Culminada la negociación con el Gobierno Nacional, el proceso de desarme y normalización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC -EP) dio lugar a una nueva etapa del conflicto armado en la cual se entrecruzan las condiciones generadas por los acuerdos para la pacificación de los territorios donde dicha organización armada tuvo asiento históricamente, con la reconfiguración de los grupos armados organizados que aún se sitúan en estos o tienen la pretensión de ingresar en los mismos. En esa perspectiva, la Defensoría Delegada para la Prevención de Riesgos de Violaciones a los Derechos Humanos y DIH, en su informe Grupos armados ilegales y nuevos escenarios de riesgo en el posacuerdo, destacó como escenarios posibles la violencia en centros urbanos, la proliferación de economías criminales, la persistencia y deterioro de la violencia política y la continuidad de la violencia contra sectores sociales estigmatizados.