Este año la cita fue en el Superdomo Mercedes-Benz de Nueva Orleans, donde el rival a vencer fueron los icónicos 49’s de San Francisco, que regresaron a un Súper Tazón luego de 18 años de ausencia, tras vencer a los Cargadores de San Diego en 1995. Con cinco títulos en su historia, el equipo de la bahía comparte honores con los Vaqueros de Dallas como la segunda franquicia más ganadora de la NFL, únicamente superados por los Acereros de Pittsburgh que suman seis anillos. En esta ocasión la gran novedad del evento fue el choque entre los hermanos Harbough, pues John llegó al comando de Baltimore, mientras que Jim hizo lo suyo con San Francisco, en lo que los medios de comunicación denominaron como “el HarBowl”. Además, los californianos llegaron con el novato sensación: Colin Kaepernick, quien a mitad de temporada tuvo que sustituir al mariscal titular, Alex Smith, dando 108
muestra así de su gran dinamismo y habilidad para correr, estableciendo un récord en yardas por tierra para un quarterback al sumar 181 en los juegos divisionales contra los Empacadores de Green Bay.
la gran novedad del evento fue el choque entre los hermanos Harbough, pues John llegó al comando de Baltimore, mientras que Jim hizo lo suyo con San Francisco, en lo que los medios de comunicación denominaron como “el HarBowl”. Hasta el arranque de la segunda mitad el partido se inclinó de un solo lado, pues la experiencia de Ray Lewis y compañía se reflejó en el marcador con un arrasador 286, en lo que se perfilaba para ser una paliza MARZO 2013
de escándalo. Fue entonces que se dio un polémico apagón en el Superdomo, lo que tuvo el juego en espera por 36 minutos. Para cuando se reanudaron las acciones, la magia apareció de lado de los 49’s que tuvieron una impresionante capacidad de regreso y acortaron la brecha a sólo tres puntos, para dejar el marcador final en 34-31 a favor de Los Cuervos, quienes tras una trepidante segunda mitad levantaron por segunda vez el trofeo Vince Lombardi. El título consolidó el trabajo de John Harbaugh y sobre todo el de Joe Flacco, quien además de igualar la marca de Joe Montana en postemporada con 11 pases y cero intercepciones, fue condecorado como el Jugador Más Valioso del Súper Tazón XLVII. De igual manera, el partido en Nueva Orleans fue el último en la carrera de Ray Lewis, quien acudió nueve veces al Pro Bowl y además fue incluido en seis ocasiones dentro del equipo ideal.