De pulke y otros versos

De

y otros versos

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REVISTA DE POESÍA

Revista digital de poesía editada en Morelia, Michoacán, México.

Octubre de 2018. Número 0.

Abdías Martínez Editor Agradecimiento a Cristina y la Familia Pulkes Iriarte Sauyer

Jorge Arriola Diseño gráfico http://jorceps.tumblr.com/ 2

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Acotaciones sepia: Cristina Iriarte, un espacio, el acto locutivo abrasando la tarde, pájaros en la cabeza, la poesía hambrienta. Los senderos del lenguaje, las emociones, la poesía trasmutada en pájaros, la cabeza-camino abierto, el alma-mundo, su furor y el movimiento natural de los placeres.

El acto ilocutivo, los pájaros nadando, reptando el lenguaje, las palabras aromáticas, los verbos a frutecer. La ideas, todas, tejiendo el mismo nido. El acto perlocutivo: un poema-cuerpo verdadero.

Se escribió el jueves 3 en las lluvias poéticas de agosto y desde entonces, la búsqueda de nuevas rutas para echar raíces convirtió un hábitat apacible en un ave que cobró vida a través de las palabras y la voz, circundaba el 2017. Hoy, un año después, una red de cosmovisiones hilvanó las aguas, construyó mareas, los vórtices más dulces desde el pecho, afinó los poros para la aventura, nombró en el remanso de los sueños y en la revolución de los desvelos, acrecentó un canto polifónico escrito en versos y puñados de luciérnagas para alumbrar el camino. Un foro, La Pulke; el pulque, un micrófono, los oídos del fiel auditorio y la entraña desbordando palabras trasmutadas en literatura; la compañía, la tarde, los ojos, un día, la noche, sus lunas; aquello que a través de las tormentas convertimos en poesía. Un poema al alimón: “Jueves literarios”. Un poema en transición, eclosionando, sin vistas de puntuar el último verso.

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Desde la exposición del verso más sublime hasta la acción poética más irreverente, el foro multicultural de La Pulke ha sido cauce, y causa, para estas y otras manifestaciones literarias y artísticas del talento michoacano. Una Mesa Q, intervención de poetas morelianas, tardes temáticas, invocación a los deseos, de pulsiones y otros roces; pintura, música, canto, declamación, performance, teatro, poescénicos, danza, narración oral, videopoesía. Aquí hemos bogado todos, hemos trazado las líneas como sueños e inventado las costas más lejanas, los consagrados, los talleristas, los que publican, los amateurs, filósofos, los premiados, los de revista, los de encuentros poéticos, sinvergüenzas exhibicionistas y los que nombran desde el heterónimo; los que no se animaban y ahora no faltan, los trovadores, percusionistas, guitarristas, los del spokenword, los de lectura expresiva, en voz alta, los que modulan el alma y llevan el rito en las falanges, los de lectura musitada, esos del susurro erótico, de lectura acompasada, los de la bocanada antes del verso, los del trago antes del verso. Los de café, mezcal, cerveza o pulque, los de mezcal, cerveza y pulque. Hablan aquí los que llevan en la boca y en la pluma el sabor cálido del cuerpo en noches de nostalgia o cuando la garganta es jardín ardiente y persuasivo. Frente al micrófono, de pie o en la silla, desempolvamos el espíritu y los poemas olvidados, y allí mismo, hemos atado algunos con la obstinación de quien siembra palabras desde los huesos para cultivar ruiseñores.

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Ese es el poema que juntos hemos ido escribiendo. Que no falten los Homenajes a nuestros influencers de cabecera, los “Poetic Roast” para mofarnos de la máscara que escribe, el “Ring Poético” para improvisar los mejores versos en dos de tres caídas y sin límite de tiempo, el “Burdel Poético” para erizar los sentidos, el sustrato, los principios y misterios; y ahora nuestra Revista, plataforma para el acto de creación, comunicación y malabares con palabras. Así articulamos la metáfora de la metáfora de la vida, así la deshilvanamos, rumiamos un poco con lengua constrictora y volvemos a enredarla. ¡Hay poesía! ¡Hay poetas que deambulan por la tinta! ¡Hay poetas que libertan pájaros, recuerdos húmedos, espejos y universos como paracaídas en los “Jueves literarios”, en La Pulke!

El Host, Abdías Martínez.

En el marco del 1er Aniversario de los “Jueves literarios” en La Pulke.

Agosto, 2018.

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Noé Almaguer

CÓPULA LINGÜÍTICA

Volviste a mi cuarto, a mi lecho de sabanas sin poesía y a mi cuerpo de carencias…Volviste…

Y contigo las palabras, palabras enrejadas en tu cuerpo, un cuerpo filológico …

Empecé a desnudarte poco a poco de tus fonemas, a besar tu cuello y llegar a tus alófonos firmes, variables y volubles…

Tu ropa en el suelo y tu desnudez arbitraria frente a mí.

Era latente toda tu diacronía, estudié todo tu cuerpo sincrónicamente, sin reparar en daños me humedecí en tu oclusividad bilabial sonora, el juego de nuestras lenguas fue Líquido, lateral alveolar, vocálico, consonántico, continuo, difuso…

En tu pecho me encontré una división fonética llena de arbitrariedad que me sugería proceder

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con cierta clasificación nominal, palabras en tus senos que se reduplicaban en incitaciones lenguales, dentales, labiales, el enjambre de humedades estando dentro de ti era sustancia que me debelaba la forma, tu acústica de extremidades semánticas.

Ni Saussure sabría describir la doble articulación de nuestros cuerpos, mujer, y yo menos el sonido de tu carne, sólo desear tu frecuencia, arañar tu amplitud, penetrar tu timbre, desfallecer ante la resonancia tus haces de rasgos sonoros producidos por un placer meramente lingüístico.

Sin palabras no tendrías cuerpo; tu talle era léxico para los mudos, eras un idioma travestido de mujer, sujeta a los hablantes, a tu propia diacronía, al cambio, a la variación, al olvido…

Ahora, después de nuestra última cópula, me invade la fatal certeza de que ni las palabras alcanzan para despeñarme en tu cuerpo.

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HIPERVACÍO CON PERFUME

La presencia de Epicarpio en la esquina del cuarto siempre alentaba y acentuaba mi soledad. Cuando leía en el extremo opuesto del cubículo que tengo por recámara dejaba la puerta semi abierta para que el conejo pasara; primero arañaba para empujar, asomaba la cabeza, olisqueaba el recinto en busca del olor particular que produce el estar leyendo que, científicamente comprobado, o es el de la mezcla entre una infusión diurética y el tabaco o el de un aguacate pudriéndose; el roedor gigante en cuanto captaba cualquiera de estos olores se sentía en el derecho de ir y poseer la esquina próxima del cuarto. No zurraba, no meaba, mientras yo estuviera ahí. Entonces yo veía como acometía ese ritual sin mutación alguna y mi soledad se dichaba, se ponía contenta de saber que me pondría a pensar en la carencia presencial de otros seres humanos en mi vida social. Así es la soledad, una presencia constante que no sabe de otra cosa más que revolcarse en el fango de su narcicismo. Pero aprendí a disfrutar de ella. Mera adaptación natural.

Luego, en un amago de hacer vida social, me metí a un movimiento en la universidad para no sé qué finalidad hu-

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manista y conocí a una chica que podría haberse llamado Nefertari. Su nombre iba inscrito con una esencia de azahares cítricos. Salió conmigo dos semanas antes de empezar a quedarse a dormir en mi covacha cada tercer día. La presencia de Epicarpio fue ya innecesaria. La lectura menguó y la puerta se mantuvo cerrada mientras leía en las pocas ocasiones que lo hacía. La chica estremecía al oírla hablar de sus pasiones y sueños al tiempo que lo hacía con gestos y un exagerado movimiento de manos.

En una ocasión que llevaba ya cuatro días durmiendo conmigo el conejo tuvo la desgraciada idea de adentrarse en el cuarto sin tomar en cuenta que no olía a aguacate pútrido y mordisqueó sin reparos la blusa bordada artesanal de ella.

Se molestó de una manera hiperbólica y dejó de verme por una semana.

Pasado este lapso regresó una noche calurosa en la que el sueño me atrapó hasta entradas las 4 de la madrugada.

Desperté y Nefertari ya no yacía a mi lado. La puerta estaba semi abierta, como no lo había estado en mucho tiempo, dejando pasar la sensación de una ausencia irrevocable. La puerta entre abierta, como la dejan las personas que no piensan regresar jamás. Me levanté para cerrarla sin pensarlo mucho y me encontré con mi desdicha, mi soledad narcisista muerta, Epicarpio estaba en medio de la abertura de la verja, a medio entrar del cuarto, asfixiado, estrangulado… no olía a muerte o a soledad, sólo a una fragancia de azahares cítricos.

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Carlos Luis Kempes

NO. 1

Vi tu sonrisa seductora una vez y desde aquel instante aprendí a separarte del resto. Soy capaz de apartar mi mirada del mundo, me volví selectivo, clasificador; separo lo que sobra y me deshago de él, me quedo con lo que necesito, solo necesito escuchar tu voz, perderme en tu mirada, leer tus hermosos labios y sabré que la vida vale la pena. Los subsecuentes encuentros entre nosotros se volvieron más amenos, cada conversación es más personal, cada risa más espectacular, cada abrazo más cálido, cada roce más sublime.

Es curioso, es como si cada vez que te veo me enamorara más de ti, mientras más me adentro en ti y conozco tu interior me es difícil, me resulta soltar tu mano y no importa que el mundo esté en llamas, que la vida tenga tristeza, miseria y que a cada rato quiera aplastarte, porque por ese pequeño instante soy tan humano y me siento vivo.

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No.2

Usa su ropa, súdala por favor, quiero impregnarla de ti. Usa su lápiz labial y bésame despacio y torpemente. Tu cabello es más largo, déjame cortarlo un poco. Ahora ríete como niña pequeña, no así no, ríe como te dije. Ponte esos zapatos que no combinan para nada con lo que estás usando.

Listo, ya está, no queda nada más que tú. Tú puedes evolucionar, toma tu dinero y lárgate de aquí, viéndonos juntos al espejo sé que puedes salir de esa fría esquina, debajo de un letrero que tiene tu nombre con luces rojas. Si decides quedarte solo conseguirás que te arrastre al pozo de miseria del que no quiero salir. Ponte esta ropa y deja la que trajiste, también deja la de ella y sal como debiste haber entrado, con tu propia ropa, como tú misma.

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Paloma Carreño Acuña

NOMBRAR PARA SABERSE ENVENENADA

El objeto no existe y se nombra, nace en el imaginario:

la esfera donde se incuba el acto.

Lo nombrado evidencia realidades,

crece y se desborda,

cambia su significado.

La cosa muda la palabra que le aprieta y se renueva mientras sigue andando.

La palabra, culebra sin cáscara, se arrastra sobre la brutalidad, la traga y regurgita.

Produce con ella su letal saliva

e inyecta, clava su mordida.

Se reconocen por fin las violencias que corren por el cuerpo al tiempo que lo matan, ¿y luego?

No hay antídoto para la conciencia.

Solo queda vaciarse.

Cinco litros de sangre, por tres gotas de veneno.

Vaciarse.

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Y de los coágulos en el suelo, coger los que en el microscopio tengan sus células tomadas de la mano.

Y tragarlos.

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SIESTA EN MÍ

Te sueltas en un alud de arenas y te sostengo

con mi enclave de piedras.

Tus pupilas terrosas, tus respiros

de polvo adormilado, tus burbujeos de lodo que se seca.

Rozas, bajas, la montaña en tu sueño de tierra erosionada.

Un charco de labios da pausa a las siestas brumosas, que incorporan tu relieve jocoso de finita inmaterialidad.

En contracciones de tierra muerta gasificas tu potencial de concreto diluyéndote en inconsciencia Mientras mi mano sostiene una cabeza que de tu cuerpo rocoso

se despeñó.

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Soplas tu sustancia de minerales y piel muerta.

Inhalo tu naturaleza fallida y en mis pulmones sedimenta una persona dormida.

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Omar Fernando Tapia Romero

CÁNDIDA, SÁTIRA Y SIN RIMA

Tengo miedo de tenerte porque no sabré perderte, miedo de perder lucidez buscando tu nombre y de mandar todo a la mierda por crearte una poesía.

Me asedio con preguntas que destruyen viejos dogmas, mi deseo contra la disciplina; y como nota al pie, mis versos que no riman.

Tengo miedo de saber que no te temo, de dejarme vencer de nuevo por este apetito voraz que me lleva a consumir hasta tu más profundo aliento.

Miedo a ahogarme en tus muslos de seda, mientras busco en tus entrañas las respuestas a estas preguntas tan ingenuas…

Pero con uno más de tus excesos, que cándida y con sátira me entregas, encierras para siempre mis sueños de fuerza y languidez.

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Tengo miedo de perderme entre tus lunas y hundirme indecente, calmándome la sed en tus aguas, en las que explotan las estrellas…

Y que terminas de exhalar al compás de tu ritmo frenético.

Cuando menos te busco más te encuentro, y me pierdo en tus cabellos que embelesan mis pupilas, siempre tan cándida, sátira y sin rima.

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BATALLAS EN LA NADA

Transcurrían, desde hace siglos, los espacios cubiertos por perfumes que enjuagaban la calma de viejas batallas.

Y el sol del crepúsculo iluminaba la tierra donde se batían los monstruos, con el miedo en sus armas.

Ahí ya ahora yacen flores, sangre, pólvora y sudor; promesas, lágrimas y risas desesperadas… ¡Se acabaron las raciones de alcohol y las escaramuzas improvisadas!

Del fuego aprendimos a amar las cenizas que recogíamos después de las embestidas de metralla. ¡Éramos invencibles, éramos inmortales,

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éramos imparables!

Pues el tiempo nos guiaba al arcángel que abanderaba a la victoria escondida tras el relámpago severo.

Pero nada trae el tiempo cuando la voluntad se bate en retirada, ¡Nada es el fuego ni la ceniza, nada es la lucha ni el amor, nada es la paz ni la calma!

Los perfumes de la calma se ríen de nuestros sueños que has dejado al amparo tiránico de la Nada, persiguiendo la libertad que tanto añoras, y de la cual no entiendes Nada.

No éramos invencibles, (éramos Nada) no éramos inmortales, (moríamos por Nada) no éramos imparables, (fue la Nada).

Y sólo así aprendimos que Nada son las batallas que se libran bajo el sol, ni las batallas que libramos en tu cama.

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Karla Viridiana Herrera

BELLA FANTASÍA

La noche cae en la ciudad, va surgiendo desde los rincones una suave melodía que endulza el oído y te hace sentir unas inmensas ganas de bailar hasta que no puedas más, al fin es viernes y podré disfrutar de una salida con mis amigos.

Camino por la acera pensando si será ideal usar aquel vestido floreado y sensual o algo más casual y cómodo; subo al micro, veo a una pareja tomados de la mano, una señora con sus hijos y otros pasajeros que van exhortos en sus asuntos, transcurren los minutos hasta llegar a mi parada y descender, recibo varios mensajes preguntando si asistiré a la reunión programada con los demás… “¡Claro que sí!”, reenvío al grupo y comienzo a alistarme, he elegido usar el vestido y ponerme guapa.

Salgo rumbo al lugar donde hemos quedado de vernos, el chofer del taxi es agradable, usando ropa muy elegante y con música de Whitney Houston, me mira por el retrovisor… tiene unos ojos bellos y dientes brillantes como la luna que se asoma desde el cielo, suelto una ligera risa nerviosa y siento mis mejillas enrojecer, ¡por Dios! Tranquila Emily, es guapo pero no hay que alterarnos… o tal vez un poco pero

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no por él, me digo mientras aguanto la risa, vamos atravesando el boulevard lleno de luces de colores y música mezclada en el ambiente, observo a la gente que va entrando a esos distintos establecimientos con la esperanza de pasarla bien y quizá soltar unos cuantos besos atrevidos; aparcamos junto al lugar del encuentro, hemos llegado al famoso “Palazzo… lugar donde las fantasías cobran vida”, bueno al menos tienen un eslogan llamativo, desborda alegría por sus enormes ventanas y el ruido es enloquecedor, agradezco al guapo conductor y me bajo del vehículo. ¡Vaya manera de comenzar la velada!, diviso a mis amigos por la entrada del lugar, ¡Hola!- exclamo con entusiasmo y al mismo tiempo abrazando a todos, nos hemos arreglado como si asistiéramos a la mismísima premier de aquella película romántica estrenada el año pasado, cómo olvidarla si me hizo llorar cada vez que la vi en mi computadora a altas horas de la madrugada. Una chica bella y esbelta nos dirige a nuestra mesa, el salón está lleno de personas listas para bailar y dar inicio a toda una celebración, todo parece sacado de esa película, los candelabros curiosos llenos de papeles coloridos, una pista inmensa y parejas por doquier. David comienza a pedir bebidas, Franz alardea con los demás que vio a unos chicos guapísimos que conquistará más al rato, yo sólo escucho su táctica interesante de ligue que hará caer rendidos a sus pies a cualquiera, típico de ella, pero es divertido verla en acción y confirmar qué técnica funciona, ojalá me ayudara un poco y así no ser tan tímida con los

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muchachos, el presentador comienza a anunciar la tercer y última llamada para dar entrada al grupo de salsa que estará deleitando al lugar con su rumba, todos aplaudimos y se escuchan una maracas que marcan el ritmo de una bella canción, cada quien toma a su pareja y se dirigen a la pista, Gladys se va con Pepe, su novio, Héctor y Ross eligen a unas chicas de la mesa continua, David me toma del brazo y nos abalanzamos a la pista, al principio me da un poco de miedo no agarrar el ritmo y plantarle gran pisotón pero él me guía y yo sólo dejo que fluya cada nota en mi cuerpo, noto su asombro al verme dar cada vuelta y lo bien que le sigo el paso así que poco a poco va incluyendo movimientos más rápidos y sensuales, nos dejamos llevar.

Recuerdo aquella vez que conocí a David, fue de una manera muy graciosa, si me pongo a analizarlo, íbamos en cuarto grado y recién comenzaba el curso, por mi timidez mis amigos eran pocos pero buenos, al entrar al salón nos percatamos de que había un chico nuevo, se notaba un poco inquieto, era demasiado atractivo como para poder entablar un conversación, al menos yo no podía pero Franz sí y fue directo a él, argumentando lo bien que la pasaría en nuestra escuela e invitándolo a pasar el receso con nosotros, entró el profesor y todos se dirigieron a sus butacas, no me había percatado que él se encontraba sentado en mi lugar, aparte de tímida y distraída, le pedí que se moviera porque por error se hallaba ocupando mi lugar, me sonrió y se movió amablemente, nos acercamos a los estantes para tomar los libros

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que ocuparíamos y al buscar, el mío no estaba, no recordaba que me lo hubiera llevado a casa para terminar los ejercicios, cuando de repente mire que él lo tenía, hojeando y buscando la página del ejercicio que haríamos, me acerqué y le susurré en tono de broma “¿acaso te gusta tomar mis cosas?”, le guiñé el ojo mientras señalaba la etiqueta rosa donde se leía “Emily Burth”, se puso como un jitomate bajo el intenso sol, le dimos un graciosos apodo a raíz de ese suceso y cada que recordábamos aquél día reíamos como locos, había cierta complicidad entre él y yo, una química buena pero cada quien tuvo sus aventuras, se convirtió en un chico popular debido a su destreza por el soccer pero también porque la madurez lo puso más guapo y comenzó a salir con las chicas de la facultad, yo solo coqueteaba con el bibliotecario, no porque me gustara sino porque quería que dejara de fastidiarme con los días de atraso que tenía con los libros, dos o tres miraditas y sonrisas bastaban para calmarlo un poco… bellos recuerdos.

Ahora debo enfocarme en David que cada vez está más cerca de mí, siento su cálida respiración y sus manos recorrer mi pequeña cintura, me gusta que bailemos juntos, surge de nuevo esa química y creo que también a él, me pide que vayamos a la barra por un trago, la locura está al máximo, la gente baila y brincotea dejando salir el estrés acumulado que ha dejado la semana, pide dos cervezas y las bebemos de golpe, “se siente bien algo fresco” me dice mientras no deja de bailar, sólo me río y asiento con la cabeza, las botellas quedan vacías

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y nos movemos entre la multitud hacia la pista nuevamente, ya no veo a los demás, comienza sonar una canción de la Sonora Santanera, me muevo como mis abuelos me enseñaron a bailar y David imita mis pasos, es gracioso que lo haga porque él baila perfectamente, ligero y con simpatía, han pasado varias canciones y seguimos bailando, derrochando ese sabor “salsacumbierodanzón”, ha sido un gran duelo entre los asistentes por ver quién saca los mejores de pasos e impresionar, cada vez veo más espacio en la pista y el calor humano se deja de sentir, no hay tanta gente como en un principio, eso quiere decir que se ha hecho tarde, a lo lejos observo a Franz besándose con un chico, Héctor con Ross están ebrios en la barra y Pepe besa cariñosamente a Gladys, son tan tiernos, quisiera uno estar así… ¿será buena idea plantarle uno a David?, mientras yo analizo la situación para dárselo en el mejor momento me toma de los hombros y siento sus húmedos labios sobre los míos, es algo increíble, maravilloso e indescriptible, me mira y susurra “me gustas Emily Burth”…

Siento las piernas temblar y el corazón salirse de mi pecho, intenta decir algo más pero lo callo con un beso que resuma todo lo que siento por él, lo recibe y disfruta mientras seguimos a mitad de la pista, suena una canción romántica mientras nos dirigimos de la mano a la mesa, Gladys es la primera en soltar un suspiro al vernos, Pepe se abraza con David y los demás dan un grito de victoria… yo solo sonrío y miro a David… bendito eslogan… fantasía cumplida y en una bella noche.

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Karina Ruiz Vega

NO ME DIGAS GUAPA En Honor a Divani Vanessa Gonzales Duque

Pensaba que mi madre era una exagera al esperarme despierta cada vez que salía de noche, luego entendí que no era por miedo a que llegara borracha sino a que no llegara.

Camina por las vías, por los caminos conocidos por sus pies, anda entre muros, banquetas y calles, todos los días la ve pasar el señor de la tienda, la señora que vende fruta, la de las tortillas y el dueño de la librería vieja. Camina como si nada pasará, aunque de paso en paso no falta el grito de algún pelado, dice su mamá, mamacita, si las mueves más te las compro, así me gustan como tú, estás bien rica. De cuando en cuando alguno pasa despacio en su coche cerca de ella, diciéndole que la lleva a donde vaya, y aunque su corazón late con la fuerza de un motor, y no por amor, por miedo; sigue su camino como si fuera una sorda, por miedo, algunas otras preferimos decir precaución.

El cabello rubio que cuelga hasta la cintura joven y pequeña, sus muslos bien desarrollos y sus partes de mujer en el lugar exacto y con las proporciones adecuadas junto con su rostro, que parece hecho por los dioses griegos, más que

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ser un bien son un mal, porque ella teme no poder regresar con su familia. Y no es solo ella, es su madre, su hermanita menor, su prima, su tía, su vecina, su amiga, su compañera, su maestra, la empleada de la tienda, y cada persona que fue dotada con el sexo de Venus entre las piernas.

Camina y recuerda y Divani, la niña que vivía cerca de su casa, compañera de la primaria de su hermanita menor, fue brutalmente violada y asesinada, sus órganos sexuales en desarrollo quedaron complemente desechos, y se convirtió en eso, el desecho de lo que pudo haber sido una mujer, había sido su culpa, por provocativa y descuidada, aunque ella creía que la culpa real era ser mujer. Recuerda a su amiga, esa que no gustaba de enviar fotos desnuda pero como su novio la trataba tan bien y él le decía que era la recompensa a buena labor como pareja la obligaba, incluso a veces durante el sexo su amiga lloraba, y aunque no le decía a nadie todos lo sabían.

Entendió porque cuando era niña su mamá no la dejaba quedarse en casa de sus amigas, y siempre decía lo mismo, es que yo no sé si haya hombres en su casa, el problema no era el sexo masculino, el problema eran las mañas.

Camina y recuerda, aunque quizá ya no camina, quizá esta allá abajo en alguna tumba clandestina, envuelta en las sabanas de un hotel, en una carretera o en una bolsa negra, tal vez en alguna maleta o perdida en la playa, quizá apuñalada, empalada como Lucía. Quizá también le hayan dicho que fue su culpa, que no gritó, que estaba ebria, que fue la hora, que su ex tenía motivos, que fue una puta.

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Aunque quizá esté sentada, escuchando o leyendo esto, sabiendo de lo que hablo; y de ella estén naciendo sus nuevas alas, porque las que el miedo le arrancó eran débiles pero estas nuevas alas son fuertes, son de solidaridad, de esperanza, de libertad; porque no debe de ser un peligro ser mujer.

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Ángel Hurtado

ANARANJADA

Llevaba ya un buen rato con el ocio y la ansiedad entre los dientes cuando caminando en el museo encontré esta libreta anaranjada. No tenía nombre, dueño seguramente, pero al no haber nadie alrededor y estar aburrida, decidí abrirla y empecé a leer: No recuerdo a ciencia cierta lo que sucedió esa noche, sólo recuerdo que tenía que escribir un poema. Demasiada tristeza, demasiada cerveza, demasiadas cosas dignas de ser olvidadas, quizá una luz apenas se resista a la amnesia obligatoria.

Desperté en el capó de un Datsun 68 color rojo, siempre ha sido el coche de mis sueños. La aurora penetró en mis pupilas abriéndole paso a la resaca. Ojeras en los ojos, vestigios de vómito y de lágrimas, restos de humedad y arrepentimientos, olor a olvido y malas decisiones. Las botas llenas de barro, y mi camisa a cuadros anaranjada con una rasgadura a la altura del corazón.

Ni el café matutino logró calmar el vacío que deja la ansiedad, y el cigarro empeoró todo cuando me hizo recordar cómo empezó la noche anterior.

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Eran las 7, sin buscarlo, me había quedado encerrado en un museo de la ciudad. A falta de una salida de emergencia o una ruta de evacuación, me puse a acuchillar al tiempo entre las obras de arte. En una de las salas había una pintura de unos 70 centímetros de alto por 45 de ancho. En ella una calle solitaria me invitaba a caminar. Era de noche también en el cuadro, lloviznaba suavemente, me atraía como si el cuadro fuera más interesante que la vida y la vida fuese a vivirse a través de la pintura. Sentía unas cosquillas tremendas en la nuca, hasta que escuché una voz que me decía: “¿qué chingados haces aquí? Cerramos hace más de una hora”. Me sobresalté al ver a un hombre uniformado y gordo con mucho desánimo en el rostro. Me disculpé por ser tan distraído y salí por la puerta de atrás.

Caminé entre las calles del centro, recuerdo haber entrado por una puerta que jamás había visto antes. Tenía la madera vieja, pero con detalles inusuales. Una enramada que atravesaba un escudo antiguo con figuras geométricas, astros, y lo que parecían ser animales de cuatro patas. Lo que más llamó mi atención fue el León del cual colgaba un pedazo de fierro en forma de media luna para tocar la puerta. Era toda café con el barniz desgastado por el tiempo, la lluvia, el sol, las termitas y las miradas de la gente. Pero los ojos del león eran negros, el único tono diferente, sus ojos negros.

El lugar por dentro era oscuro, con olor a fermento humano, con alfombras en el piso y cuadros en las paredes. Lo siguiente que recuerdo es estar sentado en una ba-

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rra bebiendo una bohemia. No había nadie más que yo y un refrigerador lleno de bohemias, sólo yo, la cerveza, mis cigarros, mi libreta anaranjada y mi pluma de tinta china.

Me pareció el lugar y el momento perfecto para escribir el poema, y empecé: Ni del pasado soy ni del futuro, ni de los errores ni del acierto; ni del techo húmedo ni del muro, ni de las canciones ni del concierto.

Ni de tus mejillas ni de tus besos, ni de tus mentiras ni de tus ojos; ni de tus manos frías, ni del tacto, ni de promesas ni hijo del pacto.

Soy del viento que peina tu cabello, de la lluvia que moja tus espaldas eso que eriza en tus brazos el vello de la mano que levanta tus faldas, deja mi paso un sublime destello y una mirada que sabe a cianuro.

Al terminar de escribir el poema, sentí un vacío muy hondo. De pronto, no sé de qué manera, me encontré en una habitación con muebles al estilo romano, y en la cama a mi lado, con la piel desnuda envuelta en una sábana roja, una Venus morena me sonreía y me besaba con sabor a bourbon.

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De lo demás, sólo tengo destellos; un escenario pequeño con una silla vacía, un micrófono y una luz que cambia de color; sentarme en esa silla y leer poesía barata con un cigarrillo en la mano, leyendo para nadie, leyendo para todos, leyendo para ella, para mí. Besos, risas, alcohol, Venus desnuda, un café sin azúcar, más cerveza, más cigarros, mareo, náuseas y dolor de cabeza.

El Datsun no enciende, tengo que caminar una vez más, y frente a mí sólo hay una calle oscura y solitaria, llueve despacio y la única luz viene de un bar a mitad de la calle con un letrero que dice: “noche de poesía, cerveza 2x1”.

Cuando terminé de leer todo esto, el viento sopló muy fuerte arrancándome de las manos la libreta anaranjada, y llevándola a los pies de una pintura que tenía un Datsun rojo del 68 con unas botas marrón sobre el capó. Al lado de ella, otra pintura exponía una barra con una bohemia oscura y sobre ella una pluma antigua.

Seguí caminando y encontré una pintura donde había una puerta de madera tallada y en el centro de ella, el rostro de un león con los ojos negros. En seguida, había una donde se veía una habitación con muebles al estilo romano, y en la cama, una mujer desnuda envuelta en una sábana roja. Y de pronto, al fondo del pasillo, un cuadro de unos 70x45, pintaba una calle solitaria de noche, con una leve llovizna, a mitad de la calle una luz furtiva de un bar con un letrero que decía: “noche de poesía, cerveza 2x1” y en la puerta, recargado y de espaldas, había un chico con una camisa a cuadros anaranjada.

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Hilda Montserrat López García ( Ario de Rosales, Mich).

43 VOCES

Ahogaste nuestras 43 voces con lluvia ácida en forma de balas sobre nuestros cuerpos.

Lágrimas quemantes recorren las mejillas de nuestras madres y padres.

Desgarrando el silencio.

Hoy se encuentran resistiendo sus manos sabias, dispuestas a parir la verdad.

Y aunque fatigados estén, ¡Escucha bien!

Ellos seguirán buscando nuestras huellas hasta encontrarnos.

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ROSTRO EN FORMA DE MUJER

Soy la que te ha dado la vida, en mi piel llevo miles de razas.

Me has odiado por ser de piel obscura, me has insultado por ser indĂ­gena, me has callado por ser musulmana.

Golpeas mi cuerpo, lo violas, lo desangras, lo matas.

Y mi propio paĂ­s no hace nada.

Soy tu rostro en forma de mujer que, a pesar de lo vivido, lucha y se levanta.

Y sin miedo hoy me encuentro alzando la voz, con paso firme para sembrar el futuro y la esperanza.

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Nancy Viridiana Herrejón Peña

CAMILO Para Camilo Noble

Puedo nombrarte en la tibieza de mis raíces, en la lluvia descalza de mis labios junio, apenas noviembre y tu luz me inunda como se alimenta un río.

Aún no vuelas y ya te extraño, Camilo, dulce sol de mi octubre azul, duendecito de agua y viento, son tus alas mi delgado sino.

En tus ojitos de noche sinfonía mi canto se vuelve cielo, en tu eco de infante reino encuentro la paz de mis lunas llorosas.

Camilo, puedo nombrarte en la morena quietud de mi alma salvada por tu estela de aves y flores, como decirte de esta niña poema enamorada de tu sueño menguado.

Camilo, ven entonces a morar mis días, mis palabras tuyas desde tu mirada primera,

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ven a poner el sol de mis noches beethovenianas eternas, enamoradas del juego de tus manitas, de la colorida danza que misteriosamente iniciaste en mí.

Camilo, escucha. Junio te abraza en florecida niña.

Duerme Camilo con la canción que entona mi alma desde que nací.

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FICCIÓN DE UN BESO Para José Ángel Buesa

Si preguntaran cuántas veces la besé diría que ninguna, apenas el solo roce de sus labios me inquietaba a una invasión casi prohibida. Debo reconocer que muchas veces la soñé a mi lado, de todas las formas, desnuda, dormida, mirándome o escuchando mi plática mientras recordaba a otro. ¿Por qué me preocupaba tanto besarla?, ¿por qué quería que ella recordara mis besos para siempre?; me pregunté todos los días mientras la dibujaba, su cabello de vez en cuando cobijaba su pecho y sus piernas ensortijadas la volvían la escuadra perfecta en la silla, era bella sólo cuando la dibujaban.

Logré besarla ayer, me ofrecí a llevarla a su casa. No pude decirle nada hoy, mientras ella reía con otro de algo que yo mismo inventé.

Hace tres días de aquel beso, y aún siento su mano helada en mi mejilla. La veo en mis carboncillos, en mis acuarelas, en todas partes donde estoy presente. Comienzo a creer que no puedo olvidar.

Ella no tiene la boca rosada como Laura, ni los labios gruesos de Diana, o la lengua dulce de Natalia; otras me amaron más y sin embargo a ninguna la quise como a ella.

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Antonio H. Vargas 27/01/18

POLVO DE ESTRELLAS Yo no puedo aportar nada al mundo, pues mi manera de vivir es única: la de la agonía.

E.M. Cioran

El Mundo es muchos mundos, nadie sabe lo que quiere o hace, estamos parados sobre la mierda, nos revocamos en ella, y nadie ni nada nos permite disfrutar de la vida, somos el resultado de la impunidad, de los defectos que la humanidad ha heredado. Creo que Prometeo se equivocó y entregó el fuego a los simios disfrazados con pieles de humanos.

No soporto más está existencia pasajera, no soy optimista, siempre veo el jodido vaso vacío, vacío como lo que hay en mi interior, nada… puro eco. En algún tiempo de mi vida tuve la dicha de disfrutar de una carrera exitosa, mil mujeres pasaban por mí, pero tuve que enamorarme de una, bueno de uno; una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre como ella se describía: La Flores; yo la llamaba, eran hermosa, una hermosura tosca de albañil, sus facciones muy finas, su recién vaginoplastia y la operación de sus senos hacían que parecie-

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ra una diosa de alguna cultura africana, de tez morena, muy morena, la blancura de sus dientes al sonreír, hacían que cualquier miembro se pusiera erecto.

La tuve entre mis manos, entre mis brazos destilando sudor, un sudor de dos hombres que se aman apasionadamente. Lo amé, él sabe cuánto lo amé, pero tuvo que estar enrolado con un capo del crimen organizado que podía pagar sus operaciones. Y no se necesita ser un genio para saber que esa gente es muy posesiva y desgraciada. Uno de dealers que trabajaba para este cabrón me dijo que una noche fornicaban, como cualquier noche. Y La Flores, cometió el error de llamarle por mi nombre. Error. Error. Nunca más volví a saber nada de ella, muchos eran los chismes de lo que le había pasado a mi amor, mi tosco amor; todos tenían que ver con la mutilación, el desmembramiento, infringir dolor lentamente, y más sucesos horrorosos que no puedo imaginar.

Es por ello que la vida ya no tiene sentido para mí, viví, amé, pero ahora sufro, y extraño tanto a La Flores que cada aroma de este puto mundo me parece putrefacto.

Desde la altura de este puente, donde escribo esta nota, este gran final para alcanzar a La Flores cuando nos encontremos seremos polvo de estrella y viajaremos por el infinito.

Posdata: a mi familia, si me encuentran déjenme morir en el agua, quiero alimentar a los peces, déjeme morir en el campo, quiero alimentar a los animales, si es posible incinerarme háganlo, y esparzan mis cenizas por la gran ciudad que me vio ser y ahora me verá no ser. Pero por favor no me entierren no quiero ser carne de gusano.

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REFLEXIONES FRENTE AL DINTEL

Morelia, Mich. a 11 de febrero del 2016

Un sujeto frente a la puerta de una casa en cualquier lugar, analiza lo siguiente: Alguna vez nos hemos puesto a pensar en la importancia de la casa ya que ella nos acoge, nos proporciona un techo, abriga, cubre de la inclemencia del clima, aparte de propinarnos un espacio personal donde vivir cierta parte de la vida, ejecutar reflexiones y decisiones importantes para nuestro ser. Algún filósofo loco alemán dijo que la casa del Ser es el lenguaje, ya que éste es una forma en la que experimentamos el Mundo: nuestro ser-en-el-mundo. No es el mismo para una persona que vive en el Japón que para un colombiano, su forma de expresarse dista mucho ya que hay una serie de variantes en el lenguaje que los hace tener una experiencia única, una experiencia de vida.

Pero alguien se ha puesto a pensar en la puerta de acceso a las Casa del Ser, justo debajo del dintel; si el lenguaje es la casa del ser ¿qué podría ser la puerta?

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Creo que ese es el lugar de los poetas porque ellos, encantadores de serpientes con palabras, son el acceso a ésta, conocen….

Reflexionaba nuestro personaje cuando alguien, del interior de la casa llama por teléfono:

-Buenas tardes, ¿Seguridad pública?

-Sí, a sus órdenes.

-Quiero reportar a un individuo con aspecto de vagabundo que está fuera de mi casa, ya lleva aquí alrededor de una hora. Parece que está drogado y se le ven malas intenciones.

-Proporcióneme sus datos y enseguida le mandamos una unidad.

- Mi nombre es Rubí vivo en la calle…. Gracias.

Conocen el lenguaje de forma íntima, tiene que follar, y perderse con él para alcanzar la claridad del día y dejar de vagar por la noche de la ignorancia…

En estas divagaciones estaba nuestro sujeto cuando un comando de la “Gendarmería” altamente armado le cayó por la espalda golpeándolo y ofendiéndolo.

-¡Ora, hijo de tu puta madre! sácate a la verga de aquí, pinche mugroso de mierda!

Le decía el comandante dándole un puntapié en las nalgas. Nuestro personaje con la mirada encendida, grito: ¡VIVIMOS EN LA NOCHE DE LA IGNORANCIA!

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Gil Gómez Arroyo

ETERNIDAD

Toma mi tiempo, conviértelo en los mares que se evaporan al surcar el cinturón de Júpiter.

Dirígeme hacia el astro nova para que mi atmósfera se evapore y funda con lo perpetuo, consumiendo las mareas nucleares de mi piel.

Bebe la vía láctea de mi fulgor para formar las estrellas que crean la mirada íntima, la mía, que no hacen más que seguir las mareas y las siluetas de constelaciones y galaxias que dejas a tu paso.

Te abrazo desde aquí, con mis cráteres y cosmos para confortar el frío de la mañana

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frotando mis atardeceres en tus pómulos y no se acumule en tus nebulosas.

Cuando nos atrapamos en vuelo, sabíamos que la gravedad y los cardúmenes nos sacudirían, lo que no sabíamos, es que nos fundiremos al infinito, compartiendo-nos- la eternidad.

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FONDO DE PECHO

Entiendo que los vitrales de mi vista se tornen y me muestren la arena que los compone, siento cómo hiere mi iris al pasar el ocaso de la tarde y morir en el alba de mi utopía.

Inhalo.

Las razones de mi aliento se disponen entre mi lóbulo temporal y mi diafragma con una tregua que resultará en la rancia incertidumbre de una incomprensible razón.

Me aferro a los rayos del atardecer para poder alimentar los cardos que sembré con el ápice de mi lengua y forjé con la lluvia de mi pulso.

La marea sube, anuncia la incomprensibilidad de lo más simple del mar, las olas y la gravedad, y el vaivén de un cardumen susceptible al frío.

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Ahora entiendo por qué debo regar con mi aliento las semillas que arrojé al mar y esperar que el bosque surja de él.

Espero que el ocaso no llegue.

Las lecciones del hortelano quedaron grabadas en el tronco que Dafne me prestó para poder flotar, pero olvidó advertirme que no se debía regar con agua salada.

Aún se pueden evaporar y caer en dulce lluvia.

Lleno mis pulmones de aire y hundo la cabeza en el líquido que emana del limo, en mi pensamiento, con la esperanza de que abajo, más abajo, por fin sea cristalino y púrpura.

Lo veo.

Ahí está el jardín en brote, entre mi hígado y un músculo que hilvana con el sonido de los martillos.

No puedo reconocer su forma, el abandono es plaga, pero los ápices de luz que se le adhirieron lo preservan, Ensordece y aturde su fuerza.

No dejará de pulsar.

No me sueltes, me da frío.

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EstĂĄs ahĂ­, Despierto.

En la fragante esencia que me susurra, que me enmarca, que me hace ser yo.

Que me hace.

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PARTICIPAN EN ESTE NÚMERO

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NOÉ ALMAGUER. Estudiante de Lengua y literaturas hispánicas. Poeta y cuentista aficionado. Me late más la narrativa, en espacial la corta. Amateur en el verso. Los autores Latinoamericanos del Boom son mis referentes.

CARLOS LUIS GARCÍA URENDA. Mis amigos me llaman “kempes”, estudio ingeniería ambiental. En mis ratos libres me gusta escribir, más que nada historias. Mi gran pasión es el cine y mi sueño es poder hacer cine algún día.

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PALOMA CARREÑO ACUÑA. La poesía es la forma de nombrar lo que no existe aún en el imaginario pero que sí condiciona los comportamientos.

En ese proceso se evidencian las violencias que habitaban en el mundo sin ser palabras, al ser nombradas se hacen visibles, reconocibles, transformables. La poesía es una forma de deconstruir el pensamiento, romper los condicionamientos históricos de la desigualdad. Como poeta estoy interesada en la fragilidad, las violencias, la desigualdad y utilizo los estereotipos para hacer composiciones estéticas que transformen los significados intrínsecos de las palabras.

OMAR TAPIA. Estudiante de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UMSNH, nací en Guadalajara en 1998 y resido en Morelia desde hace ya ocho años. Como escritor en grado de tentativa, animal político y filosofante en mis ratos libres, ofrezco a la poesía los despojos que puedo en veces recoger tras las correrías implacables de la cotidianidad, y que han conseguido refugiarse discretamente en estas líneas.

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KARLA VIRIDIANA HERRERA. He compartido grandes momentos de buena lectura y demás aventuras en la Facultad de letras de la UMSNH, donde actualmente estudio una Licenciatura. Apenas voy por mi segundo año y he quedado encantada por lo que he visto hasta ahora, quiero llegar a ser una gran lingüista y me considero una persona que cumple su palabra; tengo varios poemas y cuentos pero hasta ahora me animé a publicar uno. Me gusta compartir lo que escribo en la “Pulke” un lugar muy bello donde se escuchan poemas y textos escritos por grandes amigos y personas... es un deleite cada que alguien sube al escenario y sólo te dejas endulzar el oído un poco, espero seguir publicando más textos de mi autoría y puedan ser guardados en su memoria.

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KARINA RUÍZ VEGA. Nacida en la ciudad de Morelia, Michoacán, en el invierno de 1998. He publicado poemas en antologías literarias, participado en lecturas poéticas en espacios informales, colaborado en la promoción cultural y organizado eventos guiados a la literatura. Actualmente estudio la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la UMSNH.

ÁNGEL BARRÓN HURTADO. 19 años; estudiante perteneciente a la Facultad de Letras, en la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas. Soñador estrafalario, mirando la utopía, viviendo lo etéreo del presente, admirando lo sublime, añorando el cambio verdadero.

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HILDA MONTSERRAT LÓPEZ GARCÍA. Originaria de la ciudad de Ario de Rosales, Michoacán. Licenciada en Psicología (UMSNH). Formé parte de InCulto Sala de Lectura y A.C CulturArio.

Participé en diversos Festivales: Semana Cultural SERES con el poema “Encuentro” (Guadalajara, 2015), Festival Mandrágoras “Voces y Miradas femeninas” (Morelia, 2014). Colaboré en: Espacio literario ABN Arte Buhonero (Tijuana), revista “Las Otras” (Querétaro) con una ilustración sobre la maternidad, en la agenda de “La Luna 2016” de Editorial Resistencia (Cd de México). Participé con el poema “43 voces” en la compilación de obra gráfica de los artistas: Carlos M. Zepeda, Susink y Javier Ornelas Huerta titulada “Grabar nos duele” (Pátzcuaro, 2016). Participé en el primer y segundo encuentro de escritores de la Feria Intercultural del libro de Tacámbaro ( FILIT 20017-2018).

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NANCY VIRIDIANA HERREJÓN PEÑA. Escritora y artesana plumaria.

He publicado mi trabajo poético en plaquettes independientes y en las antologías “11 a las 6”, “Raíces a una voz” y “Nadie me hirió”; narrativa en la revista “Contractopía” y en “Cuentos de equipaje” del Colectivo Artístico Morelia. Soy ganadora del 2° lugar en el Concurso de Ensayo del Bicentenario de los Sentimientos de la Nación y del primer lugar en el 6° concurso estatal de cuento Eduardo Ruíz.

ANTONIO H. VARGAS. Nací en Morelia, el año del tambor: 1985. Leer lo herede de mi padre, quien a los 5 años me enseñó a leer con “Libertad bajo palabra” de Octavio Paz. Egresé de la Facultad de Filosofía de la Universidad Michoacana. Mis temas de investigación se relacionan con la estética de las artesanías los pueblos de la meseta P’urépecha. Actualmente trabajo en un poemario a la Luna: compañera eterna de mis soledades.

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GIL “CUADRA” ARROYO. Nací en Morelia, Michoacán, al término del invierno. Egresé de la facultad de Lengua y Literaturas Hispánicas de la UMSNH, en estudios lingüísticos y trivialidades de la lengua. Integrante amigo del taller “Poeta en su tinta”. He participado en diversas publicaciones, performance, presentaciones poéticas y poescénicos, tanto del taller poético al que pertenezco, como en diversos eventos culturales. Actualmente, asiduo participante del foro cultural “Jueves literarios de La Pulke”, en donde realizo búsquedas de nuevas maneras de construir lunas llenas y dedico el brillos de las auroras boreales a las felinas aventuras de una vida llena de constelaciones en reflejo de bosques nacidos del mar.

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ABDÍAS MARTÍNEZ HERNÁNDEZ . Egresado de la Facultad de Letras de la UMSNH. Orador, poeta, docente en el área de Lengua y Literatura. Fundador y coordinador del Taller literario “Poeta en su tinta”, con siete años de trayectoria. Ganador de la Ópera Prima, Poesía, de los Premios Michoacán Literatura 2013. Actualmente trabaja en distintos espacios para promover la escritura y lectura de Literatura, colabora en programas de opinión y expresión artística, experimenta con poescénicos y videopoesía. Es el Host de los “Jueves literarios” de La Pulke.

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