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Manifiesto del 16 de enero, el cimiento de la soberanía nacional
SANTO DOMINGO. Durante el proceso de lucha independentista se difundieron diversos documentos, pero sin lugar a dudas es el “Manifestación de los pueblos de la Parte Este de la Isla antes Española o de Santo Domingo, sobre las causas de su separación de la República Haitiana”, del 16 de enero de 1844, el más relevante de los publicados en esta etapa.
Se convirtió no solo en la base legal del primer gobierno constituido de la República Dominicana, la Junta Central Gubernativa, sino que sirvió como la Ley Sustantiva de la nueva nación hasta la proclamación de la primera Constitución, el 6 de noviembre de 1844.
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En la declaración, cuya redacción ha sido atribuida a Tomás Bobadilla o a Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, se establecen los criterios fundamentales de la Constitución. Entre ellos, la creación de un Estado libre y soberano; el sistema democrático; la igualdad de derechos civiles y políticos; la abolición de la esclavitud; la libertad de cultos y la libertad de imprenta. Además, incluía un programa de gobierno; la instrucción pública; el desarrollo de la agricultura, del comercio, las ciencias y las artes; y la emisión de moneda dominicana.
Los criollos expusieron claramente en el manifiesto que “los habitantes de la parte del Este de la isla, antes Española o de Santo Domingo, valiéndose de sus derechos, impulsados como lo fueron por veintidós años de opresión y oyendo de todas partes las lamentaciones de la patria, han tomado la firme resolución de separarse para siempre de la República haitiana y de constituir un Estado libre y soberano”.
De acuerdo al texto, los habitantes de la parte este de la isla se sentían tiranizados por los invasores y se quejaban de que se les quisiera privar del idioma español, de la religión católica y de sus costumbres.
“En nada ha variado nuestra condición: los mismos ultrajes, los mismos tratamientos de la administración anterior, los mismos o mayores impuestos, el mismo sistema monetario sin garantía alguna que labra la ruina de sus pueblos y una consti-
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