ANÁLISIS.
SÁBADO 17 DICIEMBRE DEL 2016
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¿Protegen al asesino? ALEX NOGUERA Periodista
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añana se cumplen exactamente 6 meses de aquel oscuro 18 de junio cuando un grupo de 9 criminales dio rienda suelta a su licencia para matar y como manada de perros descontrolados en noche de fiesta y no agentes del orden, dispararon sin consideración, a mansalva, escudados en la impunidad contra personas inocentes. Al día siguiente la hija de su camarada, Viviana Paredes Zanotti, de apenas 3 años, expiró sin entender lo que había sucedido. El último recuerdo que se llevó de este mundo fueron las ensordecedoras detonaciones, las balas que mordían la camioneta blanca que conducía su desesperado abuelo antes de que el colmillo de metal perforara su frágil cráneo infantil y la sumiera en el sueño del que no despertaría jamás. Desde el cielo ella se pregunta, ¿qué pasó? Viviana merece respuestas. Según Carlos Alcaraz, fiscal y testigo del operativo fallido realizado ese sábado en Nueva Italia, el viernes recibió el dato de que “un camión cargado de marihuana estaría por la zona”, por lo que acompañó a los agentes. Según relata, tres camionetas de la Senad y la del Ministerio Público fueron para allanar una vivienda, pero “por el camino” se percataron de que una camioneta blanca (conducida por Ulrico Zanotti) al verlos “retrocedió y aceleró como huyendo”. Se internó en una plantación de caña de azúcar. Dentro iban también Ana Franco de Zanotti (abuela de Vivi), Alexandro (tío) y Viviana. Los antidrogas abrieron fuego contra la camioneta, que se detuvo a los 200 metros. Ya por entonces el tío tenía una bala en el pulmón y la nena otra en la cabeza. ¿Por qué dispararon? Ellos iban a allanar una vivienda en busca de un camión cargado de marihuana y no una camioneta que estaba por el camino. ¿Por qué a esa precisamente y no a las otras cientos con las que se cruzaron para llegar a Nueva Italia? Además, ¿por qué dispararon? Los Zanotti Cavazzoni no les dispararon, así que no tenían que responder a ninguna amenaza. Eran 4 camionetas contra una particular, con 9 agentes profesionales, entrenados, y un fiscal. En el otro rodado solo iba una familia asustada porque – según Alcaraz– Ulrico explicó más tarde que por la zona “siempre se roban vehículos”. No tenían por qué dispararles. Los uniformados ni siquiera sabían a quién disparaban. ¿Quién es responsable? ¿El fiscal que tiene a su cargo el operativo? ¿El juez que lo autorizó? ¿Los agentes? Vivi merece respuestas. Transcurrieron 6 meses desde esa trá-
gica noche y la fiscala Mirta Rivas confirmó que solicitó 6 meses más para seguir recabando datos. En todo este tiempo lo único concreto es que Nicolás Cáceres, Cristhian Morán, Miguel Chaparro, Virgilio Chávez, José del Rosario Sánchez, Ignacio Sosa, Luis Servián, Emilio Vall y José López, están recluidos en la penitenciaría de Viñas Cué, pero no se sabe por cuánto tiempo. La estrategia empleada hasta ahora es la del “yo no fui”. Como es lógico, los sospechosos se lavan las manos y forman cuerpo para protegerse unos a otros. Trataron de identificar a quien disparó la bala asesina y las respuestas no convencen. Primero se realizó la prueba de balística en el laboratorio de la Fiscalía, pero no se pudo determinar de qué arma provino. Después se practicó un segundo intento en los laboratorios de la Policía Nacional, con igual resultado. A no ser de que la bala esté muy fragmentada, los exámenes serían inútiles, pero, ¿por qué una bala de las características utilizadas esa noche va a estar fragmentada? Las armas reglamentarias stan-
“Trataron de identificar a quien disparó la bala asesina y las respuestas no convencen”. dard utilizadas por los agentes en los operativos utilizan municiones 5.56 mm, que no son de plomo simplemente, sino que –aunque tienen un núcleo blando– están encamisadas, es decir, están recubiertas por un metal más duro. Se entendería que la bala en cuestión esté fragmentada si se hubiera estrellado contra otro metal o contra concreto, pero en este caso solo atravesó el frágil cráneo de una niña de 3 años, que aún está en formación. ¿Cómo puede fragmentarse al punto de no poder ser analizada? ¿Se habrá dañado en el proceso de extracción? Es poco probable, aunque no se puede descartar ninguna teoría. Viviana merece respuestas. Ni en una película de suspenso se podría entender que todavía no se haya hecho la reconstrucción de los hechos y menos que la fiscala Rivas tenga que realizar un “urgimiento” para que se fije una fecha antes de que finalice este año. ¿Por qué el juez penal de Garantías Leonardo Ledezma todavía no fijó una fecha si en noviembre la Cámara de Apelaciones le dio luz verde para hacerlo? Vivi merece una respuesta, pero también la sociedad. Y no una absurda en la que inocentes ciudadanos temerosos reciben balas de parte de quienes deberían protegerlos, como ocurrió esa noche. Una respuesta seria que no deje dudas de que el sistema no protege a los asesinos porque cualquiera puede ser la siguiente víctima de 9 agentes y un fiscal.
EL PODER DE LA CONCIENCIA
Los círculos de la vida JOSEFINA BAUER Socia del Club de Ejecutivos
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a semana pasada, al conversar con una amiga recordé una lección que aprendí e incorporé a mi vida hace algunos años atrás: Los 2 círculos que manejan mi vida.
Resulta que mi amiga estaba muy preocupada porque algunos de sus clientes hacían cosas que no le parecían correctas. Eso impactaba negativamente en su equipo y ella no tenía muy claro cómo manejar la situación… Unos días después esta misma persona nuevamente estaba inquieta porque nadie estaba organizando la actividad de fin de año y la fecha se le venía encima… Estos casos le sucedieron puntualmente a una persona, pero podría pasarle a cualquiera en esta época del año. Pues todos quieren las cosas para ayer, la impaciencia está a flor de piel y casi nadie tiene disposición para encarar las actividades de fin de año. Ver cómo mi amiga estaba pasándola mal me hizo acordar a la antigua Josefina, que se preocupaba por todo lo que tenía que hacer y también por todo lo que tenían que hacer los demás. Antiguamente nada de lo que hacía era suficiente porque no podía hacer que los otros hicieran lo que debían hacer… o lo que YO creía que debían hacer. En mi proceso de desarrollo personal me encontré con los 2 círculos que manejan la vida de las personas: El círculo de influencia y el círculo de preocupación. Esta teoría claramente no era nueva, el nombre lo aprendí en el coaching ontológico, pero Stephen Covey ya lo mencionaba en sus Siete hábitos de la gente altamente efectiva y muchas otras corrientes también dado que es una base importante para el cambio. Yo puedo cambiar y transformar lo que soy e influir en mí misma. Mas no puedo cambiar a los demás, pero SÍ puedo cambiar la forma en que interactúo o me siento a partir de los demás. El círculo de influencia es dónde podemos incidir, hacer algo para modificar la situación que nos molesta, dónde realmente podemos cambiar. Es decir, el círculo de influencia depende única y exclusivamente de nosotros. Todo el resto es círculo de preocupación y tiene ese nombre porque son las cosas que nos molestan, afectan. Son temas tan banales como “falta papel higié-
nico en el baño”, hasta cosas trascendentales como “mi hijo se aplazó en el colegio”. Uno puede estar en un círculo o en el otro, pero nunca en ambos a la vez. Las cosas que suceden en el círculo de preocupación nos afectan, y mucho, pero no las podemos cambiar. Lo que Sí podemos hacer es analizar cómo podemos pasar de esta situación al círculo de influencia. Veamos el caso de mi amiga. Siendo una empresa grande su rol dentro de la misma no es organizar la fiesta, pero puede hacer muchas cosas donde sí tiene un poder de influencia: puede hablar con su equipo más cercano para conocer cuáles son las expectativas para fin de año, convocar a un comité e invitar a que varios organicen la actividad. Puede hacer una infinidad de cosas que están en su poder y dejar de preocuparse por lo que no están haciendo los demás. La Auto-observación fue el arma que utilicé contra la batalla de la preocupación. Constantemente cuando me sentía frustrada ante una situación, me detenía unos segundos a auto-observarme para ver en qué círculo estaba actuando, si me daba cuenta que la situación no dependía de mí empezaba el camino
Las cosas que suceden en el círculo de preocupación nos afectan, y mucho, pero no las podemos cambiar. Lo que Sí podemos hacer es analizar cómo podemos pasar de esta situación al círculo de influencia. de cómo podía mejorarlo. La tarea de vivir en el círculo de influencia es una de las más difíciles de la vida, porque en el momento en que abrimos los ojos existen situaciones que nos molestan. El ejemplo perfecto es el tráfico: no podemos hacer nada para que en Asunción mejore, no somos intendentes, no tenemos el capital para solucionarlo, pero SÍ podemos salir más temprano, ponernos buena música en el auto, tener reuniones vía Skype, teléfono o teleconferencias. En fin, podemos encontrarle la vuelta para vivir con una situación que no nos gusta sin que nos afecte. Hay 3 palabras que pueden cambiar tu vida para siempre y te las regalo para aplicarlas desde hoy: “EMPIEZO POR MÍ” ¡Felices Fiestas!