Suarez intenta conectar diversas tramas de realidad que convocan el fenómeno del desplazamiento forzado, desde el concepto de campo, lo cual resulta una perspectiva de gran utilidad para abordar y comprender sus niveles de complejidad y asumir una posición epistemológica frente a los análisis que de allí, se desprenden; sin embargo, para esta investigación resulta de mayor interés un concepto que permita reconocer la multiplicidad de significados e intercambios que se producen desde los sujetos protagonistas de la experiencia, pensando en cómo van configurando uno o varios campos de significación y de intercambio social en los distintos momentos en los que viven el desplazamiento forzado. Donny Meertens refiere igualmente a los procesos de construcción y de reconstrucción en las condiciones materiales y subjetivas de los sujetos, no obstante se considera oportuno abordar a profundidad el concepto de subjetividad como un eje independiente, con el fin de comprender cómo la experiencia impacta a los sujetos en su proceso de constitución. Oslender introduce los conceptos de territorialización y de geografías del terror para entender de manera amplia las afectaciones de los sujetos en esa relación imprescindible con el territorio, logrando ubicarlo en el contexto de la guerra; sin embargo cae en una mirada que se reduce a las transformaciones que unos agentes producen sobre otros, dejando de lado las formas en las cuales
esos
sujetos
evidentemente
afectados,
producen
modos
de
sobrevivencia afectando igualmente las dinámicas o los contextos en los que construyen la vida. Definitivamente el concepto de “destierra” utilizado por Pilar Riaño, recoge de manera significativa los procesos macro y micro sociales en los que se desarrolla el desplazamiento forzado, ubicándolos en las experiencias de vida de los sujetos que cargan consigo, actualizan y 17