Vida Juvenil José Luis Pascual Jiménez
Hogar Escuela Santo Domingo Savio (HESDS)
La JMJ 2019 en Panamá estuvo cargada de experiencias que de una u otra manera atraviesan tu corazón, en cada momento, en cada espacio, donde quiera que miraras Dios te mostraba una oportunidad para reflexionar y descubrirte a ti como persona y ver a un Dios que se mueve en todo... Mi experiencia en ésta JMJ 2019, no la puedo generalizar como un todo, ya que traigo conmigo un sin número de momentos inolvidables que me hicieron reflexionar y que hoy puedo compartir mostrando en ello a un Dios vivo. Sin lugar a dudas, una de las vivencias que más tocaron mi corazón la viví en la pre-jornada la cual fue llevada a cabo en Santiago de Veraguas, en el sector Los Algarrobos. Llegar a esa comunidad y ver la hospitalidad y la amabilidad con que te reciben, ver sus sonrisas, sus abrazos y notar el corazón palpitante y rebozantes de amor hacia nosotros, eso no tiene precio. Fuimos divididos de dos en dos por familias. El Hogar que me acogió a mi y a mi compañero me deja sin palabras y ya explico el porqué. La convivencia entre nosotros se llevó a cabo de tal manera que pronto nos sentíamos en familia. Sus atenciones me hacían recordar mi nación y pensar en cuánto nos ganaban. Pero todo tiene un final. Cuando la pre-jornada termina, la noche antes de viajar a la ciudad de Panamá, mi familia junto a otras familias que habían acogido a otros peregrinos, se unieron para preparar una fiesta de despedida... Allí llegó un momento donde todos contábamos a manera de testimonio la experiencia vivida durante esos días. Cuando les tocó a mi familia, me llevo la sorpresa de que, ellos no querían recibir peregrinos. Ellos nunca habían recibido a nadie en su casa y eso de Boletín Salesiano Antillas
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recibir a personas extranjeras en su casa sin saber sus costumbres y demás, eso lo encontraban hasta peligroso. Ellos contaban que, cuando yo llegué (yo llegué primero que mi compañero), todos me abordaron en un gran interrogatorio y que ello fue su método para estudiarme y conocerme (lo que ellos tampoco sabían era que, asimismo yo utilice el momento para entrar en confianza con ellos). Rápidamente ellos confiaron y se tranquilizaron simplemente con haberme conocido. Es increíble ver que, dicha familia, luego de sentirse inseguros, al final se sentían tan cómodos con nosotros que ellos ni querían que nos fuéramos, sus historias las contaban incluso con lágrimas en los ojos. Yo me sentí tan pero tan acogido e identificado con ellos que comencé a verlos como parte de mi. Ahora, lo que más llamó mi atención fue, el hecho de que sin que nosotros habláramos de Dios a esta familia, nuestras actitudes y nuestras formas de ser y actuar les habló a ellos de Dios. Nuestras vidas fue el testimonio que ellos utilizaron para creer y enamorarse. Definitivamente Dios es bueno. Ello me hace recordar uno de los tantos mensajes que nos transmitió el Papa cuando nos decia: “Los jóvenes son el presente, son el ahora”. Jóvenes, como dijo el Papa hoy les recuerdo, NO TENGAN MIEDO... No tengamos miedo de dar testimonio con nuestras vidas, no tengamos miedo de mostrar a un Dios vivo a través de nuestro comportamiento y nuestra forma de actuar, no tengamos miedo de decir Sí como María, no tengamos miedo de ser esos jóvenes que mostremos la diferencia ante una sociedad que se desploma con tantos anti valores... Dios confía en nosotros y no estamos solos... Marzo - Abril
de
2019