En la cocina hay dos ventanales y una salida que da a un huerto. En Suiza es costumbre tener un huerto hogareño para cultivar los propios alimentos. La cocina, que no es muy grande, tiene forma de ele y está muy bien organizada por zonas: la de preparación, la de cocción y la de agua. Recoge la ele una pequeña isla de apoyo que cuenta con un par de taburetes para poder sentarse de manera ocasional e incluso comer de forma informal.
Última foto: Vistas desde la cocina hacia el salón. Se aprecia el suelo imitación madera. Al tener jardín propio, no era muy adecuado optar por la madera natural, más delicada. El pavimento, pues, es sintético, más práctico y resistente. Al mismo tiempo, el acabo madera potencia el ambiente cálido de esta casa que invita a relajarse en medio de un entorno natural magnífico.
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