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JUEVES 3 DE NOVIEMBRE DE 2022
Agricultura variable: un camino de ida La segunda edición de Sembrar Saber volvió a reunir a todos los que forman parte de la agricultura de precisión. Los que aportan datos, los que los interpretan y quienes toman decisiones en el lote se unieron en un solo espacio para debatir en torno a una forma de producir que ya es tendencia. Hace pocos días, el Congreso "Sembrar Saber" reunió a más de 1.000 asistentes online que siguieron atentamente los aportes realizados por los 18 oradores. Distribuidos en cuatro bloques temáticos, lograron abordar la agricultura variable desde todas las miradas posibles. La conclusión: la agricultura de precisión es una forma de producir en crecimiento que irá consolidándose cada vez más. La forma de llevarla adelante es entre todos: proveedores de insumos y tecnologías, asesores y productores.
Disminuir la brecha de rendimientos Un poco de contexto. Juan Pablo Monzón es productor, asesor e investigador. Para él, la respuesta a la mayor demanda de alimentos debe surgir del incremento de la productividad y no de la superficie. "Desde el 2000, la superficie agrícola crece a razón de 13 millones de hectáreas por año y se avanza sobre áreas ambientalmente frágiles", anunció. En contraposición, argumentó que hay que ir hacia un modelo de intensificación sustentable y la forma de lograrlo es disminuyendo la brecha de rendimientos por hectárea de cultivo. "Si se achica esa brecha, en la Argentina se puede crecer 26% en maíz, 26% en trigo y 15% en soja", dijo. Pero para lograrlo hay que ajustar el uso de nutrientes: "El balance es negativo en todos los nutrientes y regiones. Deberíamos duplicar la dosis de nitrógeno y fósforo, y
multiplicar por 6 la de azufre promedio en el país", apuntó Monzón.
Manejo por densidad Para Juan Ignacio Rattalino, de Syngenta, comprender los límites de la productividad de los cultivos y el desempeño de los lotes es fundamental para establecer metas realistas de producción e identificar oportunidades para afinar las prácticas de manejo actuales. La respuesta está en la ambientación. Agustín Pagani, de Clarion, explicó que se trata de identificar aquellas zonas dentro de un lote que expresan una combinación homogénea de factores limitantes de rendimiento para las cuales un único nivel de insumos es apropiado. En base a eso se puede hacer un manejo por densidad: "A medida que uno aumenta la densidad de plantas, el rendimiento tiene un comportamiento cuadrático, un nivel óptimo en que el cultivo maximiza su productividad y por debajo del cual el rendimiento cae. También es posible zonificar el manejo de nitrógeno y fósforo, analizando la demanda del suelo, de extracción y los niveles de productividad", enumeró.
"Robadores de rindes" Nicolás Pizzichini, de Precision Planting, dijo que para hablar de siembra variable y siembra de precisión tenemos que hablar de los robadores de rindes, que son los que generan las brechas. Se trata de cinco factores: la nutrición, la emergencia de las semillas, el sis-
tema dosificador de la sembradora, el espaciamiento entre semillas y la población -que la sembradora variable pueda aplicar la dosis justa en cada ambiente-. "Para que las semillas emerjan lo más rápido posible es fundamental medir la humedad del lote. Esto se puede hacer con un sensor de carga que va en el cuerpo de siembra en el sistema de control de profundidad", dijo y se refirió al Smart Firmer, un sistema que aporta información sobre la humedad y limpieza del surco, la temperatura del suelo, la materia orgánica. Datos que permiten definir rangos de densidad y aplicar una prescripción en tiempo real.
Recomendador de Nidera Luis Mayer, de Nidera, presentó los modelos disponibles para la toma de decisiones de densidad y fertilización que surgen del Recomendador de Nidera. Con esta herramienta es posible determinar la densidad adecuada para cada uno de los materiales para cada ambiente. Se aplica en maíz y girasol y arrojan no solo la densidad óptima biológica sino también la densidad óptima económica. El Recomendador de Nidera también informa el requerimiento de nitrógeno, que según Mayer es dinámico y se aleja del modelo teórico fijo de 22 kg/t ya que depende de los rendimientos. Además, la plataforma tiene una herramienta que se llama "Variable Nidera" que permite autogestionar el lote variable de acuerdo a la
productividad que tenga cada ambiente. "Si no tenemos una ambientación preestablecida también la podemos generar a través de imágenes satelitales de NDVI combinables con otras capas de información", explicó el técnico.
Calidad en la implantación Agustín Bianchini, de Okandú, hizo hincapié en la calidad de implantación. "La siembra directa se caracteriza por tener rastrojo en superficie que genera variabilidad de humedad en suelo. Muchas veces se generan sectores compactados por la huella de la propia sembradora, de las tolvas o las cosechadoras, con lo cual hay una desuniformidad de la compactación del suelo, la humedad y la
cobertura de rastrojo". "Eso genera una variabilidad en la humedad de la semilla y afecta su momento de germinación. El desafío en estos sistemas de siembra directa y rotación está centrado en la colocación de semillas para optimizar sus condiciones de germinación", explicó. "Cuando no cumplimos con los requerimientos para que las plantas emerjan en un rango de tiempo similar, empezamos a tener problemas de desuniformidad espacial o temporal. En 3 años de evaluación, la desuniformidad espacial y temporal en maíz mostró pérdidas de rendimientos relativas de entre 6 y 22%. En un rendimiento esperado de 13.000 kg/ha, la desuniformidad espacial y/o temporal puede reducirlo entre 800 y (Continúa en pág. 23)