Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres. Medellín 2012

RELATOS DOMINANTES QUE NATURALIZAN

Y LEGITIMAN LAS VIOLENCIAS CONTRA LAS MUJERES

Medellín - Diciembre 2012

Mujeres Sin Miedo

• RELATOS DOMINANTES QUE NATURALIZAN Y LEGITIMAN LAS VIOLENCIAS CONTRA LAS MUJERES •

Créditos Sergio Fajardo Valderrama Gobernador Antioquia Rocío Pineda García Secretaría de las Mujeres de Antioquia 2012 -2014 Patricia Builes Gómez Secretaría de las Mujeres de Antioquia 2014-2015 Cenelly Rodríguez Giraldo Directora de Desarrollo de la Secretaría de las Mujeres de Antioquia Gloria Luz Gómez Ochoa Directora de Fortalecimiento Institucional y Comunicaciones de la Secretaría de las Mujeres de Antioquia Investigación “Relatos Dominantes que Naturalizan y Legitiman las Violencias contra las Mujeres” realizada por la firma Consenso Investigaciones Diciembre - 2012 2015

ÍNDICE Pág 1. PRELIMINARES Objetivo Enfoque metodológico Cobertura geográfica

5 6 6 7

2. RELATOS QUE LEGITIMAN Y NATURALIZAN LA VIOLENCIA Fase cualitativa Hogares 2.1 Creencias asociadas al género 2.2 Creencias asociadas al agresor 2.3 Creencias asociadas a la mujer violentada 2.4 Creencias asociadas al matrimonio y la familia 2.5 Creencias asociadas a la privacidad de las relaciones de pareja

9 11 20 24 30 32

3. BÚSQUEDA DE AYUDA Fase cualitativa Hogares 3.1 Del porqué se permanece en la situación de maltrato 3.2 Ayuda: La que se busca y la que encuentra 3.3. Las sobrevivientes

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4. CUANTIFICACIÓN DE RELATOS Instituciones

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5. PERCEPCIÓN DE LAS VIOLENCIAS CONTRA LAS MUJERES 5.1 Comportamiento del agresor 5.2 Percepción social de las mujeres victimas

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6. BÚSQUEDA DE AYUDA 6.1 Razones para buscar ayuda 6.2 La búsqueda de ayuda

49 51 55

7. CUANTIFICACIÓN DE RELATOS

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8. ACCIONES POSIBLES PARA EL CAMBIO

ANEXOS

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35 36 39

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CAPÍTULO 1

PRELIMINARES

• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

OBJETIVO Identificar los relatos dominantes que dan cuenta de los discursos, prácticas, normativas y simbolismos que perpetuán, reproducen, legitiman y naturalizan las violencias contra las mujeres en el departamento de Antioquia.

ENFOQUE METODOLÓGICO 1. Información De Contexto • Reunión de concertación de inicio del estudio • Revisión bibliográfica

2. Diseño instrumento • Identificación de los relatos a ser cuantificados mediante: • Sesiones de sesiones de grupo en las nueve regiones(11 en total) • Entrevistas funcionarios de instituciones (19)

3. Recolección de información • 2.500 encuestas presenciales en hogares • 196 encuestas a representantes de los sectores Justicia, gobierno municipal, salud y educación

4. Procesamiento análisis y elaboración de informe • Sistematización, análisis y elaboración de informe cualitativo • Digitación, generación de tablas estadísticas, análisis y elaboración de informe cuantitativo

5. Entrega de resultados • Informe de naturaleza cualitativa • Informe de naturaleza cuantitativa

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COBERTURA GEOGRÁFICA

265 Hogares 26 Instituciones

TOTAL EN ANTIOQUIA

Urabá 122 Hogares 8 Instituciones

Bajo Cauca INSTITUCIONES

196

112 Hogares 24 Instituciones

Norte

99 Hogares 23 Instituciones

Nordeste

HOGARES

2.500

70 Hogares 16 Instituciones 77 Hogares 16 Instituciones

Magdalena Medio

Occidente Suroeste 153 Hogares 33 Instituciones

Oriente Valle del Aburrá 1368 Hogares 18 Instituciones

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234 Hogares 32 Instituciones

COBERTURA GEOGRÁFICA

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CAPÍTULO 2

RELATOS QUE LEGITIMAN Y NATURALIZAN LA VIOLENCIA FA SE CUALI TAT I VA - HO GAR E S

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Categorías de creencias y relatos que naturalizan y legitiman las violencias Se identifican cinco grandes categorías de creencias y prácticas cotidianas que hombres y mujeres expresan en sus relatos y que reproducen permanentemente las violencias contra las mujeres:

Atribuciones de Género

• Las mujeres son delicadas, emotivas y les es fácil expresar afecto. Los hombres que no lloren, porque las que lloran son las mujeres • Los hombres tienen “cierta jerarquía” y “autoridad” sobre las mujeres • Sólo dos opciones de mujer: ¿Caserita o Callejera?

• Los hombres no pueden controlar sus impulsos (sexuales y agresivos), las mujeres sí • Los hombres pueden ser infieles, las mujeres no • Las mujeres no necesitan estudiar • Sexo débil • La mujer es más “responsable” con el “orden en su casa” y “el cuidado” de los hijos • Las mujeres jóvenes deben conservarse “vírgenes” • Hablar sobre sexualidad en el hogar es “darle permiso” a las jóvenes para que tengan relaciones sexuales • Consígase un marido pa´ que la mantenga

El agresor

• Los hombres que maltratan a la mujer lo hacen porque están borrachos • Los hombres que abusan de sus parejas, fueron víctimas o testigos de violencia intrafamiliar • El hombre tiene derecho a maltratar porque es el que trabaja y trae dinero a la casa

La mujer

• Un hombre no maltrata porque sí, ella también habrá hecho algo para provocarlo • Ya no me pega, ¿Será que ya no me quiere?

• Si una mujer es continuamente maltratada, la culpa es suya por seguir viviendo con ese hombre • Si se porta bien, él no la maltratará

El matrimonio y la familia

• Todo por los hijos • Hasta que la muerte los separe - 10 -

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La privacidad del espacio de pareja • El silencio o la vergüenza • Usted no se meta que no es asunto suyo

2.1. Creencias asociadas al género Durante la niñez y la adolescencia tanto hombres como mujeres crecen con una serie de creencias y costumbres sobre quiénes son, qué deben hacer y cómo deben comportarse, en función de su sexo.

Tales convicciones suelen trascender de una generación a otra, al punto que a pesar que desde hace más de medio siglo las mujeres han ido ganando espacios en la educación, el trabajo y la sociedad, los roles de ambos sexos pareen mantenerse intactos en el imaginario de las y los asistentes.

Se logran identificar entre los relatos y comentarios de los/las asistentes las siguientes como las creencias más relevantes en función del “ser mujer” y el “ser hombre”: “A una mujer se le dice cuando es niña, usted vaya jugar con cosas rosaditas y su espacio es allá en la cocina con su mamá. (Mujeres Medellín).

“El hombre en sí es más de la calle, es más rudo, más machista, es el que lleva la plata a la casa, entonces por esa razón, no se ocupan tanto del hogar, porque tienen un rol diferente.

(Mujer, Medellín).

Ser mujer Ser mujer está asociado con maternidad, entrega, estereotipos relacionados con la belleza, sumisión, hogar, crianza de los hijos, organización, ternura y también con sufrimiento. Algunas expresan que ser mujer para ellas es motivo de orgullo.

“A la mujer la asocian con una cocinita y unos bebes, ¿Cómo así que no la pueden asociar con el mundo de los negocios, con otras cosas que le ayuden a crecer? Ahí va a ser una pelea grande.”

(Mujer, Apartadó) “Cuando yo oigo ‘nació una niña’, yo digo…Viene una niña mas a sufrir en este mundo, porque nosotras las mujeres sufrimos mucho por el maltrato de los hombres, yo he sufrido mucho, por eso me llevo esa idea.” (Mujer, Puerto Berrío).

“Para mí la mujer femenina no es aquella mujer tosca, no es aquella mujer grosera, no es aquella mujer vulgar, no es aquella mujer ordinaria, no es aquella mujer como, uno siempre tiene la imagen de ella, delicada, cariñosa, tierna, sencilla”. (Hombre, Caucasia).

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Ser hombre Ser hombre, según participantes está asociado con control, dominio, capacidad de ser proveedor, calle, rudeza, autoritarismo, machismo, control o negación de sentimientos.

“Mi hermanito no puede hacer nada, no puede ni cocinar porque mi mamá dice que los hombres no sirven para eso, él puede dormir hasta tarde, yo no.” (Mujer, Yarumal).

“El hombre en sí es más de la calle, es más rudo, más machista, es el que lleva la plata a la casa, entonces por esa razón, no se ocupan tanto del hogar, porque tienen un rol diferente. (Mujer, Medellín).

“De pronto si se ve en los hogares cuando tienen hijos varones y mujeres que siempre a las mujeres siempre se les trata con más amor, más cariño en cambio el hombre como es el hombre le pegan… no llore que usted es un hombre (…). Si usted a un hijo le está diciendo…no llore porque usted es un varón, o siempre lo está tratando diferente a como está tratando a las niñas él va a entender tiene que ser más fuerte que la hermanita. Entonces desde ahí se ve.” (Mujer, Amalfi).

Aunque con frecuencia se expresa que “por naturaleza” hombres y mujeres tienen un determinado comportamiento, es claro que los participantes identifican determinantes culturales del ser hombre y el ser mujer, razón por la cual, creen que roles y atribuciones pueden ser modificables con el tiempo. No obstante lo anterior, es claro también que cualquier cambio que se inicie genera resistencias tanto a nivel individual como social: “Yo le digo a mi hijo mayor que tiene 26 años, mijo, usted no se pierda nada de nada de lo que sea la crianza de sus hijos, involúcrese, cambie el pañal, lave teteros, ayúdele a su esposa en las labores de la casa. (Mujer, Rionegro). “Últimamente ya se están invirtiendo los roles, ya las mujeres salen más descarriadas que los hombres, ya no tienen la visión de casarse, las costumbres se han perdido mucho y como tienen ese pensamiento de que la mujer tiene que quedarse en la casa, cocinar, cogerle el calzoncillo que dejó en el baño, entonces el dicho ahora es: primero p… que ama de casa”. (Hombre, Medellín).

En algunos casos, se “acepta” que los roles cambien en alguna medida pero, siempre y cuando no se abandonen los tradicionalmente asignados.

“Yo no estoy en contra de que la mujer trabaje y se desempeñe como profesional pero que tampoco descuide su rol de madre, de esposa, de compañera, de amiga, de consejera, que pasa, que una mujer que se dedica todo el tiempo a su parte laboral, entonces llega y le deja su educación, su responsabilidad como madre, como compañera se lo deja a la niñera. “ (Hombre, Caucasia).

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“Yo trabajo, llego a la casa y sigo trabajando, me toca hacer la comida y dejar la del otro día lista, me toca organizar la casa por la noche cuando llego y en la mañana termino de organizarla, pero eso lo hago yo sola, eso se debería compartir, el hombre también le debería ayudar a uno, eso no lo hace menos hombre” (Mujer Rionegro).

Los hombres tienen “cierta jerarquía” y “autoridad” sobre las mujeres Esta es una de los grupos de creencias que más mencionan los hombres y mujeres participantes de los diferentes grupos. Se dice que, en nuestro medio, existe la convicción de que los hombres siempre deben situarse en un nivel de superior de jerarquía sobre las mujeres, debiendo ser sus actitudes, opiniones y comportamientos respetados y sus decisiones obedecidas.

“Las mamás se lo repetían a uno a cada rato, usted como mujer no tiene derecho a opinar ni a decir nada, sino que es él el que decide, el es el hombre”. (Mujer, Medellín).

“Eso era lo que le aconsejaban a uno, que uno tenía que ser sumiso, que lo que ellos dijeran tenía que ser así, uno no podía opinar mucho, ni decirles que no”. (Mujeres, Medellín).

“Muchas mamás amenazan a los hijos, le voy a decir a su papá cuando venga”. (Hombre, Medellín).

Un sistema de creencias sostenido en tales premisas, tiene como consecuencia inmediata la noción de que un hombre tiene el derecho y la obligación de imponer medidas disciplinarias para controlar el comportamiento de quienes están a su cargo, principalmente el de su pareja.

“Parte de la violencia del hombre hacia la mujer se debe al tipo de formación que le dan al hombre porque desde pequeño le enseñan que él tiene la mayor jerarquía y que la mujer tiene que obedecerlo.” (Hombre, Medellín).

“La frase es, el hombre hace a la mujer y la mujer hace el hombre, pero resulta que muchas veces el hombre hace más a la mujer que la mujer al hombre porque ellos de por sí tienen una especie de machismo donde ellos no dejan que uno lo haga a su manera, sino que ellos quieren es hacerlo a uno a la manera de ellos. Tienen el temperamento de que porque él es el hombre, él es el macho, el es el que tiene la voz y la palabra y la decisión y nosotras no.” (Mujer, Medellín).

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Las mujeres son delicadas, emotivas y les es fácil expresar afecto.

Los hombres que no lloren, porque las que lloran son las mujeres En general tanto hombres como mujeres manifestaron la creencia de que las mujeres tienden a ser más sensibles, libres, sueltas y espontáneas para demostrar sus emociones y en la expresión de afecto. Por el contrario los hombres controlan sus sentimientos e, incluso, a veces hasta parecen “carecer” de ellos.

“La mujer se enamora y si está con él es porque uno lo quiere o siente algo por él. El hombre no, el hombre juega con uno cuando le da la gana y chao”. (Mujer, Medellín).

“Las mujeres son como más emotivas, tienden más a los sentimientos y a expresarlos, el hombre es más calculador, más racional”. (Hombre, Medellín).

“En el tema emotivo se dejan afectar por los problemas más que los hombres; la mujer no puede aislar los problemas emocionales tan fácilmente, llora con facilidad”. (Mujer, Medellín).

“Hay muchas de nosotras que no pensamos con la cabeza sino con el corazón, entonces nos inclinamos hacia las cosas del corazón y a los sentimientos”. (Mujer, Medellín).

La represión de los sentimientos es algo que se les inculca a los hombres desde muy temprana edad bajo el mandato según el cual llorar es evidencia de debilidad y por lo tanto, deben dar ejemplo de fortaleza ante la mujer.

“Si un hombre ve llorar otro hombre verdaderamente es porque le esta doliendo algo, ¿Qué será lo que tiene ese hombre? ¿Por qué esta llorando? Averigüemos a ver qué es lo que pasa, si es un amigo le pregunta y hasta de pronto le da sus ganas de llorar también porque ve que aquel hombre está sufriendo”. (Hombre, Caucasia).

“A uno le dicen, el hombre no puede expresar sentimientos”. (Hombre Medellín).

“Usted es un hombrecito, no puede llorar”. (Hombre, Medellín).

“Es que el hombre es el que intenta ser más fuerte, si un hombre se golpea, ¡¡ah juemadre golpe!!

Una mujer ¡ay!! Se pone a berrear, el hombre intenta ser más fuerte. (Hombre, Caucasia).

Sólo dos opciones de mujer: ¿Caserita o Callejera?

“Hay dos tipos de mujer, la caserita y la callejera”. (Hombre Medellín).

“Las mujeres o son muy putas o son muy santas”. (Mujer Medellín)

Como lo expresa de manera extraordinaria el relato citado arriba, existe entre los y las participantes del estudio la creencia de que las mujeres pueden ser “buenas” o “malas” - 14 -

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según tengan el hogar como prioridad de su vida.

“La buena mujer es la del hogar. La mala mujer es la que decide salir, conseguirse su amigo, sentirse valorada, querida por él. Esas son las malas mujeres para los hombres, para la sociedad”. (Mujer, Santa Fé de Antioquia).

Con frecuencia se dice que son las propias mujeres-mamás las que reproducen este esquema: “Hay muchas mamás que le dicen eso a los hijos…si usted consigue una mujer es pa´ que le tenga las cosas de la casa, pa´ que le planche, le cocine y le tenga todo al día. Nunca le dice consígase una mujer pa´ que salgan adelante juntos, si no consígase otra mamá”. (Mujer, Apartadó).

Una mujer que no es casera, que descuida su hogar o que tiene una vida personal por fuera del hogar es, generalmente, considerada como una mala mujer.

“Que si trabaja es porque quiere hacer la vida de ella, porque quiere conseguir mozo, a uno no lo dejan como superarse”. (Mujer, Apartadó).

“El esposo piensa que ella se va para el parque, alguna cosa y qué donde está parada tomándose el fresco ya ahí tuvo a alguien entonces le pega. (Mujer, Amalfi).

Los hombres no pueden controlar sus impulsos (sexuales y agresivos), las mujeres sí Las/los participantes identifican ésta como una de las creencias más arraigadas entre la población. Se afirma que “biológicamente” o “por naturaleza” el hombre es muy impulsivo tanto en el ámbito físico como en el sexual. En este último sentido, se afirma que se excita con facilidad, con muy poca estimulación y, adicionalmente, les resulta muy difícil, casi que imposible, detenerse y controlar su excitación. La mujer, por el contrario, sí consigue controlarse y puede pasar de un momento de profunda excitación a la calma con relativa facilidad.

“Más que todo en eso son diferentes; por ejemplo, cuando yo he salido, a mí no me gusta el reggaetón y uno sale dizque a bailar y a los hombres se les para solamente por bailar. No se pueden controlar, son más impulsivos”. Nunca contienen las ganas”. (Mujer, Medellín).

“Porque la mujer tiene deseo, pero si a usted no la estimulan se hace la boba, en cambio los hombres si empiezan tienen que terminar o las obligan”. (Mujer, Medellín.)

“Las mujeres son 80% sentimiento y 20% sexo y los hombres al contrario”. (Mujer, Medellín.)

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Con frecuencia, afirman, ésta una de las razones de agresión hacia las mujeres, ya que dado el caso, las fuerzan a tener relaciones sexuales “no consentidas”.

Esta misma premisa subyace a la creencia de que los hombres no pueden controlar la ira, la agresividad y que, por lo tanto, las mujeres deben abstenerse de provocar su enojo.

Los hombres pueden ser infieles, las mujeres no El tema de la infidelidad fue muy recurrente en los relatos en todos los grupos de hombres y mujeres del estudio, especialmente en asocio con la violencia contra la mujer. Se afirma que cuando se trata de la infidelidad femenina, es usual encontrar relatos que justifican el maltrato e, incluso, el asesinato de la mujer infiel.

“Y vaya que sea la mujer la infiel, fijo, fijo, se va de trompiada”. (Mujer, Rionegro).

“Cuando una mujer es infiel a un hombre que es el que trae el sustento a la casa, imagínese llegar a la casa y encontrar a la mujer con otro, a uno le da duro y allí es donde se causan problemas físicos.” (Hombre, Medellín).

Por el contrario, se afirma que se continúa manteniendo la concepción de que los hombres tienen el derecho a ser infieles y que la mujer debe aguantarlo, porque ello es una especie de prueba de su capacidad como hombre.

“Sabe que yo soy todo un hombre, por allí lo vieron con otra, es todo un hombre”. (Hombres Medellín).

“El hombre por ejemplo si lo ven con otra mujer diferente a la señora eso es normal, pero vaya que lo vean a uno con un amigo o algo…esa vieja tan descarada! Sin saber dicen: esa tiene mozo.

Entonces ahí va el machismo: que ellos sí pueden y nosotros no”. (Mujer, Yarumal).

“La ventaja es que es mas fácil al hombre ser infiel, por lo menos es más aceptable”. (Mujeres Medellín).

Si ella manifiesta algún intento de “control” de este ejercicio de infidelidad, él la maltrata para imponer su voluntad y re-encauzar la relación de sumisión. ¿Acaso me estás controlando?

Las mujeres no necesitan estudiar Muchas de las mujeres del estudio se duelen cuando relatan la discriminación que ellas o algunas de sus congéneres han sufrido por habérseles negado la posibilidad - 16 -

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de lograr su desarrollo personal a través del estudio y el ejercicio de una profesión. En general, se afirma que en sus familias el estudio era para los hombres y que las mujeres debían quedarse en los hogares.

“En la familia el papá decía que las mujeres no podían y no debían estudiar. Incluso una señora, una madre de familia muy elegante ella, muy bonita, el papá nunca le permitió que ella fuera estudiada, que la mujer tenía que estar en la casa”. (Mujer, Santa Fé de Antioquia). ”Porque mi papá y mis abuelos no dejaron que las mujeres estudiáramos en la familia, que fuéramos al colegio porque no era permitido”. (Mujer, Santa fe de Antioquia).

“Tiene que haber una educación que libere a la mujer y para eso tiene que dársela a saber a la mujer la capacidad que tienen su potencial femenino, que ellas puede trabajar en todas las áreas en las que se desenvuelve el hombre.” (Hombre, Medellín).

Para algunas participantes, aún hoy algunos hombres consideran que las mujeres no deben prepararse y argumentan que ello sucede porque le temen al empoderamiento femenino que generalmente se asocia con el acceso a niveles superiores de la educación y al mundo laboral.

“Es que también la educación nos ofrece otras alternativas, hay otra mirada más allá que la tradición que es un hogar, uno hijos y una familia supuestamente feliz.” (Mujer, Apartadó).

“A ellos les da miedo que nosotras sobresalgamos más que ellos, que se sientan menos, por qué solo se fijan en ellos y no piensan que nosotros también podemos salir adelante, y les vamos a dar con la pata a ellos”(Mujeres Andes).

“A ellos les molesta que uno vaya a trabajar, que uno este capacitado, que uno se prepare.” (Mujeres Andes) “Ya los hombres se sienten aplastados porque dicen quela mujer ya se liberó”. (Mujeres Medellín).

¿Sexo débil?

Algunas participantes discuten los relatos y creencias que indican que las mujeres son débiles en tanto son sensibles y espontáneas en la expresión de sus afectos. Se afirma que esta es una forma de estigmatizarlas y poder afianzar los valores masculinos por encima de los femeninos.

Quienes cuestionan su “supuesta” debilidad, plantean que su fortaleza radica en ser capaces de dar vida, en poder desempeñarse en múltiples tareas adicionales al hogar y los hijos. Afirman que muchas mujeres tienen más fortaleza para soportar y superar - 17 -

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situaciones difíciles de vida.

“Un hombre se vara con nada, una mujer no se vara, nunca, y si es Antioqueña mucho menos, a un hombre le queda grande trabajar, en un solo día le queda grande trabajar, lavar ropa, atender casa, atender hijos y la comida y si lo hace no le queda bien. Vaya a ver una mujer, le hace todo eso en un día y le queda tiempo para ver televisión, pero a uno no, uno es así, quítese el sudor de la frente y llore y pida auxilio”. (Hombre, Caucasia).

“Porque el sexo masculino ha creído siempre que la mujer es débil pero yo creo que no, porque el solo hecho de nosotras tener 9 meses un bebe en la barriga y tener que traerlo al mundo eso es muy duro y es una cosa que los hombres no son capaces de hacer”. (Mujer, Apartadó). ”Pero uno empieza a conocer unas mujeres tan fuertes, que han sabido salir de tantas circunstancias difíciles y usted las ve trabajando día a día con una gran sonrisa, pues no se han dejado opacar por las adversidades sino que esa capacidad de salir adelante.” (Mujer, Apartadó).

“Como dice mi mamá: la mujer es mas verraca que el hombre”. (Hombre, Caucasia).

La mujer es más “responsable” con el “orden en su casa” y “el cuidado” de los hijos Entre mujeres y hombres se hace un especial énfasis en este aspecto. Mencionan que desde pequeñas en sus hogares a las mujeres siempre se les ha inculcado normas para mantener organizada su casa y encargarse de preparar los alimentos, además de acompañar a sus hijos en su proceso de crecimiento. Se estima que son buenas para realizar estas tareas hogareñas principalmente por sus cualidades de paciencia, dedicación, capacidad de entrega, de estar atentas y hacer muchas actividades al mismo tiempo. Para los hombres participantes, estas cualidades son inherentes a “la naturaleza” de la mujer.

“Una labor muy bonita porque igual nosotras tenemos muchas obligaciones, es de mucha responsabilidad, pero tenemos la capacidad de hacer muchas cosas al mismo tiempo, trabajamos, estamos pendientes de los hijos, del esposo”. (Mujeres Medellín).

“Para mí es más organizada porque las mujeres tienen ese orden a las cosas” (Hombre, Medellín).

“Por naturaleza la mujer es más cuidadosa con las cosas del hogar que uno. Uno es más de la calle, uno es el que sale a trabajar, la mujer está en la casa cuidando las cosas, organizándolo todo. Por naturaleza creo que es así. (Hombre, Medellín).

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Las mujeres jóvenes deben conservarse “vírgenes” Esta creencia se refiere a la necesidad de “conservar la virtud” “No se ponga a abrir las patas por ahí que llega aquí con la barriga y aquí no vuelve”. (Mujeres Medellín).

“Se cuida más a las niñas que a los hombres, que todavía no es el momento para eso”. (Hombres Medellín).

“A las niñas se les dice, me hace el favor y se viste bien, no salgas con esa falda”. (Hombres Medellín).

Hablar sobre sexualidad en el hogar es “darle permiso” a las jóvenes para que tengan relaciones sexuales Entre la mayoría de las mujeres, tanto las más jóvenes como las más adultas, expresan que en sus hogares sólo se les hablaba de evitar las relaciones sexuales, pero nunca les brindaron una educación sexual que incluyera lo concerniente a los métodos anticonceptivos para precisamente prevenir embarazos. Aseguran que todo lo concerniente a este tema era “vedado” y no se hablaba al respecto pues existía el temor de los adultos a que hablar e instruir al respecto era estimular a las jóvenes a tener relaciones sexuales.

“Que las malas compañías, que no tener relaciones sexuales por ahí sin cuidarse”. (Mujeres Medellín).

“Cuídese porque sino…..”.(Mujeres Medellín). “Én mi barrio niñas de 13 y 15 años hasta les mandan a poner el Yadel, el papá se los manda a colocar”. (Mujeres, Medellín).

Consígase un marido pa´ que la mantenga En algunos relatos se expresa cómo la familia, especialmente la madre, da más primacía al factor económico que a las necesidades psicológicas y emocionales de sus hijas especialmente cuando la hija no tiene opciones por falta de educación y el hecho de conseguir marido se ve como una de las soluciones más fáciles para conseguir el sustento y apoyo económico sugiriéndoles incluso a su hija que se embaracen para poder “amarrar” al hombre. Se considera esto como la salvación no solo de la hija sino también de la madre y su familia.

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“Porque conseguir un marido a veces es la solución más fácil pa´ yo entrar un poquito de comida pa´ mi y a mi casa, claro si él trabaja también hay manera de que le pasa a mi mamá, que ayude a mejorar la situación, entonces creo que eso es un…” (Mujer, Apartado).

“Mirá tu futuro, este es mejor, te va a dar carro, te puedes peinar como quieras, en cambio éste apenas te va a dar lo esencial. De amor no se vive, eso es verdad, pero la mamá no entiende eso, solo dice… ‘’mija”, acuérdese de la plata, la plata…’’ (Hombre, Caucasia).

“El tiene dinero, tiene plata mucha plata, aquel no tiene casi, entonces la mamá le va a decir, no coja el que no tiene plata porque él no te va a brindar lo que te va a brindar este”. (Hombre, Caucasia).

“Arrímese a un árbol que le de sombra’’ (Hombre, Caucasia).

“Yo que soy de estrato, de un barrio más vulnerable, más de lo bajo como dicen comúnmente y una herencia de la familia es:… mija, consígase un marido pá que la mantenga. Era la enseñanza primera. Si lo quiere amarrar, dele un hijo. Todas las muchachas cuando iban ya pasando de la adolescencia a la juventud ya estaban buscando el que tuviera el trabajo en la finca, el que tuviera pues como un ingreso más o menos estable para conformar un hogar con él.” (Mujer, Apartadó).

“Por el momento no he querido tener marido, mi papá me mantiene entonces ¿para qué buscar quien me mantenga? (Mujer, Medellín).

2.2. Creencias asociadas al agresor En todas las situaciones de violencia relatadas surge siempre la mención de quiénes son los y las causantes de las mismas. La mayoría de estas personas pertenecen al círculo más cercano e íntimo de las mujeres, hecho que dificulta la visibilización o denuncia en virtud (i) los lazos afectivos que las unen con ellos, (ii) el riesgo percibido, pues la cercanía de estas personas en la cotidianidad asegura que las consecuencias podrían ser peores.

En todos los relatos aparece, en primer lugar, la pareja o ex-pareja como el agresor más frecuente - 20 -

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“Un día tuve un novio, él era mayor que yo. Un día de tantos decidí no estar más con él porque no me trataba bien, a mí no me gusta que griten, que me manejen como quieran, no sólo hay maltrato físico sino que hay también maltrato de palabra. Entonces le dije no voy a seguir con usted y dejamos las cosas así. Cuando un día estaba yo bajando a la estación y se me acercó y me dijo: Usted por qué está hablando mal de mi. Entonces yo agaché la cabeza y cuando la levanté él me dio una cachetada.”(Mujer, Andes).

En segundo lugar, surgen los padres y padrastros, especialmente en referencia a la violencia física y el abuso sexual. Otros familiares y conocidos son también mencionados por las mujeres del estudio.

“Cuando llegó iba a matar a mi hermanito, mi hermanito tuvo que irse unos días para donde mi abuela porque llegaba borracho buscando a mi hermanito.” (Mujer, Andes).

“Cuando vivimos, cerquita a esa iglesia había un señor que abusó de la hija y tuvo un hijo con él, la primer hija de ella es del papá.” (Mujer, Apartadó).

Los relatos que identifican a la madre como sujeto agresor se presentan cuando se afirma que ella incita, propicia u obliga a sus hijas al establecimiento de relaciones permanentes u ocasionales con hombres, como una forma de garantizar la manutención.

“Yo conozco un caso en el colegio donde estudia mi hijo, en el Porvenir, hay una niña que los viernes se va supuestamente para donde las amiguitas y es una niña prepago y la mamá no se inmuta, la niña se va de uniforme y usted sabe que ahora los hombres les fascina las colegialas… pero si sabe uno qué hay muchas niñas que son prepago aquí en Rionegro” (Mujer, Rionegro).

Finalmente, otros agresores mencionados con frecuencia son las familias de los compañeros o excompañeros, tales como suegras y cuñadas, quienes abiertamente incitan al agresor a cometer los actos violentos, cuando los encubren de las autoridades o cuando, simplemente, se ponen del lado del agresor sin considerar las circunstancias de la mujer violentada.

“La policía llega a buscarlo a él, en las diferentes ocasiones pues que yo he llamado, la mamá de él que también vive ahí, lo esconde y dice que no es ahí, que es mentira y lo esconde para que la policía no se lo lleve”. (Mujer, Apartadó).

“Uno escucha cuando las hermanas de él dicen: Eso, dele más duro”. (Mujer, Apartadó).

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Los hombres que maltratan a la mujer lo hacen porque están borrachos.

Una de las ideas más generalizadas entre hombres y mujeres del estudio se relaciona con la convicción de que el escaso control de impulsos que “por naturaleza” tiene el hombre, colapsa en forma total cuando se embriaga.

“Pero yo he visto muchos casos de personas de pueblos que les pegan a las mujeres, los hombres que vienen de pueblos que tienen ese concepto muy machista u hombres también que tengan problemas con alcoholismo o drogadicción.” (Mujer, Medellín).

Este hecho se vuelve tanto más complejo, en la medida que la ingesta de alcohol por parte de los hombres no sólo es tolerada sino, además, fomentada por múltiples circunstancias.

Así, resulta prácticamente “imposible” que la relación alcohol-violencia no se convierta en “una verdad” generalizada, un hecho de forzosa realidad, algo que “no se puede cambiar” y, en cambio sí, “evitar”, recayendo de nuevo la responsabilidad de su ocurrencia sobre las víctimas, las compañeras.

“Yo tengo una tía que el marido borracho llega y le pega” (Mujer, Medellín).

“Aquí los casos de maltrato físico son casi siempre cuando el hombre llega borracho”. (Hombre, Caucasia).

No obstante lo anterior, algunas participantes aisladas consideran que el consumo de alcohol de la pareja actúa como detonante de una violencia que está latente y que permite a los hombres materializar actos premeditados, de otra manera no se entendería porqué existen hombres que consumen amplias cantidades de alcohol y no agreden a las mujeres.

“Y él nunca me ha tocado en mi vida, ni yo y él toma”. (Mujer, Medellín).

Los hombres que abusan de sus parejas, fueron víctimas y/o testigos de agresiones Otro grupo de relatos o creencias más generalizados argumentan que el hombre adulto que violenta a las mujeres tiene una historia previa de maltrato, bien en calidad de víctima, bien como espectador inerme de la misma.

“Muchas veces dicen que según cómo los críen así es en la sociedad y eso en las relaciones de pareja eso se refleja mucho”. (Hombre, Medellín).

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Con esta visión, se asume que la violencia se transmite de generación en generación, en una especie de relación de causa-efecto que puede no cesar nunca.

“Porque de cierta manera la violencia se va transmitiendo desde el papá a los hijos, porque muchas veces los hijos son como una esponjita, que todo lo que ven lo absorben, entonces si usted quiere que su hijo sea un violentador o si usted quiere que su hijo respete a las mujeres” (Mujeres Apartado).

“Pues yo a veces digo que va como en la educación de cada persona, porque igual, por ejemplo, ven que en la familia hay problemas, que el papá le pega a la mamá, entonces ellos se van a meter como esa ideología, que es yo también tengo que tratar así a mi esposa” . (Mujer, Medellín).

Sin embargo, algunas mujeres también relataron historias de vida en las que el hombre fue testigo en su infancia de hechos de violencia o también fueron maltratados y no maltratan a su pareja. Una historia familiar de maltrato no siempre esgrime una relación causa –efecto en hechos de violencia contra la mujer aunque no se puede desconocer el impacto de experiencias infantiles de agresión en hombres que las hayan tenido.

El hombre tiene derecho a maltratar porque es el que trabaja y trae dinero a la casa En la mayoría de los relatos se expresa que hay una relación directa entre proveedor–maltrato. La condición de que el hombre aporte dinero, traiga la comida, vista a la mujer y a los hijos, le confiere una posición de poder y de dominación frente a la mujer y, con ello: - El poder de decidir por y sobre la mujer y los hijos.

- El derecho a usar la fuerza cuando su mandato no es obedecido.

“Ser mujer y tener que dormir con el señor así no quiera, dejarse embarazar del señor porque le está entrando la comida, pagando todo.”.(Mujeres Amalfi).

“Si se ve mucho herencia chocoana y costeña donde el hombre por ser proveedor económico de la familia se siente dueño de las decisiones y las de opiniones y no contempla otras y las decisiones no son muy compartidas entre el hombre y la mujer, el mero hecho de que el sea el único que aporte y la otra no, le quita la voz y le quita el voto y se extiende también hasta los hijos, sin pensar en qué tan equivocado esté. (Mujer, Apartadó).

“La mayoría de las mujeres… y hay mujeres que dependen del hombre entonces dicen “si voy a comprar unos calzones, mi marido tiene que ir conmigo para saber cuánto valen. Me voy a comprar una blusa, mi marido tiene que ir” y así, o sea, para mí eso no es así… eso es mucho machismo. O sea, “yo soy el que trabaja y usted se viste porque yo le doy”, o sea, eso lo hace sentir a uno mal.” Mujeres Puerto Berrío).

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El dinero se convierte en un medio de poder, coacción e intimidación, que puede ser negado cuando la mujer “desobedece”, “se rebela” o no hace las cosas como la pareja quiere.

Con frecuencia, dicen las participantes, las mujeres sucumben y optan por aceptar dicho mandato al no tener, en su opinión, los recursos y medios económicos necesarios para asumir por cuenta propia su sustento y el de sus hijos.

“Porque el marido nos mantiene y estamos bien económicamente entonces nos sometemos a las infidelidades y a todas las cosas”. (Mujer, Yarumal).

“Porque hay mucha mujer, como yo decía ahorita, que depende del hombre y dicen…Yo solo hago lo de la casa porque yo no sé hacer más nada... y uno le dice…vaya lleve una hoja de vida que hay un empleo… y responden:…pero si yo no sé hacer nada, yo dependo de mi marido, si me trae arroz, yo hago arroz, si me trae fríjoles, yo hago fríjoles…, son mujeres que viven así… y ya el hombre se vuelve machista y dice: ..Yo la mantengo entonces yo tengo derecho de maltratarla”…

(Mujer, Puerto Berrío).

Relacionado con esto, algunas mujeres del estudio llaman la atención sobre dos aspectos: - Algunos hombres no dejan trabajar a sus esposas o novias porque ven en ello la posibilidad de un empoderamiento por parte de ellas.

- Algunas mujeres, a pesar de trabajar y aportar dinero al hogar, no se empoderan y aceptan vivir una relación de dominio por parte de sus compañeros.

“Entonces él le dice: Pues como yo estoy ingresando el dinero, entonces usted es la que va a hacer lo de la casa, usted va a criar al niño y no me importa nada más, yo me voy a beber con mis amigos y usted siga trabajando en la casa. Y porqué la mujer no llega y le dice: ¡Ah no, qué pena! Yo también estoy trabajando, los hijos los hicimos los dos, quédese usted con el niño…se va la mujer con las amigas!..”(Mujer Amalfi).

2.3. Creencias asociadas a la mujer violentada REPRESENTACIONES DE LA MUJER VIOLENTADA

Se observó en los diferentes grupos de hombres y mujeres del estudio, la existencia de un conjunto de ideas, creencias o estereotipos en torno a la forma como son percibidas las mujeres víctimas de las violencias. Se destacan:

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Percepciones:

• Las culpables: Son las que por sus comportamientos o actitudes provocan un hecho de violencia contra ellas.

• Las sobrevivientes: Son las que se han atrevido a separarse, a confrontar o han huido de sus lugares de origen.

• Las masoquistas: Aquellas a las que “les gusta” que les peguen. Deciden quedarse con su pareja por comodidad, necesidad económica o porque creen en promesas de cambio.

• Las sometidas: No son capaces de reaccionar frente al control masculino que se ejerce sobre ellas por miedo al abandono económico o por amenazas contra su vida.

• Las prepago: Son las que han optado por conseguir “dinero fácil” y buscan hombres con dinero, generalmente provenientes del narcotráfico. “Se venden” por dinero.

• Las busconas: Son las que se “ofrecen” o cambian permanente de hombre. No buscan dinero sino diversión. Rompen esquemas de protección y cuidado, deciden “hacer lo que quieren”.

• Las pobrecitas: Son las que se encuentran viviendo una situación de violencia en el momento.

EL IMPACTO DE LA VIOLENCIA EN LA MUJER

Son muy variadas las reacciones y consecuencias del maltrato en la mujer que se evidencian en los discursos y relatos de los y las participantes. En general, se identifican al menos 5:

Ansiedad extrema

Por lo general, está asociada a conductas de sobresalto constante, sensación de “sin-salida” e ideación suicida.

“Yo no encuentro una salida y la mejor salida es esta. Yo he tenido muchos problemas en mi vida y en estos días le decía a mis hijos que me sentía muy mal y llegue a decir, me voy a envenenar (…)

A veces uno piensa que voy a dejar de sufrir y me voy a matar”. (Mujer, Puerto Berrío).

“Yo mantenía como paranoica, porque yo sentía que me mantenía como vigilando, que se mantenía pendiente de mí pa’donde andaba. Eso es muy bravo, eso es muy bravo.” (Mujer, Apartadó).

Soledad y Aislamiento social

Es usual que la mujer violentada se sienta sola y/o que prefiera aislarse de su entorno social inmediato a fin de evitar los actos violentos del agresor.

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“Y uno a veces llega a extremos de que mejor no salgo para que no me vea por ahí mal parqueada.”

(Mujer, Apartadó).

“El sentirse solas, no tengo para donde irme, para dónde corro, el sentir que en mi casa no me quieren, porque yo me salí de la casa con él y a él no lo quería mi mamá, entonces también me tiré la familia de enemiga por él.” (Mujer, Apartadó).

Depresión y Culpabilidad

Las situaciones de violencia pueden dar origen a cuadros depresivos de diferentes niveles. Por lo general, la mujer que se siente indefensa, siente también desesperanza, apatía y falta de alicientes.

“Es una mirada triste, como sin esperanza de nada, como si ahí se le acabó el mundo para ella” (Mujer, Apartadó).

Baja autoestima

Muchas participantes afirman que las agresiones, tanto físicas como psicológicas, terminan trasmitiéndole a la mujer la idea de que no es importante, que es incapaz de hacer cosas autónomamente y que no vale nada.

“Le bajan la autoestima a uno y lo dejan por el suelo”. (Mujer, Medellín).

“Yo digo que él psicológicamente como mujer, la dignidad mía, él me la aplastó”. (Mujer, Medellín).

Habituación y/o Negación de la situación problemática

Finalmente, las participantes afirman que algunas mujeres terminan habituándose a las situaciones de malos tratos, llegando incluso a vivir la situación sin conciencia real del abuso que se padece, “olvidando” con facilidad los sucesos y percibiéndolos como hechos aislados.

LA MUJER Y LAS RAZONES DEL MALTRATO

En general, mientras la gran mayoría de las creencias en torno al agresor tienden a exculparlo, las que versan sobre la mujer violentada tienden a revictimizarla mediante la culpabilización por la agresión a la cual es sometida.

Un hombre no maltrata ‘porque sí’, ella también habrá hecho algo para provocarlo Esta creencia aparece en algunos de los relatos y supone que la mujer es violentada - 26 -

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en razón de que el hombre considera que ella hace algo que, en su criterio, no está bien hecho o no corresponde con lo que se esperaba de ella.

“Ella se lo merecía”. (Mujeres Amalfi).

“En vez de terminar una relación a un hombre, lo que hacen es provocar y por mucha formación que tenga uno, por muy educado que sea, uno tiene un límite” (Hombre, Medellín).

“Porque hay muchas mujeres que les dan motivos como verlo a uno con otro, eso les va a dar rabia y van a pegarles.” (Mujer, Medellín).

Algunos participantes, hombres y mujeres, plantean una creencia genérica según la cual “las mujeres son las perdición de los hombres”: “Es que a veces somos egoístas y hacemos cansar al hombre, somos tan conchudas que si el esta cansado en la casa es por algo, si esta aburrido es porque algo nada mal en la casa. Si el hombre la busca y ella a toda hora es... Que pereza…y siempre es lo mismo… ¿Qué va a encontrar en una amante? Alegría. Yo le digo a mi amiga: Gorda, cuando él tenga un amante no lo juzgue porque nosotras llevamos al hombre a la perdición.” (Mujer, Medellín)

Según las participantes del estudio, la gran mayoría de los hombres viven temerosos de que sus parejas los engañen, de que les sean infieles. De hecho, una buena parte de los relatos que narran dan cuenta de cómo durante los momentos de maltrato, los agresores acusan a la mujer de traición.

“Mi padrastro, nosotros vivimos con él 13 años, él fue el que crió a hermanito, mi hermanito tiene 16 años. Durante ese tiempo, él duró un año bien con mi mamá, la luna de miel; ya después de ahí, él empezó a maltratar a mi mamá, mucha veces le tocaba amanecer en la carretera porque él le daba unos planazos, le daba muy duro, la cogía del pelo y la quería contramatar. Una vez él llegó todo borracho y cogió a mi mamá del cuello y decía que la iba a matar porque ella tenía otro, la pelea de ellos dos era porque a él se le metía que ella tenía otro, la excusa perfecta es que tiene otro.” (Mujer, Andes).

“A mí el mío no era que me diera golpes horribles o que cada ratico, no, más que todo por celos o porque yo quería trabajar y él no cree que uno sale a esa hora o que iba para allá pero no lo coge a uno a sacarle sangre no, la última vez me apretaba duro la cara y me quedó doliendo”. (Mujer, Apartadó).

“El papá de mis hijos era unos de que de celos, él me cogía y me hacia chupados y me decía ¡es que usted es mía! y nadie la va a mirar a usted y me llenaba de chupados”. (Mujer, Medellín de 18-25 años) “La inseguridad y los celos es la raíz de todo.” Mujeres Amalfi - 27 -

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“Hay hombres que no les gusta que la mujer trabaje o que salga, que se queden encerradas por la desconfianza de que va a estar con otro o que en el trabajo se va a conseguir otro, no está seguro de lo que tienen y muchas veces también por eso se ven las separaciones y las peleas por celos, por imaginaciones que no son (Mujer, Medellín).

Si se porta bien, él no la maltratará Íntimamente relacionada con la anterior, surge entre los participantes del estudio la creencia según la cual la mujer puede “parar” el maltrato sólo con adecuar su comportamiento a las expectativas del agresor. En este grupo de relatos se le vuelve a quitar al hombre la responsabilidad del maltrato para pasársela a la mujer víctima del mismo.

“Es que a los hombres les gusta también que uno sea juicioso y que lleguen y uno les tenga la comida, que tenga la casa organizada”. (Mujer, Medellín).

“Hay dos tipos de mujer, la caserita y la callejera”. (Hombre, Medellín.)

Se fundamenta en ese mandato social que le atribuye al género femenino la obligación de “ser una buena mujer”, entendiendo por tal el ser fiel, hogareña, sumisa y hasta agradecida.

“Y si uno no les da nada, que ésta ya no me quiere, que tiene otro, entonces uno tiene que atenderlos que porque ellos quieren, así uno no quiera.” (Mujer, Yarumal).

En este contexto, cuando la mujer no cumple este mandato incurrirá en “mal comportamiento” y el hombre, entonces, podrá exigir mediante alguna de las violencias.

“Si yo decido tener mi pareja, uno debe ser sumiso, uno debe estar bajo el dominio del hombre, me refiero a que si yo tengo mi esposo, yo no voy a hacer lo que me da a mi gana, porque ya yo tengo un esposo, a eso me refiero, uno se comporta”. (Mujer, Apartadó).

Dado que la mujer es responsable de muchas más obligaciones que el hombre, con frecuencia se siente en falta y aquejada de sentimientos de culpa interiorizados por la culpabilización a que su pareja la somete. Así, el maltrato termina siendo percibido naturalmente como “merecido”.

“Una muchacha también el marido le pegaba, si se sentaba mal le pegaba, por todo le pegaba, entonces un día fue la suegra de ella a la casa y le contó la situación y le dijo: Mija es que uno como mujer se tiene que aguantar y las culpables de todo somos nosotras porque nunca les correspondemos como son”. (Mujer, Andes).

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“Incluso las mismas mujeres dicen, ¡Ay, es que yo fui la que tuve la culpa porque a mí nadie me puso a ponerme ese “shortcito” tan cortico. O, Pa’qué miré pa allá! Noo, es que yo me lo merecía.

Justifican las acciones agresivas de los hombres hacia ellas porque hacen cosas que desde siempre les han dicho que no quieren que las haga y ella en algún momento las hace, entonces eso justifica que se lo merecía”. (Mujer, Apartadó).

“Es mejor uno correrle a él en todo para que no tenga motivos para con uno”. (Mujer, Medellín). “’La muchacha un día fue a un CAI y allá el policía le dijo que igual las mujeres como eran de busconas y atrevidas que entonces que para qué se quejaban si sabían que ellas tenían la culpa de que los hombres le pegaran y la s maltrataran y después se quejaban”. (Mujer, Andes).

Algunos hombres ven como provocación que la mujer exprese sus propios deseos y opiniones y se comporte según los mismos. Todo se puede convertir es justificación del acto violento: Porque sale a trabajar, porque sale de casa sin su consentimiento, porque se viste de determinada forma, porque no le hace caso, porque no le tiene la comida lista y caliente, porque dice que desea vestirse como ella quiere, porque solo da cantaleta, etc. Pareciera entonces que, con estas acciones, el hombre reconociera su derecho a castigar y en ello un privilegio de poder y de control.

Ya no me pega, ¿Será que ya no me quiere?

Algunos relatos que surgen entre las participantes del estudio da cuenta de una creencia que erige el maltrato como una evidencia de amor. De acuerdo con esta creencia, cuando un hombre maltrata a su pareja demuestra que la mujer le importa, que la quiere. En el mismo sentido, una mujer que ha sido víctima constante de maltrato y, de repente deja de serlo, “lógicamente” debe pensar que ese interés, ese amor ha desaparecido.

“Yo conocí un caso de una muchacha que el marido de ella tenía como tres meses que no le pegaba, entonces ya estaba preocupada, que si era que él tenía moza en la calle, que si era que andaba con otra porque ya no le pegaba, entonces a ella le hacía falta ese maltrato porque esa era una manera de darse cuenta ella de que sí la quería o de que sí estaba pendiente de las cosas que ella hacía. Ella dice: Ah ya no está pendiente de cómo me visto, si salgo o no, entonces es porque está pendiente de otra. Entonces le hizo hasta el reclamo incluso, que por qué no le pegaba, que si era que tenía una moza o algo que no la maltrataba?” (Mujer, Apartadó).

“Es la costumbre como dice ella, que si el marido no le pegaba ya pensaba que el esposo no la quería, como dice el dicho…Porque te quiero te ‘aporrio’.” (Mujer, Apartadó).

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Si una mujer es maltratada continuamente, la culpa es suya por seguir viviendo con él Uno de los grupos de relatos más significativos entre los expresados por las y los participantes del estudio surge como una revictimización de la mujer maltratada al atribuirle a ella la responsabilidad de ser víctima por “quedarse en la situación de maltrato” a la cual está sometida.

“Hay mujeres que están con el hombre que las maltrata, que las golpea, eso es masoquismo y cada ocho días les pega, les dejan los ojos morados y siguen con él y entre más días más golpean y siguen con él”. (Mujeres Medellín).

Son múltiples los relatos que se dan para “explicar” el comportamiento de la mujer que “no sale” de la situación de violencia. Ellas van desde el beneficio personal (económico, imagen social) hasta el sacrificio por la familia (bienestar de los hijos, pesar del agresor) y pasando por el mantenimiento del statu quo (costumbre, desesperanza, desconfianza en las instituciones) o características personales (baja autoestima, masoquismo).

“Definitivamente la falta de amor propio es la base para que una mujer se aguante. Porque es que si yo me quiero, si yo tengo buena autoestima, si éste hombre me pegó, no sirve para nada”.

(Mujeres Yarumal). “¿Por qué yo digo costumbre? Porque si un hombre me pega una vez pero dos veces no me pega, entonces las mujeres tienen de costumbre que el marido les pega cada vez que vienen, ya lo cogen por costumbre, si el marido no le pega, ya están mal, eso es costumbre. (Mujeres Apartadó).

“Porque si yo digo “¿qué voy a hacer? Yo no sé hacer nada, yo solo sé cocinar. Pero si yo tengo buena autoestima yo consigo trabajo en una casa o en un restaurante, donde sea”. (Mujeres Yarumal).

2.4. Creencias asociadas al matrimonio y a la familia Un tercer grupo de creencias se encuentra en los relatos que vinculan al matrimonio y a la familia con el maltrato, especialmente, con el “deber” de la mujer de preservar el hogar y el matrimonio por sobre cualquier cosa. Asimismo, otras creencias que identifican el enaltecimiento de la familia como un argumento para soportar el maltrato.

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Hasta que la muerte los separe Aunque es evidente que la gran mayoría de los y las participantes del estudio relativizan ya la máxima según la cual el matrimonio es para toda la vida, también es claro que, en la realidad cotidiana, es usual que hombres y mujeres busquen mantener el matrimonio vigente por encima de sinsabores y conflictos.

“Mi abuela: ah no mija, uno tiene que serle fiel al marido así ellos no lo sean con uno, y si usted se casa tiene que quedarse ahí hasta la muerte porque para eso fue que hizo Dios el matrimonio, así ellos hagan lo que hagan ustedes tiene que estar con ellos’’.(Mujeres Andes).

Incluso, hay quienes mencionan cómo las diferentes comunidades religiosas presionan a las mujeres maltratadas para “mantener” el matrimonio por encima de todo.

“Yo sí conozco varios casos en donde la religión ha influido para que esa pareja no se separe. Qué porque es hasta que la muerte los separe, entonces están cometiendo un pecado porque se están separando.”(Mujeres Yarumal).

“Llega un tiempo en que la relación ya no puede continuar y hay que separarse para evitar la violencia y afectar a los hijos, pero la iglesia cultiva que el amor hasta que la muerte los separe y eso es mentira, es una idea muy absurda, el amor se desgasta y eso genera violencia porque se ve como una cárcel.” (Hombre, Medellín).

Todo por los hijos Es usual encontrar relatos que evidencian una de las tendencias más generalizadas para que una mujer “soporte resignadamente” el maltrato: los hijos. Nada más crítico para una mujer que dejar a sus hijos sin su padre “sólo” porque ella debe sufrir a su lado. Los hijos son la razón de ser de toda mujer y, por tanto, debe asegurarse de garantizarles su bienestar. Todo por los hijos, si se tiene que hacer, hay que “aguantar” por el bien de ellos.

“Hay muchas mujeres que las están maltratando y piensan, pero es que ver crecer mi hijo sin el papá” (Mujeres Yarumal) “Mi propia historia, yo conviví con una persona 8 años y años entre buenos y entre malos, entre buenos 3 meses y entre malos 6 meses. Entonces, cuando uno es dependiente económicamente de esa persona, que es el hombre el que provee todo en la casa, la mentalidad de uno de mujer es que mi hijo tenga lo que yo nunca tuve, entonces muchas veces sacrifica la felicidad de uno por la felicidad de los hijos, pasa como a segundo plano, uno pasa de moda, porque ya toda la vida de una mujer gira en torno al hijo y de que de cierta manera uno le quiere dar al hijo lo que uno no tuvo.” (Mujer, Apartadó).

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“Yo me siento una de las aguantadoras, porque mi marido no ha sido cosita de comer, él ha sido responsable en el hogar y todo por sacar los hijos y todo, pero ¡mujeriego a morir! y yo todo eso lo he aguantado.” (Mujer, Caucasia).

“En mi opinión yo digo que ella no le preste atención pues si tiene niños pequeños porque si tengo niños pequeños no lo puedo dejar”. (Mujer, Apartadó).

En su mayoría, expresan miedo por no poder garantizarle a los hijos el bienestar si están solas.

“Miedo a enfrentársele a la vida sola, de pronto con dos o tres hijos y que no sabe hacer nada, de pronto no tienen una profesión y dicen… ¡huy! si yo me abro con mis muchachos ¿que será de mi?, el arriendo, ¿que será lo que voy hacer?, no… yo mejor me quedo, imagínese él ve por todo, bueno… que siga con todo, y que haga lo que le de la gana”. (Mujeres Caucasia).

Finalmente, llama la atención la ausencia de relatos que se refieran al deber de los hombres de atender las necesidades de sus hijos aún cuando no convivan con ellos.

Incluso, es más frecuente encontrar referencias a que nuevos compañeros de la mujer que ha decidido terminar con una relación de abuso se “hagan cargo” de los niños a que la mujer maltratada no asuma como factor de incertidumbre ante la separación, el hecho de que el padre de los hijos no le colaborará con su manutención.

2.5. Creencias asociadas a la privacidad de las relaciones de pareja FASE CUALITATIVA HOGARES Lo que ocurre dentro de la pareja, es un asunto privado: Entre el silencio o la vergüenza En algunos relatos se puso en evidencia cómo para muchas mujeres el guardar silencio respecto a la situación que están viviendo es una de las “alternativas” más comunes. Pasar del ámbito privado al público no es fácil para la mayoría de ellas, bien sea porque sienten vergüenza, miedo de denunciar o porque carecen de los recursos personales suficientes para defenderse.

En algunos grupos se plantean debates en torno a si el nivel socioeconómico y educativo de la mujer víctima de violencia guarda relación con el guardar silencio o denunciar. En general, la tendencia es a asociar menores niveles educativos y económicos con “la necesidad” de quedarse callada, mientras que evitar la vergüenza o el temor a - 32 -

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la exposición social, es asociada con las mujeres maltratadas de mayor nivel económico o independientes económicamente.

“La mujer aparenta a la sociedad que tiene una familia y que vive muy bueno, ella no quisiera que se dieran cuenta de lo que pasa”. (Mujeres Medellín).

Usted no se meta, que no es asunto suyo Muchos de los participantes relataron experiencias de haber presenciado actos de violencia contra una mujer cercana o conocida y al indagar sobre sus reacciones se encontró lo siguiente:

Denuncia

Algunos llaman a la policía para que intervenga y dejan la situación en sus manos.

“Incluso yo le he echado la policía varias veces”.(Mujer, Apartadó)

Miedo

Otros guardan silencio porque el agresor intimida marcando su territorio y control sobre la mujer a la que esta agrediendo.

Control que se siente reforzado cuando la familia del agresor lo incitan, apoyan o no. “Él se para en la puerta de mi casa a decirme que no me meta en la vida de ellos, que si a él se le da la gana de matarla eso es problema de él porque es la mujer de él”.(Mujer, Apartadó) ”Yo no me metería porque muchas veces uno si va buscar ayuda a esa persona que la están maltratando, lo tratan mal a uno, no usted no se meta, eso no es asunto suyo.” (Mujer, Apartadó).

Mejor no meterse

Un tercer grupo cree que es mejor no meterse porque ello implica (i) Ganarse un enemigo y (ii) De todas formas la mujer siempre termina volviendo con su pareja una y otra vez.

“A uno le dicen que en problemas de pareja no se meta porque muchas veces esos problemas se arreglan debajo de las cobijas”. (Mujer, Apartadó).

“Entonces ya llega el hombre, con el mismo cuento de siempre, que no sé qué y no sé cuántas, le endulza nuevamente el oído y queda uno con el enemigo encima y la otra bien tranquila”. (Mujer, Apartadó) - 33 -

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CAPÍTULO 3

LA BÚSQUEDA

DE AYUDA

FA SE CUALI TAT I VA - HO GAR E S

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3.1. Del por qué se permanece en la situación de maltrato Razones para permanecer

Son muchos los relatos que dan cuenta de la gran cantidad de razones que los y las participantes del estudio tienen para “explicar” y/o “justificar” el por qué una mujer “prefiere” quedarse en una relación abusiva en lugar de separarse y/o buscar ayuda para hacerlo.

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Miedo a morir, a agresiones peores Por costumbre Baja autoestima Miedo a que le “quiten” los hijos Creer que los hijos sufrirán emocional y económicamente No se desea “ponerle” padrastro a los hijos Coexistencia de violencia-gentileza por parte del agresor Creer que no se es capaz de vivir sin la pareja Pesar de dejarlo solo, sería terrible para él Vergüenza del fracaso matrimonial No se tienen opciones, no se ha estudiado, no sabe nada No se tiene quien apoye. Instituciones no ayudan.

“Yo llevo 30 años de casada el esposo mío toda la vida me maltrató desde que me casé de 18 años, casi me manda para la otra vida, yo no se porque estoy viva, de milagro de Dios. Y yo digo… yo lo hago es porque yo vengo de una familia cómo le digo más bien católica. ¿Cómo le digo a mi familia que me quiero separar? Yo no vengo de familia de separados ni nada, entonces yo como que digo. Es como por las apariencias... Para que no digan hay la separada, la dejó el marido, la dejo el esposo.” (Mujer, Medellín).

“Yo prefiero darles aguapanela sola que quedarme sufriendo, no. Yo soy una que en mi casa e lo que yo digo así es” (Mujer, Amalfi).

Razones para salirse

• Dejarde sufrir • Construir una nueva vida • “Sacar” a los hijos de experiencias de violencia

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3.2. Ayuda: La que se busca, la que se encuentra No todas las mujeres se quedan padeciendo una situación de violencia en la soledad de su casa. Algunas deciden sobreponerse al dolor, la vergüenza, la culpa y hasta a la desesperanza, para salir a buscar alivio o ayuda. Sin embargo, más que la ayuda de una autoridad que pueda detener la situación de violencia, lo que la mujer maltratada busca es la de una “amiga confidente” o un familiar que opere como receptor del cúmulo de sentimientos de indefensión o rabia, alguien en quien se pueda encontrar algo de apoyo, de cobijo o soporte.

“La mujer nunca habla o siempre le comenta a una amiga o a un familiar pero nunca hace algo como ir a la policía para demandarlo. Siempre busca refugio y apoyo en las amigas pero nunca hacen más allá para que pueda parar.” (Mujer, Apartadó).

En general, las mujeres maltratadas parecen buscar tres tipos de ayuda: • “Aliviarse” un poco encontrando a alguien con quien compartir los sinsabores de su situación.

• “Parar” una acción de violencia física o sexual puntual, pero sin ir más allá.

• Apoyo sistemático e integral cuando se toma la decisión de “salirse” de la relación maltratante (como hija, como cónyuge, como novia, como empleada, etc.)

“Yo digo que la mayoría de las mujeres que toman esa decisión de irse es porque tienen quién las respalde, que un familiar, que de pronto tienen un empleo y pueden pagarse un lugar dónde estar, yo creo que por eso muchas mujeres se aguantan porque no tienen digamos el apoyo ni la solvencia económica para hacer eso”. (Apartadó)

Algunas mujeres no buscan ayuda sino que deciden parar por sí mismas la situación de maltrato. Por lo general, lo hacen enfrentándose al agresor y utilizando las mismas herramientas que éste.

Aunque se afirma que, en ocasiones este comportamiento exacerba la violencia en el hogar, muchos relatos dan cuenta de cómo una acción de éstas logra poner fin a las agresiones.

“Mi papá cascó a mi mamá por celos hasta que mi mamá le pegó y ya dejó la bobada, lo calmó, nunca más la volvió a golpear. O sea…golpe con golpe yo pongo”. (Hombre, Medellín). ‘’Una vez mi papá le pegó a mi mamá… desde ese día mi mama se le enfrenta”. (Mujer, Andes).

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“Usted me vuelve a tocar y yo lo demando, entonces estos días que ha hecho reclamos, me dice, yo no la voy a tocar, yo no le voy a pegar y si, si me viene con mucha violencia, yo lo voy a demandar, entonces no me ha vuelto a tocar“. (Mujer, Apartadó).

Las mujeres que optan por asumirse solas o con sus hijos, que logran tomar la decisión de “salir” de la situación de violencia de la cual son víctimas saben que se enfrentarán a situaciones duras: “Yo tengo una hija y tengo que trabajar y tengo que dejar la pena, ¡Ay es que yo no sé hacer esto!

Pues lo siento porque mi hija come, mi hija estudia, a la final eso es bueno, porque uno con un compañero para uno vivir amargado y aburrido mejor estar solo. Y yo por ejemplo, en mi caso, pues me siento muy bien así con mi hija. Las dos solas y aunque es duro en la parte económica a veces, siempre he salido adelante. Que mi hija viva viendo peleas y discusiones y que ella crezca pensando que eso es un hogar es eso mejor que estemos solas y que ella no crezca pensando que eso es una relación.” (Mujer, Amalfi).

“Entonces para mí yo creo que uno tiene que valorarse y respetarse y uno no puede vivir en esas toda la vida”. (Mujer, Amalfi).

Sin embargo, las ayudas que se logran obtener no siempre resultan las efectivas. Por lo general, cuando se recurre a amistades o familiares se reciben “consejos” de:

BUSCAR AYUDA / DENUNCIAR

• Ayuda profesional: psicológica o espiritual • Denunciar/ Demandar

“Cuando uno las ve muy decididas, ya cansadas de tanta violencia, de tanto maltrato físico y verbal, pues yo si les digo que denuncien, que busquen otra opción de vida, que ellas han sido muy verracas, que han sido capaz de levantar los hijos, eso por el hecho de que no estén trabajando en algún lugar, no quiere decir que no puedan hacerlo, es que yo nunca he trabajado, pero usted puede hacerlo.” (Mujer, Apartadó).

SEPARARSE/ IRSE

• Aconsejar la separación • Buscar otras opciones de vida • Destacar fortalezas y capacidades para enfrentar la nueva vida “Usted está muy entera, usted por sus hijos es capaz de hacer muchas cosas, ya lo ha demostrado, pues me gusta como destacarles todos esos logros que ellas han tenido porque en ese momento la autoestima está muy baja, entonces que ellas empiecen a resaltar lo positivo que tienen y empiecen a darse una mirada diferente”. (Mujer, Apartado).

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• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

SOPORTAR/ RESIGNARSE

• Orientación para soportar la violencia y asumirla como algo natural.

• Orientación para sacrificarse por otros (hijos) “En mi opinión yo digo que ella no le preste atención pues si tiene niños pequeños porque si tengo niños pequeños no lo puedo dejar”. (Mujer, Apartadó).

REBELARSE

• Enfrentarse y devolver los golpes • Hacer lo que se desea sin importar las consecuencias o hacerlas a espaldas del agresor “El día siguiente llegó el muchacho ese todo altanero y la cogió del pelo y ella cogido y le metió dos patadas en los testículos, a ese muchacho se le pusieron los testículos grandísimos y ella misma le tocó llevarlo y el médico le pregunto que por qué él estaba así y ella le dijo: pregúntele a él, es que me pegaba y yo ya me cansé y por eso le pasa para que no o vuelva a hacer. Ese fue total remedio.

(Mujer, Andes).

¿Vale la pena denunciar?

Esta es una de las grandes disyuntivas de las mujeres que padecen situaciones de agresión. Uno de los aspectos más llamativos se encuentra en los relatos de mujeres que han buscado ayuda de autoridades tales como ICBF, Fiscalía, Comisarías o Policía.

No son pocos los relatos que dan cuenta de funcionarios que “aconsejan” a las mujeres maltratadas alternativas relacionadas más con el cómo disminuir, evitar o prevenir el maltrato que opciones relacionadas con el manejo institucional de la situación: ‘’Mire la muchacha que mataron en la peluquería, ella no tenía una orden de protección y un día antes había ido al comando a decir que él la había amenazado que la iba a matar y no hicieron nada’’. (Mujer, Andes). ‘’…Y les digo yo, bueno les dan una protección, pero ellos no les paran bolas, llega el tonto ese como si nada y las mata y como si nada’’. (Mujeres Andes). ‘’Resulta que le ayudaron a una persona que el marido le pegaba, le arrancaba el pelo. Fueron ante el comisario y él les ayudó. Cuando lo iban a meter a la cárcel, la señora se le pego de los pies del policía…ay no se lo lleve, no se lo lleve. Entonces decían ella… uno se siente mal porque uno las quiere ayudar pero ella no se dejan. Por eso es que las órdenes de eso, de infancia, de aislamiento no son que no funcionen sino que una la daña”. (Mujeres Andes). ‘’De la pela que él me dio yo fui a Bienestar porque él me amenazó con la niña y entonces una - 38 -

• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

señora de allá me dijo: usted se lo tiene que aguantar porque él es el papá de la niña. (Mujer, Andes).

“Me pasó algo parecido a lo de ella. El primer bebe mío no es de mi esposo, es de un novio que yo tenía y la historia de mi hijo mayor es muy triste porque yo me di cuenta que estaba en embarazo porque él me dio una pela y me mandó para urgencias y en el hospital me dijeron que yo estaba en embarazo. Y me fui para Bienestar Familiar cuando el niño nació y la señora me dijo: Qué pena, usted se lo tiene que aguantar porque él es el papá del niño.” (Mujer, Andes).

La trascendencia de este tipo de respuestas por parte de la autoridad competente es grande. Por lo general, genera entre las mujeres un mayor nivel de indefensión y, en cierta forma, la convicción de que no tiene opciones.

En general, las mujeres y hombres del estudio relatan que las mujeres que quieren buscar ayuda o buscan ayuda institucional se encuentran con las siguientes situaciones: • La gran mayoría desconoce las entidades que ofrecen ayuda, así como los servicios fundamentales a los cuales puede recurrir una mujer en estos casos. Por lo general, creen que los trámites son tan largos y dispendiosos que finalmente terminan por no denunciar o no volver a insistir.

• Con frecuencia son pesimistas con relación a la efectividad de la ayuda que pueden encontrar, pues conocen de “muchos” casos en los cuales la mujer que van a denunciar no obtiene la atención adecuada de los funcionarios de turno y, tiempo después, termina asesinada por el agresor del cual intentaron salvarse.

• Las mujeres están convencidas de que las órdenes de restricción (que es lo máximo que logran obtener) no detienen a los agresores y que la desidia, la negligencia institucional les corrobora que no tiene consecuencias desacatarlas.

3.3. Las sobrevivientes FASE CUALITATIVA HOGARES Relatos de mujeres que han logrado atravesar la brecha del miedo, se han empoderado de su vida y han dado un paso adelante en su proceso de autoafirmación.

Salir de una relación violenta no es un acontecimiento puntual, sino un proceso. La mayoría de mujeres dejan la relación numerosas veces antes de decidir acabar con ésta definitivamente.

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• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

“Es que cuando la mujer adquiere más independencia y cuando la mujer tiene unos ingresos se siente más segura, tiene como ese soporte y no tiene miedo a que él la deje. Si se fue que le vaya bien.”(Mujeres Yarumal) “Por eso yo digo que la mujer es como superación, como emprendimiento, una mujer se supera, y los golpes que le da la vida le ayudan a que crezca, , yo viví con un hombre 9 años, con el papá de mi hijo y no me fue tan bien pero eso me sirvió para saber que yo no necesito de nadie para salir adelante, debo salir adelante por mí y por mis hijos, no porque alguien me va a dar de comer, no, uno tiene que darse de comer uno mismo”. (Mujeres Apartadó).

Algunas afirman que no tomar la decisión de no aceptar el maltrato en los primeros momentos en los que se dio es uno de los principales errores de la mujer maltratada.

Se afirma que en la medida que trascurre el tiempo, la mujer tiene menos probabilidades de salir de la situación y que, por ello, las intervenciones institucionales y el apoyo de redes familiares debe hacerse desde la primera vez que se conoce de un hecho de maltrato.

Se puede identificar un aspecto común que consiste en poder tener una actividad o una vida propia fuera de los límites que le impone su existencia como ama de casa y que la relacionan con “el mundo”.

“Usted busque que no sea una dependiente económica que solamente provea ese hombre, sino que también la mujer tiene que buscarse espacios como la educación, que por medio de la educación usted busca un trabajo que de cierta manera le cubra sus condiciones básicas en su casa y de cierta manera uno mismo va cortando esas barreras”. (Mujeres Apartadó).

“Yo quiero ser independiente y no pensar por ahora en tener hijos. porque me parece muy horrible las mujeres que son dependientes de un hombre y que tal vez ya no lo quieren sino que están ahí por la necesidad y por eso. Pero porque no fueron lo suficientemente maduras para decir “yo soy capaz” y es eso, yo digo que el principio de todo es creer en uno mismo. Cómo voy a decir yo “cómo que no voy a ser capaz”, si yo también soy un ser humano que puede hacer, y ya que hay tanta igualdad y que la mujer puede hacer tantas cosas entonces para qué se amarra a un hombre.

Entonces también hay que ver eso. Entonces es como eso, ser independiente, no depender tanto de un hombre.”(Mujeres Amalfi).

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CAPÍTULO 4

CUANTIFICACIÓN

DE RELATOS FA SE CUAN T I TAT IVA

• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

A partir de la información cualitativa se diseño un instrumento de recolección de información para cuantificar los relatos que legitiman y naturalizan las violencias contra las mujeres.

El instrumento contempló los siguientes bloques temáticos

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• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

Relatos y Creencias Dominantes HOGARES: PRIMER LUGAR La mujer no denuncia porque siente miedo (75,7%)

Valores Superiores Valores Inferiores

Valle de Aburrá

Magdalena Medio

Suroeste

Norte

Norte 75.5 Centro 73.7 Sur 75.3

Rivereña 75.0 Nus 63.3

Sinifaná 76.5 Penderisco 84.2 Cartama 72.5 San Juan

Rió Cauca 76.7 Río Grande y Chico 72.5 Vertiente Chorros Blancos 68.3

63.4 - 43 -

• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

Nordeste

Minera Meseta Río Porce

Urabá

Norte Centro Atrato Medio

Bajo Cauca Bajo Cauca

55.9 77.8 72.4

76.7 70.6 96.6

65.3

Oriente

Embalses 50.0 Bosques 84.8 Páramo 53.3 Valle de San Nicolás 78.0

Occidente

Cuenca Río Sucio Cuauca Medio

82.8 72.9

Relatos y Creencias Dominantes HOGARES: SEGUNDO LUGAR Cualquier hombre se pone como loco cuando le ponen los cachos (74,0%)

Valores Superiores Valores Inferiores

Valle de Aburrá

Norte 77.5 Centro 71.7 Sur 79.8

Suroeste

Norte

Rió Cauca 86.7 Río Grande y Chico 72.5 Vertiente Chorros Blancos 87.8

Sinifaná 88.2 Penderisco 91.7 Cartama 65.0 San Juan 75.6

Nordeste

Magdalena Medio

Urabá

Rivereña 64.1 Nus 80.0

Minera 85.3 Meseta 77.8 Río Porce 79.3

Norte 63.3 Centro 65.0 Atrato Medio 79.3

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• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

Bajo Cauca

Bajo Cauca

Occidente

Cuenca Río Sucio Cuauca Medio

Oriente

80.3

Embalses 50.0 Bosques 69.7 Páramo 86.7 Valle de San Nicolás 73.4

86.2 72.9

Relatos y Creencias Dominantes HOGARES: TERCER LUGAR En pelea de marido y mujer nadie se debe meter (71,8%)

Valores Superiores Valores Inferiores

Valle de Aburrá

Nordeste

Suroeste

Urabá

Norte 75.5 Centro 73.7 Sur 75.3

Minera 70.6 Meseta 61.1 Río Porce 72.4

Sinifaná 76.5 Penderisco 84.2 Cartama 72.5 San Juan 63.4

Norte 70.0 Centro 58.8 Atrato Medio 58.6

Bajo Cauca

Magdalena Medio

Bajo Cauca

Rivereña 65.0 Nus 63.3

Occidente

Cuenca Río Sucio Cuauca Medio

Norte

Rió Cauca 70.0 Río Grande y Chico 65.0 Vertiente Chorros Blancos 70.7

Oriente

69.7

65.5 70.8

Embalses 51.7 Bosques 57.6 Páramo 80.0 Valle de San Nicolás 73.0 - 45 -

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CAPÍTULO 5

PERCEPCIÓN DE LAS VOLENCIAS CONTRA

LAS MUJERES FA SE CUALI TAT I VA - INS T I T UCIO NE S

• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

5.1 Relatos de justificación-explicación del comportamiento del agresor En la opinión de las/los instituciones de salud, educación, justicia y gobierno, encontramos tres factores importantes que detonan las violencias contra las mujeres: el machismo, el alcohol y los celos.

Alcohol y celos

“Voy a poner estos tres casos puntuales: primero celos, voy a decir que los maridos celosos llegan a golpear a sus mujeres bueno; segundo esposos que llegan ebrios a desquitarse con sus mujeres golpeando a sus mujeres y tercera situación porque él quiere tener la razón entonces por diferencia de ideas, llegan a un punto que llegan las situaciones de agresión.” (Educación-Hombre) “La gran mayoría se relaciona con eventos de alcohol, otras un poquito de celos, otras por situaciones económicas, que porque no trae o no aporta, por el descuido por los hijos y así se genera.” (Gobierno-Mujer) “Lo que relatan muchas veces es que el esposo o compañero permanente llegó tomado y después empezaron a discutir. La violencia la asocian o está muy ligada en la mayoría al trago, por circunstancias de celos, que la vieron hablando con otro señor y cosas así. Por lo del trago sí es más frecuente.” (Gobierno-Mujer)

Un aspecto que predomina para justificar el consumo de alcohol, y los comportamientos violentos hacía la mujer, es la superioridad y autoritarismo masculino, esta opinión da cuenta que se visibiliza la problemática de la violencia, pero sin desconocer el rol de superioridad que ejerce el hombre al interior del hogar.

“Lo que hemos observado, el jefe del hogar llega ebrio o drogado maltrata a su esposa o a su mamá o su familia que por lo general es eso, bajo los efectos de alucinógenos o alcohol es como lo más común que se ve.” (Gobierno-Mujer)

El alcohol bajo las banderas del “amor” “del dolor”, ha sido como el “arma silenciosa” para ejecutar y ejercer todo tipo de violencias contra la mujer, incluso hasta llevarla a la muerte, las banderas se ondean y con la expresión “no sabía lo que hacía” han sido la excusa para disfrazar la realidad, para evitar llamar las cosas por su nombre, violencia. Un ejemplo se evidencia en el siguiente relato en el cual el funcionario entrevistado designa la tendencia violencia con el término “hombres apasionados”.

“Tenemos muchos hogares donde los hombres son muy apasionados y no tolera que la mujer se vaya a ir de la casa o que ella se vaya a separar, por ejemplo el caso del homicidio que hubo cerca de la cabecera hace ya unos cinco seis años, fue porque ella se separo del marido y le dijo “No quiero vivir más con usted” y tenían dos niños pequeños, todo fue porque ella se separo y no quería - 47 -

• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

vivir más con él, el hombre se comprometió a cumplir todo lo que se le ordeno es mas ni siquiera la había golpeado pero siempre la asediaba, un día en la noche en un diciembre se emborracho y no sé si consumió sustancias y él fue hasta donde ella estaba y le pego un tiro con una escopeta, él se encuentra en la cárcel y los niños quedaron con los abuelos.” (Justicia-Hombre)

El machismo

Entre los funcionarios participantes es común la identificación genérica del machismo como una categoría de relatos de alta frecuencia. Se afirma que es “normal” que la estructura de las relaciones hombre-mujer esté marcada por la sumisión femenina y el control masculino. El espacio de la mujer sigue siendo predominantemente la casa, reproduciendo comportamientos de cuidadora, protectora del hogar y de los hijos, mientras que al hombre se le asigna el control del dinero, el rol de proveedor y de autoridad del hogar.

“Aquí en el municipio hay mucha descomposición familiar, hay machismo aquí desafortunadamente todavía existe mucho, a veces las mujeres son como dice el cuento muy resignadas o sea les da miedo hablar o se lo aguantan porque es el novio o porque es mi esposo.” (Educación-Hombre) “Es frecuente la violencia intrafamiliar por parte del maltrato por padrastros, entonces los muchachos no los mandan a estudiar, los mandan a trabajar que esa es otra forma de violencia física contra la mujer. O hay niñas que está declaradas como expendedoras de droga y ellos se justifican por la situación económica.” (Educación-Mujer)

5.2. Relatos sobre la percepción social de las mujeres víctimas de violencias Hay opiniones divididas sobre las mujeres violentadas, algunos perciben el hecho como un tema de sectores vulnerables, otros como una problemática presente en todos los sectores sociales. En casi todos los casos, asocian la violencia a la pobreza y a la falta de educación, como si fuera un tema único y exclusivo de las mujeres de sectores marginales.

“Las mujeres más agredidas son esas que tienen menor capacidad educativa, que no se han formado, que han sido desescolarizadas son las que más abundan ya que no tienen suficiente educación para conseguir un trabajo y que dependen permanentemente del esposo económicamente.” (Justicia-Hombre) “En la caracterización que estamos haciendo, coincide en mayor número el estrato socioeconómico, en estratos más bajos, son amas de casa, no tienen un grado de escolaridad, ninguna terminó la primaria. O sea, tenemos la inquietud, no sabemos si a mayor posición económica no se presenta o si se presenta pero no se denuncia, porque ahí ya se maneja la vergüenza o el “qué dirán”, “¿qué va a decir la sociedad?”, todos estos prejuicios que tenemos.” (Justicia-Mujer) - 48 -

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CAPÍTULO 6

LA BÚSQUEDA

DE AYUDA

FA SE CUALI TAT I VA - INS T I T UCIO NE S

• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

No es común que las mujeres víctimas de violencias busquen ayuda o apoyo institucional. De hecho, algunos funcionarios destacan éste como uno de los elementos que recién comienza a tener un cierto nivel de visibilización en la sociedad.

“Aquí esa situación de violencia contra la mujer es más bien oculta no es tan común que se vea a flor de piel, es muy normal en el interior de los hogares y muchas veces uno ni se entera, por eso las denuncias son muy mínimas.” (Gobierno-Mujer) “Yo pienso que es muy complicado porque igual sino hay denuncia, es algo tan silencioso tan escondido es muy complicado muy difícil, la intervención que se hace directamente es con las personas que vienen y denuncian en la comisaria, del resto….” (Gobierno-Mujer) “La mujer empezó a denunciar mínimamente cuando se abrió la comisaria, creo que fue en el 2008 que se abrió aquí en el pueblo, pero las denuncias muy pocas, ya la comisaria ha ido cogiendo casitos, Pero realmente quienes denuncian es un porcentaje mínimo.” (Gobierno-Mujer)

Las instituciones de los sectores de la salud, la educación, gobierno y justicia son los estamentos donde la mujer recibe atención, apoyo, educación. Pero ¿Qué pasa con la atención que se le da a la mujer que es víctima de violencia? ¿Las/los servidores públicos están preparados para la atención a la mujer? ¿La mujer si busca ayuda en las instituciones?

La denuncia es el mecanismo por el cual la mujer notifica a las autoridades los abusos, maltratos a los que es sometida. En las entrevistas con las/los servidores públicos se indagó sobre las opiniones, percepciones del abordaje y tratamiento que les están dando a las mujeres víctimas de violencias, sobre las mujeres que recurren a la institución en busca de ayuda así como también, sobre las razones por las cuales la mujer no denuncia: • • • •

Por los hijos Por la dependencia económica La vergüenza pesa más que el dolor Prevalece la religión

Aunque la mayoría de las mujeres víctimas de violencia prefieren guardar silencio y no acceder a la ayuda institucional, hay otro grupo de mujeres que se deciden a romper tal silencio y a denunciar. Esta mujeres, sin embargo, se enfrentan a otra realidad donde con frecuencia vuelven a ser víctimas de violencia, ya no de la pareja, sino de las/los servidores de las instituciones, quienes no solo no ofrecen la atención requerida sino que, adicionalmente, incurren en el señalamiento de la mujer denunciante - 50 -

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como la responsable del accionar masculino: obstructoras de la justica, provocadoras, responsables o culpables, son algunos de los términos más usados por los funcionarios entrevistados.

Un aspecto adicional que resulta importante de destacar respecto a la atención institucional a la mujer víctima de violencias es el hecho de la desarticulación institucional.

6.1. Razones para no buscar ayuda Miedo Aunque hay condiciones políticas y jurídicas establecidas para que las mujeres denuncien los abusos, maltratos y todo tipo de agresiones a las que están sometidas, los funcionarios entrevistados consideran que el miedo sigue siendo una condición presente entre las mujeres víctimas de violencias.

El silencio en los casos de violencia, amparado en el miedo, está inscrito en las preocupación de las/los servidores, lo perciben en su quehacer profesional, reconocen que la naturalización de las violencias está tan instaurada, que las mujeres o no reconocen los actos violentos que se ejercen sobre ella o no utilizan el recurso de la denuncia y apoyo institucional al cual tienen derecho.

“Las mujeres tenemos como violencia cuando ya nos pegan, cuando ya nos gritan, cuando ya nos tratan super mal, pero no tenemos en cuenta una cantidad de acciones violentas que hay detrás de eso que ya sucedieron y que uno no las tiene como tal, puede ser por la cultura en la que estamos, entonces cuando ya hay un acto violento, cuando ya la mujer lo siente como un acto violento es porque ya vienen una cantidad de cosas atrás.” (Salud-Mujer)

Para algunos funcionarios, entre algunas mujeres el miedo es de tal envergadura que terminan pensando que su única salida es el desplazamiento de su lugar de origen: “Las que van de pronto a Personería, a Comisaría de familia son muy pocas, lo que te decía, de hecho, nos contaba hace poco la funcionaria de Personería que había una persona que iba donde ella y le decía que necesitaban que le ayudaran porque el marido le había dicho que la iba a matar, pero que ella no sabía para donde ir y ella le decía “ponga la denuncia”, y ella le respondía “si pongo la denuncia me mata más rápido”, entonces es muy complicado porque las mujeres no tienen esa cultura para ir y poner la denuncia, es más rápido y mejo para ellas irse del pueblo.”

(Salud-Mujer)

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A continuación en el siguiente esquema, se resumen los relatos más significativos de los funcionarios entrevistados en torno a los miedos de las mujeres víctimas de violencia: • A que el esposo, compañero o novio las mate o, en todo caso, recibir una agresión mayor de la que ya recibe • A sacar sola adelante a los hijas/os • A perder el sustento económico • A la soledad

CONSULTA Y ATENCIÓN: Por miedo la mujer no busca ayuda institucional Relato Dominante: “Puede haber dos factores importantes, el miedo y el desconocimiento de la ruta donde debe denunciar, es el miedo a que tomen retaliación contra ellas si denuncia. Si una mujer denuncia, como el hombre es el cabeza de hogar, está expuesta a que le quite la casa, le quite la ayuda económica o le haga algo peor.” (Justicia-Hombre) “Tienen miedo, uno a la dependencia económica, la seguridad que brinda pertenecer a un círculo familiar y tener la comida y la dormida, lo otro de las represalias que pueden venir de la persona abusadora.” (Educación-Hombre) “Si no se denuncia es por temor o por vergüenza.” (Gobierno-Mujer) “La mujer no se mueve a denunciar por el riesgo que pueden tener para su integridad física y hasta la vida misma.” (Justicia-Hombre) “Son pocas las mujeres que les pegó el novio o el esposo, lo dejó y cogió a sus hijos y salió adelante y está luchando por sus hijos. No sé, me parece a mí que las mujeres dependen mucho de los hombres, es como ese miedo a estar solas, enfrentarse ellas solas, tomar decisiones ellas solas.”

(Educación-Mujer) “Muchas consultan, a veces vienen con miedo, muchas sí lo hacen abiertamente, algunas vienen usualmente con algo de temor, porque el esposo les dice “si vas allá te pego un tiro, o te clavo un cuchillo o te pego más duro de lo que te pegué anteriormente”. Ellas vienen con mucho nerviosismo.

(Justicia-Mujer) “En la zona Bajo Cauca es muy complicado, de hecho, hay muchas mujeres que ni siquiera presentan denuncia precisamente por miedo. Acá es muy complicado llegar a poner una denuncia, porque uno puede salir de poner la denuncia y quién sabe si llega a la casa, entonces, las mujeres prefieren no hacerlo.” (Salud-Mujer) - 52 -

• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

“La gente le da pena, le da miedo denunciar y ese es el problema de la violencia intrafamiliar.”

(Gobierno-Hombre) “Una de las razones y la principal es el miedo de que se queden sin quien les ayude a sostener los hogares, el problema es económico, el tema particularmente es económico es de protección.”

(Educación-Mujer) “Por temor, por miedo, como a meterse en problemas, es lo que nosotros percibimos.” (SaludHombre)

Por la dependencia económica y los hijas/os “El temor de que ellas no tienen una estabilidad económica.” (Gobierno-Mujer)

En opinión de las/los servidores públicos de salud, educación, gobierno y justicia, la dependencia económica y el mantenimiento de los hijas/os se constituyen en dos de los relatos dominantes para que la mujer víctima de violencia se rehúse a denunciar o a buscar ayuda institucional.

“Te voy a contar un caso que me di cuenta este año: Se presentó una situación de violencia en una finca de recreo: El mayordomo maltratando a su esposa y a los hijos. De inspección fueron por la familia, la trajeron, los ubicamos en un hogar de paso mientras solucionábamos la situación, se puso el denuncio en la Comisaría, en fin, se hizo el proceso. Ayer que estábamos viendo el primer informe de la Comisaria, revisando el proceso vimos que la señora está viviendo con el esposo otra vez, entonces pienso que es la situación económica la que hace que vuelva a que el esposo sostenga el hogar, porque ellas de pronto no tienen la capacidad o la forma de buscar un empleo, mejor se aguantan al esposo maltratador que enfrentarse solas, por ejemplo en el caso de ella, con tres y cuatro niños, prefieren aguantarse esa vida que sacar esos muchachos solas.” (GobiernoMujer)

Por la discriminación y exclusión social, laboral y educativa Las pocas oportunidades laborales para las mujeres, el bajo acceso a la educación, el impedimento de la movilidad social a través de la educación y el condicionamiento cultural, en opinión de las/los servidores públicos, son otro grupo de razones para que la mujer permanezca en el ciclo de la violencia.

“Lo más difícil para las mujeres acá en el municipio es: las fuentes de empleo, la dependencia económica, ellas por ejemplo son muy solas, son madres solteras y son muy solas en las veredas, acá en el municipio no encuentran salidas pues, como otras fuentes de ingresos. Son muy solas en ese sentido (Justicia-Mujer)

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“El hecho de que generalmente las mujeres en el municipio solamente tienen la forma de llegar a estudiar hasta una técnica o una tecnología, entonces el hecho de tener menos ingreso y de tener miedo de quedarse sola con los hijos y el machismo, el hecho pues de que el hombre sí lo puede hacer y la mujer no, o de que el hombre es el que puede salir, puede divertirse y puede hacer una cantidad de cosas, estudiar, ir donde los amigos, pero ella no.” (Salud-Mujer)

Esto coincide con el condicionamiento social de la mujer como esposa, madre y cuidadora del hogar. La creencia generalizada de que “la realización de la mujer es casarse, formar un hogar y tener hijos” se convierte en una forma culturalmente aceptada mediante la cual se “naturalizan” las violencias que se apuntalan en el papel de sumisión de la mujer, asociado a estos roles. Así, surgen creencias como que “la vida de la mujer sin su amado no tiene sentido” o expresiones similares.

La vergüenza pesa más que el dolor La vergüenza del “fracaso de su rol de madres y esposas”, no resulta ser es un camino atractivo para muchas mujeres, quienes prefieren cumplir con el condicionamiento social a vivir el prejuicio o estigma de “divorciada”. Puede que sea un hombre violento, irresponsable pero la mujer, a fin de mantener la unidad familiar, convive con el agresor.

“Si no se denuncia es por temor o por vergüenza.” (Gobierno-Mujer) “Porque muchas veces la comisaria, la fiscalía quedan en lugares públicos y obviamente les da el temas de que las vean entrar a la oficina y les da vergüenza porque me ha tocado ver muchas veces las mujeres que tienen el moretón; con todo respeto con el parche así como el animalito ese el mapache, entonces se ponen unas gafas todas grandototas y a ellas les da pena que la vean en público.” (Justicia-Hombre) “A la gente le da pena, le da miedo denunciar y ese es el problema de la violencia intrafamiliar (Gobierno-Hombre)

Creencias religiosas

El departamento de Antioquia, es tradicionalmente considerado como un pueblo creyente: “La religión en la montaña, como en el complejo andino, ha sido la gran modeladora de la estructura familiar, penetrando además intensamente en la motivación de la conducta individual y colectiva de este complejo”

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• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

En opinión de las/los servidores públicos, las mujeres que reciben todo tipo de violencias en sus relaciones de pareja buscan ayuda primariamente en sus líderes religiosos, buscando un milagro que detenga las agresiones, malos tratos por parte de su pareja que lo “haga cambiar”.

Desconocimiento de las leyes Algunos funcionarios llaman la atención sobre este punto. En general, se afirma que la gran mayoría de mujeres desconoce las leyes que las protegen.

“Todavía hay un cierto nivel de inseguridad al denunciar por el mismo desconocimiento frente a los derechos que tienen, desconocimiento de las instituciones y por el miedo a las represalias del marido o esposo.” (Justicia-Hombre)

La percepción de la relación de pareja como un espacio privado El adagio popular que “entre pelea de marido y mujer nadie se debe meter”, las instituciones lo ven como un punto común y frecuente.

“La violencia intrafamiliar en general acá, ese tema no es muy denunciado por las personas, por las víctimas, como tampoco por las personas que se enteran de esa situación.” (Salud-Mujer)

La desconfianza institucional Algunos funcionarios entrevistados llaman la atención sobre el hecho de que muchas mujeres “pierden” la confianza en las instituciones porque algunos de ellos no dan las respuestas efectivas o porque la estructura de atención, en especial la coordinación interinstitucional, resulta inadecuada para ellas.

“En algunos casos dicen Yo voy y denuncio y no pasa nada, entonces estamos haciendo una campaña en ese sentido con la trabajadora social y la psicóloga, tanto a nivel urbano como rural, ellas salen los fines de semana a visitar y van incentivando y van dando a conocer los derechos, que eso no está bien, que a veces por educación, por cultura las mujeres somos sumisas y que el esposo es el que manda y que nosotras tenemos que obedecer y que el esposo grita y que eso es normal, que de esa forma hay un castigo, una lesión física, que eso es normal.” (Gobierno-Mujer)

6.2. Lo que se obtiene al buscar ayuda Las mujeres que salen del rol tradicional de la casa, que rompen el esquema “virtuoso femenino”, que exigen igualdad, que no se dejan golpear, son –por lo general- social- 55 -

• Relatos dominantes que naturalizan y legitiman las violencias contra las mujeres •

mente estigmatizadas y juzgadas. Las/los servidores del ámbito institucional, como miembros de la sociedad, no son ajenos a los señalamientos negativos hacia la mujer.

“A mí me parece que liberarse no es liberarse para igualarme a lo que vos haces, liberarse es que yo tenga pleno conocimiento de mis derechos, cuales son mis fortalezas y cuáles son mis derechos para enfrentarme a tú, eso es igualdad, pero igualdad no es “entonces usted se toma una botella de ron entonces yo voy y me tomo dos” pues no, tampoco. No. Ellas ya no son las mujeres de casa, eso sí está claro pues.” (Justicia-Mujer) “La descomposición familiar se ve en madres menores de edad con hijos, son niñas embarazadas a muy temprana edad con hijos no deseados, papas divorciados, mamas que conviven con otros hombres igualmente padres que conviven con otra mujer.” (Educación-Mujer) “Yo le cuento otra situación que me parece como algo desagradable que pasa acá en Abejorral o sea uno como mujer se debe dar el lugar, se debe dar a respeta,r muchas mujeres aquí tienen un hijo del uno y del otro entonces yo demando al uno y luego demando al otro o sea se vuelve como un ingreso económico, lo vuelven un negocio.” (Educación-Mujer)

De manera similar, y aunque no todos se muestran de acuerdo, una buena proporción de los funcionarios entrevistados reconoce que la realidad para las mujeres víctimas de violencias que se atreven a denunciar su situación es poco menos que dramática: Lentitud, desidia, incomprensión, “paseo de oficinas”, citas esporádicas y culpabilización, son las características de la respuesta institucional ante la denuncia. Todas ellos generan en la mujer desconfianza, desinterés y, nuevamente, temor de acercarse a la ayuda a institucional. Las/los servidores públicos del ámbito de justicia son conscientes de la problemática, pero también se enfrentan a las limitaciones de sus funciones o de sus cargos, ante lo que, afirman, no se puede avanzar mayormente.

“Lo que ellas esperan que la ley haga por ellas, la justica no lo hace porque no existen los suficientes fiscales, como en los países desarrollados por montonera, pues, como en otros países desarrollados que sí se tienen bastantes personas, funcionarios en este tipo de situaciones, En el caso de violencia en contra de las mujeres, básicamente eso termina quedándose ahí porque la fiscal misma le dice a uno Ah, pero es que ahí la incapacidad; ella lo requiere y lo sanciona y le hace el llamado de atención pero hasta ahí queda ¿cierto? Entonces unas no quieren eso.” (Justicia-Mujer)

Algunos funcionarios dan cuenta de cómo la respuesta que obtienen las mujeres denunciantes es, con frecuencia, una suerte de formas diversas de “culpabilización” por la situación de violencia en la que se encuentran. Son varios las formas de culpabilización que se identifican: • Ellas lo provocan • La mujer bloquea el accionar de la justicia • La mujer se queda en la situación de violencia porque quiere - 56 -

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• No se puede prejuzgar quién es el culpable, la mujer o el hombre • Algunas mujeres no tienen la capacidad mental o la educación suficiente para entender la asesoría • La historia personal de la mujer puede impedir la ayuda efectiva • Ellas inventan

Ellas provocan los actos violentos “Ellas lo provocan”, es una de las legitimaciones más generalizada de las violencias contra la mujer. Es la justificación y aprobación social del castigo que una mujer “merece” recibir, bien sea porque expresa una opinión, un gusto, porque desea salir, socializar con grupos de amigas o amigos, porque se viste de una determinada manera o porque quiera gozar y disfrutar de sus derechos sexuales.

Las/los servidores públicos hacen parte de la sociedad que continuamente reproduce, aprueba y justifica la violencia contra la mujer, ellos desde su inconsciente juzgan a la mujer, la ven como la culpable, como la generadora de violencia. De hecho, son muchos los relatos que ponen en evidencia cómo entre los funcionarios entrevistados se presenta esta convicción de que la mujer “provoca” con su comportamiento, la agresión de sus parejas: “Se escuchan algunos comentarios porque dicen: bueno si no quieren que la agreda, por qué sale vestida de esa manera, como provocando pues al sexo masculino. O qué hace una mujer 2, 3 de la mañana en la calle. Entonces uno sí escucha esos comentarios, se dice: bueno esa agresión se la buscó porque no tiene que estar a esa hora en la calle.” (Gobierno-Hombre) Puede observarse el siguiente esquema:

El imaginario “Ellas lo provocan”

APRUEBAN ACTO VIOLENTO Relato Dominante: “Claro que no podemos descartar que las mujeres somos muy… Porque de todas maneras usted sabe que ahora con el tema de la liberación femenina…Es como rompiendo un esquema de autoridad.” (Salud-Mujer) “A mí me parece personalmente que, entre más se capacite, entre más se eduquen, entre más se concientice a la región, a las comunidades, entre más se les lleve la información de qué tipo de - 57 -

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violencia que puede generar este hombre, o tu hijo, o vos también como mujer generas también la violencia con la cantaleta, las agresiones verbales; vos también tratas de minimizar a través de la sensibilización porque ya conoces que eso produce agresión.” (Justicia-Mujer) “Naturalmente la mujer también provoca bastante violencia cuando el marido llega a la casa y empieza una cantaleta y una cantaleta hasta que el hombre no aguanta y el tipo explota.”

(Justicia-Hombre) “Uno no puede generalizar absolutamente nada. Hay casos de casaos y estarán los casos en los que el hombre tiene la culpa, como en los que la mujer provoca una situación, una reacción de ese tipo. Hay casos de casos entonces. Habría que mirar cada caso en particular, qué fue lo que pasó en ese caso concreto.” (Justicia-Hombre) “Ninguna situación amerita que sea maltratada físicamente, pero yo pienso que la mujer debe darse su lugar y como madre realmente también, la mujer debe darse su lugar y darse a respetar, o sea yo como madre no tengo que estar borracha a las doce o una por ahí tirada, sabiendo que tengo mi hijo, primero uno como mujer debe pensar que tiene familia, que tiene un empleo, o sea uno no tiene nada que hacer por ahí borracho a las diez u once de la noche sabiendo que uno borracho pierde el control de todo.” (Educación-Mujer) “Ellas ya se igualan. Ellas están buscando una igualdad y a veces la están buscando por el lado equivocado, se igualan: “ah si él toma yo tomo”, “si él sale yo salgo”, “si él tiene amigos y amigas yo tengo amigos y amigas”, y se igualan sabiendo que tienen hijos. Entonces ellos reclaman: “pero entonces donde ¡dejas el niño! Mira que lo dejas tirado donde tal persona y a mí no me gusta, mira que ella es tal cosa” y ahí empieza la violencia.” (Justicia-Mujer)

La “provocación femenina” es precisamente un tipo de revictimización en la consulta y atención que las/los servidores públicos entrevistados de educación, salud, gobierno y especialmente justicia, porque ellas llegan con miedo, con tristeza, desconcierto y preguntas del tipo ¿Qué hizo? ¿Qué ropa llevaba puesta? aumentan el dolor, la pena y la depresión que atraviesa una mujer víctima de violencia.

Aun cuando la normatividad nacional e internacional, señala “nada justifica la violencia contra la mujer”, llama la atención que éstos servidores insistan en atribuirle la responsabilidad de la agresión a la mujer y, demás, de legitimarla.

Aun cuando algunos aprueban el castigo por el accionar de la mujer, están las/los servidores que desde cualquier punto de vista están en contra de la “postura ellas lo provocan”: “¡Nunca! Eso no es así, eso también es de la cultura machista, que como también se dice que ellas son las que incitan a que las abusen sexualmente por la ropa. Eso no es así, somos personas, tenemos unos derechos, unos deberes, tenemos derecho al libre desarrollo de la personalidad, si de pronto a alguna mujer le gusta utilizar una minifalda porque considera que tiene un cuerpo - 58 -

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bonito, lo puede hacer. Uno como mujer tiene también derecho a decir: No estoy de acuerdo con que usted llegue tarde, tomado, porque mire que tenemos una situación económica difícil, esa plata que usted gasta tomando nos sirve para alimentar a los hijos. Usted tiene derecho a reclamar ciertas cosas, entonces no es que lo busquemos.” (Gobierno-Mujer) “No, no me parece. Pienso que no…Una mujer es una persona, pero no hay razón para recurrir a la violencia, hay otras formas, entonces pienso que no.” (Salud-Mujer)

Algunos funcionarios simplemente están “abiertos a la posibilidad” de que sea legítima la agresión que un hombre pueda llegar a dar a una mujer: “Yo tengo que ser imparcial cuando hay una situación de esas porque yo no puedo prejuzgar eso, es muy relativo que cada quien saque culpables, no tendría la manera de decir que el hombre es el culpable o la mujer es la culpable no sé, eso es desde la posición que se vea, para una personas puede ser que sí, que ella se lo buscó y para otra no, unos dirán “es que él no tiene por qué pegarle o agredirla”, otros dirán, “esa es la mujer de él y él verá cómo se arregla sus problemas familiares”, entonces son posiciones muy ambiguas y no sé.” (Justicia-Hombre)

El sector justicia, es una de las piezas claves en materia de atención a las mujeres que sufren cualquier tipo de violencia, porque en el ejercicio de sus funciones está, la judicialización de los casos o la despenalización de los agresores, y si ellos en su imaginario consideran que la mujer es la principal culpable de los actos de violencia, nos enfrentamos a una peligrosa reproducción y legitimación de la violencia contra la mujer.

LA MUJER BLOQUEA EL ACCIONAR DE LA JUSTICIA Percepción de la Mujer que denuncia

“La dinámica que normalmente se escucha acá, es que las mujeres denunciamos y al otro día queremos quitar la denuncia, entonces muchos procesos se caen, porque a los días se contentan, ellas se reconcilian.” (Salud-Mujer)

Cuando vuelve a la Institución

“Cuando vuelven con ellos, esa sí es la tapa de la olla, porque vuelven con ellos y me dicen “Yo ya cuadré con él y él no me va a volver a pegar. Es que yo ya le creo a él”. Lo justifican entonces viene el ¿Cómo hago para quitar la denuncia?”, uno les dice “No, eso ya no se puede quitar, es más, ni siquiera la tengo yo”. Entonces yo ya les hago ver que eso no es tan fácil, pero ellas van entonces a la audiencia con el juez de garantías y dicen que no, que ya ellas están bien, ¿Qué va a hacer el juez? Nada.” (Justicia-Mujer)

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Actitud del servidor o servidora pública

“Y ni hablar cuando van y retiran la denuncia, en esos casos uno siente impotente y desanimado.”

(Justicia-Hombres) “Una relación de pareja se pelean y a las 2-3 o 4 semanas están en la calle de mano del marido y uno ve que eso se vuelve como un juego y en el momento de la rabia del golpe, recuerdo el caso de una mujer que la primera vez que vino puso la denuncia, a la segunda vez que vino con un moretón en la cara inclusive al esposo le dictaron orden de arresto, y a la tercera vez que vino a poner la queja no le paré bolas, yo le dije usted viene y denunci,a se le impone una sanción y terminan juntándose otra vez.” (Justicia-Hombre)

Sentencia de la Justicia

“La mujer que denuncia y luego va y retira la denuncia, de un 100% de casos, podría estar en un 30%, ellas llegan dicen “Que no quería, que no pensaba que era para tanto, que le está haciendo falta” muchas cosas, pero ya la denuncia no es desistible, ya no se pueden retirar, ya se debe seguir con el proceso penal hasta el final, entonces lo que hacen con la intervención de ella es bajar la pena de la persona que va a ser condenada o cambiarle la pena privativa de libertad a domiciliaria o a otro”. (Justicia-Hombre)

En el ejercicio de las funciones de las/los servidores públicos, es reiterada la opinión, de que sus deberes se ven interrumpidos y bloqueados por el accionar de la mujer, la opinión es generalizada tanto en educación, como salud, gobierno y en mayor grado por la justicia. Al respecto se encontraron diversas opiniones y enfoques frente a las problemáticas en el tratamiento de los casos de violencia contra la mujer.

“La misma mujer es la que va y llora para que lo saquen.” (Justicia-Hombre

Una historia común y frecuente: “Van a denunciar y después se reconcilian” “Recuerdo eran personas que tienen un nivel económico decente él trabaja, ella trabaja tienen unos ingresos decentes él también tiene contratos con la alcaldía y me han hecho denuncias en días pasados se la hicieron a la inspectora y se expresaban horrible que yo no sé por dónde que el hombre dijo hasta el punto que lo trata de criminal, se agreden se maltratan y lo más curioso es que uno le dice a la inspectora llamemos a esta señora para que ratifique la denuncia, y me dice que no, porque ella volvió a la Comisaría a decir que había vuelto con el marido.” (Justicia-Hombre)

La resolución y atención en los casos de violencia depende del grado de educación, de la capacidad de la mujer de entender la asesoría.

“En su gran mayoría sí acuden a la Comisaría de familia. Yo creo que funciona en la medida que ellas estén en capacidad de asimilar la orientación que se les dé porque hay veces que llegan, - 60 -

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exponen el caso, salen y no vuelven.” (Salud-Mujer) “Una atención efectiva, voy a decirlo, depende del nivel educativo. Resulta que se presentan unos conflictos que no son permanentes que no son constantes, que con una ida a la Comisaria se resuelven, la gente según el nivel de formación, preparación, capacidad obviamente dice “la embarre, discúlpeme, no va a volver a suceder y trata de no volverlo a cometer”, porque el hombre es un hombre preparado y la mujer es una mujer preparada y hay un nivel de conversación y de diálogo se resuelve hablando, allí es una situación efectiva, pero con el campesino, que no ha ido a la escuela, desde que se levanta hasta que se acuesta en la tierra, tiene un recorrido de otros mundos, cree que la única forma de resolver el conflicto es a punta de golpes, aunque lo citen a la Comisaria, él no encuentra otra salida más que utilizar la fuerza para resolver el conflicto, que obviamente como varón la tiene, por el nivel de formación es más complicado para los casos de violencia.” (Educación-Hombre)

Otros consideran que el trasfondo de la problemática del accionar de la mujer reposa en un tema ligado a la historia familiar, a la educación: “Yo creo y siempre lo he dicho la mujer no se da el lugar que le corresponde. A nosotros las mujeres nos falta valorarnos más y darnos el lugar que realmente nos corresponde o sea respetar a los demás y respetarnos nosotras mismas.” (Educación-Mujer) “Porque igual todos crecemos en un ambiente diferente y recibimos, depende de la educación que usted reciba en un colegio, de esos valores que usted reciba en la casa donde hombres y mujeres se deben respetar, que tienen las mismas condiciones, tienen los mismos deberes y las mismas obligaciones, entonces yo digo que eso es de pronto falta desde el hogar.” (Educación-Mujer) Algunos servidores, asumen que la mujer que está conviviendo con situaciones de violencia, lo hace por gusto.

Los funcionarios ponen trabas en la atención

“De violencia contra la mujer si he recibido casos pero no tanto como para que yo sea el que intervenga ¿cierto? Sino para que yo sirva de puente para la administración, para que yo sea el puente, porque muchas veces hay funcionarios que ponen barreras o trabas a ese servicio.”

(Justicia-Hombre)

Respuesta Institucional: Ellas inventan!

“Cómo le digo varias veces la mujer manipula con esos procesos y esas denuncias, entonces antes del procedimiento, uno investiga uno mira pregunta los vecinos este señor que! uno pregunta a la misma comunidad, uno se fija si tiene antecedentes, si tiene procesos en la fiscalía y si es una persona que en la comunidad ni ha generado escándalos públicos, porque ellas con esos procesos manipulan.” (Justicia-Hombre)

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CAPÍTULO 7

CUANTIFICACIÓN

DE RELATOS FA SE CUALI TAT I VA - INS T I T UCIO NE S

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A partir de la información cualitativa se diseño un instrumento de recolección de información para cuantificar los relatos que legitiman y naturalizan las violencias contra las mujeres.

Al instrumento que se aplicó en hogares se le adicionaron algunas preguntas relacionadas específicamente con «RELATOS, CREENCIAS Y SITUACIONES RELACIONADAS CON LA ATENCIÓN INSTITUCIONAL A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES»

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Relatos y Creencias Dominantes INSTITUCIONES Valores Superiores Valores Inferiores La mujer no denuncia por que siente miedo (76,0%)

Gobierno 65.3 Educación 79.5 Justicia 75.9 Salud 84.4 Las mujeres maltratadas desconocen las leyes que las protegen (60,5%)

Gobierno 69.4 Educación 67.4 Justicia 53.4 Salud 53.3 - 64 -

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Las mujeres sienten pena y vergüenza de ir a demandar y hablar de sus problemas (52,6%)

Gobierno 49.0 Educación 50.0 Justicia 56.9 Salud 53.3 Las mujeres no denuncian porque guardan la esperanza de que las cosas mejoren (49,0%)

Gobierno 38.8 Educación 47.7 Justicia 60.3 Salud 46.7 Cuando un hombre está tomado es mejor dejarlo quieto (43,9%)

Gobierno 18.4 Educación 65.9 Justicia 41.4 Salud 53.3 El que las hace se las imagina (33,7%)

Gobierno 32.7 Educación 45.5 Justicia 32.8 Salud 37.8

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CAPÍTULO 8

ACCIONES POSIBLES PARA EL CAMBIO

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Apoyos

Contar con apoyos económicos y emocionales, que le garanticen a la mujer una disminución importante de los riesgos percibidos y un monto de seguridad suficiente para sostenerse en su decisión.

Buscar ayuda

Es el resultado de un largo proceso después de intentos fallidos, consejos contradictorios, experiencias frustrantes y, con frecuencia, varias “recaídas”.

Con frecuencia la “ayuda” definitiva que se espera implica el acudir a instituciones, interactuar con funcionarios que son, a su vez, hombres y mujeres “criados” en medio del mismo entorno sociocultural en el que fue criada la víctima.

Abundan los relatos en los cuales las autoridades no solo no ayudan sino que, “perpetúan la condición de victima de la mujer ” al contribuir con su discurso y acciones a la desesperanza y desesperación de la víctima de maltrato. La autoridad no logra “desprenderse” de sus creencias y condiciones con las cuales ha vivido e interactúa cotidianamente.

Golpe duro para la mujer que, generalmente, ha debido pasar por múltiples circunstancias antes de “tener el valor” de pedir ayuda.

El hombre no fuese sólo el destinatario de los mensajes sino, también, su emisor.

Dado que en términos globales se ha observado cómo los relatos y creencias más generalizados en torno al agresor tienden a exculpar su accionar, bien mediante la recurrencia a estereotipos sexuales, bien a través de la identificación de facilitadores o precipitantes de la conducta violenta (crianza, victimización infantil, consumo de licor, bajo control de impulsos, entre otros), se hace imperativo que las estrategias diseñadas aborden el cuestionamiento de la veracidad de estos presupuestos.

Recreación de situaciones donde los hombres se invitan entre sí a tomar el control de sus vidas en lugar de tomar el control de la vida de sus parejas, podría resultar mucho más eficaz que escuchar una mujer similar a su pareja diciéndole que su verdadera hombría se evidencia cuando la trata bien o que no va a permitir que la maltrate más.

De la misma manera, dado que la generalidad de los discursos y prácticas en torno a la mujer agredida se enfocan en culpabilizarla o avergonzarla tanto por provocar la agresión como por soportarla y permanecer en ella, los mensajes centrales deberían considerar esta realidad.

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Se hace perentorio que las campañas se centren en mostrar las alternativas de actuación que unas (mujeres) y otros (hombres) tienen para lograr salir de los círculos de violencia, más que en el señalamiento de lo que no se debe hacer: no golpear, no dejarse golpear.

El empoderamiento de las mujeres víctimas de violencia

(de vieja data o de primera vez) para que logren romper, terminar o no permitir la repetición de las prácticas y los discursos maltratantes.

Las víctimas de violencia no tienen el conocimiento de las alternativas institucionales y sociales a las que se puede tener acceso y, en el evento de tenerlos, no saben cómo acceder a ellas.

Se hace necesario la inclusión de mensajes que orienten a quienes pueden constituirse como redes de apoyo no solo en la detección temprana de acciones de violencia (visibles o invisibles) de las mujeres del entorno cercano sino, también, de la forma como se puede ofrecer la ayuda.

Romper el círculo

en el que algunas víctimas de violencia se encuentran al recurrir a personas que no tienen las herramientas o el conocimiento para ofrecer una ayuda eficaz sólo aumenta el riesgo de la reproducción de la aceptación de ésta como algo “que no se puede cambiar”.

Una campaña que incluya piezas publicitarias y acciones institucionales que tengan como destinatario el funcionario o la funcionaria cuya labor es ayudar a las mujeres víctimas de violencia. Nada más contraproducente para el cambio que funcionarios que se comporten como personas del común, que no hagan la diferencia esperada en el manejo de las violencias contra las mujeres.

Las instituciones

reiteran la perentoriedad de prácticas que favorezcan la inclusión y equidad de las mujeres, la ejecución y cumplimiento de políticas públicas que apunten a las generación de empleo o de ingresos estables para la mujer, hechos que le permitan “liberarse” de la dependencia económica en la que se encuentra sumergidas en la actualidad.

Algunos mensajes también apuntan a que se detenga la violencia física y, a su vez proyectan, que la mujer debe: empoderarse en materia de derechos, potencializar sus habilidades y capacidades, así como consolidar una autonomía sobre su cuerpo y sus decisiones.

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ANEXOS

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