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RECORRIENDO NUESTRO PAÍS

Paraná, relax a orillas del río Un lugar con calma y aire señorial. Es la ciudad perfecta para disfrutar del río Paraná en toda su majestuosidad desde las barrancas del Parque Urquiza y la nueva costanera. Sus playas de arena en pleno casco urbano, invitan a tomar sol, nadar y practicar deportes náuticos. Una escapada de fin de semana cerquita de Rafaela…

Seducción de naturaleza y urbanismo, Paraná, capital de Entre Ríos, surge en el centro oeste del territorio provincial, acariciada en toda su extensión por las caudalosas aguas del "Pariente del Mar". Referente de la historia y paradigma de la belleza paisajística, constituye un destino turístico digno de ser conocido. Se erige orgullosa sobre inclinadas barrancas, desplegando una ensoñada geografía producto de la acción del río. Apariencias variadas, estilos arquitectónicos propios de las más diversas épocas, gran oferta de actividades artísticas, importantes comercios e industrias, múltiples áreas deportivas, apacible ritmo diurno, entretenida vida nocturna, exquisiteces de la gastronomía, alojamiento para las diferentes preferencias, y todas las ventajas turísticas junto al río, hacen de Paraná un espacio excepcional.

Paraná, recibe a sus visitantes en una atmósfera de cordialidad y esmero con una cartelera turística orientada a cautivar los sentidos. Es para vivirla por fuera y por dentro, visitar sus iglesias y museos. En el Museo y Mercado Provincial de Artesanías, hay muestra permanente de cestería, platería, tientos finos y tejidos. También hay un Museo del Mate, fundado en 1978, su fachada exhibe un mate gigante suspendido como un alero, el techo está tapizado de mates.

Los atractivos de La Paz se recuestan sobre el río, incluido el Complejo Termal que tantas satisfacciones trae a la ciudad con su imagen amarillezca y sus 11 piletas de agua salada de origen marino. Al igual que el encanto veraniego de los balnearios que se brindan en sus arenales, sombras y servicios. Entre sus alternativas se destacan los paseos por la renovada Avenida Costanera, golf, deportes náuticos, pesca deportiva, cabalgatas, ecoturismo, turismo rural, avistaje de aves, safaris fotográficos y cruce a la isla.

Un paseo a trasvés de la historia de la ciudad…

Del siglo XIX datan las mejo-

res obras arquitectónicas de la ciudad: históricas construcciones que rodean la Plaza 1º de Mayo, un área donde antiguamente se estableciera el primitivo rancherío paranaense. Nueve espacios declarados Monumento Histórico Nacional; un predio señalado como Bien de Interés Histórico Nacional; y sitios representativos de la ciudad y la provincia que esta lidera, componen el circuito hacia el ayer más cercano.

La Catedral de Paraná fue inaugurada en 1885 y bendecida el primer domingo de octubre de 1886, día de la festividad de la Virgen del Rosario, Patrona de la ciudad.

Su edificio, de estilo ecléctico, posee dos torres y una cúpula externas, tres naves interiores, cuatro campanas y una imponente estatua de San Pedro en la entrada. El templo resguarda en su esplendor un Museo Histórico de importancia para los fieles católicos. En 1942 fue declarada Monumento Histórico Nacional. Se ubica en calle Monte Caseros, entre Urquiza y 25 de Mayo.

La Capilla Norte San Miguel es la construcción de carácter religioso más antigua conservada en Entre Ríos. Desde el punto de vista arquitectónico, representa el primer esbozo de lenguaje neoclásico en el Litoral.

Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 2000. Esquina Buenos Aires y Carlos Gardel.

El Palacio Municipal, fue inaugurado en 1890 bajo la advocación de "casa del pueblo", sede de las autoridades elegidas.

Este edificio combina elementos decorativos italianos y franceses, incorporando además logias, mansardas y pilastras. Destaca en su estructura la torre esquinada, lo que recuerda a los ancestrales palacios comunales, así como el reloj y las campanas realizadas en la ciudad italiana de Udine. Su autor fue Santos Domínguez y Benguria. Engalana la esquina de Urquiza y Corrien-

Panorámicas de la ciudad de Paraná a orillas del río.

tes.

El Teatro 3 de Febrero, es uno de los más bellos teatros del país inaugurado en 1908. Su nombre evoca una fecha memorable para la historia entrerriana: la

Batalla de Caseros. Es obra de un marcado eclecticismo, con caracteres del Renacimiento italiano, la elegancia del Barroco alemán y la gracia de la arquitectura francesa. El edificio fue declara-

do Monumento Histórico Nacional en el año 2008. Se halla emplazado sobre calle 25 de Junio Nº 60.

(Continúa de pág. 23)

Parque Urquiza, una pintoresca y tradicional parcela desde donde divisar las postales cotidianas del Paraná.

Costanera Laurencena.

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(Viene de pág. 22) El Centro Cívico Provincial, situado a pocas cuadras de la plaza principal de Paraná, se constituye por el Palacio de Justicia, el Palacio de Educación y la Casa de Gobierno, una obra arquitectónica de estilos barroco y renacentista, que representa las tendencias imperantes a fines del siglo XIX. Otros centros históricos importantes son: el Senado de la Confederación (actualmente instituido como Colegio Nuestra Señora del Huerto), la Biblioteca Popular (inaugurada en 1910), el Edificio de Correo y Tele-Comunicaciones ubicado donde estaba la casa particular del General Justo José de Urquiza y la Escuela Normal "José María Torres", la primera escuela normal establecida en el país por Domingo Faustino Sarmiento en 1870.

Parques y playas…

La historia del P a r q u e Urquiza comienza en 1893, cuando Dolores Costa, viuda del general Justo José de Urquiza, donó 44 hectáreas al municipio y fue así como el más vistoso rincón de naturaleza de Paraná se transformó en este bello paseo público decorado con esculturas, fuentes y flores, que vecinos y turistas comparten en las barrancas del río Paraná. El prestigioso paisajista Carlos Thays fue quien diseñó este paisaje natural, posado en tres niveles al borde de la avenida Costanera Laurencena, cuyo tramo central fue ampliado y renovado recientemente y es usado para realizar actividades recreativas. La costanera está limitada a la izquierda por el Puerto Viejo, la zona también conocida como Paraná Antiguo o Bajada de los Vascos, donde una calle adoquinada muestra la antigua aduana y el lugar de bajada de barcos que tuvo su esplendor a mediados del siglo XIX. A la derecha, desemboca en el Puerto Nuevo, donde se contratan las excursiones náuticas. Allí está el corsódromo, una gran cantidad de restaurantes, pubs y discotecas y un galpón convertido en centro cultural.

Las playas sobre el río Paraná son uno de los grandes atractivos. Desde el Puerto Viejo, aparecen la playa del Club Atlético Estudiantes, la del balneario municipal, conocida como Parque, y la del Paraná Rowing Club.

Pasando el Puerto Nuevo y la zona de pescadores conocida como Puerto Sánchez, se llega al gran complejo municipal Playas del Thompson, con forestación y cabañas. Y aún más lejos, pero por eso más tranquilo, se encuentra el camping y baneario Toma Vieja. Continuando hacia el norte, Villa Urquiza y Piedras

Palacio Municipal.

La Catedral de Paraná.

Pesca en el río Paraná.

Complejo Playas del Thompson.

Blancas guardan hermosas playas.

Otros parques son el Parque Gazzano, recientemente se ha inaugurado en su área el denominado Paseo Amanda Mayor, en memoria de la reconocida artis-

ta plástica paranaense e incansable luchadora por los derechos humanos; y el Primer Jardín Botánico Sistemático creado por una universidad pública, proyectado en 1995.

Datos útiles ¿Cómo llegar?: en auto o en bus. ¿Dónde dormir?: cuenta con una gran oferta hotelera para todos los gustos y necesidades.

Se destaca el Gran Hotel Paraná (4 estrellas) ubicado frente a la Plaza 1º de Mayo.

Para tener en cuenta: * Uno de los lugares más convenientes para la pesca es la Reserva Ictícola Curuzú Chalí, en el departamento de La Paz.

* Imposible no tomarse un finde para visitar Aldea Brasileña, un hermoso pueblito que se encuentra a 17 kilómetros al sur de Paraná, por Ruta Provincial 11. Hermoso lugar para relajarse y pasar un buen momento al lado de río. Se puede parar en unas cabañas muy cercanas al río, se llaman Costa Oeste. Imperdible la picada del bar Munich. * Dos visitas obligadas son el Túnel Subfluvial Hernandarias, que comunica con Santa Fe y el Parque Nacional Predelta.

Escuela Normal.

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CRÓNICAS DESDE SUDAMÉRICA

Escapada en bicicleta: segunda parte – Por Natalia Bainotti (Continúa de la semana anterior) Empezábamos nuestro segundo día y nos encontrábamos, ya, con un día entero de atraso según nuestros planes de ruta. El aire estaba helado y húmedo; el cielo, gris; el camino, arenoso y los campos, apagados por la falta de sol. Lo peor de esos días, no es el día en sí sino cómo impacta mentalmente: te preguntás a cada rato qué estás haciendo ahí, pudiendo estar en cualquier otro lado. Duelen las manos, duelen los pies, estás mojado y pedalear se asemeja a andar en una cinta caminadora en la que nunca se llega a ninguna parte.

Una hora y media después encontramos una escuelita al costado del camino, donde paramos a pedir agua. Habíamos avanzado apenas unos quince kilómetros, por lo que llegar a Río de los Sauces -nuestro objetivo, en realidad, para el primer día- estaba descartado: faltaban 65 km., y al ritmo que llevábamos no llegaríamos hasta bien entrada la noche. Decidimos, en cambio, llegar hasta Río Seco, para pasar la noche allí. Así seguimos pedaleando, con el cielo gris inmutable y la llovizna constante. Tres señores que nos cruzamos en el camino nos dijeron que vayamos al club, que allí nos recibirían.

El nombre del pueblo no tiene ningún secreto: un río seco lo atraviesa, por lo que el puente que lo sobrepasa encausa, más que agua, arena. Nos contaron que, en época de lluvia, apenas un hilo de agua zigzaguea abriéndose camino entre la arena. En el club, aunque nos miraron como interrogándonos qué hacíamos allí, nos dijeron que podíamos dormir en el salón. Armamos nuestra carpa en el enorme espacio para doscientas personas, preguntándonos cuántas veces podrá, un pueblo de setenta habitantes, usarlo. Nos cambiamos de ropa y pasamos el resto de la tarde al lado de la salamandra, tomando mate, secando toda la ropa húmeda y conversando sin parar. A la noche llegaron "los señores que juegan a las cartas", como nos habían previsto, que se instalaron, trago en mano, a jugar a la mosca. Nosotras cenamos – sin despegarnos de la salamandra- y cuando todos se fueron nos fuimos a dormir.

Al día siguiente no nos explicamos qué pasó: nos despertamos a las 8 con la alarma, conversamos un rato e hicimos fiaca, pero cuando miramos el reloj de nuevo, eran las once. Y ponernos en marcha lleva siempre el mismo tiempo: son dos horas entre desarmar la carpa, guardar todo,

Leves subidas camino a Alpa Corral.

desayunar y alistar las bicicletas.

Arrancamos, de nuevo, pasada la una. Esta vez, por suerte, el clima estaba de nuestro lado: había sólo algunas pocas nubes, y el sol asomaba para calentarnos la piel.

Pedalear así daba gusto. Y no sé si fue por el cambio del clima o el paisaje realmente cambió, pero los campos dejaron de parecer grises y se tornaron verdes, ondulantes, con molinos que los adornaban y las montañas de Merlo en el fondo. Esta vez, pa-

rar a comer no significaba luchar contra el frío, sino disfrutar pelar las naranjas, estar bajo el sol y el silencio del lugar. Después seguimos pedaleando felices, parando a sacar fotos a cada detalle que queríamos. No teníamos apuro, y el sol nos hacía disfrutar de nuevo lo más lindo de viajar en bicicleta: el camino.

No recuerdo bien en qué momento lo dijimos en voz alta ni quien lo sugirió primero, pero ambas ya lo habíamos pensado:

Campos verdes y molinos eran parte del paisaje.

ese día tampoco llegaríamos a Río de los Sauces y, en realidad, poco nos importaba ya. El plan del viaje había cambiado drásticamente desde el principio y recién en ese momento, tres días después, éramos capaces de aceptarlo. No sólo no llegamos ese día a Río de los Sauces: no llegamos nunca. Decidimos desviarnos unos kilómetros hasta Alpa Corral y terminar allí nuestro viaje.

Los planes están hechos para

ser modificados, y así tuvimos que hacerlo nosotros: Alpa Corral nos recibió con una hora de sol para unos mates y pan con palta, y unos chicos que nos ofrecieron un lugar para dormir y compartir la cena.

Pretender que todo salga tal cual lo planeado significa dejar poco margen a la sorpresa, poco espacio a la improvisación y poca predisposición a flexibilizarnos.

Y eso, justamente, es lo que más suele suceder en los viajes.

Los Pinares, cerca de Alpa Corral.

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RINCONCITOS ESTADOUNIDENSES

Explorando el estado de Montana Un paseo por el "estado del tesoro", situado en el noroeste de Estados Unidos, a través de cadenas montañosas, parques nacionales, naturaleza salvaje, gran riqueza mineral y maravillosos paisajes...

Montana es un estado de los Estados Unidos situado en las regiones del Pacífico Noroeste y en las grandes llanuras. El tercio centrooeste es recorrido por montañas (aproximadamente 77 nombradas) de la cadena montañosa de las Rocosas; así se explica su nombre, derivado de la palabra española "montaña". El apodo del estado es "Estado del tesoro" (Treasure State) debido a la importancia de la minería en sus tierras. Otros apodos son "Tierra de montañas brillantes" (Land of Shining Mountains), "País del Gran Cielo" (Big Sky Country); y el lema más reciente es "El último mejor lugar" (the last best place). En el ranking de estados aparece cuarto en cuanto a superficie, pero tan sólo en el puesto 44 en población, y, por lo tanto, tiene la tercera densidad más baja de los Estados Unidos.

La economía se basa principalmente en la agricultura, incluida la ganadería y la agricultura de granos de cereales así como también en la extracción de madera. Otras actividades económicas importantes son el petróleo, el gas, el carbón y la minería de roca dura. Los servicios de salud y sectores del gobierno también son importantes para la economía del estado.

El turismo es también un factor importante en su economía, con millones de visitantes al año que llegan seducidos por el Parque Nacional Glacier, el lugar de la Batalla de Big Sky.

Little Big Horn, y el Parque Nacional De Yellowstone, el primero y más viejo (1872) parque nacional en el mundo, dentro del cual se pueden observar la mayoría de los géiseres del planeta.

Muchas áreas son sólo accesibles durante el verano, finales de primavera y principios de otoño, dependiendo de la cantidad de nieve caída y la elevación. Puede nevar en cualquier época del año, incluso en el verano, y especialmente a mayores altitudes. La mejor forma de evitar el clima húmedo es planear la visita para principios de verano. En la primavera, sin embargo, las noches son frías y las sierras de gran altitud. En verano son comunes las tormentas. El terreno montañoso evita la formación de tornados. El invierno puede traer olas de frío, especialmente en la zona este de la Divisoria continental. Las nevadas son comunes durante todo el todo el invierno y las mayores acumulaciones de nieve se producen en el oeste.

Parque Nacional Glacier…

El Parque Nacional Glacier (en inglés Glacier National Park) se encuentra situado en Montana en la frontera con Canadá. Este se compone de dos sistemas montañosos, 130 lagos con nombre, más de mil especies de plantas y cientos de especies de

animales. Este vasto ecosistema de 4.101 kilómetros cuadrados es la pieza central de lo que ha venido llamándose la "corona de ecosistemas del continente", un conjunto de áreas protegidas de 44 mil kilómetros cuadrados. La famosa autopista "Goingto-the-Sun" (yendo hacia el sol), atraviesa el corazón del parque. Desde la autopista los visitantes obtienen buenas vistas de las cadenas montañosas Lewis y Livingston así como de densos bosques, cascadas, dos grandes lagos y de zonas de tundra alpina. Un total de 350 puntos se encuentran incluidos en el registro nacional de lugares históricos. El parque está dominado por montañas que fueron moldeadas por los glaciares de la última glaciación.

Estos glaciares han ido desapareciendo desde hace 15 mil años. Las pruebas de su existencia se pueden observar por todo el parque debido a la presencia de valles en forma de U, circos, sierras y lagos en las bases de los picos más altos.

Postal de los bellos paisajes de Montana.

Algunas ciudades de Montana destacables…

Big Sky alberga el complejo del esquí más grande en América: el Big Sky Resort, con más de 5.800 acres de terreno de descenso de esquí, y uno de los sistemas nórdicos de pistas más grandes de la nación en Lone Mountain Guest Ranch, con más de 85 kilómetros de pistas acondicionadas. Esta animada comunidad es un patio de recreo durante todo el año para los que disfrutan de las actividades al aire libre. Golf, tenis, senderismo, paseos a caballo, pesca, ciclismo de montaña, rafting, descenso y esquí de fondo, paseos en trineo y motos de nieve, son los principales deportes que pueden practicarse en esta ciudad.

Missoula, conocida como la "Ciudad Jardín" por sus árboles densos y su exuberante paisaje verde, se encuentra en el corazón de las Montañas Rocosas del norte, en el oeste de Parque Nacional Glacier.

Montana. Una comunidad de aproximadamente 85.000 residentes, está situada en un bosque de montaña donde cinco valles convergen.

Whitefish, está situada en las impresionantes Montañas Rocosas del norte, al lado de los picos del Parque Nacional Los Glaciares y Whitefish Mountain Resort. Esta localidad es el

hogar de alguna de las montañas más bellas del mundo, y de una espectacular naturaleza virgen, incluyendo el lago de whitefish y los ríos escénicos. Su privilegiada ubicación la mantiene a salvo de los cambios climáticos extremos que se presentan en otras partes de Montana, por lo que es una ciudad ideal para visitar durante todo el año.

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LITORAL BRASILEÑO

Bombas y Bombinhas, separadas por un morro Nos adelantamos a la temporada de verano 2016, y visitamos estas dos ciudades populares de la costa de Santa Catarina, situadas una próxima a la otra en la bahía de Porto Belo. Por su cercanía, muchas veces son consideradas un solo destino turístico, conocido por sus bellezas ecológicas, su tranquilidad familiar y su condición como capital brasileña del buceo…

Playas variadas, deportes náuticos y una completa gama de servicios hacen de Bombas y Bombinhas dos de los balnearios más elegidos de la costa de Santa Catarina. Son dos ciudades vecinas tan cercanas una de la otra, que los turistas que se hospedan en una de ellas, se vuelven conociendo ambas playas.

Se ubican en el estado de Santa Catarina, en la península de Porto Belo, a sólo 55 kilómetros de Florianópolis, dentro del municipio de Bombinhas. La playa de Bombas es una hermosa bahía de 2 kilómetros de extensión y es la primera que se visualiza al llegar al municipio.

El clima en esta zona es muy bueno durante todo el año, pero por la zona de Brasil que se encuentra se recomienda ir en verano o en los meses cercanos a esta estación para poder disfrutar del paraíso de sus playas.

El turismo en estas localidades ofrece servicios e infraestructura para recibir visitas todo el año, con ofertas de alojamiento que van desde zonas de camping hasta alquiler de apartamentos, posadas y hoteles de diversas categorías. Es el ambiente propicio para los deportes acuáticos, encontrarás locales de alquiler de equipos e instructores para iniciarte en la práctica de surf y buceo.

Las extensiones de playa que forman las bahías, con sus aguas tibias y oleajes fuertes, son el motor del turismo, pero una vez que hayas disfrutado del sol y del mar, hay más propuestas en entretenimiento y actividades que debes considerar.

Mapa del municipio de Bombinhas.

Bombas y Bombinhas ofrecen también una gran cantidad de actividades nocturnas, con una variada oferta gastronómica y muchas fiestas que duran hasta la madrugada, sobre todo en época de carnaval.

Atractivos turísticos…

El pequeño municipio de Bombinhas es sinónimo de bellas costas, desafiantes olas y diversión veraniega. El mar y el sol son las grandes atracciones, con hermosas playas del Océano Atlántico donde se pueden practicar todo tipo de deportes acuáticos, contando además con playas especiales para hacer surf.

Las playas son de arena muy blanca y fina, y el agua es bastante cálida y transparente por lo que se pueden ver pececitos de colores en el fondo del mar.

Por su carácter céntrico, la playa de Bombinhas es la más activa y popular del municipio, con aguas claras y serenas ideales para baños.

Tiene casi un kilómetro de largo sobre el cual se emplazan múltiples bares, posadas y restaurantes de estilos diversos. Durante el verano, la diversión se instala sobre la arena tanto de día como de noche.

De espíritu más familiar, las blancas arenas de la playa de Bombas se extienden a lo largo de dos kilómetros bañados por aguas transparentes. También cuenta con numerosos restaurantes que dan al mar, haciendo aún más cómoda la jornada de playa. El paisaje de Bombas se caracteriza por las casas de veraneo instaladas sobre la costa, paisaje que puede apreciarse ya desde el municipio de Porto Belo.

Centro de Bombinhas.

Playas de Bombinhas.

El ecoturismo tiene en Bombas y Bombinhas un marco inagotable de aventuras. Esto se refleja en la Reserva Biológica Marina de Arvoredo, considerada patrimonio ecológico nacional, está integrada por las Islas de Arvoredo, Galé, Deserta y Calhau de São Pedro.

Además de su riqueza ambiental (infinidad de especies de flora y fauna nativa, entre ella se destacan rayas, langostas, peces ángel, garopas, estrellas de mar, erizos, pulpos y miles de pececillos multicolores), estas áreas protegidas gozan de gran valor histórico y arqueológico, y por ello son objeto de investigaciones científicas destinadas a su preservación. Las aguas que bañan la reserva conforman uno de los lugares más espectaculares para el buceo en Brasil, gracias a la extensa cantidad y diversidad de especies marinas que habitan el área. La Isla del Arvoredo es el área excepcionalmente idónea para bucear, aunque su acceso está controlado en pos de proteger la biodiversidad de las aguas. Hay varios operadores en Bombinhas que hacen los traslados en barco a la reserva, brindando todo el equipamiento de buceo necesario. Sin embargo, en pos de peservar la

ecología de la región, algunas áreas están restringidas al buceo.

El Parque Municipal do Morro do Macaco, situado a 150 metros de altura en el barrio Canto Grande, este parque ofrece uno de los mejores panoramas de Bombas y Bombinhas. Desde su cima se observan las islas de Arvoredo y las playas de Mariscal y Zimbros. Las laderas son un hábitat espléndido de la Laelia purpurata, una orquídea de exótica belleza, elegida como flor simbólica de Santa Catarina. La Isla del Macaco, tam-

bién integrante del parque, es un lugar preferido para el buceo y la pesca por sus aguas tranquilas y ricas en especies ictícolas. El monte es un buen lugar para saltos de vuelo libre y paraglider, en virtud a sus corrientes térmicas favorables.

Otro de los inconmensurables panoramas de Bombas y Bombinhas puede apreciarse desde el Mirador Eco 360º en el acceso a la playa de la Tainha. Se puede llegar en auto desde a través de las playas (Continúa en pág. 27) Iglesia en el centro de Bombinhas.

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Callecitas de Bombinhas.

(Viene de pág. 26)

de Canto Grande y Conceição.

Por otro lado, el programa "Viva Trilha" (Camino Vivo), invita a disfrutar el patrimonio ecológico de Bombinhas en una serie de circuitos y pasarelas inmersos en la mata atlántica. Un sueño para los que aman la aventura y el ecoturismo: trekking, ciclismo y observación de especies en un entorno privilegiado y bien conservado.

Deportes acuáticos…

Las aguas límpidas de Bombas y Bombinhas son un ámbito excepcional para los deportes acuáticos.

Las variadas playas del balneario conforman escenarios idóneos para cada especialidad: olas agitadas para surfear, mareas calmas para nadar, áreas propicias para pescar.

Pero el deporte insignia de esta zona es el buceo: la rica biodiversidad marina y la óptima calidad del agua ofrecen un paraíso para buzos profesionales y aficio-

Locales comerciales en Bombinhas.

nados, al punto que se considera a Bombinhas como la "capital brasileña del buceo". Uno de los lugares más interesantes para bucear es el mar de Galé, donde se puede ver una embarcación hundida en 1957.

También es excelente la Isla de Macuco, con numerosas especies muy cerca de tierra firme, y la mencionada Reserva Biológica del Arvoredo.

En la ciudad existen numerosas escuelas y operadores especializados que aportan todo lo necesario (alquiler de equipos, traslado en lanchas, instructores profesionales) para sumergirse en el mar y admirar las maravillas subacuáticas. La escuela de buceo más famosa llamada "Nief Escuba". Quienes no se animen a nadar en lo profundo pueden simplemente colocarse un equipo de esnórquel y divisar llamativos peces desde la superficie.

Bombinhas es muy concurrida durante todo el año por amantes del buceo, y en los meses de mayo a julio algunas de sus playas se cierran para permitir la pesca de la tainha, un típico pez de la zona que

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Entrada de la playa de Bombas

en esa época viene a reproducirse.

Otro lugar ideal para la pesca es la playa desierta Porto da Vó, situada en un entorno pacífico y relajante.

Camino a Mariscal.

Playas y excursiones en los alrededores…

En total entre Bombas y Bombinhas y las playas que se encuentran a su alrededor son más de 18 playas, donde incluso hay algunas que permanecen desiertas y sin una infraestructura para poder llegar, salvo por el mar.

Para sumergirse en la tradicional cultura azoriana, es recomendable una visita a esta pequeña Vila do Engenho, ubicada al inicio de la playa de Bombinhas. Allí, en un gran museo vivo, funcionan dos emblemáticos molinos: uno de caña de azúcar, productor de melado, y otro de harina de mandioca. Todo está conservado recreando la vida de los primeros colonos del lugar.

Sobre la ensenada del mismo nombre, se encuentra la playa de Zimbros, llamada así por la presencia de zimbros, plantas medicinales y aromáticas ya utilizada por los antiguos pobladores azorianos.

Las arenas limpias y las aguas tranquilas de esta playa la tornan perfecta para caminatas y tardes en familia, disfrutando de relajantes baños de mar y de un paisaje lejos del bullicio céntrico.

Otro paseo de interés por los alrededores de Bombas y Bombinhas es Canto Grande, una diminuta villa de pescadores con menos de mil habitantes, con playas espectaculares y pacíficas sobre la ensenada de Zimbros. Además de degustar la más tradicional gastronomía del municipio, en la cual sobresalen los pescados frescos del día, producto de la pesca artesanal, en esta localidad se disfruta de la exuberante naturaleza del Monte del Macaco, entre rocas y vegetación. La villa cuenta con dos playas, "Mar de Dentro" al oeste (calmo e ideal para baños) y "Mar de Fora" al este (abierta y con más olas, perfecta para los deportes acuáticos, y donde entre julio y agosto pueden avistarse ballenas).

La playa de Quatro Ilhas es la favorita de los surfistas expertos por su generoso oleaje, esta playa tiene unos 200 metros de extensión enmarcados por suaves morros que

dan un aspecto idílico al paisaje.

Mar abierto de olas perfectas, la playa Mariscal es otro de los puntos de surf preferidos de Bombas y Bombinhas. Esta playa de 4 kilómetros de extensión es menos concurrida y mucho más espaciosa que las playas centrales, ofreciendo un escenario calmo y cómodo donde

disfrutar la naturaleza. A su alrededor, no obstante, se emplazan varios servicios de alojamiento y gastronómicos para brindar todo el confort a los turistas.

Desde estas ciudades se pueden realizar paseos por el día para re(Continúa en pág. 28) Bora Bora Beach Club, situado en la Praia da Conceição.

Datos útiles: ¿Cómo llegar?: situado a medio camino entre Florianópolis e Itajaí, Bombas y Bombinhas es fácilmente accesible en automóvil y bus. La entrada al balneario se encuentra en el kilómetro 155 de la ruta BR-101, en el viaducto hacia Porto Belo y

Bombinhas. Desde allí, son 15 kilómetros de camino asfaltado por la SC-412.

Hay varios paquetes armados en bus para alojarse en estas localidades o en la zona, por 7 0 9 noches, la mayoría salen desde Rafaela.

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Buceo en la Isla del Arvoredo.

Mirador Eco 360º en el acceso a la playa de la Tainha.

(Viene de pág. 27) correr Florianópolis (a 55 km), Porto Belo (a 9 km), Vila do Farol, Itajaí (a 52 km), Camboriu (a 41 km) y Blumenau (a 89 km), donde se pueden adquirir excursiones con guías por muy buenas tarifas.

De sabores, diversión y algo más…

Típico municipio pesquero, Bombinhas tiene en los frutos de mar el componente principal de su gastronomía. La cocina típica del balneario -heredera de las centenarias tradiciones del pueblo colono azoriano- se define como simple, sabrosa, y siempre servida en abundancia. Los mariscos y ostras son las verdaderas estrellas del menú de Bombas y Bombinhas, distingui-

do como centro de cría artesanal de estas especies.

A lo largo de la costa, el turista hallará numerosos bares y restaurantes donde probar las exquisitas especialidades de la cocina regional, combinadas con platos internacionales. Entre ellos sobresalen: Berro d’ Água, ubicado en la playa Zimbros; Casa da Lagosta, situado en la playa de Bombinhas; Cantina Massaiola, ofrece deliciosa comida italiana en el centro de Bombinhas, con imperdibles pastas artesanales; La Coquille, una tradicional crepería francesa, en pleno centro de Bombinhas; Tia Maria, situado en el barrio Alto Bombinhas; y Abstrato, un café y pub de estilo bistró con un sofisticado menú en la playa de Bombinhas.

Aunque la tranquilidad es uno de los atributos más disfrutados por

quienes eligen Bombas y Bombinhas, la noche en estos balnearios no carece de vida en sus numerosos bares. Tragos y música en vivo amenizan las horas nocturnas de la temporada de verano, sobre todo sobre la céntrica playa de Bombinhas.

Tras una jornada de mar y sol, nada mejor que una divertida salida de noche. Entre los principales locales nocturnos destacamos: Mentawai Bar, en la playa del Mariscal; Betinho Café Bar, en pleno centro de Bombinhas; 100 Mistura Bar, música electrónica y shows en vivo marcan el ritmo de este bar, un enorme local con capacidad para mil personas donde se baila hasta la madrugada en la playa de Bombas; Bora Bora Beach Club, situado en la Praia da Conceição; y Maui Bar, en Bombinhas.

Trekking entre la mata atlántica, programa "Viva Trilha" (Camino Vivo).

Atardecer en la playa de Canto Grande.

La caipiriña (en portugués caipirinha) es un cóctel típico de Brasil, consistente en cachaza, lima, azúcar y hielo.