ENTREVISTA | Págs. 8-9
El “todo es posible” de Alfredo Jocelyn–Holt HISTORIA | Págs. 5-6 y 7
A 95 años de la Constitución de 1925
Del 23 al 29 de agosto de 2020
La pesadilla de una mujer violada Págs. 2-3 y 4
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¡Violación o muerte!
Despertar después de una pesadilla Gabriel Rodríguez Bustos
La valiente historia de Mariana y la noche que trastocó su vida. Solo se han cambiado los nombres y los lugares para proteger a las víctimas.
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sa noche la profesional de treinta y tantos años regresaba feliz de sus compras navideñas. Por fin le había comprado a su hija menor la bicicleta que tanto deseaba. La dejó pagada con la promesa de volver a retirarla al día siguiente. Necesitaba un vehículo adecuado para el traslado. Con su amiga Alicia recorrieron el comercio riendo de punta a cabo al recordar los tiempos del Liceo, las amigas en común, los pololos que se habían esfumado en el tiempo. Para la mayor eligió un vestido delicado y una blusa verde como sus ojos. Sus dos hijas pasarían la mejor Navidad en muchos años. Su vida había sido una suma de esfuerzos. Una tras otra había superado todas las expectativas. Desde su primer embarazo adolescente había tenido que enfrentar la discriminación, las miradas acusadoras. Tuvo que interrumpir los estudios y asumir sola el desafío de la maternidad. Después vino el trabajo, en cualquier cosa, garzoneando, cocinando, vendiendo, hasta que pudo terminar sus estudios de noche. Logró ingresar a un Centro de Formación Técnica y obtener su diploma. Siguieron los duros años en la Universidad hasta lograr el ansiado título profesional. ¡Cuántas horas robadas al sueño! ¡Cuántas veces debió dejar a sus niñas pequeñas para viajar a la gran ciudad! Era una “hija del rigor”. Su madre la mirada orgullosa e incrédula cuando la visitaba en la vieja población. El padre se había ido de este mundo hacía algunos años. En el Terminal se despidió contenta de Alicia, con la promesa de reunirse pronto nuevamente. Subió al bus con
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dificultad y se dejó caer en un asiento en medio de bolsas y regalos. Había caído la noche y el sueño la venció. No supo cómo llegó al paradero cercano a su casa. La misma que le había costado varias postulaciones y ahora era la felicidad de sus hijas cuando organizaban algún carrete con los muchachos del barrio. Se bajó corriendo. “Lo peor fue la humillación, la vulnerabilidad, la impotencia” No había avanzado más de cincuenta metros intentando despertar del todo, cuando sintió que su bolso de siempre no colgaba de su hombro. Reaccionó con miedo y con rabia. Allí estaba su dinero, su celular, sus documentos. Corrió de vuelta al paradero y comenzó a hacer dedo. No tardó en detenerse un vehículo. Le pidió al conductor que la llevara para ver si podía alcanzar al bus. No fue posible. Se bajó en un sector distante y permaneció un rato resignada e impotente. Al día siguiente debería acudir a las oficinas del Terminal de Buses. Tal vez una persona encontraría el bolso y lo devolvería. No era un absurdo. De todo hay en la viña del Señor, pensó. Lo había aprendido en sus duros trabajos de temporada, y en sus frecuentes viajes de estudiante. Cruzó la calzada, acción siempre peligrosa por la cantidad de vehículos que circulaban, muchos sin respetar los límites de velocidad. Alguien la llevaría de vuelta o debería caminar. Conocía el sector. Cuando podía salía a trotar por esa ruta los sábados por la mañana. Eran las 21.30, una hora prudente en verano. Si trotaba estaría en su casa antes de las 22. Divisó a lo lejos a dos hombres que se acercaban, uno parecía mayor que
Director: Hernán Espinoza Jara Editor de Reportajes: Rodrigo Contreras Vergara Diseño y Diagramación: Diario El Centro Corrección de Textos: Diario El Centro Preprensa e Impresión: EL CENTRO S.A.
el otro, pero ambos se veían jóvenes. No le llamaron la atención. Cuando estuvieron cerca, uno de ellos, con una voz perturbada por el alcohol le preguntó si ahí paraban los buses. Respondió afirmativamente y siguió haciendo dedo con mayor insistencia. De pronto vio que el hombre se sacaba los zapatos y se recostaba sobre el cemento. Se asustó. Cruzó la ruta nuevamente y caminó en dirección a su casa, nerviosa. Escuchó las risas de unos muchachos que se acercaban, eso la tranquilizó. Por primera vez se daba cuenta que la iluminación de la zona no era la mejor. Pero había casas y negocios a pocos metros. Iba a comenzar a trotar cuando sintió que una mano le cerraba la boca y la doblaba hacía atrás. La punta de un cuchillo se clavó en su vientre. “¡Camina y no grites o te mato conchetumadre!”, escuchó. “¡Sentí pánico, pánico, pánico!”, repite. “¿Cómo llegó ahí? ¿Me siguió? No lo sé”, dice. Entre empellones y amenazas el hombre la empujó a un costado del camino y la introdujo en una abertura entre las moras. La arrastró sobre un suelo cubierto de espinas y alambres y se montó sobre su vientre. “Colabora huevona o te mato”, susurró. Escuchó la risa de los muchachos que pasaban a po-
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“Y pasó una semana y entonces me llamó una psicóloga de la fiscalía. ¡Una semana! ¡Cuando yo necesitaba ayuda y protección de inmediato! ¿Qué se puede hacer si uno no tiene las herramientas para seguir? Si yo no fuera resiliente, si yo no tuviera el amor que tengo por la vida, si no fuera por mis hijas, yo me hubiera quitado la vida”.
cos metros. Aterrada, pero sin perder la lucidez, intentó razonar. “Muchacho, ¿yo que te he hecho?”, le dijo. “¿No tienes mamá, hermanas?”. “Cállate y sácate la ropa, vos sabis a qué vinimos”, respondió él. Si gritaba tal vez la escucharían. Pero el filo de la hoja en su cuello la detuvo. Él podría matarla en segundos. Intentó hablar nuevamente, pero por cada palabra que decía él la golpeaba más fuerte. “No hay un rostro en mi cabeza, sí una silueta, sí una voz, sí unas manos”, exclama. Los rostros de sus hijas era lo único que veía. “Pero nunca lloré, ni perdí la cordura, sí grité”, indica, con el rostro arrasado en lágrimas (se lo seca con un gran pañuelo que mantiene entre las manos). El rostro del violador era solo oscuridad. Él destrozó su blusa veraniega. “Está drogado”, pensó ella. Luego le arrancó los pantalones y su ropa interior. Cuando intentó huir la volvió a arrojar al suelo y comenzó a ahorcarla con sus propios cuadros. “Pensé: ‘me va a matar’, y me rendí. Alcé mis manos y le dije: ‘está bien, no me resistiré, no me mates, soy mamá, tengo dos hijas’”, cuenta. Después de una larga pausa susurra: “sentí miedo, mucho miedo”. Escuchaba el ruido de un estero cercano. También la respiración agitada del violador y sus manos recorriendo su cuerpo. “Lo más terrible no fue la penetración -afirma- lo que más recuerdo es el miedo, pensar que no volvería a ver a mis hijas”, dice. Los sollozos la estremecen nuevamente. “No sé si fueron minutos o fueron horas, no lo sé”, balbucea. Una profusión de lágrimas la obliga a callar. No sé cómo consolarla. Impotente, es-
pero en silencio a que se recupere. Cuando puede volver a hablar afirma: “Lo peor era la sensación de vulnerabilidad, de impotencia, de no ver más a mis hijas, de no estar aquí”, redunda, casi gritando. “Cuando él terminó, se paró, yo me cubrí como pude con mis ropas destrozadas y salí corriendo de ese agujero sin mirar hacia atrás. Me sentía perdida. Desesperada, no sé cómo hice parar un vehículo de color amarillo, me subí y le pedí ayuda al conductor, un señor de edad. Le rogué que me llevara a una comisaría y entonces rompí en llanto”, recuerda. Un nuevo tormento “El caballero me dejó en una comisaría. Ese fue otro tormento, el hablar, el enfrentar, el que me miraran en forma despectiva, como cuestionando mi relato. El carabinero que tomó mi declaración se fue y me
dejó con otro. Y así pasaron tres o cuatro horas, hasta el otro día. Y yo sentada ahí frente a ese señor. Estaba como detenida porque tenía que llegar la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI. Y no llegaban nunca. Y el carabinero cuestionaba mi relato, me preguntaba que andaba haciendo yo en ese lugar. Yo le decía: no estoy loca caballero, yo sé lo que viví. ¿Para qué iba a mentir? ¿Qué ganaba yo con inventar una historia? Hasta ahora no logro comprender esa falta de empatía”. Mariana se toma unos minutos para recuperar el aliento. Yo había escuchado historias parecidas, pero nunca de una persona que lo hubiera vivido. Mariana continuó. “En algún momento me ofrecieron llamar a alguien. Pero yo no me sabía ningún número. El celular había quedado en mi bolso. El único que recordaba era el de mi ex pareja que estaba trabajando en otra ciudad. Y
yo ya no tenía ninguna relación con él. ¿Qué le iba a decir? ¿Oye, me violaron y necesito que vengas a ayudarme? Decidí que lo que viviera lo debía enfrentar sola…”. “Finalmente llegó la PDI. Y me llevaron a la ciudad para hacerme los exámenes. En el hospital me encontraron restos de zarzamora y alambre de púas en el cabello. Y me dieron un tratamiento preventivo. Yo sólo pensaba en mis hijas todo ese tiempo solas. ¡Por primera vez su mamá no llegó! Mis hijas no pudieron dormir sin saber dónde estaba. Después de todo eso la PDI me llevó a mi casa. Me duché, me cambié ropa y conversé con mis hijas. Les dije que me habían asaltado. Al día siguiente me vieron en el baño y tuve que mostrarles mi cuerpo lleno de hematomas. Les expliqué y les pedí que no me preguntaran nada. Fue muy triste y lloramos mucho, mucho”.
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“Cuando él terminó, se paró, yo me cubrí como pude con mis ropas destrozadas y salí corriendo de ese agujero sin mirar hacia atrás. Me sentía perdida. Desesperada, no sé cómo hice parar un vehículo de color amarillo, me subí y le pedí ayuda al conductor, un señor de edad. Le rogué que me llevara a una comisaría y entonces rompí en llanto”, recuerda.
“No quiero que me hablen de sexualidad” “Y pasó una semana y entonces me llamó una psicóloga de la fiscalía. ¡Una semana! ¡Cuando yo necesitaba ayuda y protección de inmediato! ¿Qué se puede hacer si uno no tiene las herramientas para seguir? Si yo no fuera resiliente, si yo no tuviera el amor que tengo por la vida, si no fuera por mis hijas, yo me hubiera quitado la vida. Porque lo único que uno quiere es dejar de vivir, dejar de recordar, todo te da miedo, la noche, los ruidos, la gente. Por eso algunas personas atentan contra su vida. Disculpe, pero no puedo contenerme (llora en silencio)”. “Después uno debe ir a buscar el examen del VIH, cuando lo que menos desea es salir. Y tal vez no tenga dinero para viajar. En el hospital otra vez cero empatía, la matrona me dio una charla sobre el condón. ¡Yo no quería saber nada de eso! Sólo quería saber si iba a tener que vivir con una enfermedad de transmisión sexual el resto de mi vida, nada más. ¡No necesito que me hablen de sexualidad porque me da asco! Y era una señora mayor, adulta…”. “Todo el sistema me decía: ¡Mámatela sola y debes seguir porque estás viva!” “No fui capaz de ir a trabajar”. “De todo esto debo rescatar que en el Centro de Víctimas de Talca me han contenido, me han apoyado. Ahora con la pandemia me llaman por teléfono. Uno tiene que armarse de un valor que no tiene. La licencia médica no me la quisieron pagar porque no tenía los meses de cotizaciones. Y tuve que viajar para gestionar eso. Y mientras caminaba por esas calles pensaba ‘aquí puede estar la persona que casi termina con mi vida’”. “Era un conjunto de cosas, no tenía carnet, no podía girar dinero en el banco y era Navidad. Tuve que salir. Sentía que todo el mundo me miraba y me señalaba. El sistema podría ser un poco más humano, más empático. Sólo desde la fiscalía me estuvieron ayudando por tres meses con mercaderías y el pago de las cuentas básicas y eso se agradece”. Lamentablemente la investigación judicial no logró descubrir al violador. Casi perdí la vida y ahora voy a dar vida Mariana estuvo dos semanas sin poder asistir al trabajo. Después se
obligó a reincorporarse. La vida seguía y las necesidades también. Pero llegó la pandemia y quedó cesante. En medio de sus temores, su inseguridad, su desconfianza, volvió a amar. “Y si bien mi bebé no fue programado, fue deseado. Yo quería tener una guagua siendo adulta. Y aunque seguiré viviendo sola con mis hijas, he tenido ayuda. Es posible que la gobernación me dé materiales para construir otra pieza ya que mi casa es muy pequeña. No me quejo. No me llegó la caja del gobierno, pero he recibido el IFE. Mi familia y mis amigos han estado ahí. Y aunque esté rodeada de gente yo sé que el futuro depende de mí”, subraya. La escucho con admiración. Es la Mariana generosa que ha luchado toda su vida y ha sabido superar situaciones difíciles. “No me da vergüenza, afirma, y no quiero venganza, mi justicia es disfrutar de mis hijas, del aire, de mis plantas. Dios me dio una segunda oportunidad. Yo pensé que iba a perder la vida y ahora estoy dando vida. Claro que duele y cuesta mucho porque es como una herida en el alma y hay tantas cosas que uno se pregunta por qué son así. Y si me decidí a contarlo es porque mi historia le puede servir a otras personas.” Epílogo Unos días después Mariana me llamó por teléfono. “Hay algo que se me olvidó contarle”, me dijo, “un tiempo después de lo que me pasó alguien me recomendó ir a ver a una persona que hace terapias de reconexión. Y fui”. Y Mariana siente que en esas sesiones pudo reencontrarse con su infancia, con toda su vida pasada. Volvió a sentir el afecto de su “mamita”, la abuela amada que la crio, porque su madre trabajaba. Y volvió a valorar todos sus logros, recuperó la fuerza interior y comprendió que una vez más la vida la emplazaba a enfrentar un nuevo desafío. En esa reconexión con sus amores y sus luchas pasadas Mariana ha reencontrado la fuerza para volver a luchar, a reír y tener esperanza a pesar de su vulnerabilidad. Sigue sin trabajo, pero se las arregla vendiendo productos ecológicos entre sus conocidos y soñando con el hombrecito que lleva en su vientre por el cual vale la pena volver a vivir plenamente.
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El Presidente Alessandri da a conocer la Constitución de 1925 en el Congreso Pleno.
A 95 años de la Constitución de 1925 Jaime González Colville. Academia Chilena de la Historia
El 22 de febrero de 1925, don Arturo Alessandri se embarcó en el puerto francés de Boulogne Sur Mer, en el vapor “Antonio Delfino”, para regresar a Chile. Ha sido llamado desde nuestro país, tras el fracaso de las diversas tentativas de gobierno y ante el temor que la situación política se precipite a un abismo. Se le aguarda como un mesías salvador. La escritora Iris Echeverría Larraín lo llama “El Enviado”. Es tal esa devoción, que la última junta de gobierno presidida por Emilio Bello Codecido resuelve, en marzo de 1925, dar su nombre a la Alameda de Santiago. Pero Alessandri lo rechaza y desde esa fecha la legendaria arteria se denomina Bernardo O’Higgins. Antes de embarcar escribió: “Confío en el patriotismo de todos los chilenos para devolver a Chile el orden que fue siempre la base de su prestigio y para darle una Constitución moderna, que afiance el principio de autoridad y que le acuerde al pueblo el bienestar moral y material que le corresponde”.
Medalla conmemorativa de la Carta Fundamental de 1925.
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ras asumir el 20 de marzo de 1925 a su regreso del exilio, Alessandri, el 4 de abril, invitó a La Moneda a una reunión solemne de 150 personas de las diversas corrientes, sectores u opiniones del país. No todos llegaron. Les expuso que la Carta de 1833 había arrastrado a la patria a las circunstancias vividas y era necesario convocar a una Asamblea Constituyente en el menor plazo que la situación lo permitiese. Sugirió como fecha el 26 de julio, dando tiempo para las nuevas inscripciones electorales. Propuso crear esa asamblea con dos tercios de elección popular y un tercio de las fuerzas vivas de la nación. Opinaron Eleodoro Yáñez, liberal; Enrique Oyarzun, radical; Arturo Lyon, Conservador. Todos, de diversas ideologías, pero coincidieron en que una Asamblea Constituyente era inviable por las contingencias y el nivel de agitación que provocaría en el país. El resto de los asistentes, incluso de izquierda, como el dirigente comunista Manuel Hidalgo Plaza, fueron concordantes con ello. Alessandri escuchó los razonamientos y los entendió. Aun cuando siguió con su ronda de consultas, no hubo voces disidentes en el tema. Así las cosas, dictó el Decreto Ley 1.422 del 7 de abril de 1925 creando una “Comisión Consultiva” que a su vez se subdividió en dos organismos: la comisión de reforma, donde Alessandri y su Ministro de Justicia, José Maza Fernández, redactaron el borrador de la Carta y otra encargada del sistema de votación, para su aprobación o rechazo. Posteriormente se amplió esa comisión mediante resoluciones del 23 de julio y del 3 de agosto. La idea fundamental de Alessandri era que ninguna corriente de opinión quedara marginada. Incluso convocó a los enemigos que más le odiaban. En la primera reunión de la Comisión Consultiva efectuada el 16 de abril, Alessandri expresó a los integrantes que era necesario terminar con el parlamentarismo, que obligaba a renunciar a los ministros antes que estos alcanzaran a imponerse de los problemas de su cartera, quitando al Presidente el legítimo derecho de designar y mantener a los secretarios de estado en sus cargos, mientras contasen con su confianza. Resaltó que el Primer Mandatario está “para gobernar y no para ser gobernado”. Escuchándolo, el representante del partido Radical Carlos Vicuña Fuentes (más tarde se haría militante del socialismo) y quien fuera opositor a la candidatura de Alessandri a través de la Revista “Claridad”, expresó estar de acuerdo con el Mandatario, por cuanto, recordó
la frase de Julio César: “Es necesario que alguien en Roma piense y actúe por la enorme muchedumbre que no piensa ni actúa”. Pero Vicuña Fuentes, que en 1948 sería el abogado de Neruda en su conflicto con el gobierno de González Videla, expresó premonitorias palabras: “Es posible, sin embargo, que la irreductible anarquía mental de nuestra época, produzca discusiones tan estériles, tan discontinuas, tan incoherentes que sea imposible sacar de ellas las instituciones nuevas, que todos anhelamos para nuestra patria”. Se formaron, como se dijo, dos comisiones: una, denominada “reforma”, para redactar la nueva carta fundamental y otra, para determinar la forma de votarla. Desde luego, la primera, que presidió Alessandri, fue la de más importante labor. Tuvo sí, un cerebro de gran talento que la guío: don José Maza Fernández, Ministro de Justicia,
Daniel Martner Urrutia, integrante de la Comisión Reforma, natural de Constitución.
Dr. Juan Marín Rojas, integrante de la Comisión Reforma. Tenía 25 años al ser designado. Nacido en Constitución.
Integrante de la Comisión de Reforma, Onofre Avendaño Flores, de Talca.
Rafael Silva Lastra, integrante de la Comisión Reforma, profesor de Linares.
Sin embargo, hubo constituyentes, como don Alejandro Bustamante Cárpena, quien sugirió impedir la reelección indefinida de diputados y senadores. Pero la moción no fue aprobada. Don Luis Malaquías Concha, hijo del célebre político y pensador, propuso dar autonomía a las provincias con elección de gobernadores y otorgar atribución financiera a los municipios, sin encontrar apoyo. Esta comisión trabajó esforzadamente en 33 sesiones desde el 18 de abril de 1925 y hasta el 3 de agosto de ese año. Se redactaron tres proyectos constitucionales, de los cuales, en definitiva, se optó por uno.
Manuscrito de la Constitución Política de 1925 conservada en el Archivo Nacional.
Portada del primer texto de la Constitución de 1925.
La Constitución de 1925, firmada por el Presidente Alessandri y los ministros, a la izquierda, en cuarto lugar, Carlos Ibáñez del Campo.
to Meza Fuentes (socialista, ex alumno del liceo de Talca), Carlos Vicuña Fuentes (radical) y Edecio Torrealba, quien actuó como secretario. En algunas sesiones participaron Ricardo Ahumada Montero, ex rector del Liceo de Talca en 1891; Onofre Avendaño Flores (de profesión sastre, de Talca), Rafael Silva Lastra (profesor, de Linares), el Dr. Juan Marín Rojas y Daniel Martner, de Talca y Constitución, respectivamente. Como se observa, cinco maulinos formaron parte de esta trascendental instancia. Entre las reformas fundamentales se establecieron el fortalecimiento del régimen presidencial, donde el mandatario tenía atribuciones para designar a sus ministros con inde-
pendencia y éstos no podían ser removidos por el Congreso, salvo mediante acusación constitucional. En el parlamento se radicaba la facultad legislativa y fiscalizadora, estableció el voto directo, libre e informado (aun cuando se excluyó a la mujer de ese derecho) eliminando la instancia del “elector de Presidente”; se aumentó el mandato presidencial a seis años. Los cargos de ministros y parlamentarios eran incompatibles. Fortaleció la libertad de prensa y suprimió los “jurados” que juzgaban los delitos de esta instancia (y que venían del régimen colonial) y los entregó a resolución de los tribunales. De igual forma se determinó la separación absoluta del Poder Ejecu-
tivo del Legislativo y la demarcación de sus atribuciones para evitar conflictos. Acogió la separación de la Iglesia del Estado y garantizó la total libertad de cultos (lo cual motivó la protesta de un grupo de señoras de Santiago quienes pidieron no eliminar el nombre de Dios de la nueva Carta); la propiedad privada fue inviolable, aseguró protección al trabajo y las industrias, determinó la previsión social, estableció normas sobre viviendas adecuadas de la población y dar a cada habitante un mínimo de bienestar. Suprimió el Consejo de Estado por no tener representación popular, creó el tribunal calificador de elecciones, evitando que las cámaras del Congreso fiscalizaran esos actos.
quien fue, en la práctica, el redactor de esa Carta. La de reforma la compusieron Pedro Nicolás Montenegro (liberal democrático), Enrique Oyarzún (radical), Eliodoro Yáñez (liberal democrático), Ramón Briones Luco (radical), Jorge Andrés Guerra (nacional), Héctor Zañartu Prieto (liberal democrático), Manuel Hidalgo Plaza (comunista), Francisco Vidal Garcés (conservador, de Talca), Romualdo Silva Cortés (conservador), José Maza Fernández (ministro de Justicia, de filiación liberal), Guillermo Edwards Matte (liberal, hermano de Ismael Edwards enconado enemigo de Alessandri), Pedro Nolasco Cárdenas Avendaño (democrático liberal), Rober-
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EL PLEBISCITO CONSTITUCIONAL Terminada la discusión del texto, satisfechos los de un sector, no tanto los de otro, pero convencidos todos los constituyentes que esa Carta Magna pondría al país en orden institucional, el 31 de julio de 1925 (tres meses después de iniciado este proceso) se ordenó imprimir y difundir el texto y se dictó el Decreto Ley 461 convocando a un plebiscito nacional para el domingo 30 de agosto, cuyo texto fue redactado de puño y letra por Alessandri. El universo electoral era de 296.259 inscritos, sin embargo, dado que para la gran mayoría de la población este era un tema de poca trascendencia, se vislumbró un escaso interés en los comicios Se dispuso que el sufragio fuera libre y secreto y para ello se estableció el funcionamiento de Juntas Receptoras, con acuerdo de la ley de elecciones. Los votos se confeccionaron en tres
Ricardo Ahumada Maturana, integrante de la Comisión Reforma, fue rector del Liceo de Talca en 1891.
colores: Color rojo, con el texto “Acepto el proyecto de Constitución presentado por el Presidente de la República, sin modificación”. Color azul, con el concepto de “Acepto el proyecto de Constitución, pero con régimen parlamentario y la consiguiente facultad de censurar Ministerios y postergar la discusión y despacho de la ley de presupuestos y recursos del Estado”. Color blanco, con la simple expresión: “Rechazo todo proyecto”. Sin embargo, apenas abierta la campaña, las directivas de los partidos radical, conservador y comunista, esta vez unidos en una sola línea, iniciaron una enérgica acción en contra del procedimiento de votación y la fórmula de gobierno propuesta por el Presidente. De esta virulenta guerrilla, los radicales terminaron descolgándose y aconsejaron la abstención. El único partido que apoyó la postura de Alessandri fue el liberal democrático. El 17 de agosto, con su acostumbrada elocuencia, el Presidente habló por radio a todo el país defendiendo la opción de aprobar la Carta. El acto eleccionario fue tranquilo, pero sólo sufragaron 161.838 ciudadanos (un 54.63% se abstuvo), de los cuales, 127.483 (un 94.84%) aprobaron el texto constitucional, 5.448 (un 4.05%) estuvieron por mantener el régimen parlamentario y 1.490 (un 1.11%) rechazaron todas las opciones. En el mismo texto, se fijó el 22 de noviembre de 1925 para la elección del nuevo Congreso, el cual asumiría sus funciones el 21 de mayo de
1926. El 18 de septiembre de 1925 el Presidente dictó el Decreto Ley promulgando la nueva Constitución Política del país. Fue firmada por Alessandri y todos los ministros en el Salón de Honor de la Moneda, tras el retorno del Te Deum de Fiestas Patrias de la Catedral. El acto fue ante los altos mandos de las Fuerzas Armadas y el cuerpo diplomático. La Constitución de 1925, no obstante, sólo vino a tener plena vigencia a contar de 1930, por cuanto, en el Gobierno de Carlos Ibañez del Campo, quien fue uno de sus firmantes y defensores, sufrió vulneraciones en sus aspectos fundamentales de libertades públicas y respeto a los poderes del estado. De este texto, se hicieron solo doce ejemplares impresos, suscritos por los ministros de entonces. De quienes formaron parte de las comisiones constituyentes, sólo en 1945, por preocupación del jurisconsulto don Aníbal Bascuñán Valdés, se publicó la biografía de cada uno en la obra “Los Constituyentes de 1925”, con la colaboración de los abogados Mario Bernaschina G. y Fernando Pinto L. De este texto, de igual forma, se editaron doce ejemplares y en sus páginas está la intervención que, en mayor o menor forma, tuvieron en la elaboración de la Carta Fundamental que, en cierta manera, aún rige nuestro país. Todo el proceso de redacción, discusión, publicación, votación, aprobación y promulgación de la Constitución de 1925, una de las más respetadas de América y el mundo, demoró cinco meses.
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Alfredo Jocelyn–Holt:
El historiador comenta que “la crítica individual, sin secta que lo respalde a uno (…) es motivo de anatema en Chile”.
“Piñera es un aventurero o un DC infiltrado”
Mario Rodríguez Órdenes. Fotografía: Lorena Palavecino
Sobre el mandatario, el historiador precisa: “Para gente audaz como él, se ha estado viviendo una bonanza, lo que no asegura que dure para siempre. Está visto que Piñera como capítulo político no está terminando bien”. Sobre la actual coyuntura que vive el país, asegura que “todo es posible”.
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lfredo Jocelyn–Holt Letelier (Santiago, 1955) es un historiador y licenciado en derecho especializado en la historia nacional de los siglos XIX y XX. Con una sólida formación, destacamos su doctorado en la Universidad de Oxford, en Inglaterra, en 1992. Entre sus libros, mencionamos su “Historia General de Chile”, cuyo primer volumen apareció el año 2000 y el “El peso de la noche: Nuestra frágil fortaleza histórica”, en 1999 y “La Independencia de Chile: tradición, modernización y mito”, en 1999, clave para la comprensión del proceso independista. Jocelyn–Holt conversó con Temas en medio de la compleja coyuntura sanitaria y social que vive Chile. Alfredo, ¿considera que la crisis del 18-O es solapada? “El estallido, el 18-O mismo –esto
es, los ataques concertados a las estaciones del Metro, y otros atentados como el incendio provocado en el edificio de Endesa (Enel), además el haber elevado a foco simbólico a la Plaza Italia, todo ello de una vez– ese tipo de violencia y manifestación de ira combinados no fue espontáneo. En tanto crisis política y social –el llamado malestar y resentimiento– viene de antes habiendo sido diagnosticada a fines de los años 90. Afirmar que es una crisis no prevista y que la violencia se justifica porque sería la manera de desempatar el estancamiento en que estamos es poco honesto”. ¿Cómo se fue gestando? “En retrospectiva, son muchos los factores que pueden estar incidiendo: una dictadura que la transición no procesó debidamente; los costos de una modernización feroz que mejoró la situación del país,
pero no de todos los grupos sociales, algunos de los cuales no por ello dejaron de ser vulnerables; el debilitamiento de instituciones públicas, a las cuales se las ha minado desde dentro, infiltrándolas (por ejemplo, universidades públicas y el Congreso Nacional). Son infinitos los antecedentes. Más que las causas, lo que debería preocuparnos son los efectos del estallido, en especial, el colapso de la autoridad pública, y que nadie sea capaz de llenar su vacío, persistiendo, por tanto, débil o herida, ciertamente ineficaz. Las causas son tema histórico, materia de discusión. Los efectos, en cambio, son un problema político urgente”. ¿Hacia dónde puede conducirnos? “Todo es posible: a un nuevo proceso refundacional, equivalente a la dictadura; persistir en el rumbo
estancado en que llevamos desde hace 14 años (su mejor ejemplo: la dupla capicúa Bachelet-Piñera), o si se quiere ir más atrás, persistir en el estancamiento de una sociedad que proclama cambios revolucionarios, pero dividida en un 50% en contra del otro 50% desde 1964… Todo es posible, aunque veo difícil el que cambiemos conforme a acuerdos moderados. Hace rato, la polarización lo impide”. EN CHILE NO HUBO TRANSICIÓN Alfredo, ¿la crisis cuestiona el mundo feliz de la transición iniciada en 1990? “Sí, porque no hubo transición y las transacciones que se llevaron a cabo –el consensualismo como manera de gobernar– llegaron a su terminó en 2010 sino antes”. ¿De alguna manera la dictadura
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to la izquierda como la derecha siguen convencidas que pueden dirigir el país de esa manera. Lo pensaron así quienes redactaron la Constitución de 1833, los militares y Alessandri respecto a la de 1925, y Pinochet y Jaime Guzmán la de 1980. Yo valoro, en cambio, a quienes en el camino desmontan el autoritarismo de estas constituciones, lo que no deja de ser altamente peligroso. El parlamentarismo puede ser extraordinario y estable como el que tuvimos entre 1860 y 1924, como también una turba tribunicia que convierte al Congreso en una asamblea popular como en nuestros días”.
militar dejó una huella que no hemos podido superar? “La dictadura fue brutal y muy larga, a la vez que, paradójicamente, exitosa en enrielar a este país en una senda modernizadora neoliberal, reconocida por quienes en su momento se opusieron a ella. Se optó por gobernar ‘en la medida de lo posible’, guiados con el propósito de hacer sobrevivir a los grupos políticos establecidos, los que, con el tiempo, no tuvieron conciencia de que tan sólo se atrincheraban, mientras la sociedad cambiaba a ritmos acelerados. Con todo, digan lo que digan, se les advirtió”. ¿Esa mirada de una transición exitosa se refleja en lo señalado por el Presidente Piñera antes del 18-O cuando señaló que “Chile es un verdadero oasis”, en una América Latina convulsionada? “Todo lo que dice Piñera hay que entenderlo a partir de su psicología especuladora que le ha permitido ser un hombre muy rico y dos veces presidente. Para gente audaz como él, se ha estado viviendo una bonanza, lo que no asegura que dure para siempre. Está visto que Piñera como capítulo político no está terminando bien. Tiene, no sólo dividido al país, también a la derecha. Esto último resulta insólito. La derecha desde el gobierno de Frei Montalva ha sobrevivido manteniendo una postura unida. Piñera es un aventurero o un DC infiltrado. Por último, no darse cuenta que se es parte de esta América Latina convulsionada es una falta de ubicación cartográfi- Uno de lo ca. Pasa a menudo en este conti- proyectoss libros de Jocelyn-Holt, quien en la actualidad traba “alternativos”. ja en varios nente ‘de los pasos perdidos’: se pierde la brújula”. Usted fue crítico de esta mirada feliz, ¿qué costos le trajo? “La crítica individual, sin secta que lo respalde a uno, aun cuando se base en el estudio y reflexión, además, con ánimo de aportar miradas distintas a los lugares comunes con que con que normalmente se habla, es motivo de anatema en Chile. Son conocidos los casos en que esto ha ocurrido. Sin ánimo de querer compararme, basta pensar en Huidobro o la Mistral. Al final, al crítico se le margina o éste se exilia, autoexilio que también puede ser interno”. ¿Cómo se sale del laberinto en qué se encuentra Chile? “No usaría esa metáfora. Los laberintos tienen salida. Lo nuestro es más parecido a un pantano. Venimos hablando de crisis en Chile desde 1900. Tantas crisis sumadas sin resolver hacen aconsejable pensar que nuestro escenario es más bien ruinoso y decadente, especialmente en cuanto al orden institucional, sin visos de que se le
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sustituya por un orden nuevo”. ¿Qué se puede esperar del próximo plebiscito? “Soluciones de corto plazo que satisfagan un populismo mediático. Parecido a lo que sucedió en las décadas de 1920 y 30. Al igual que entonces es muy posible que se refuerce el Estado y con ello el autoritarismo que en Chile siempre ha sido la salida fácil. Persiste en el tiempo, pero, tarde o temprano, genera rechazo. Los chilenos son masoquistas”. ¿Por qué esta constitución estaría “viciada”, según señaló recientemente? “Lo que dije fue que la nueva Constitución que surja va a estar viciada, porque el proceso constituyente en que estamos surgió bajo amenazas y se remontará al estallido del 18-O, el cual, al no ser espontáneo, supone actos terroristas de por medio. Que el gobierno de Piñera aceptara esos términos, sometiera
una Constitución que debió defender a un plebiscito en que la opción rechazo no tiene iguales condiciones de aprobación, confirma que se claudicó y se la entregó en bandeja bajo presión. Se ha llegado a decir, incluso, que se plebiscita una constitución hecha ‘cadáver’. Los plebiscitos fueron un invento político napoleónico (del tío y sobrino), ambos dictadores. Habrá que ver cuán dictatorial va a terminar siendo el resultado final que arrojará”. ¿Cuál sería el camino, entonces? “Dado que seguir reformando la Constitución de 1980 no se estima aceptable, habrá que moverse a un acuerdo constitucional nuevo. Conforme, pero no mientras no se den condiciones aceptables para todos los sectores políticamente organizados. Esto sin perjuicio que el problema con crear una nueva constitución es que siempre que ello ocurre en Chile se refuerza el autoritarismo y estatismo. Y, tan-
CERCANÍA A LA U. DE TALCA Polémico, sus comentarios, algunos ásperos, han incitado al diálogo en la sociedad chilena. Docente en la Universidad de Talca, Universidad de Santiago y de la Universidad de Chile, también ha sido columnista de pluma acerada. En la actualidad está casado con la historiadora Sofía Correa Sutil y son padres de Emilia. Alguna vez fue muy cercano a la Universidad de Talca. ¿Qué recuerdos tiene? “Le debo a la Universidad de Talca, en especial al rector de entonces, Óscar Garrido Rojas, haberme apoyado para ir a estudiar mi doctorado en Oxford. Después nunca entendí por qué la Universidad prefirió que me fuera a Santiago, cuando ése no era mi ánimo. Presumo que tiene que ver con que siempre he sido muy crítico de la Democracia Cristiana, política e históricamente”. Acaba de cumplir 65 años, ¿en qué momento de su trabajo intelectual se encuentra? “Sigo trabajando, leyendo y estudiando, de nuevo dedicado casi por entero a los restantes volúmenes de mi Historia General de Chile, falta publicar tres tomos más y toman tiempo. En el entretanto, dediqué años al libro sobre las universidades en Chile, La Escuela Tomada (2014) y sobre arquitectura moderna chilena, La Casa del Museo: La casa Yarur Bascuñán de Vitacura y el Museo de la Moda (2018), que surgieron, uno, de la ansiedad que me produce la universidad chilena, y, el otro, del entusiasmo que siempre me ha generado la arquitectura. Mis primeros estudios universitarios versaron sobre arte”. ¿Está trabajando en algún nuevo proyecto? “Siempre le doy vuelta a posibles libros alternativos. Últimamente he estado ordenando material publicado e inédito. Tengo mucho escrito que, en conjuntos distintos, podrían servir para nuevas publicaciones. Pero la prioridad sigue siendo la Historia General”.
10 Letras
Domingo 23 de agosto de 2020
Centenario del natalicio del escritor ci-fi
El cometa Bradbury regresa a la Tierra Jorge Uribe Ghigliotto, presidente de la Soc. de Escritores de Teno.
El 22 de agosto Ray Douglas Bradbury, el extraordinario escritor norteamericano de ciencia ficción, entra a su centenario de existencia. En la Región del Maule se le recuerda igualmente, al menos entre los escritores que gozamos (y temimos) con sus relatos.
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tención terrícolas, marcianos, venusianos y vecinos todos, de la galaxia: No olvidéis de cantar el cumpleaños feliz al homínido que tanto os ama, el bibliófilo bípedo que anunció a los nuevos siglos y que en este año 2020, AP, ha entrado en su centenario… y por la puerta grande, lleno de homenajes y loas en todo vuestro globo. CÓMO SUPE DE BRADBURY De manera atípica -no habría de ser otra si se trata de Ray Bradbury- el icónico escritor de ciencia ficción que maravilló a millones en la galaxia. No en bibliotecas, ni en libros, ni periódicos, sino en el séptimo arte. Y en ello tuvieron que ver mis dos abuelos. El materno, que construyó el único teatro que existía en mi localidad, el teatro “Libertad” de Teno en la década del 40’ del siglo pasado. El paterno que fue uno de los fundadores del Cuerpo de Bomberos local, (el otro también lo fue) entidad que está cumpliendo ochenta años de vida. Sucedió que este último llegó contando un día que en el teatro se exhibiría una película sobre los bomberos en Europa y que el sábado iríamos a verla, pues era en beneficio de los bomberos locales. Recién en mi adolescencia, me apronté a imaginarme a carros bombas de última generación y a bomberos profesionales luchando de quizá que formas contra el fuego. Oso… era un film que hablaba de bomberos, pero que quemaban libros. Quedé sic. Y a mí, que me inculcaban tanto el leer. Sonreí maliciosamente. Fahrenheit 451 me introdujo, a su manera, a la ciencia ficción. Pronto tuve a Crónicas marcianas en mis manos, Remedio para melancólicos, 2099, Las doradas manzana del sol y tantas otras obras y cuentos estupendos que leía hasta las tres de la madrugada. LO TERRÍCOLA QUE ERA Nacido el 22 de agosto de 1920 en Waukegan, Illinois, ¿cómo comenzó Bradbury su incursión en la ciencia ficción? Un portal de biografías indica que una tía, conocida en la localidad como “la loca de los calabazas”, lo inició en los cuentos de Edgard Allan Poe cuando niño. Su padre era insta-
Ray Bradbury, el gran escritor de ci-fi, en su centenario del natalicio.
lador de líneas telefónicas por lo que viajaban por muchas ciudades. Incluso cuando joven vendió diarios en California para ganarse su sustento como autodidacta. Su primer escrito fue El dilema de Hollerbochen, aparecida en la revista Imagination! en 1938. Al siguiente año, publicó cuatro cuentos en su propia revista Futuria Fantasia. En 1942 escribió The lake, donde inicia su escritura disruptiva. Pero, la ciencia ficción llega en 1950, a los treinta años, con Crónicas marcianas que causó estragos en la sociedad americana porque visualizaba el miedo a una guerra nuclear, el deseo de volver a una vida más simple, el miedo a los poderes políticos extranjeros, al racismo y también a la censura, asuntos que preocupaban mucho. ¿Sabías que Ray Bradbury escribió el guion para la película Moby Dick en 1956? También permitió la dramatización de sus cuentos para Alfred Hitchcock presenta…, Cuentos del futuro y La Dimensión desconocida. La llegada de la televisión aumentó su popularidad. Es el autor de 27 novelas, varias colecciones de cuentos y como de 600 publicaciones. Sus relatos son escritura escolar complementaria en varios países. En 1988, fue nombrado Gran Maestro Nebula (premio Gran Maestro Damon
Knight Memorial, que da la Asociación de Escritores de Ciencia Ficción y Fantasía en Estados Unidos), e incluso los científicos dieron su nombre a un asteroide, 9766, Bradbury, con lo que el mundo científico se cuadró en señal de reconocimiento. Si aún lo desconoces, te recomendamos algunos otros relatos como Cuentos de dinosaurios, El hombre ilustrado, Las maquinarias de la alegría, Más rápido que el ojo, El signo del gato o Cementerio para lunáticos, Matemos todos a Constance, La muerte es un asunto solitario, estas tres últimas novelas. Ganó varios premios, aunque nunca fue propuesto para algo mayor. Cosas que pasan con los grandes. EL TRABAJÓLICO LIBRE DE GRAVEDAD Resulta atractivo que Bradbury se identificara como un “un narrador de cuentos con propósitos morales”. Afirmó que “la vida es un don y así debemos disfrutarla. Esta es una oportunidad gloriosa. Sólo estaremos aquí una vez y no volveremos más. Tengo la oportunidad de escribir cada vez que siento que tengo un propósito. ¿Y cuál fue mi objetivo cuando escribí, por ejemplo, tal o cual artículo? Escribir el mejor artículo que se haya escrito hasta ese momento”.
Era un escritor compulsivo. Escribió Fahrenheit 451 en sólo nueve días. Trabajaba en su vejez tan sólo dos horas cada día escribiendo, pero lo hacía a full. También escribió poesía. Una vez el periódico chileno “La Nación”, cuando era don periódico, le preguntó cómo imaginaba el futuro. Y dijo: “Vamos a volver a la Luna, lo que es la mejor noticia, y también a ir a Marte. Ojalá esté yo vivo para verlo, aunque quizá lo esté si esto ocurre rápido. Me gustaría que el gobierno se cuestionara por qué no volvimos a la Luna. No debimos haberla dejado nunca. Fue algo glorioso para nosotros. Aquella noche, cuando el hombre pisó la Luna, toda la gente en este país, en su país, en todo el mundo, levantó los ojos hacia el cielo, miró la Luna y dijo: ¡Oh, Dios, lo logramos! Somos libres de la gravedad, libres de andar por el universo. Nuestro destino no es estar sólo aquí”. Cuando George Bush canceló el programa de los viajes a la luna y Obama redujo el presupuesto anual de la NASA, Bradbury los criticó señalándolos como culpables de un grave error. Siempre quiso estar vivo para cuando el hombre pisara el suelo de Marte, el lugarcillo que lo inspirara tantas veces. Feliz cumpleaños Ray, para nosotros no has muerto. Entre nos… la muerte no tiene ningún poder.
Series
Domingo 23 de agosto de 2020
Asquerosamente abusivo David Lizana Barros
En Netflix se presenta la serie “Jeffrey Epstein: asquerosamente rico”, quién fue acusado de abuso sexual y tráfico de menores. Una historia donde Epstein jugó con la legítima ambición de adolescentes, al tiempo que mantenía vínculos con el mundo político y el poder, amparado por una fortuna que lo hacía intocable.
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migo de Trump, Bill Clinton, el príncipe Andrés, Harvey Weinstein, actores de cine y políticos, el denominado filántropo Jeffrey Epstein fue acusado de múltiples abusos sexuales de mujeres menores de edad que eran reclutadas para ir a una isla de su propiedad. En la plataforma Netflix se puede ver esta serie de TV que en un par de capítulos narra la historia de muchas víctimas, llamadas sobrevivientes, y de cómo éstas eran seducidas por el dinero y poder. Hoy, ya adultas, con familias, conectadas a un mismo hombre que abusó sistemáticamente de ellas, tuvieron la valentía de enfrentarlo y tratar de llevarlo a la justicia. En circunstancias extrañas, en una cárcel de mala categoría, el magnate se quitó la vida en su celda, llevándose los secretos
mejor guardados de las esferas de poder. Los realizadores tienen la valentía de entrevistar a ex empleados de la isla, al mismísimo FBI y varias mujeres que fueron hasta este lugar invitadas a ser asistentes del magnate. Un lugar hasta donde llegaban influyentes personajes, que incluso tuvieron que confrontar a los medios en ese entonces. Obviamente, negaron toda denuncia y la Justicia de Florida esquivó contantemente el tema del reclutamiento que se hacía en Miami de señoritas guapas y con ansias de un mejor pasar económico. La debilidad de este material es que la producción no tuvo acceso a Clinton o Trump, fotografiados con el magnate en reiteradas ocasiones. Tampoco se explica los orígenes de la riqueza de Epstein, y, obviamente, como se trata de esferas de poder, no se
adentra más allá en la vida de este magnate, dejando de lado al mismísimo príncipe Andrés que tuvo que negar en TV que no conocía a algunas de las denunciantes, aun cuando había fotografías que decían todo lo contrario. El trabajo, estrenado este año, está dirigido por Lisa Bryant, y es el último documental posterior a # MeToo, iniciativa que brinda una plataforma a los sobrevivientes de abuso. La serie es valiente al colocar el abuso sexual en el contexto de la discrepancia de poder, elevando y priorizando las voces que el sistema legal marginó. Muchas mujeres siguen luchando silenciosamente por justicia, en una verdadera historia digna de David contra Goliat, a pesar del suicidio de Epstein que, al parecer, no se manejaba solo.
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Domingo 23 de agosto de 2020
El relámpago Autor: Víctor Norambuena El instante previo al trueno, esa luz que alerta. Fotografía ganadora del concurso “San Javier y su patrimonio desde el lente”, en la categoría adultos, organizado por el Centro Cultural Mario Oltra Blanco, con el apoyo de la Municipalidad de San Javier.