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Inscripciones

Por último recogeremos, aunque sea a vuelapluma, los principales asuntos de carácter hagiográfico, pues son los más abundantes de estos conjuntos zamoranos. En lo tocante a la parte masculina se han podido identificar los siguientes: San Antonio de Padua, el apóstol Santiago, San Martín, San Julián, San Gregorio Magno y San Antonio abad, San Agustín, San Ambrosio y el arcángel San Miguel (en Muga de Alba), Santo Domingo (en Vivinera), todos los apóstoles (en la Santa Cena de Malillos), San Bartolomé (en Monumenta), San Juan Evangelista (en la Crucifixión de Tamame) y el evangelista San Mateo (en Villaobispo). Santiago en la batalla de Clavijo. Pinturas de la iglesia de Muga de Alba En el otro extremo se sitúan las mujeres, igualmente numerosas, y cuyas representaciones se reducen fundamentalmente a las de carácter retratístico (no de carácter biográfico como algunas de las masculinas), la mayor parte de las veces acompañadas de sus atributos iconográficos. Entre ellas descubrimos a Santa Catalina de Alejandría (Muga de Alba), Santa Marta, Santa María Magdalena, Santa Margarita, Santa Bárbara, Santa Lucía, Santa Águeda y otras santas inindentificables (en el banco del retablo de Vivinera).

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Representación de Santa Catalina con sus atributos iconográficos en Vivinera

Nuestras pinturas contienen otro tipo de elementos parlantes, más allá de los que encierra el repertorio iconográfico ya visto, menos frecuentes pero que aportan una valiosa información para entender la naturaleza de algunos de los encargos y sus programas decorativos. Ante

Inscripciones de distinto tamaño que corren por los entablamentos de Muga de Alba

la inexistencia de motivos heráldicos, aquí únicamente podemos hablar de las inscripciones.

Dos conjuntos, Muga de Alba y Vivinera, conservan largos letreros de jugoso contenido, mientras en Villaobispo una pequeña cartela con la inscripción “MA[TT]HEI” nos revela la identidad del apóstol representando en un tondo. Por el contrario las vistas en los otros dos templos nos hablan de la razón de los encargos e incluso de la identidad de los patronos

Veamos primero lo que ocurre en Muga. Los primeros testimonios podrán verse en el muro de la Epístola de la capilla mayor. En el marco inferior que rodea las escenas leemos primero: “• E[..]TA • MAN[...] IVo De [...]”, “• [...] MANDARON PINTAR • FRco RODRIGEZ” y “[...] MANDO PINTAR D”, donde pudieron recogerse el nombre de tres de los comitentes del conjunto, aunque sólo uno de ellos se conserva enteramente, Francisco Rodríguez, pues de otro sólo resta su nombre, Juan. En el muro frontero, las inscripciones se multiplican y cuajan por completo la parte superior e inferior del entablamento separador de los dos cuerpos de su retablo fingido: “• ESTA • OBRA • FC, • BALTASAR • P[ER]ez • De su devo[...]”. Continúa avanzando por los distintos encasamientos: “ESTA OBRA • / IZO De SV Deuocio[n] IVo eSTEVAN • [...]”. Y finaliza en las pinturas de San Antonio y San Miguel: “esta [...] mando IVo Anton de Ferm[...]” y “IVo ca [...] eza mando pintar”. Donde, al menos, podrían rescatarse otros dos nombres, aunque otros tantos se han perdido: Juan Esteban y Juan Antón. Todos ellos serían parte de los munificentes devotos que sufragaron el coste del mural, pero en uno de ellos varía la mención. Baltasar Pérez, antecede a su nombre la abreviatura FC (de FECIT), lo que quizá nos sitúe ante uno de los pintores que llevó a cabo el mural, siempre en el terreno de la hipótesis obviamente.

Inscripción en el nimbo circular de San Julián. Muga de ALBA