos de bus que se establecen en la ciudad de múltiples maneras: algunas veces se presentan como elementos inmóviles y en otras ocasiones tan solo sobreviven como una idea colectiva; una apropiación urbana que configura y construye la ciudad con una propuesta de progreso que se dispone al encuentro con una humanidad desconocida, incierta y a veces sospechosa conformando así una pretensión urbana.