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Make Argentina Great Again
Alejandro ARROYO WELBERS
CEO SOUTHMARK LOGISTICS S.A.
Director Diplomatura y Especialización en Comercio Internacional – Universidad AUSTRAL.
A esta altura del partido y visto el mediocre posicionamiento de Argentina a lo largo de las últimas décadas en un mundo aún muy globalizado –a pesar de Donald y sus arrebatos tarifarios – no quedan dudas de que la salida del lodazal nacional y popular es el sector externo de la economía.
Pareciera que nuestra brillante clase dirigente – tanto políticos como empresarios – la están empezando a entender. Es decir, más y mejores exportaciones, para lo cual también hay que importar más y mejor. Algo de eso ya está sucediendo. Veamos: si uno observa el ICA-INDEC (Intercambio Comercial Argentino) de Marzo 2025, surge a las claras que en ese mes, el 75% de las importaciones fueron bienes de capital, repuestos y bienes de oferta intermedia (insumos), con un total de USD 6.000 millones. Si observamos Abril 2025 comparado con Abril 2024, las importaciones treparon un 37% para llegar a USD 6.460 millones, siendo su composición 18,8% bienes de capital, 33,4% bienes intermedios, 21% piezas y accesorios y 15% bienes de consumo. El crecimiento de las importaciones Abril 2025 contra Marzo 2025 fue más de un 7%.
Estos números muestran a las claras que existe una vocación de actualizar tecnología y aggiornarse desde la producción industrial, toda vez que los bienes de consumo sólo representan el 15% del total importado. Sin embargo, no son todas noticias alentadoras.
Las exportaciones de Abril 2025 contra Abril 2024 también crecieron, aunque lo hicieron tan sólo un 2.3% por un monto total de USD 6.664 millones, dominadas por un mayor volumen exportado (+3,2%) aunque a un menor nivel de precios (-0,8%), todo lo cual arroja un magro saldo favorable de USD 204 millones. A diferencia de las importaciones que muestran una fuerte orientación productivista, las exportaciones muestran poca innovación en cuanto a lo que se exporta tradicionalmente. Resta conocer cuán- to de las importaciones se traducirán en exportaciones de MOI / MOA para realmente establecer una causalidad concreta.
el gobierno nacional junto al sector exportador tendrá que tomar las riendas y generar inversiones en la infraestructura asociada al sector logístico, a menos que pretenda que la productividad se genere por ósmosis
Por otro lado, aún resta conocer el real impacto que tiene la cancelación de derechos de exportación sobre las economías regionales y más de 4000 productos industriales que pagaban entre un 3 y 4.5%todo lo cual es muy bueno aunque aún no se proyecta hacia el sector externo de la economía. Sin embargo, el capítulo aún pendiente y más arduo es la escasa diversificación de exportaciones, no en lo que respecta a variedad de destinos sino más bien a diversidad de productos y valor agregado. Más o menos, exportamos siempre lo mismo por medio del uso de la misma infraestructura de siempre con muy baja productividad y escasa innovación.
Si observamos el RIGI (Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones) podemos dar lugar a una cuota de optimismo. Sectores estratégicos como el cobre, litio, ductos para gas natural y crudo, gas natural licuado, energías renovables, y siderurgia, además de otros sectores ligados a la infraestructura logística y la producción, la están pensando seriamente.
Ahora bien, a pesar de tener que crear un régimen especial que permanezca blindado por 30 años y así brinde seguridad jurídica y estabilidad a los inversores, pareciera no ser suficiente para algunos gobernadores que amenazan con imponer regalías en sus territorios, sí, a pesar de la existencia del RIGI. Entonces, Argentina da para todo.
Todos estos temas le hacen flaco favor a los Mc Ewen Mining o Rio Tinto de la vida, corporaciones que en sus respectivos ámbitos ya les han cambiado el arco en medio del partido y aún así, están apostando a desarrollar sus proyectos. Por caso también podemos mencionar los continuos cambios de timón tomados por YPF en relación a la fallida construcción de la planta de GNL en Punta Colorada; primero fue PETRONAS y luego SHELL. No será acaso que estas corporaciones aún no confían en enterrar capital a muy largo plazo a sabiendas de que a pesar del RIGI todavía falta la confirmación en las urnas de la dirección político-económica que tome el país? Además, el GNL implica altas barreras de salida.
Bueno, a decir verdad, esa confirmación la están esperando todos los inversores, RIGI o no RIGI. Ahora bien, de darse el rumbo económico hacia la apertura económica y globalización del MERCOSUR a través de distintos bloques comerciales tipo EFTA, UE, EMIRATOS y otros, el gobierno nacional junto al sector exportador tendrá que tomar las riendas y generar inversiones en la infraestructura asociada al sector logístico, a menos que pretenda que la productividad se genere por ósmosis. Cuando hablamos de infraestructura nos referimos a los FFCC (un lamento indio), las terminales marítimas y fluviales, la Hidrovía Paraná-Paraguay, la red vial, operación de bitrenes y de rodotrenes al estilo australiano, estaciones intermodales ligadas a cabeceras de FFCC a lo largo y ancho del país al estilo del Canadian Paci- fic Kansas City Railway (CPKC) en el USMCA o ex NAFTA, estaciones de carga aérea en el interior profundo, corredores bioceánicos, zonas económicas especiales creadas para sectores estratégicos al estilo SUZLON ENERGY en la India (exportador top 10 de molinos eólicos) etc.
Usted, mi estimado lector, podrá decir que la vara en estas cuestiones resulta estar demasiado alta. Puede ser. Pero hay que pensar en grande y tener en cuenta que Argentina tiene todo lo que el mundo necesita, mientras que el mundo desarrollado puede proveer lo que nuestro país requiere a nivel tecnológico para que se cumpla el MAGA (Make Argentina Great Again) como bien dijera el amigo Donald.
La diferencia radica, sin embargo, en que los recursos naturales que tenemos no están alegremente disponibles en cualquier lado mientras que la tecnología sí, se encuentra disponible en casi todos los países desarrollados. Es decir, hay proveedores sustitutos. Se entiende entonces la importancia de los alineamientos geopolíticos y las alianzas comerciales con otros bloques regionales? Confirmar de una bendita vez el MERCOSUR-UE resulta absolutamente crítico, más allá de los avances en un Acuerdo Comercial Especial que podamos lograr con los EEUU y JAPÓN, siendo estos dos últimos independientes de los designios del MERCOSUR – el bloque comercial más irrelevante del planeta, siendo su participación del comercio mundial de tan sólo un 3%. Que conveniente para Brasil y qué inconveniente para Argentina, verdad? Casualidad o planificación?
En lo personal me inclino por Itamaraty. Usted decide. Sea como fuere, el sector exportador y los estrategas de Cancillería – asumo que existen – deben salir de su zona de comodidad y enfrentar un mundo que está repleto de oportunidades de cooperación, intercambios, alianzas estratégicas, ferias comerciales, y presentaciones de promoción en todos y cada uno de las turbinas de Argentina, las cuales no son pocas, a saber: minería convencional; litio; hidrocarburos; energías renovables incluyendo hidrógeno limpio y energías marinas; minerales críticos incluyendo el uranio; energía nuclear y el ciclo de combustible nuclear absurdamente discontinuado; el polo agroexportador y la hidrovía tantas veces postergada y ninguneada; la expansión de tierras arables con tecnología israelí; el casi infinito potencial turístico y su efecto multiplicador en la economía; e industrias estratégicas malogradas y maltratadas por años tales como la industria de la defensa, la industria mecánica, y la industria naval – esta última con importación libre para buques usados (inexplicable).
Argentina requiere de estrategas con liderazgo transformacional, ya! Lo transaccional sólo, no alcanza.
