Neopositivismo

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NEOPOSITIVISMO

El movimiento filosófico desarrollado en torno al Círculo de Viena ha recibido la denominación de positivismo lógico en el mundo angloamericano, mientras que en el ámbito académico en lengua alemana ha sido identificado más frecuentemente como neopositivismo.

Con este prefijo “neo” se alude a una cierta continuación del positivismo del siglo XIX, desarrollado por Auguste Comte, John Stuart Mill, Richard Avenarius y Ernst Mach, mientras que con el objetivo lógico se destacaría más el genuino rasgo diferencial de los miembros del Círculo de Viena, pues aspiraban resolver de una vez por todas mediante la clarificación lógica del lenguaje los impedimentos de la filosofía hasta lograr su encaminamiento científico.

Es característica del neopositivismo la reducción de la filosofía al análisis del lenguaje, tomado tanto de la ciencia como de la vida común del hombre. La doble realidad del lenguaje produce las dos corrientes del neopositivismo, como filosofía del lenguaje científico y del lenguaje común.

Las dos dependen del principio dogmático que Wittgenstein codificó en su Tratado lógico filosófico, a saber, que las afirmaciones hechas sobre las realidades existentes solamente tienen sentido si se prueba su verificabilidad; la única excepción a este principio se refiere a alguna de estas afirmaciones: las enunciaciones lógico matemáticas que no pueden verificarse, pero que gozan de veridicidad en cuanto que sus términos de base son verdaderos.

ORÍGENES Y EVOLUCIÓN

Los positivistas lógicos tomaron de la temprana filosofía del lenguaje de Ludwig Wittgenstein el principio de verificabilidad o criterio de significado. Como en el fenomenalismo de Ernst Mach, según el cual la mente sólo conoce la experiencia sensorial real o potencial, los verificacionistas consideraban que el contenido básico de todas las ciencias era sólo la experiencia sensorial. Y alguna influencia provino de las reflexiones de Percy Bridgman que otros proclamaron como operacionalismo, según el cual una teoría física se entiende por los procedimientos de laboratorio que realizan los científicos para probar sus predicciones.

En el verificacionismo, solo lo verificable era científico y, por lo tanto, significativo o cognitivamente significativo, mientras que lo no verificable, al no ser científico, eran "pseudoafirmaciones" sin sentido solo emotivamente significativas

El discurso no científico, como en la ética y la metafísica, no sería apto para el discurso de los filósofos, a los que se les ha encomendado recientemente la tarea de organizar el conocimiento, no de desarrollar nuevos conocimientos.

A partir de finales de la década de 1920, grupos de filósofos, científicos y matemáticos formaron el Círculo de Berlín y el Círculo de Viena, que, en estas dos ciudades, propondrían las ideas del positivismo lógico.

A fines de la década de 1930, los positivistas lógicos huyeron de Alemania y Austria hacia Gran Bretaña y los Estados Unidos. Para entonces, muchos habían reemplazado el fenomenalismo de Mach con el fisicalismo de Otto Neurath, según el cual el contenido de la ciencia no son sensaciones reales o potenciales, sino entidades públicamente observables. Rudolf Carnap, quien había provocado el positivismo lógico en el Círculo de Viena, había buscado reemplazar la verificación con una simple confirmación.

Floreciendo en varios centros europeos a lo largo de la década de 1930, el movimiento buscaba evitar la confusión arraigada en un lenguaje poco claro y afirmaciones inverificables al convertir la filosofía en una “filosofía científica", que, según los positivistas lógicos, debería compartir las bases y estructuras de las ciencias empíricas.

Mejores ejemplos, como la teoría general de la relatividad de Albert Einstein. A pesar de su ambición de reformar la filosofía estudiando e imitando la conducta actual de la ciencia empírica, el positivismo lógico se estereotipó erróneamente como un movimiento para regular el proceso científico y establecer normas estrictas sobre él.

Con el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, el positivismo lógico se volvió más suave, el empirismo lógico, liderado en gran parte por Carl Hempel, en Estados Unidos, quien expuso el modelo de ley de cobertura de la explicación científica.

El positivismo lógico se convirtió en un puntal importante de la filosofía analítica,y dominó la filosofía en el mundo de habla inglesa, incluida la filosofía de la ciencia, al tiempo que influyó en las ciencias, pero especialmente en las ciencias sociales, hasta la década de 1960. Sin embargo, el movimiento fracasó en resolver sus problemas centrales y sus doctrinas fueron criticadas cada vez más, sobre todo por Willard Van Orman Quine, Norwood Hanson, Karl Popper, Thomas Kuhn y Carl Hempel.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el movimiento cambió a una variante más suave, el empirismo lógico, encabezado principalmente por Carl Hempel, quien, durante el ascenso del nazismo, había emigrado a los Estados Unidos.

En los años siguientes, las premisas centrales del movimiento, aún sin resolver, fueron duramente criticadas por destacados filósofos, en particular Willard van Orman Quine y Karl Popper, e incluso, dentro del propio movimiento, por Hempel. La publicación en 1962 del libro histórico de Thomas Kuhn La estructura de las revoluciones científicas cambió drásticamente el enfoque de la filosofía académica. En 1967, el filósofo John Passmore pronunció el positivismo lógico "muerto, o tan muerto como cualquier movimiento filosófico".

PRINCIPALES PENSADORES

De acuerdo con Urmson “El Círculo de Viena se originó a comienzos de los años veinte como un grupo de discusión informal en la Universidad de Viena, presidido por Moritz Schlick. Entre los miembros más prominentes se contaban Rudolf Carnap, Otto Neurath, Friedrich Waismann, Philipp Frank, Hans Hahn, Herbert Feigl, Victor Kraft, Felix Kaufmann y Kurt Godel. Otros asociados, más o menos remotos en la distancia, en el tiempo o en la opinión, fueron Hans Reichenbach, Carl Hempel, Karl Menger, Richard von Mises, Joergen Joergensen, Charles W. Morris y A. J. Ayer.

Muchos componentes del círculo original no eran filósofos, sino matemáticos, físicos y científicos sociales, que compartían un interés común por la filosofía de la ciencia y un disgusto común por la metafísica académica que entonces prevalecía en Alemania y en Europa Central” (Urmson, 1994).

Estos pensadores seguían la tradición positivista de D. Hume y se “puso el epíteto de “lógico”, porque ellos pretendían añadir los descubrimientos de la lógica moderna; en particular creían que simbolismo lógico que ha sido desarrollado por Frege, Peano y Russell les sería útil” (Ayer, 1959).

IDEAS CENTRALES

Se considera que esta corriente forma parte de la más amplia Filosofía Antigua (constituiría su fase central) caracterizada por su rechazo al estilo de especulación filosófica tradicional, y a toda tendencia racionalista y su acento sobre la necesidad de tomar como criterio central de validez del trabajo científico la verificación.

El término “lógico” debía servir además para diferenciar el nuevo enfoque con su acento sobre el análisis lógico y uso de lenguajes formalizados del empirismo clásico (Hume).

El Empirismo Lógico se realizó en una actitud de radicalización de los planteamientos de Russell: el principal objetivo del análisis filosófico será así definido como el de construir un lenguaje científico formalizado según las reglas de la lógica.

El enfoque elegido de meta-observación en esta corriente no permite la consideración, como problema o se le considera como problema insoluble de la cuestión sobre la comprensión y precisión de la relación entre las construcciones teóricas formuladas en un lenguaje formalizado según la lógica y los enunciados o formulaciones directamente referidas a lo observado empíricamente, es decir, a la experiencia de lo fáctico Sólo más tarde, Tarski (en la Escuela de Varsovia) volvería a abrir el análisis al problema de las relaciones entre el lenguaje formalizado y el lenguaje referido directamente a los objetos y propondrá como escapatoria la idea de un "meta-lenguaje" que ayude a interpretar o efectuar la traducción de los términos del lenguaje formalizado al lenguaje-objeto y viceversa.

El programa del Empirismo Lógico, no sólo supone un rechazo total a toda la tradición filosófica a la que considera apresada en pre-juicios metafísicos, sino continúa la tradición del viejo Empirismo y su forma de comprender el conocimiento.

El esquema de diferenciación que aplica el Empirismo Lógico es el de la radical distinción (y negación por exclusión entre:

 El carácter analítico de los conceptos y proposiciones lógico-matemáticos de las ciencias formales, distinción que se apoya a su vez en una opción previa evidentemente no justificable en esa misma lógica matemática en que se presupone como algo dado la validez absoluta de tales "verdades lógicas"

 El carácter sintético de las afirmaciones de las ciencias reales, es decir, de las proposiciones empíricas a las que se considera en referencia a la diferencia verdad/falsedad entendiendo aquí esa verdad desde una de las posibles teorías de la verdad como correspondencia entre el contenido afirmado en el enunciado y la misma realidad. Esta forma de comprender los enunciados empíricos, sobre los hechos, presupone a su vez una predecisión a favor de un realismo gnoseológico y obliga a emplear como base de todo saber sobre la realidad, las proposiciones elementales o "protocolo".

Del carácter del esquema elegido para su meta-observación de las ciencias de las observaciones elaboradas en las teorías científicas se sigue un rechazo a la tesis de Kant en su análisis de las condiciones del conocer científico en cuanto dependientes de la misma estructura de la razón humana sobre la imposibilidad del conocimiento directo de los hechos que siempre vendría filtrado o construido por los transcendentale, así como de la tesis de J.St. Mill que negaba la posibilidad de demostrar con la experiencia la falsedad de las proposiciones lógico-matemáticas.

Frente a los "a priori" kantianos, es decir, a la identificación de estructuras en el observador que condicionarían su praxis observacional, el Empirismo Lógico subraya unilateralmente la dependencia de todo conocer frente a los objetos del mundo, es decir, a lo empírico (que se identifica exclusivamente con lo perceptible por los sentidos).

A su vez, esta posición lleva a una redefinición de la tarea filosófica. La filosofía científica no tendrá así otro campo de objetos a analizar que el del análisis de la formación de los conceptos científicos. La Filosofía o la teoría filosófica de la ciencia sólo subsisten así como “Lógica pura de la Ciencia".

De acuerdo a este planteamiento, en que lo único percibido como relevante en la metaobservación analítica es la dimensión-lenguaje, la diferencia a emplear en toda meta observación de los enunciados sobre el mundo será la de juicios analíticos/juicios sintéticos

® Los juicios analíticos, como las afirmaciones en matemática o lógica, son aquellos que poseen esa conformidad a las reglas de la lógica, que hace se les denomine

lógicamente verdaderos, aunque en rigor dado que sólo son observados en la dimensión de su sintaxis.

® Los juicios sintéticos o empíricos añaden algo lo que se formula al predicar. Esta diferencia, a su vez, permitía articular los enunciados en dos tipos de lenguaje:

1. El lenguaje de observación, lenguaje objeto en que se formulan los enunciados de la observación directa de lo real, es decir, de los resultados del examen o experimentación del mundo;

2. El lenguaje teórico, que posibilita construir las formulaciones de la reflexión científica, es decir, construir las teorías sobre los fenómenos del mundo material. Con esta diferencia se pensaba poder llegar a una reconstrucción lógica de todo el edificio de las ciencias reales (la metafísica, la ética etc. desaparecían como formas arcaicas del pensar pre-científico).

DECADENCIA

A fines de la década de 1960, el positivismo lógico se había agotado. En 1976, AJ Ayer bromeó diciendo que "el defecto más importante" del positivismo lógico "era que casi todo era falso", aunque sostuvo que "era verdadero en espíritu". Aunque el positivismo lógico tiende a ser recordado como un pilar del cientificismo, Carl Hempel fue clave en el establecimiento de la filosofía de la subdisciplina de la filosofía de la ciencia donde Thomas Kuhn y Karl Popper introdujeron la era del pospositivismo. John Passmore encontró que el positivismo lógico estaba "muerto, o tan muerto como un movimiento filosófico".

La caída del positivismo lógico reabrió el debate sobre el mérito metafísico de la teoría científica, si puede ofrecer conocimiento del mundo más allá de la experiencia humana (realismo científico) o si no es más que una herramienta humana para predecir la experiencia humana (instrumentalismo).

Mientras tanto, se hizo popular entre los filósofos repetir las fallas y fallas del positivismo lógico sin investigarlas. Por lo tanto, el positivismo lógico ha sido generalmente tergiversado, a veces severamente. Argumentando sus propios puntos de vista, a menudo enmarcados frente al positivismo lógico, muchos filósofos han reducido el positivismo lógico a simplismos y estereotipos, especialmente la noción de positivismo lógico como un tipo de fundacionalismo.En cualquier caso, el movimiento ayudó a anclar la filosofía analítica en el mundo de habla inglesa y devolvió a Gran Bretaña al empirismo. Sin los positivistas lógicos, que han sido tremendamente influyentes fuera de la filosofía, especialmente en psicología y otras ciencias sociales, la vida intelectual del siglo XX sería irreconocible.

REFERENCIAS

 Cathalifaud, M. A., & Robles, F. (2000). Explorando Caminos Transilustrados más allá del Neopositivismo. Epistemiología para el Siglo XXI. Cinta De Moebio, 7.

 Díaz, V. (2014). El concepto de ciencia como sistema, el positivismo, neopositivismo y las “ Investigaciones Cuantitativas y Cualitativas”. Salud Uninorte, 30, 227 - 244.

 Fernández, A. (2008). El primer positivismo. Algunas consideraciones sobre el pensamiento social en Saint Simon y Comte. Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social, 1, 25 - 40.

 Barone, F. (1987). Il Neopositivismo Logico. Francesco Barone. Philosophy of Science. https://doi.org/10.1086/289412

 Geymonat, L., & Minazzi, F. (2006). Neopositivismo y Marxismo. Jorge Baudino Ediciones.

 Lopez i Carrera, J. (2001). Positivismoyneopositivismo. Vicens Vives.

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