madre cronica

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María Hernández Calderón Roberto Galindo Domínguez

Crónica en Movimiento


Primera edición, 2012 © Madre Crónica

Integrantes del Taller: Juan Hernández Jorge Belarmino Fernandez Maria Hernández Roberto Galindo Irene Hernádez Teresa Moreno Coatli Hernández Gisela Cazares Laura Lleonart David Misan

Equipo de producción: Responsable editorial: David Misan Diseño de la portada: Pablo Miranda Tipografía: Leticia Pérez edicionessisifo@gmail.com Contacto: http://www.facebook.com/groups/342002289213410/ belarf@yahoo.com.mx

Impreso en México


María tiene una sonrisa clara, una pluma ligera y un temple fuerte. Es discreta, pero constante. Y es muy valiente. Estas características, sorprendentemente, las refleja en su físico, en su delgada figura y en sus ojos, porque aunque su complexión es muy delgada, es karateka y sus ojos son castaños, pequeños, pero su mirada es fija y directa, esto se refleja tambien en su forma de escribir con ciertos rasgos que filosoficos. Roberto Galindo Nace en la Ciudad de México en 1977. Es Maestro en Exploración-Geofísica Marina, Arqueólogo, Diseñador Gráfico, buzo profesional. Fue investigador y profesor de diversas instituciones de educación superior, tiene un libro y colaboraciones en aspectos científicos. Ha participado en diversas revistas con artículos de divulgación y crónicas de investigaciones científicas. Actualmente escribe artículos de opinión en la revista Contralínea y es miembro de MORENA Cultura. Los autores de estas crónicas y otros integrantes del taller, dedicamos este trabajo a los integrantes del Heroico Cuerpo de Bomberos de Distrito Federal despedidos injustificadamente por exigir equipo adecuado y mejores condiciones laborales.


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El colectivo de las conciencias lleva lugares

María Hernández Calderón

Qué condición más irónica la del ser humano, estar condenado a amar y tener que sufrir por ello. Qué condición tan inútil, el saber que la caída significa la muerte y aun así mirar el precipicio preguntándose qué tan profundo puede ser. Hay quienes al saltar despliegan las alas y salen del agujero. Hay otros que estrellan sus cráneos en las rocas inertes y su cuerpo torturado cierra el abismo con un golpe seco, quedando reducidos a una simple historia, que no por el hecho de serlo significa que debe ser contada. Pero ¿qué hay de aquellos que a pesar del golpe quedan consientes? Y cansados de la inmundicia que los rodea añoran salir a la luz, sin mayor fuerza motriz que el espíritu colectivo. Que se prepare pues el verdugo que los condenó a semejantes tinieblas, porque enfrentará un contingente rabioso resguardado por un sequito de fantasmas que desde la tumba pelean por un objetivo en común: librar a la nación de la tiranía. Así, el mundo sabrá que la caída no fue en vano. Así, la humanidad sabrá que en el infierno inicia la lucha. Domingo 20 de junio de 2012. Bienvenida a Facebook María Hernández. Voy directo al icono de notificaciones y despliego la lista. En un pequeño recuadro aparece Tere sonriendo – Teresa Moreno te ha etiquetado en una imagen- Doy clic y después del momento que le lleva a mi señora procesar la información salta a la pantalla una imagen en vívidos colores. El cartel se compone básicamente de 3 secciones: de la parte lateral derecha el Sr. Obrador nos mira amablemente, muestra una discreta sonrisa, se le ve jovial aunque las arrugas formadas en torno a sus ojos delatan sus 58 años de edad. En la lateral izquierda dos jóvenes con mochila al hombro caminan tomados de las manos representando la igualdad de género y la unión entre estudiantes. En la inferior en grandes letras de color rojo se puede leer: “Encuentro nacional de estudiantes con AMLO”.

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La reunión está convocada para el día 21 de junio de 2012 a las 16:00 hrs en la plaza de las Tres Culturas, Tlatelolco. Voy a la parte inferior de la imagen, etiqueto a mis hermanos, intercambiamos puntos de vista y quedamos para asistir el día previsto a la reunión en Tlatelolco. Lunes 21 de junio de 2012. Siempre he creído que la conciencia es el peor enemigo de un hombre, pero sin lugar a duda, la curiosidad es la traicionera. Este es el primer mitin al que asistimos y lo hacemos convencidos de que es hora de buscar un real cambio, en forma y esencia, para el país. Nos enfundamos en playeras de los pumas y portamos con orgullo el escudo que representa a nuestra casa, la UNAM. El trayecto transcurre sin mayor importancia, pasamos de los hombres grises y mujeres amargadas del Tren Suburbano a los adolescentes sonrientes y los nunca faltantes viejitos rabos verdes del metro, que aparentan ser inútiles ancianos pero alargan las manos como tentáculos (y no es pleonasmo) sin que les chisté la artritis, pero ya lo dijo mi profesor de historia del CCH “el que no se ha subido al metro, no conoce de caricias”. Venimos del municipio de Tutltitlán donde mínimo un 90 % de la población es priísta o ya la compró el PRI. Somos estudiantes, hijos de campesinos emigrados a la ciudad para convertirse en el cuerpo obrero que mueve a esta gran mole. Vivimos de un salario pinche que sólo alcanza para puros medios, medio comer, medio calzar, medio vestir, medio vivir. Así que la pregunta obligada es ¿y qué podemos perder?, nada, es la respuesta, pero sabemos que hay mucho por qué luchar. Esta visita está llena de primeras veces ya que sin conocer el territorio caminamos durante más de treinta minutos a la deriva tratando de encontrar la plaza de las tres culturas, hasta que apurados por la hora y cansados del –No jóvenes, es para el otro lado – tomamos un taxi, y sólo así caímos en la cuenta de que íbamos por el camino correcto pero en sentido contrario, turistas en nuestra Ciudad.

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Por fin llegamos al lugar de la cita y lo primero que distinguimos fueron los cuerpos de “seguridad”, muchos policías de tránsito y las clásicas “perreras”. Frente a nosotros pasa el contingente del SME al que seguimos por un estrecho corredor que desembocaba en un pequeño patio en el que se erigía una iglesia de piedra rojiza, continuamos por un recodo y entramos a otro pasillo a cuyo lado derecho se alzaba el muro de la iglesia – Los católicos siempre a la derecha – me digo irónicamente y el pensamiento me arranca una sonrisa malévola. Un giro más y entramos de lleno a una plancha de cemento que instantáneamente me remite a la explanada cívica de la escuela primaria “Juana de Asbaje” en una especie de Deja vu mal sano. Hecho un rápido vistazo al lugar y después de un breve análisis caigo en la cuenta de que nos encontramos en una ratonera, una de esas enormes cajas para ratones en la que uno puede meter cómodamente una cuantiosa cantidad pero de la cual pocos pueden salir. Ahora entiendo porque una recua de priístas asustados e ignorantes eligieron este sitio para asesinar brutalmente a los compañeros del movimiento estudiantil del 68, el sólo pensamiento me produce nauseas y me obligo a reprimir unas cuantas palabras dedicadas a estos oscuros personajes, sólo por el consuelo de saber que a mi lado camina la representante legal del lenguaje florido en la tierra y es cuestión de tiempo para que haga su mejor demostración. La procesión es lenta, la concurrencia grande aunque aun no se ha llenado ni la mitad de la plaza, buena parte del grupo se arremolina en torno a un templete del que penden una serie de altavoces en precario equilibrio. A los costados la gente forma racimos alrededor de los diferentes movimientos que aquí se han congregado, Morena, el SME, universidades de diecisiete estados de la república y la siempre imponente presencia del IPN y la UNAM. Se puede escuchar el goya y huelum por igual y con la misma fuerza hacen vibrar los cimientos, de cuando en cuando algún estudiante de medicina enfundado en su pulcro uniforme blanco se nos acerca y nos obsequia un clavel simbolizando la intención del acto. El día transcurre entre música, saludos, discursos y la espera se hace más impaciente. La plaza está

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a reventar cuando un sujeto ya por demás familiar se apodera del micrófono y con ese timbre tan propiamente suyo, Taibo II se dirige a nosotros: - ¿No siente cómo reuniendo las emociones de todos los que estamos aquí, hay una sola emoción qué está flotando en el aire?, ¿Una emoción que nos calienta el alma a todos? - ¡sí!- contesta una masa enardecida. - Son los fantasmas compañeros- un escalofrió colectivo nos recorre y cada compañero es contagiado por el de a lado. Como si formáramos una perfecta red neuronal que nos comunicamos unos a otros mediante impulsos eléctricos, desbordamos al unisonó en un rugido fulminante que emana del llamado despertar de las conciencias- Son los fantasmas de la generación del 68. Son los fantasmas de los que combatieron por abrir las puertas para un México diferente y nuevo. Y están aquí, hoy están aquí con nosotros. La cara de Taibo II enrojecida y sudorosa demuestra una emoción incontenible, su voz es más aguda que de costumbre, las palabras le salen de prisa, apretujadas, como si se tratara de un torrente de agua que avanza a una velocidad y presión endemoniadas y que debe pasar por un canal muy estrecho. - Ustedes son una generación gobernada…- ¡Dos de octubre, no se olvida!, ¡dos de octubre no se olvida!, ¡Dos de octubre, no se olvida! Taibo espera, se quita los lentes y enjuga sus lágrimas con el dorso de la mano. Andrés Manuel López Obrador, apostado al lado izquierdo, hace lo propio. En los días venideros, los presentes recordarían este día como aquel en el que AMLO lloró. - Ustedes eran una generación condenada. El sistema había decidido que ustedes eran un montón de parásitos condenados a tener estudios a medias, trabajos a medias y el mejor destino era empujar un pinche carrito del supermercado, el consumo chafa, el estar pegados a una televisión que habla y a la que no le podemos contestar, nada más que así, con la voz de los ciudadanos- ¡Fuera televisa!, ¡fuera televisa!, ¡fuera televisa!, es la respuesta- Y de repente, el maleficio que había condenado a una generación a sufrir gobiernos de criminales, de

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corruptos e ineptos, de vende patria, se rompió compañeros, rompimos el maleficio. Una tormenta de aplausos y gritos lo hacen callan por un momento y continúa: - Y de repente, cientos de miles de estudiantes se han sumado a un movimiento por hacer de este país un país de verdad. ¡Ya nos toca, ya tenemos derecho, hemos ganado el derecho a la libertad!, y lo vamos a tener muy pronto compañeros. Convocados por los fantasmas de la historia, los del movimiento del 68, los de los estudiantes magonistas que salieron a retar a la dictadura porfiriana, los de las cabalgatas de Pancho Villa y Emiliano Zapata – ahuevo que tenía que hablar de mi general Villa, dice mi hermano Juanito que esta a mi lado, sonrío y sigo escuchando- entrando a tomar esta ciudad y destruyendo al porfirismo, la dictadura de Huerta…estamos con ellos tomados de la mano. Estamos reunidos. Este país está construyendo el derecho a su primera gran libertad y lo vamos a lograr con Andrés Manuel por delante. Nosotros y todos los cientos de miles de millones de mexicanos vamos a cambiar a este país y va a ser la gran fiesta de lo colectivo, compañeros. Se acabaron las fiestas individuales, la soledad, vamos a estar tomados de la mano con la libertad del siglo XXI. Muchas gracias. Un enjambre de vítores cruza el cielo, Taibo II y Obrador se abrazan y la multitud lo celebra. ¡La fiesta de lo colectivo ha iniciado! Después de una larga espera llega el turno de Obrador, todos coreamos: ¡presidente!, ¡presidente!, ¡presidente! Inicia el discurso con toda calma, arrastrando las palabras y muy medido en lo que dice a lo que atribuyo la lentitud del habla. La charla inicia haciendo alusión a los caídos del 68 en este lugar y comprometiéndonos a seguir luchando contra el autoritarismo y por la democracia. Realiza una pequeña autobiografía y llama a la lucha pacifica y electoral, argumentando que “sólo el pueblo puede salvar al pueblo y sólo el pueblo informado puede salvar a la nación”. Continua con la remembranza la los fraudes electorales, el realizado a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en 1988,

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el gato pardismo del 2000 y la trastada del 2006. Intermitentemente la plática es interrumpida por las consignas de la tarde: ¡Es un honoooor estar con Obrador!, ¡Es un honoooor luchar con Obrador!, ¡No estás solo, no estás solo!... - Si hubiéramos tranzado con la élite del poder, hoy no existiría este movimiento, que es, lo digo sin ninguna duda, la única opción, la única alternativa, la única esperanza para millones de mexicanos. El otro hecho importante es que se mantuvo el movimiento con millones de mexicanos consientes, hasta en los momentos más difíciles, de más asedio, de más ataques, de más calumnias, sostuvimos este movimiento porque mucha gente está consiente en nuestro país, pero hacia falta algo, hacia falta un resurgimiento y por eso llegaron los estudiantes que están ya a la vanguardia del movimiento y son el motor del cambio verdadero… El hecho es inevitable de negar ya que el cuadro que se ha formado habla por si solo. Obrador menciona las 3 transformaciones que ha tenido el país: la independencia de México, la Reforma, la Revolución Mexicana y llama a llevar a cabo la cuarta transformación pacifica de la vida pública de México. De algún lugar detrás de la iglesia se observa una pequeña columna de humo en ascenso, queda suspendida en el aire y ¡pum! Una sonora explosión silencia todo susurro, a esta siguen otras cuantas que provienen de los edificios aledaños; todos se miran, nadie se mueve ¿Simpatizantes emocionados o intento de amedrentar los ánimos dado el lugar en el que nos encontramos? Inmediatamente después un helicóptero sobrevuela la plaza rondando como zopilote, demasiadas coincidencias para un solo día, pero mis malos pensamientos se ven interrumpidos por la consigna ¡No somos uno, no somos cien, prensa vendida cuéntanos bien! Una y otra y otra vez, haciendo eco en los edificios espectadores. Entre las muchas ideas, propuestas y peticiones se llegó al pacto de tres situaciones: seguir informando y orientando sobre el proyecto alternativo de nación en las redes sociales; generar conciencia en la ciudadanía de la necesaria transformación, y cuidar, durante la jornada

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electoral, las casillas de todo el país. La solicitud fue bien recibida y todos nos comprometimos a llevarlas a cabo. Seguido a estas palabras pedimos voz en cuello la liberación de la educación ¡fuera Elba, fuera Elba, fuera Elba! Y también la de los medios de comunicación ¡fuera televisa, fuera televisa, fuera televisa!... No teníamos idea de que un mitin sucediera de esta manera, la imagen más cercana que la mayoría de las personas tenemos es la que pintan los medios amarillistas y que los hacen ver como congregaciones ajenas a nuestra realidad, no podría decir cuantas personas estamos aquí reunidas, mucho menos precisar de cuantos lugares venimos, lo que parece evidente es que el colectivo de la conciencia lleva lugares y viaja rumbo a la liberación de un país, es por ello que después del esperado ¡Viva México! entonados el himno Nacional Mexicano con las gargantas desgarradas y el puño izquierdo bien en alto. Sombras de luz recorren las calles, espectros tangibles inician la marcha. Nos convoca la injusticia, nos alienta la esperanza.

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1 millón 132

Roberto E. Galindo Domínguez

Los acontecimientos en Ciudad de México se están sucediendo rápidamente, y yo en el barco a 8 nudos. Así es, desde el viernes negro -viernes de consciencia-, principio del fin de Peña Nieto, ese día que se ha vuelto universal, que empezó en la Universidad Iberoamericana, donde los estudiantes, los 131 y muchos más detonaron lo que estaba dormido, desde entonces los hechos empezaron a sucederse vertiginosamente y hacia la izquierda. Siempre ejercí mi derecho al voto y participé en diversos movimientos: Me abstuve de presentar clases y exámenes extramuros durante la huelga de la UNAM de 1999; Me desilusioné cuando en 2000 ganó Fox, dejando a un lado las esperanzas que la clase consciente habíamos depositado en el Ing. Cárdenas; En 2001 visité un caracol zapatista; En 2004 marché en apoyo a AMLO contra el desafuero. En 2006 acudí a defender la UABJ en Oaxaca, cuando sus estudiantes estaban siendo reprimidos por los priístas de Ulises Ruiz, amigo de Peña; Y poco antes, ese mismo año me enfurecí, me entristecí y tomé Reforma junto a miles de mexicanos indignados, me instalé en la calle de Madero por muchas noches, pues de día debía trabajar. Muchos dijeron que no teníamos derecho a tomar la vía pública, que afectamos a muchas personas, que retrasamos a miles para llegar a su trabajo. En suma todos, los afectados, y los que no lo fueron, pero sobre todo Televisa y TV Azteca dijeron: “Es un capricho de Obrador, una necedad” ¿Pero qué es tomar una calle y una avenida, cuando lo que se defiende es el derecho a un mejor futuro para todos? Ahora, a la distancia, lo pienso y me repito ¿Qué es tomar una calle y una avenida, comparado con la desgracia que vivimos? ¿Qué es alterar el tránsito y retrasar a unos cuantos en su arribo al trabajo o la escuela? Cuando por no defender más de nosotros y con más fuerza lo que se había ganado, el retraso causado ha sido eterno para 60 mil mexicanos que nunca regresarán a casa y para otros 150

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mil desaparecidos, que difícilmente llegarán, ni siquiera retrasados a cualquier cita. Me pregunto también ¿Qué es esa sensación de incomodidad que le causamos a los capitalinos? comparada con la inseguridad que se vive hoy ante el crimen organizado y los cuerpos militares, que se mueven impunemente en nuestra propia casa, en todo el país. Ahora la toma de Reforma y Madero parecen infinitamente menores frente al resultado de la usurpación de Calderón y su estúpida guerra para legitimarse. La desgracia de esa guerra, el dolor que ha marcado a miles de familias y la humillación que hondo a tocado en millones de personas, han sido, no lo dudo, algunos de los factores que han despertado a la juventud de las universidades del país. Muchos de los estudiantes de mi generación parecían ausentes y renuentes a todos los movimientos y acciones de lucha social a los que acudí, no todos claro, pero no creo que fuéramos tantos y de tan diversas partes como ahora se congregan alrededor del Yo Soy 132, incluso al defender la UNAM éramos pocos. Me distancié de varios amigos y peleé con mi novia, porque corrieron a la búsqueda de su fortuna, olvidándose en un segundo de aquellos que venían detrás de nosotros, no repararon en que un futuro individual es sólo una ruta corta y fácil que pronto llega a su fin. Entonces resonaba en mí el referente de Unamuno, en voz de Serrat, Sin utopia, la vida sería un ensayo para la muerte, y al esconderse la utopía, esa que pareció claudicar en mi generación, pasamos a un ensayo corto, que en poco tiempo devino en la muerte, en miles y miles de muertes. Ahora, lo primero que vino a mi mente tras el viernes negro en la Ibero, al ver que los estudiantes de una universidad privada increpaban a un priísta, ese de la tele, ese que representa lo más autoritario y represivo del sistema, que lo corrían de su casa, fue que era “una señal del Apocalipsis”, así lo pensé un poco en broma. Pero tras reflexionarlo y ante la onda expansiva del movimiento que ha llegado a estudiantes de todo el país, de las mas diversas universidades. Al ver que provocó el sábado 19 de mayo la primer marcha de repudio contra el PRI, en la que se gritaron consignas contra Peña Nieto, Vásquez Mota, Calderón y Elba Esther, entre otros negros personajes

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de la política y luego asistir al día siguiente, 20 de mayo, a un Zócalo pletórico de jóvenes de la UNAM, la UAM, el Politécnico, la Ibero, la del Valle y otras escuelas públicas y privadas y de la comunidad LGBT. Todos resguardados por hombres y mujeres, adultos y de la tercera edad, sumados también, algunos sindicatos de trabajadores y en general ciudadanos conscientes, pensé, no es el fin, es el renacer de la consciencia. En ese Zócalo lleno, se difuminó la amargura que venía arrastrando desde el 2000, ante “el voto útil pero inútil”. Los resabios de enojo tras el fraude de 2006 se avivaron al escuchar a Paco Ignacio Taibo II y a Epigmenio Ibarra llamando a la unidad y a defender el voto. Al cantarle las mañanitas a Elena, se avivaron mis recuerdos de momentos que sólo he leído. Los vi en el templete, parte de la generación del 68, esa que caminó a lado de mi padre que también está aquí y que también quiere volver a participar. Al escuchar las consignas de miles de ciudadanos, estando junto a Belarmino y cobijado por los nuevos refuerzos en esta interminable lucha, en ese momento supe que la utopía salía de su escondite, que todos juntos ahuyentábamos a los perros que la perseguían. En ese momento me sentí subsanado por las afrentas del pasado, explotó en mí la felicidad, me quité el sombrero, entonamos el himno nacional y uní mi brazo en lo alto, a miles de brazos izquierdos que dibujaban al cielo la V de la victoria. El Lunes 21 la cita fue en la plaza de las Tres Culturas, donde hace 44 años los gobiernos priístas masacraron a la primer juventud rebelde y justa de México, a esa juventud en cuya concepción la diferencia de clases sólo se reducía a dos, la consciente y cualquier otra. Los recuerdos de mis lecturas de la matanza estudiantil me visitaron y vi a nuestros muertos jóvenes ya viejos, me enluté por un momento, luego dibujé un Tlatelolco lleno de nuevos muchachos invadidos por el espíritu del 68. Saber que los estudiantes tomaron nuevamente esa plaza, otra vez contra el régimen, me hizo temblar en lo más hondo. El espíritu de lucha y justicia ha salido a las calles otra vez. Como me hubiera gustado estar ahí, pero justo a la hora elegida para el encuentro entre estudiantes y Obrador, aterrizaba en Mazatlán, para embarcarme esa misma noche en el Buque Oceanográfico “El

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Puma” de la UNAM, para navegar las olas a 8 nudos, cuando los acontecimientos en la Ciudad de México y el resto del país se suceden a velocidades increíbles, y yo de Este a Oeste en mi derrota. Pero igual que en tierra y que en toda la UNAM, este pequeño espacio de 60 mts. de eslora, es territorio de consciencia. Amo el mar, pero por primera vez quisiera estar allá, en tierra, con ustedes en las calles y en las plazas. He seguido en la red las manifestaciones y los sucesos. Me he indignado por las represiones que han ejercido aquellos que ven temblar su estatus de poder. En unos días el buque pondrá rumbo a tierra. Mientras tanto, saber que los estudiantes y en general los jóvenes han despertado, que se han levantado, pero del lado izquierdo, y que me permiten levantarme otra vez con ellos, me hizo sentirme fuerte y libre. Mi derrotero está hecho, tiene rumbo 132.

PD. Me gustaría que al volver a tierra firme seamos un millón 132.

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Cronica en movimiento, de Maria Hernandez y Roberto Galindo, editado por Primeras Letras de SĂ­sifo Ediciones, se terminĂł el 24 de agosto de 2012, en los talleres de SM grĂĄficos, tel. (0155) 5341 7480 sm.serviciosgraficos@gmail.com


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