Cuentos absurdos de un m!nuto Seleccionados por Daniel Zambrano
Editorial Buenos Libros


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Primera edición, septiembre de 2023.
© Cuentos absurdos de un m!nuto
Editorial Buenos Libros
Editor: Daniel Zambrano.
Maquetación: Daniel Zambrano.
Imagen de portada: El bibliotecario (ca. 1566), de Guiseppe Arcimboldo.
ISBN: en trámite.
Se permite la reproducción, almacenamiento o transmisión total o parcial de este libro sin la autorización previa y por escrito del editor.
1.0.0.1
La minificción es un subgénero literario surgido en el siglo XX que consiste en narraciones muy breves, las cuales pueden incluir elementos poéticos o ensayísticos.
La minificción es un subgénero en el que dominan los latinoamericanos. Durante siglos, fueron los europeos quienes dominaron física e ideológicamente Latinoamérica, lo que incluyó también la imposición de sus estándares literarios en nuestro continente. La minificción, pues, además de tener valor artístico por sí misma, tiene un valor de resistencia frente a los estándares literarios europeos.
El tal Raúl Brasca (2000) realizó una tipología de las minificciones según lo que llamó mecanismos de la brevedad. Estos mecanismos son: 1) referencia, es decir, intertextualidad tácita o explícita; 2) sentido dislocado, que son juegos de palabras, como dobles sentidos, giros novedosos a frases hechas, toma del sentido directo de expresiones figuradas; 3) mundo real-mundo soñado, que opone la realidad a la fantasía, en especial al mundo onírico. Puede dejar abierta la incógnita de si el cuento es realista o ficticio; 4) imagen real-imagen especular, donde una imagen reflejada adquiere realidad; 5) la historia-el revés de la historia, que es un giro atípico de historias muy difundidas, aunque también se aplica a un giro en el comportamiento esperado de un cierto tipo de personaje;
6) el tiempo-la inversión del tiempo, donde se invierte el sentido lineal del tiempo;
7) tamaño microscópico-tamaño cósmico, donde se oponen los objetos grandes a los pequeños o se invierten sus magnitudes (pp. 3-5).
Los cuentos de esta selección incluirán a pie de página el mecanismo o los mecanismos de la brevedad que contienen, siguiendo la tipología del tal Raúl Brasca antes descrita. Se podrá advertir que los mecanismos más recurrentes son los de la historia-el revés de la historia y el del sentido dislocado, lo que no es de sorprender, debido al tema en común que tienen todos los cuentos: el absurdo. El único mecanismo que no se observa en ninguno de los cuentos, por cuestión de mero azar, es el de tamaño microscópico-tamaño cósmico
1.0.0.2
La minificción tiende al absurdo debido al contexto moderno en que surge, pero también debido a su estructura pequeñita, algo absurda por sí misma. Con mi selección de cuentos, pretendo resaltar esta tendencia al absurdo de la minificción, y así proponerla como un claro ejemplo de técnicas modernas de escritura.
El absurdo en la literatura puede confundirse con el humor, con la ironía, con la paradoja… ya que suele aparecer en conjunto con estos y otros recursos literarios con los que guarda similitudes. Lo único que diferencia el absurdo del resto de recursos literarios similares es que este se basa en imposibilidades de acciones o razonamientos.
El absurdo puede darse en la comunicación hablada, pero la comunicación escrita siempre tiene significado, aunque de manera voluntaria contenga fragmentos absurdos, e incluso si de manera involuntaria contiene fragmentos gratuitos o incongruentes, pues ello significaría al menos que el autor intenta comunicar un mensaje, pero que le falla su técnica de escritura.
El absurdo en la literatura suele emplearse a manera de juego con el lenguaje o a manera de énfasis en el sinsentido de la vida o a manera de crítica social hacia la idiotez de la especie humana y hacia la inefectividad de su intercomunicación.
La minificción es un subgénero en el que dominan los latinoamericanos. Reuní aquí minificciones absurdas de escritores y de escritoras famosos: de mexicanos y mexicanas, de argentinos y argentinas, así como una minificción de un hondureño.
El orden secuencial de las minificciones no es cronológico, sino que es un tanto absurdo. Realicé ajustes menores de puntuación defectuosa, pues algunos textos estaban absurdamente escritos.
Daniel ZambranoBrasca, R. (2000). Los mecanismos de la brevedad: constantes y tendencias en el microcuento. En El Cuento en Red, 1, 3-10.
Un niño de cinco años explicaba la otra tarde a uno de cuatro que entre muchos de ellos se mantiene la más rigurosa pureza sexual y ni siquiera se tocan entre sí porque saben o creen saber que si por casualidad se descuidan y se dejan llevar por la pasión propia de la edad y se copulan, el fruto inevitable de esa unión contra natura es indefectiblemente un viejito o una viejita; que en esa forma se dice que han nacido y nacen todos los días los ancianos que vemos en las calles y en los parques; y que quizá esta creencia obedecía a que los niños nunca ven jóvenes a sus abuelos y a que nadie les explica cómo nacen éstos o de dónde vienen; pero que en realidad su origen no era necesariamente ése.
* En La oveja negra y demás fábulas (1969), de Augusto Monterroso (1921-2003), escritor hondureño. Mecanismo de la brevedad: la historia-el revés de la historia.
En este cuento, Monterroso emplea uno de sus recursos literarios preferidos, el absurdo, el cual se manifiesta en el argumento inverosímil de dos niños hablando sobre conceptos complejos y abstractos como la pureza sexual y la unión contra natura. Es también absurdo el razonamiento de los niños sobre el nacimiento de los viejitos. En medio de tales absurdos, se puede quizá adivinar una verdad: el cuento puede leerse como una crítica hacia las carencias de la educación sexual de la población infantil latinoamericana.
Jamás se había oído el menor roce de cadenas. Las botellas no manifestaban ningún deseo de incorporarse. Al día siguiente de colocar un botón sobre una mesa, se le encontraba en el mismo sitio. El vino y los retratos envejecían con dignidad. Era posible afeitarse ante cualquier espejo, sin que se rasgara a la altura de la carótida; pero bastaba que un invitado tocase la campanilla y penetrara en el vestíbulo, para que cometiese los más grandes descuidos; alguna de esas distracciones imperdonables, que pueden conducirnos hasta el suicidio.
En el acto de entregar su tarjeta, por ejemplo, los visitantes se sacaban los pantalones, y antes de ser introducidos en el salón, se subían hasta el ombligo los faldones de la camisa.
Al ir a saludar a la dueña de casa, una fuerza irresistible los obligaba a sonarse las narices con los visillos, y al querer preguntarle por su marido, le preguntaban por sus dientes postizos. A pesar de un enorme esfuerzo de voluntad, nadie llegaba a dominar la tentación de repetir: “Cuernos de vaca”, si alguien se refería a las señoritas de la casa, y cuando éstas ofrecían una taza de té, los invitados se colgaban de las arañas, para reprimir el deseo de morderles las pantorrillas.
El mismo embajador de Inglaterra, un inglés reseco en el protocolo, con un bigote usado, como uno de esos cepillos de dientes que se utilizan para embetunar los botines, en vez de aceptar la copa de champagne que le brindaban, se arrodilló en medio del salón para olfatear las flores de la alfombra, y después de aproximarse a un pedestal, levantó la pata como un perro.
* En Espantapájaros (1932), de Oliverio Girondo (1891-1967), poeta argentino. Mecanismo de la brevedad: la historia-el revés de la historia
Este poema en prosa, titulado simplemente 2, pude ser leído como un cuento, absurdo por su inverosimilitud: comienza con una supuesta sorpresa por parte del narrador ante la pasividad de los objetos de una casa de la alta sociedad, pues no se mueven por sí mismos; concluye narrando el comportamiento de los invitados a la casa, quienes realizan acciones ilógicas que contrastan con el ambiente prestigioso en que se encuentran. El texto puede entenderse como una burla hacia las convenciones sociales de comportamiento que son determinadas por espacios específicos.
Infidelidad a la luz de la teoría de la relatividad*
Fue descubierto en plena infidelidad por su esposa (¡Y en mi propia casa, canalla!), pero no se preocupó mayor cosa: simplemente recordando al viejo Einstein avanzó a tal velocidad, a la de la luz, que regresó al punto anterior a la vista de su amante. Sin embargo, tuvo la sensación de que no había hecho el amor: comenzó a acariciar a la hermosa mujer y el pasado se reprodujo. Una vez que se amaron la esposa apareció en la recámara. De nuevo no tuvo más salida que moverse rápidamente y reinició el adulterio. Otra vez quiso evitar el terrible encuentro y fue imposible. Así quedó atrapado (condenado) dentro de un incómodo e infinito círculo vicioso. Todo por no aceptar la escenita de celos.
* En Cuentos y descuentos (1986), de René Avilés Fabila (1940-2016), escritor mexicano. Mecanismo de la brevedad: el tiempo-la inversión del tiempo
En este cuento se recurre al absurdo mediante la conjunción de la célebre teoría de la relatividad con el tema frívolo del adulterio. El protagonista es capaz de moverse a la velocidad de la luz y volver en el tiempo para evitar ser sorprendido por su esposa durante el acto amoroso con otra mujer. Sin embargo, el protagonista no logra resistirse a repetir el encuentro sexual adúltero, y vuelve a huir a la velocidad de la luz tras ser nuevamente sorprendido por su esposa. Así se crea un ciclo infinito, por lo que el cuento no tiene final ni lo tendrá jamás.
La insinuación de que los patos le puedan tirar a las escopetas fue una idea urdida por las propias escopetas para hacer ver a los patos como agresores y pasar ellas por blancos inermes. Ante el hecho cada vez más frecuente de que los patos escaparan a sus perdigones, quienes más se empeñan en difundirla fueron los de doble cañón. Era una manera astuta alardeaban de matar dos pájaros de un tiro: seguir participando en el viril deporte de perforar patos sin riesgo de desprestigio y, en caso de conflicto, emplear el recurso de culparlas por trastocar las reglas del juego.
* En El cuento. Revista de imaginación, n° 111-112 (1989), escrito por Abraham Nuncio Limón (1941), autor y analista político mexicano. Mecanismos de la brevedad: mundo real-mundo soñado, historia-el revés de la historia, sentido dislocado
En este cuento se retoma el dicho popular Ahora resulta que los patos le tiran a las escopetas, el cual se basa en el tropo literario del mundo al revés y es empleado figurativamente cuando un individuo de baja jerarquía social intenta dominar a otro mejor posicionado. Pero aquí, Abraham Nuncio le da un giro absurdo al dicho fingiendo entender sus palabras en su sentido básico y asignándole acciones humanas a las escopetas mediante el recurso de la prosopopeya. El autor también incluye otro dicho popular, Matar dos pájaros de un tiro, empleado también en sentido básico, pero que figurativamente se refiere a una acción muy estratégica que tiene al menos dos consecuencias positivas para quien la ejecuta.
Achtung! Lebende Tiere! *
Había una vez una niña chiquita, chiquita; que daba mucha lata en el zoológico. Se metía en la jaula de las bestias dormidas y les tiraba la cola. El brusco despertar de los feroces era precisamente la salvación de la criatura que se escapaba corriendo.
Pero un día la niña fue a dar con un león flaco, desprestigiado y solitario que no se dio por aludido. La niña abandonó los tirones de cola y pasó a mayores. Se puso a hacerle cosquillas al dormido y le revolvió una por una todas las ideas de la melena. Ante aquella total ausencia de reflejos, se proclamó en voz alta domadora de leones. La fiera volvió entonces dulcemente la cabeza y se tragó a la niña de un solo bocado.
Las autoridades del zoológico pasaron un mal rato porque la noticia salió en todos los periódicos. Los comentaristas pusieron el grito en el cielo y criticaron las leyes del universo, que consienten la existencia de leones hambrientos junto a incompatibles niñas maleducadas.
* En Cantos de mal dolor (1959), de Juan José Arreola (1918-2001), escritor mexicano. Mecanismo de la brevedad: la historia-el revés de la historia.
En este cuento de título en alemán, Achtung! Lebende Tiere! (¡Cuidado! ¡Animal vivo!), Arreola emplea el argumento absurdo de una niña que molesta de manera continua a los animales del zoológico, hasta que es devorada por un león paciente y en apariencia inofensivo: el absurdo se debe a la obviedad del resultado mortal que le esperaba a la niña, muy retardado en comparación con un escenario análogo pero de tratamiento realista.
El hombre de las gelatinas*
Cierto vendedor de gelatinas me comentó alguna vez: “Algunas personas van al foot-ball y al volver a casa, encienden la TV para comprobar si lo que vieron fue cierto. Por la mañana compran el periódico: leen si se escribe efectivamente lo que vieron. Todo esto les impide pensar en vender gelatinas. Esa afición los elimina como mis eventuales competidores. Yo le doy gracias a Dios y no me quejo”.
*En El cuento. Revista de imaginación, n° 111-112 (1989), escrito por el autor y editor mexicano Adolfo Castañón (1952). Mecanismo de la brevedad: la historia-el revés de la historia
Este cuento emplea el absurdo para denunciar el también absurdo interés excesivo de las sociedades modernas por los deportes de pelota: por el fútbol, en concreto. Este interés suele acaparar recursos económicos y tiempo libre de los espectadores, quienes pudieran utilizarlos para mejorar sus condiciones de vida. Tanto el narrador intradiegético como el vendedor de gelatinas mantienen una distancia crítica respecto al fenómeno social que describen; es decir, que el absurdo no se manifiesta en sus intervenciones, sino sólo en las acciones de terceros, de personajes incidentales que no aparecen directamente en el cuento.
A. Distraídos en razonar la inmortalidad, habíamos dejado que anocheciera sin encender la lámpara. No nos veíamos las caras. Con una indiferencia y una dulzura más convincentes que el fervor, la voz de Macedonio Fernández repetía que el alma es inmortal. Me aseguraba que la muerte del cuerpo es del todo insignificante y que morirse tiene que ser el hecho más nulo que puede sucederle a un hombre. Yo jugaba con la navaja de Macedonio; la abría y la cerraba. Un acordeón vecino despachaba infinitamente la Cumparsita, esa pamplina consternada que les gusta a muchas personas, porque les mintieron que es vieja… Yo le propuse a Macedonio que nos suicidáramos, para discutir sin estorbo.
Z (burlón). Pero sospecho que al final no se resolvieron.
A (ya en plena mística). Francamente no recuerdo si esa noche nos suicidamos.
*En El hacedor (1960), de Jorge Luis Borges (1899-1986), escritor argentino. Mecanismos de la brevedad: referencia, el tiempo-la inversión del tiempo, sentido dislocado
Este cuento es un diálogo entre dos personajes anónimos, A y Z, el primero de los cuales relata a su vez otro diálogo sobre la inmortalidad que tuvo con el destacado escritor argentino Macedonio Fernández, fallecido ocho años antes de la publicación del cuento. Si vemos en el personaje A al mismo Borges, entonces estaríamos ante un cuento autoficcional. El absurdo se advierte en la proposición de suicido que A le hizo a Macedonio en un tiempo pretérito, pero que ahora no recuerda si lo cumplieron esa noche o después o nunca.
Se percató de su inexistencia cuando trató de pensar y no pudo.
Cuando los que piensan pasaron a su lado ignorándolo, quedó totalmente convencido.
* En El cuento. Revista de imaginación, n° 136-137 (1997), escrito por Amelia Domínguez Mendoza (1955), autora y periodista mexicana. Mecanismos de la brevedad: referencia, la historiael revés de la historia, sentido dislocado
En este cuento, Amelia Domínguez emplea el absurdo al retomar la irrefutable premisa cartesiana pienso, por lo tanto, existo, pero dándole un giro ilógico con el protagonista que trató de pensar y no pudo, por lo que comienza a dudar de su propia existencia. El cuento alude al poco ejercicio del pensamiento crítico por parte de las sociedades actuales.
Los padres hacen todo lo posible por envejecer. Se empeñan en dejar de caminar, en ver muy mal, en escuchar poco. Su esfuerzo es grande: él simula aguantar el paso no más de una calle; ella finge que las letras se le empalman en la página. Quieren que sus hijos los visiten, los lleven, los escuchen, les lean, les descifren los letreros, los sonidos. Pero los hijos se tropiezan y se rompen un pie, se esconden bajo las sábanas llenos de lágrimas, se deshacen del perro y la mujer. Quieren que sus padres les den la mano al caminar, que les adviertan de las esquinas de los muebles y los enchufes descubiertos, que los cobijen en las noches y que les den palmadas asegurándoles que todo está bien.
* En A qué volver (2018), de Mónica Lavín (1955), escritora y periodista mexicana. Mecanismo de la brevedad: la historia-el revés de la historia
En este cuento, el narrador emplea argumentos absurdos para recriminar a los ancianos por obstinarse en disminuir a propósito sus capacidades físicas; por otra parte, el absurdo se manifiesta también en el comportamiento infantil de los adultos, quienes necesitan más de sus ancianos padres que viceversa. El título del cuento, Empecinados, puede entonces referirse a la obstinación de los dos grupos generacionales que opone.
Habían levantado la casa en el límite de la selva, orientada al sur para evitar que la humedad de los vientos de marzo se sumara al calor que apenas mitigaba la sombra de los árboles.
Cuando Winnie llegaba
Dejó el párrafo en suspenso, apartó la máquina de escribir y encendió la pipa. Winnie. El problema, como siempre, era Winnie. Apenas se ocupaba de ella la fluidez se coagulaba en una especie de
Suspirando, borró en una especie de, porque detestaba las facilidades del idioma, y pensó que ya no podría seguir trabajando hasta después de cenar; pronto llegarían los niños de la escuela y habría que ocuparse de los baños, de prepararles la comida y ayudarlos en sus ¿Por qué en mitad de una enumeración tan sencilla había como un agujero, una imposibilidad de seguir? Le resultaba incomprensible, puesto que había escrito pasajes mucho más arduos que se armaban sin ningún esfuerzo, como si de alguna manera estuvieran ya preparados para incidir en el lenguaje. Por supuesto, en esos casos lo mejor era
Tirando el lápiz, se dijo todo se volvía demasiado abstracto; los por supuesto los en esos casos, la vieja tendencia a huir de situaciones definidas. Tenía la impresión de alejarse cada vez más de las fuentes, de organizar puzzles de palabras que a su vez
Cerró bruscamente el cuaderno y salió a la veranda. Imposible dejar esa palabra, veranda
* En la revista Triunfo, n° 418 (1970), escrito por Julio Cortázar (1914-1984), autor argentino. Mecanismo de la brevedad: referencia, sentido dislocado
En este cuento se manifiesta el absurdo mediante la interrupción constante de la estructura lógica de una narración. El protagonista se encuentra redactando un texto que no logra concluir, el cual se nos muestra sin ninguna marca que lo diferencie del argumento principal. Se trata, pues, de un cuento metaficcional que se vale de la estructura fragmentada para fundir dos argumentos en uno. El título, Teoría del cangrejo, alude al dicho Pensar en la inmortalidad del cangrejo, aplicado a quien, en medio de una multitud, se abstrae en su propia mente olvidándose de todo lo que le rodea.
Esa de negro que sonríe desde la pequeña ventana del tranvía se asemeja a Mme. Lamort dijo .
No es posible, pues en París no hay tranvías. Además, esa de negro del tranvía en nada se asemeja a Mme. Lamort. Todo lo contrario: es Mme. Lamort quien se asemeja a esa de negro. Resumiendo: no sólo no hay tranvías en París, sino que nunca en mi vida he visto a Mme. Lamort, ni siquiera en retrato.
Usted coincide conmigo dijo , porque tampoco yo conozco a Mme. Lamort.
¿Quién es usted? Deberíamos presentarnos.
Mme. Lamort dijo . ¿Y usted?
Mme. Lamort.
Su nombre no deja de recordarme algo dijo.
Trate de recordar antes de que llegue el tranvía.
Pero si acaba de decir que no hay tranvías en París dijo.
No los había cuando lo dije, pero nunca se sabe qué va a pasar.
Entonces esperémoslo puesto que lo estamos esperando.
* En Textos de sombra y últimos poemas (1982), de Alejandra Pizarnik (1936-1972), escritora argentina. Mecanismo de la brevedad: sentido dislocado, mundo real-mundo soñado
En este cuento en forma de diálogo, el absurdo se manifiesta mediante situaciones imposibles que se realizan y que son negadas o afirmadas por dos interlocutoras testigos. La confusión entre lo imposible y la realidad es tanta, que las dos mujeres terminan siendo una misma persona.
Tengo un ataúd miniatura, con una tapa pequeñita que se levanta para ver el interior. Por fuera está forrada de raso negro. Lo saco cada día de muertos; el resto del año guardo el ataudcito en un cajón de mi closet, junto con cuatro velitas de pastel que me sirven de cirios. Las velitas las uso también en mi cumpleaños para adornar mi pastel. El día que cumplí cincuenta, mamá me hizo una fiesta con todas mis amiguitas. Una de ellas quiso llevarse una velita de recuerdo. Tuve que quitársela a mordidas. Cuando cumplí sesenta, otra amiguita escondió una vela entre sus senos. Le desgarré el vestido hasta dar con ella.
Mamá ya no quiere festejarme mi cumpleaños, dice que todas mis amigas son unas arpías. Me puse a llorar. Mamá me acarició el pelo y prometí pensarlo. Si supiera que lloro por otro motivo. Hoy en la mañana encontré el closet lleno de gusanos. El dedo que le corté a Elena en mi última fiesta, por romper una velita, se pudrió dentro del ataúd. Voy a enterrarlo en una maceta, sin que mamá se dé cuenta. Se enojaría mucho si descubriera quién rompió la vela.
* En El cuento. Revista de imaginación, n° 123-124 (1992), escrito por Martha Cerda (1942), autora mexicana. Mecanismos de la brevedad: la historia-el revés de la historia, sentido dislocado
En este cuento, se emplea el absurdo para presentarnos una historia ilógica de una señora que realiza acciones sin sentido o propias de una niña, cuyas consecuencias no pudieran darse en la realidad.
Uno de dos*
Mientras como una guayaba pienso en él (o sea, en ti) y un sabor muy parecido al aroma de tu piel (o sea, a la de él) me despierta. Porque él debería saber (o sea, tú) que desde anoche que escuché tu voz (o su voz) caí en un sueño sin tiempo, sin luz y sin fondo. Él (siempre tú) me hipnotiza y tú me despiertas.
¿Quién de los dos va a hacerme suya?
* En El cuento. Revista de imaginación, n° 126 (1993), escrito por Silvia Castillejos, autora mexicana. Mecanismos de la brevedad: mundo real-mundo soñado, sentido dislocado
En este cuento, el absurdo se emplea mediante expresiones sin sentido y desorden de sintaxis. No queda claro si la presunta narradora se dirija a un solo hombre o a dos. Conviene reflexionar en la oración caí en un sueño profundo, pues toda referencia a lo onírico, por insignificante que pueda parecer, suele justificar las narraciones enigmáticas como esta.
Teoría sobre el pecado original*
Según el heresiarca Pórpulus (?-473), quien por defender esa teoría fue condenado a la condición de personaje apócrifo, el pecado original consistió en la incorporación de la espiritualidad a la sexualidad (de ahí el súbito pudor de Adán y Eva por la desnudez), con lo que el amor humano se independizó de la mera procreación y le disputó su sitio al amor divino. Dios se puso celoso.
* En Falsificaciones (1966), de Marco Denevi (1920-1998), escritor y periodista argentino. Mecanismos de la brevedad: referencia, la historia-el revés de la historia
En este cuento, el absurdo se manifiesta mediante un personaje apócrifo que es real en la narración, pero que fue condenado a ser personaje apócrifo debido a su teoría herética sobre el pecado original católico. No obstante, la teoría de este tal Pórpulus tiene referentes reales, pues coincide mayormente con la interpretación del mito bíblico que realizaron teóricos del cristianismo como Martín Lutero, aunque exceptuando la afirmación absurda que cierra el cuento: Dios se puso celoso.
Mi padre solía mandarme a la cocina para que viera si él se encontraba allá. Yo iba a buscarlo y regresaba para decirle que no. Insistía preguntando que si lo había buscado bien, y yo, motivada por la duda, volvía al lugar para cerciorarme. Los viajes podían repetirse dos o tres veces hasta que mi padre quedaba convencido. Entonces él soltaba una carcajada.
Hoy en la mañana, cuando desayunábamos en la cocina, me mandó a ver si se encontraba en su recámara. Regresé corriendo y asustada le dije: sí, estás allá y lo que estás haciendo es lamentable y vergonzoso; no debiste mandarme a mirar eso.
Mi padre dejó caer la servilleta sobre el plato y se fue a la recámara a ver qué era eso que estaba haciendo y que a mí me había disgustado tanto.
* En Duermevelas (1986), de Adela Fernández (1942-2013), escritora mexicana. Mecanismos de la brevedad: referencia, imagen real-imagen especular
En este cuento, el absurdo de manifiesta mediante el argumento ilógico de un ser ficticio, producto de una broma entre un padre y su hija pequeña, ser que termina volviéndose real y peligroso. El título del cuento hace alusión al escritor Gustave Flaubert, cuyo personaje más famoso, Madame Bovary, es incapaz de distinguir la literatura de la realidad.
El absurdo es divertido, es un elemento recurrente en las minificciones y es importante incorporarlo con más frecuencia como técnica moderna de escritura, pues nuestro mundo absurdo actual demanda esta clase de tratamiento literario ilógico y antisolemne que se contraponga a la idea generalizada de lo que debe ser la literatura, idea que tiene mucho de influencia europea.
La minificción es un subgénero en el que dominan los latinoamericanos.
Los mecanismos de la brevedad del tal Raúl Brasca aquí vistos son tan sólo su intento de tipología de la minificción, pero es un tanto ambigua, no abarca todas las posibilidades, y, sobre todo, no debe condicionar nuestra creatividad: es justamente la ruptura con las convenciones de la minificción lo que la mantendrá viva como subgénero.
Las minificciones seleccionadas nos permitieron advertir que, al ser textos tan breves y enigmáticos, invitan e incluso demandan la participación del lector para adquirir su sentido pleno, en contraste con la poca participación que las obras extensas suelen permitir a los lectores. Este fenómeno adquiere especial relevancia en las minificciones absurdas, pues el tratamiento ilógico del texto invita a su desciframiento por parte del receptor, dado que, tal como ya expuse en el apartado 1.0.0.2 del preludio de este libro, la comunicación escrita siempre tiene significado.
La minifición es, pues, un subgénero que nos invita a participar y a liberarnos un poco del canon literario de Occidente. Hay que leer minificciones para luego escribir propias, incorporando o no el absurdo, incorporando o no mecanismos de la brevedad ya estudiados onovedosos, pero siempre con la creatividad como objetivo, para mantener y a la vez romper la importante tradición que ya poseemos de este subgénero literario.
La minificción es un subgénero en el que dominan los latinoamericanos.
Daniel ZambranoLos Cuentos absurdos de un m!nuto aquí contenidos son una muestra de la riqueza y el potencial de la minificción latinoamericana, incluso cuando se desea abordarla sólo en cuanto al tema del absurdo.
El título de la selección no deja lugar a dudas: cada uno de estos quince cuentos de tema o estilo absurdo tienen la especial cualidad de poderse leer en cerca de un minuto, lo que no les resta interés ni profundidad, pues se supone que, en esta clase de narraciones brevísimas, es el lector quien debe completar el sentido o sentidos posibles que ofrece el texto.
La selección incluye cuentos de escritores y escritoras célebres como Jorge Luis Borges, Juan José Arreola, Augusto Monterroso y Alejandra Pizarnik, quienes lograron fundar y perpetuar en Latinoamérica una fructífera tradición de la minificción que sigue viva en la actualidad.
Los cuentos se acompañan de pertinentes notas a pie de página que bastan para complementar la lectura, pero que no conducen a interpretaciones unívocas.
El público tiene entonces en sus manos un libro ameno, alegre, pero tan profundo como cada quién desee. Estamos seguros de que más de un cuento motivará la reflexión, la incertidumbre o la risa de los lectores.
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