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15 de enero de 2018

EL VESPERTINO

15 de enero de 2018 Ejemplar N° 174 Gratuita GBA, Zona Sur

SIN AGUA, SIN LUZ

La vida de un niño varelense electrodependiente a causa de su meduloblastoma

FUE FEMICIDIO

FALLECIO MONICA GARNICA

Primero fue ojo morado, luego, los brazos repletos de moretones... pero esto no era el inicio, sino la visibilizarían de la violencia que sufría Mónica. Su mamá le decía que se separara. En agosto, una amiga la había acompañado a realizar la denuncia por violencia de genero.

Sobre fin de año, el monstruo la volvió a convencer: era ella la mala madre, la mala esposa, la mala mujer, la egoísta que estudiaba en la UNAJ y le cortaba los sueños al macho cabrío de ser policía. Con ese sentimiento de culpa implantado en la cabeza, Mónica levantó la denuncia. Ángel Saracho podía ahora hacer lo que quería, y su deseo fue quemarla. Justo en

Juan Bautista Caballero vive en Calle N° 1329, Casa 510, del Barrio Paraná (Florencio Varela). Tiene siete años y es electrodependiente. Con cada corte de luz, Edesur les pide que lo trasladen al hospital más cercano para garantizar que permanezca con vida. Aysa no le brindaría el servicio correspondiente para sanear su espacio de internación domiciliar.

La vida no es justa, eso ya lo sabemos todos. Pero que sea más injusta y más cruel con los que menos tienen, da bronca. Todos los días paso de largo por el costado de Barrio Paraná para llegar a mi casa. Siempre veo las manifestaciones de los vecinos por las faltas (de agua, de luz, de lo que se imaginen; a los vecinos, los servicios esenciales siempre le son escasos, cuando no nulos).

Nos duele que no tengan los vecinos de barrios obreros, humildes, luz ni agua. Nos retuerce el corazón que los hijos de los laburantes varelenses no tengan ni un vaso de agua fría. Nos hace añicos el alma que un vecinito con cáncer a quien le entra aire a sus pulmones solo gracias a su respirador artificial, carezca de servicio eléctrico.

Navidad, para que sea bien simbólico, la prendió fugo. Dieciséis días agonizó Mónica. Una quincena agonizó los dos hijos de Mónica al saberla quemada al borde de la muerte. Trescientas ochenta y cuatro horas tardó en cumplirse el femicidio. Monica Garnica Luján tenía 25 años. Antes de fin de año, en Berazategui, su pareja la prendió el fuego. Estuvo en coma durante muchos días con la mitad del cuerpo quemado. Mónica estudiaba en la Universidad Arturo Jaureche. Quería ser asistente de quirófano. Tenía dos hijos de dos y siete años. Estaba en pareja con Ángel Saracho, de 25, a quién ya había denunciado por violencia de género.


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