Noviembre 2023
GLAMOUR MODA SOSTENIBLE
La respuesat del cambio.



FAST FASHION LA INDUSTRIA
DE LA MODA
El consumo de productos, bienes y servicios es la manera habitual de satisfacer las necesidades básicas del ser humano, cuando el consumo se remplaza por la idea de adquirir más y más cosas no necesarias para la supervivencia se habla de consumismo.
“Fast fashion no es gratis, alguien está pagando el precio.”
En las ultimas décadas, este estilo materialista se ha vuelto mas común en sectores básicos como la agricultura, la industria tecnológica y la ropa, pues vivimos en sociedades capitalistas donde la actividad económica esencial es vender sin limites alimentando las brechas de la desigualdad social y producir en masa llevando a consecuencias nefastas para el planeta.

La industria de la moda está acabando con el planeta:
Las consecuencias de la moda rápida
En los últimos años, la industria textil ha experimentado una drástica transformación; las modas vienen y van a una velocidad cada vez mayor, y lo que antes podía mantenerse en tendencia durante un periodo mayor a un año ahora solo se mantiene bajo el foco durante escasos meses. El hecho de que estas prendas estén destinadas a ser olvidadas y “pasar de moda” en tan poco tiempo ha provocado que las marcas de ropa dejen de centrarse en la calidad del producto, poniéndoles una fecha de caducidad a muy corto plazo.
A este fenómeno se le denomina fast fashion o moda rápida, y es uno de los mayores problemas a los que se enfrentarán las futuras generaciones.

Tan solo en 2020 y con una pandemia a cuestas, se espera que las ventas en la industria de la moda alcancen alrededor de 664 mil 470 millones de dólares a nivel mundial (1).
Eso no significa, por supuesto, que no podamos transitar a un consumo responsable en el que reduzcamos nuestra adquisición de ropa, en función de su durabilidad y calidad, y no con base en tendencias innecesarias. Esto implica no elegir la fast fashion, optar por marcas sustentables y locales, además de reparar, reutilizar y renovar lo que ya tenemos.
Podemos evitar caer en la trampa de comprar en exceso es un buen comienzo, pero si de verdad es necesario, las tiendas de segunda mano ofrecen una alternativa que alarga la vida de las prendas que ya están en el ciclo. Por último, evitar materiales puramente sintéticos no solo ayuda a encontrar prendas más biodegradables, sino que también ayudará a que estas tengan mayor vida útil..


¿CÓMO VESTIR A LA MODA Y SER
UN CONSUMIDOR CONSCIENTE?
Ante la urgente necesidad de cambiar la forma en que las sociedades producen y consumen sus bienes, la moda sostenible, que busca ser responsable y respetuosa con la Tierra se presenta como un modelo superador, positivo y posible. Su propuesta se contrapone al fenómeno llamado fast fashion y a la lógica de consumo basada en el “compro-uso-descarto” que éste implica.
De acuerdo con la autora, el llamado fast fashion, es ese modelo de producción que prioriza la inmediatez del consumo por sobre el bienestar del planeta y de las personas y que ha contribuido a que la naturaleza no llegue, por ejemplo, a regenerar los recursos demandados por la humanidad en el período de un año, lo que se conoce como sobregiro ecológico de la Tierra.
Reconocer el problema: EL FAST FASHION

De acuerdo con cifras de la Alianza de las Naciones Unidas para la Moda Sostenible y la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés) recogidas en una publicación en 2021, el impacto negativo de la industria textil representa:
• 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI);
• 215.000 millones de litros de agua al año;
• 500.000 toneladas de microfibra desechadas en el mar
• 20% de las aguas residuales del mundo. Ante la urgente necesidad de cambiar la forma en que las sociedades producen y consumen sus bienes, la moda sostenible, que busca ser responsable y respetuosa con la Tierra se presenta como un modelo superador, positivo y posible. Su propuesta se contrapone al fenómeno llamado fast fashion y a la lógica de consumo basada en el “compro-uso-descarto” que éste implica.
“No estamos inventando nada si decimos que la industria de la moda/textil es una de las más contaminantes y consumidora de recursos del mundo”

Un grupo de modelos lucen las prendas de la diseñadora brasileña Flávia Aranha en la pasarela de la São Paulo Fashion Week (semana de la moda) del año 2021. La moda sustentable está ganando cada vez más visibilidad en América Latina y el Caribe.

MODA SOSTENIBLE:
La respuesta para el cambio
La contracara a la fast fashion es la moda sostenible. Así lo define la periodista e investigadora especializada en consumo, sostenibilidad y cultura, Brenda Chávez. En su libro Tu consumo puede cambiar el mundo: El poder de tus elecciones responsables, conscientes y críticas (Planeta, 2015), la autora define a la moda sostenible como sentido común, como un signo de humanidad e, incluso, como una forma de pensar el futuro. En sintonía con esta visión positiva, Laura Opazo define a la moda sostenible como “una forma de encontrar equilibrio”.

Es imposible ignorar los efectos humanos inmediatos del fast fashion ya que el bajo precio de las prendas equivale a salarios bajos para los trabajadores y, a menudo, condiciones de trabajo no reguladas. Nuevamente, para permitir precios accesibles, los materiales a menudo se obtienen de donde son más baratos, lo que significa viajes de larga distancia, a menudo en barcos de carga que consumen mucho combustible.
Una vez que la ropa se fabrica en las fábricas, se transporta de regreso al minorista por carretera, ferrocarril, cielo o mar e incluso puede viajar en un círculo completo hasta donde se obtuvieron originalmente los materiales.
CICLO DE LA VIDA de la ropa fast fashion.
El gasto de materias primas como el agua por parte de la industria de la moda también es colosal, con alrededor de 1.800 galones de agua utilizados para fabricar un solo par de jeans. Y no es simplemente el uso del agua lo que es una preocupación, de nuevo, en un esfuerzo por mantener los precios bajos y deseables, las empresas a menudo optan por fibras sintéticas como el poliéster, el spandex y el nailon, y el 60 % de la ropa fabricada en todo el mundo está compuesta por estos tejidos.
Una vez lavados, los materiales liberan fibras plásticas en el sistema de agua, con un estimado de medio millón de toneladas de microfibras que ingresan al océano anualmente.
El ciclo de la moda rápida significa que la producción no es la única amenaza para el planeta, y el desperdicio de la moda es una consecuencia inevitable. Este consumo excesivo masivo se ve facilitado por la facilidad de comprar en línea, así como por los cambios rápidos en los estilos con muchas marcas que actualizan diariamente sus ofertas “novedades”.
La accesibilidad significa que la ropa se pueden reemplazar sin esfuerzo, con la compra de artículos nuevos es más fácil que devolver los que no se han usado, y también frustra a aquellos que planearon más de un uso pero la calidad es inadecuada.

¿QUÉ HACER?
¿EL CICLO QUE DESTRUYE AL PLANETA?


Es necesario una desaceleración del comportamiento del consumidor para romper el ciclo de la moda rápida. Cambiar la elección y optar por prendas de mayor calidad y evitar los materiales plásticos genera un impacto inmediato para los clientes preocupados, ya que una mejor calidad también ofrece una vida útil más larga. El simple hecho de lavar la ropa a una temperatura más baja y reducir el secado en secadora y el planchado prolongará su uso y, por supuesto, desperdiciará menos recursos. Si la ropa se daña, repararla o llevarla a un servicio de arreglos en lugar de tirarla innecesariamente a la basura. Donar ropa si ya no se usa en vez de tirarla a la basura, comprar en tiendas de segunda mando, comprar prendas únicas de diseñadores locales y principalmente teñir las prendas si ya están desteñidas o simplemente para darles un nuevo “look”.