2 minute read

Carta a nuestros lectores

Advertisement

Desde que alcanzo a recordar, escribir me ha ayudado a comprender. A entender a otros, a entender situaciones, a entender fenómenos. Por primera vez en mi vida, me encuentro ante algo de lo que me cuesta escribir. No sé qué versión es la que finalmente publico de este texto, pero ha habido muchas. Una y otra vez, he buscado la manera de contar cómo estamos viviendo estas semanas en Vogue España y cómo trabajamos cada día. Porque, más que nunca, necesitamos conectar con vosotros, con los lectores, y siento que la mejor manera de hacerlo es abrirnos y transmitir esta experiencia. Cada día, luchamos por mantener vivo Vogue a través de videoconferencias y canales de comunicación variados. Hemos agendado una reunión diaria de toda la redacción para tenernos al día. Creo que nos ayuda vernos las caras una vez al día, nos hace sentirnos menos aislados y solos. Inevitablemente, cada día tenemos más bajas, bien porque alguien cae enfermo, bien porque alguien está demasiado preocupado por el estado de un familiar como para poder unirse. Aun así, el equipo trabaja para buscar nuevos enfoques y recoger las preocupaciones comunes, así como las nuevas necesidades. Al tiempo, debemos repensar unos próximos números para los que constantemente hay que buscar alternativas: personajes y reportajes que reemplacen a los que han sido cancelados, soluciones creativas para contar los temas sin producir imágenes. Ya no es solo que nuestra forma de hacer las cosas sea diferente a lo habitual, es que todo se hace y deshace cada día. Porque cada día tomamos decisiones que no valen al siguiente, sea por una nueva medida o porque los acontecimientos nos hacen ver las cosas de una forma distinta.

Estamos aprendiendo a vivir, a pensar y a trabajar de otra manera. Yo diría que es una de esas circunstancias que ponen a prueba a la humanidad en cada generación. Uno de esos momentos históricos de los que tantas veces hemos leído en los libros y que nos hacían preguntarnos cómo hubiéramos reaccionado ante ellos: si hubiéramos sido los héroes, los villanos o los cobardes. Seguramente, aquellas noches en las que coreábamos Heroes de Bowie a voz en grito, nos veíamos haciendo algo más épico que quedarnos en casa. Pero eso es lo más heroico que podemos hacer hoy.

This article is from: