CASO CLÍNICO
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as alergias se definen como reacciones desfavorables a diversos elementos ambientales, fármacos y alimentos.1 Cuando se habla sobre alergias, es importante distinguir dos términos diferentes: reacción alérgica y reacción de hipersensibilidad. La reacción alérgica es una respuesta de hipersensibilidad frente a un alérgeno con el que el organismo ha tenido contacto previamente, y frente al que ha desarrollado anticuerpos. 2 Una reacción de hipersensibilidad se refiere a la respuesta inadecuada y excesiva del sistema inmunitario a un antígeno sensibilizante que recibe el nombre de alérgeno.2
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Esto puede ocurrir por picadura de himenópteros, alimentos, alérgenos inhalatorios, antibióticos y antiinflamatorios no esteroideos.3 Actualmente se sabe que la alergia es el transtorno más frecuente de la inmunidad y que afecta al 20% de todos los individuos de Estados Unidos.4 Uno de los mecanismos de reacción más poderosos del sistema inmunitario es la estimulación mediada por
la inmunoglobulina E (IgE) de los mastocitos tisulares y de sus homólogos circulantes, los basófilos. Los anticuerpos IgE se unen a receptores de Fc presentes en los mastocitos y los basófilos. Cuando se produce un entrecruzamiento entre el antígeno y estos anticuerpos asociados a células, las células son activadas para liberar rápidamente diversos mediadores. Estos mediadores en conjunto producen un aumento de la permeabilidad vascular, vasodilatación, contracción del músculo lisobronquial y visceral e inflamación local. Esta reacción se conoce como hipersensibilidad inmediata porque comienza rápidamente, a los pocos minutos de la estimulación por el antígeno, y porque tiene consecuencias patológicas importantes. En su forma sistémica más extrema, llamada anafilaxia, los mediadores derivados de los mastocitos o de los basófilos pueden contraer la vía respiratoria hasta el punto de producir asfixia y colapso cardiovascular, que conducen a la muerte. Además de estos efectos rápidos, dos a cuatro horas después de la desgranulación de los mastoci-
tos y los basófilos se produce una reacción de fase tardía caracterizada por un infiltrado inflamatorio de eosinófilos, basófilos, neutrófilos y linfocitos. Las repeticiones de esta reacción de fase tardía pueden causar lesión tisular. Los individuos que tienden a producir anticuerpos IgE en respuesta a diversos antígenos ambientales y que presentan respuestas de hipersensibilidad inmediata intensas se denominan atópicos, y se dice que sufren alergias.4,5 Coombs y Gell propusieron en 1963 un esquema de clasificación en el que la hipersensibilidad alérgica del tipo descrito por Portier y Richet se denominó tipo I, y ampliaron la definición de hipersensibilidad para incluir: • Las reacciones que resultan de la interacción anticuerpo-antígeno, entre ellas las reacciones citotóxicas, que denominaron tipo II. • Las reacciones por inmunocomplejos del tipo Arthus, que denominaron reacciones tipo III. • Las respuestas de hipersensibilidad del tipo retardado recibieron la clasificación tipo IV, para describir las reacciones correspondientes al contacto cutáneo durante la exposición a ciertas sustancias como el níquel.2,6 Existen procedimientos usados para identificar los alérgenos específicos, a los que son hipersensibles los pacientes. Son muy útiles para prescribir el tratamiento destinado a prevenir las reacciones alérgicas o reducir su intensidad. Las diferentes pruebas in vitro representan una ayuda: • TTL o test de transformación linfocitaria. • LHRT o test de liberación de histamina. • TDBH o test de desgranulación de basófilos humanos. • RAST o radioallergosorbent test.
Figura 1. Piel de la frente enrojecida debido a la reacción alérgica.
Dentista&Paciente
Todas ellas pueden considerarse interesantes a fin de evitar los productos anestésicos peligrosos.6